massobreloslunes: 01/25/12

miércoles, 25 de enero de 2012

Por eso me quedé soltera, VI: la risa

Ya os he dicho que yo busco al MD: el Maromo Definitivo. Es un chico sexy e inteligente a la par que espiritual y deportista. Es una especie de superhombre cuya existencia ideal en lo profundo de mi mente me condena a morir soltera y rodeada de gatos.

Entretanto, un hombre divertido tiene mucho que hacer.

Yo tengo mucho sentido del humor. Mucho y muy amplio. Cosas que me hacen gracia, así que se me ocurran:
- Los juegos de palabras absurdos (¿Qué es una oreja? Sesenta minutejos).
- Loa chistes clásicos de los que tardan una hora en contarse, como el de Patxi Skywalker y la espada láser (necesario conocerme en persona para que os cuente el chiste entero).
- El humor negro negrísimo rollo Espeonza. Aunque, ¿a quién no le hace gracia Espeonza?
- El humor surrealista, como las tiras de Silvio José, el buen parásito.
- Los monólogos del Manu en Canal Sur.
- "Los euskolegas", de Vaya Semanita.
- El videoclip de "Qué pasa contigo tío". Creo que lloré la primera vez que lo vi.
- Mafalda y Garfield.
- Los cuentos de Saki.
- Mortadelo y Filemón.
- Chistes cortos y absurdos, como el del viejo con Alzheimer y cáncer o el del borracho que llega a su casa y su mujer le dice "Paco, ¿de dónde vienes?", y él contesta "¿Paco? ¡De Francisco!" (tiene más gracia en andaluz, por la fonética).
- Hacer que la gente rime cosas con "-ota" y "-olla" para poder decir "agárrame las pelotas/polla".
- Las chirigotas.
- Convertir frases inocentes en alusiones sexuales.
- Friends, Modern Family, Los informáticos y hasta Cougar Town, la serie rara de Monica la de Friends de mayor, que no le hace gracia ni a la PK.

Así que mi humor es muy versátil. Lo único que no me hace gracia son los vídeos de caídas así de forma gratuita y cierto tipo de humor violento o snuff como unos dibujitos de animales de peluche que se suicidan, que no recuerdo cómo se llamaban.

Así que un chico que me hace reír tiene mucho ganado. Pero no es sólo eso. Es que creo que no pudiera estar con alguien que tuviera un sentido del humor bastante poderoso.

Hoy iba por la playa y pensaba que Andalucía me gusta muchísimo. Es un lugar particular al que le tienes que tolerar muchas cosas: mucho ruido, gente que tira papeles por la calle así de forma gratuita, gente que ofende tu sentido estético enseñando sus lorzas sudorosas en mitad del verano. Hacer fiesta por todo, ser los que más gritamos del mundo, que escales en el norte y sólo haya pacífico silencio y que escales en el sur y no puedas oír lo que te dice tu compañero porque hay veinte personas haciendo chistes y diciendo chorradas a pie de vía. El calor en verano, el hacinamiento playero, los estereotipos, las hordas de guiris, el hecho cierto de que somos muy impuntuales. Pero te ríes, cojones. Te ríes tela de practicamente todo.

Es curioso, porque mientras que MQEN y yo tenemos un sentido del humor muy similar y nos seguimos riendo juntos muchísimo, la verdad es que J. y yo ahí no coincidíamos tanto. "¿Te has fijado en que en Futurama nos reímos en momentos distintos?", me decía él. Y era cierto. Y a él sí le hacían gracia las caídas y los peluches suicidas. Aun así, resistimos porque sí que coincidíamos en cierta parcela surrealista y boba y porque él era en general alegre. Algunas noches nos poníamos a contarnos chistes en bucle, chistes que además los dos nos sabíamos de antes, y podíamos pasar horas doblados en dos en el sofá del salón.

Para mí el humor tiene una dimensión muy amplia: considerar la vida una especie de broma gigante y reírse al máximo de la mayor cantidad posible de cosas. Verle la gracia a casi todo, como al chihuahua de mi vecino, que se llama Shakira, o al chico con esquizofrenia que le ha dicho hoy a otra paciente: "No, si tú eres buena persona; lo que te pasa es que tienes un problema con tus hormonas".

Así que no me gustan los secos ni los serios, aunque tenga ciertas fantasías chungas con los polvos castigadores. Quiero un chico que me haga reír y que se ría de al menos la mitad de las cosas de la lista que he incluido al principio. Y, muy importante, al que yo también pueda hacer reír mucho. Porque soy graciosa, de verdad; aquí no se nota tanto porque me pongo trascendente con una frecuencia preocupante. Pero soy graciosa.

*****
Pregunta del millón: ¿y qué pasa con el argentino?

Pasa que temo que me lea en algún punto, porque estamos demasiado cerca en la red y los caminos del Señor son inescrutables, y ya conocéis mi primera regla para escribir sobre gente.

Pero se ríe. Se ríe mucho. En los mismos momentos que yo. Y me deja pasar delante siempre.