Estamos de vuelta en Margalef. El European Rock Trip ha sido alarmantemente corto: apenas una semana de furgo, escalada e intentos de producir el sonido nasal en francés. ¿Por qué?
Es difícil de explicar. Tienes que ser una escritora en paro, aspirante a emprendedora literaria y silenciófila para preferir estar en tu casa antes que viajando. Ahora mismo no es mi momento para tomarme vacaciones. Lo intenté con fuerza para acompañar a Pablo, que ha trabajado muchísimo este año y se las merece, pero me estaba poniendo nerviosa y me picaban en los dedos las ganas de escribir. Así que hemos vuelto, aunque probablemente él se marche de nuevo en un par de días porque lo que le pica a él en los dedos es el magnesio.
Estoy contenta, no os creáis. Mi vida cotidiana mola demasiado como para que me dé pena no viajar. Como dice el Ezcritor: trabajar en lo que quiero todo el año serán mis vacaciones. Y esas me las voy a tener que ganar.
Sé que llevo diciendo esto desde hace meses, pero después de superar mi asqueroso burnout laboral, terminar el PIR, mudarme y volverme del viaje de los sueños de casi cualquiera, esto va a arrancar en serio. Sigo trabajando en marinadiaz.net, que abrirá más o menos a mediados de septiembre. Por cierto, quiero comentar en la lista de correo mis ideas y dudas respecto a la página nueva, así que apúntate si te interesa colaborar. Mientras más seamos, más nos divertiremos.
Gracias por estar ahí, y también a los que os habéis preocupado por nuestra integridad. Estamos bien. Seguimos adelante.