massobreloslunes: 07/26/21

lunes, 26 de julio de 2021

Incomodidad


Últimamente pienso en el valor de la incomodidad. Con la edad, cada vez me he ido volviendo más comodona. La última casa que alquilamos antes de venir, en Castellón, se estaba convirtiendo en la nave donde vivían los gordos de la peli de Wall-e. Paradójicamente, una de las cosas que compré fue una cinta de correr que, por cierto, todavía hoy considero que era una buena idea para andar mientras trabajaba. Pero llegó un momento en que sentía que estaba diseñándolo todo para que hubiera la mínima fricción posible entre la realidad y yo, y de alguna forma, eso se sentía sucio espiritualmente hablando.

Venir a Costa Rica ha sido un baño de fricción. Que sí, que estamos en una urbanización privada con piscina, pero la casa no deja de ser un apartamento de dos habitaciones con unas espantosas luces blancas por todas partes y cortinas que dejan pasar la luz. El nivel de incomodidad que toleramos aquí es inaceptable para mucha gente. Incluso algunos expats se quejan de que esto es demasiado rústico, demasiado crudo: las calles de tierra, no poder comprar como lo hacías en casa, que no esté todo tan disponible y al alcance de la mano con Amazon Prime.

Para mí it's a feature, not a bug. Y ojo, hay que tener cuidado y no frivolizar porque lo que para mí es optativo y un ejercicio espiritual de estoicismo, para otros es su vida y no les quedan opciones. Pero teniendo en cuenta que no voy a solucionar la vida de los ticos sintiéndome culpable, lo mejor que puedo hacer es estar contenta de vivir aquí y gastarme el dinero en sus negocios. 

Me decía mi amiga María que ella ve una tontería buscar estar deliberadamente incómodo. Hay una doctrina entera de filosofía que piensa lo contrario, pero más allá de eso, para mí la incomodidad es movimiento. Cuando no estás cómodo, te mueves; de ahí, por ejemplo, el valor de sentarse en el suelo en vez de en una silla. Cuando estás cómodo te incomodas y anquilosas. Me gustaría ser capaz de tolerar mayores niveles de incomodidad y voy, sin duda, a tratar de encaminar mi vida por ahí. Porque mi prioridad es seguir moviéndome y no llegar a los setenta preguntándome a dónde se fue la segunda mitad de mi vida.