massobreloslunes: 03/31/11

jueves, 31 de marzo de 2011

Money makes the world go round


Hoy ha sido un día esencialmente molón.

Para empezar, he cobrado. Lo que quiere decir que la poesía económica funciona, o que por mucho que apure el SAS el fin de mes es el fin de mes, y hay que pagar a los sufridos empleados sí o sí.

Además, he asistido a un seminario de formación chuli, he comido con los compañeros hasta casi reventar y luego he comprado zapatos con José Luis (viva y bravo), hemos dado vueltas por el Bodybell, tomado el sol en la playa y pensado en frases para nuestro libro de la amistad.

Por último, he hecho la cosa más adulta ever desde que empecé a ser adulta emancipada, a saber:

HE RESERVADO UNA HABITACIÓN DE HOTEL.

Ni hostal, ni albergue, ni casa de mi colega con un colchón en el suelo y un edredón mohoso. No señor: un hotel, con dos cojones.

El tema, resumiendo mucho para no aburrir, es que me voy a meditar en SS (Semana Santa, no confundir con las fuerzas se seguridad nazis) y tengo que hacer noche en BCN. Llego a las doce de la noche, y aunque tengo a gente en la ciudad que me podría alojar, pienso en encajar en Barna a las tantas, moverme por el centro, buscar la casa de mi colega y dejarme caer en el susodicho colchón en el suelo con edredón mohoso y se me quitan las ganas de ir.

Así que he pensado: que soy una señora, coño. Bueno, una señorita. Pero señorita emancipada y con posibles. Así que he encontrado un hotel cerca del aeropuerto con transporte gratis hasta el Prat 24 horas. Y me he reservado un cuarto. La idea de llegar allí con mi maletita, pagar mi habitación y tenderme en almidonadas sábanas de hotel hasta que a la mañana siguiente me despierte el sol me ha parecido increíblemente lujuriosa. Luego bajaré al buffet de desayuno con cara de mujer interesante que viaja sola y me pondré tibia a croissants, zumo de naranja y huevos revueltos.

Lo que me lleva al tema que me ocupa hoy: el dinero. Tener dinero es genial. Yo quiero ser rica: muy, muy rica. Sé que el dinero no proporciona la felicidad, pero como decía Manolito el de Mafalda, hay que ver la maña que se da para imitarla.

Matizando lo anterior, no puedo entender a la gente que rechaza tener mucho dinero como si le preocupara en qué puede convertirse cuando lo tenga en sus manos. Probad a decir en un ambiente medio cultureta/progre que queréis ser muy muy ricos/as. Asquerosamente ricos. Un alto porcentaje de los presentes dirá: "Ah, pues yo en verdad no... yo quiero tener el dinero suficiente, pero ser rico no trae más que complicaciones". A algunos les preocupa volverse vagos o de gustos caros, o no ser capaces de disfrutar de lo sencillo. A otros, volverse codiciosos o clasistas. Yo no creo que el dinero por sí solo haga eso: creo que las cosas malas deben estar dentro de ti para que el dinero las saque.

Afortunadamente, nunca he pasado apuro económico serio, pero sí que he tenido digamos estrecheces de universitaria. Lo suficientemente molesto como para sentirme culpable cada vez que compraba proteínas en el supermercado, o como para pensar "¿me compro un paraguas o me aguanto hasta que haga mejor tiempo?". Y creedme: la falta de dinero no te hace mejor persona, ni más sencillo, ni más humilde. La sencillez está en tu cabeza, no en tu bolsillo. La falta de dinero, en mi experiencia, te hace miserable. Te limita.

Yo con dinero soy más libre y más generosa, estoy más tranquila y me siento más segura. Si tuviera más dinero, no creo que me volviera una Paris Hilton estúpida. Si acaso, creo que podría ser todavía más libre y más generosa, podría ayudar a la gente a la que quiero y crear cosas buenas. Por ejemplo, una beca de mecenazgo literario para el Señor K., o una comunidad de tratamiento para psicóticos que dirigirían mis Rs mayores y mi fabulosa R externa. O centros de meditación. O viajes para mis colegas. O mi propia editorial, que se llamaría Palíndromo (en plan parecido a Anagrama pero distinto).

Así que quiero ser rica: asquerosamente rica. No sé todavía cómo lo voy a conseguir, y tampoco quiero decir que vaya a invertir mi esfuerzo en serlo. Probablemente no llegue a lograrlo nunca. Pero como gustarme, me gustaría.

Dicho esto, me voy a dormir y a soñar con mi primera noche de hotel a solas pagado por moi, chispas.