De un tiempo a esta parte sólo me interesan hombres inconvenientes. Son muy mayores o muy menores, tienen pareja, son amigos de mis exes o los conozco en un contexto meditador y antisexual. Me pregunto qué me pasa. A mi alrededor a la gente parece resultarle más o menos fácil encontrar pareja. A mí me parece que tienen que darse unas casualidades cósmicas tan raras en el espacio-tiempo para que me eche otro novio que ahora mismo me resulta ciencia ficción.
Mi teoría es que cuando las cosas no van es por algo; que hay algo en mí que está rechazando la posibilidad de tener pareja. Sé que podría pedir algo más light, un rollete, pero hay que tener en cuenta que yo establezco vínculos emocionales con un apio. Soy el tipo de persona que le da besitos a las paredes de su casa porque la quiere mucho. Si meto a un tío en mi cama con cierta frecuencia es más que probable que en tres días empiece a planear la boda en mi cabeza.
Así que si me enredo con alguien será porque piense que hay posibilidades de morir de amor para siempre. Y claro, siempre es mucho tiempo, especialmente cuando te pasa como a mí ahora y tienes el corazón escarmentado.
Por otra parte, yo soy una kamikaze del amor. Si un tío me mola me convierto en el caballo de Atila: por donde piso no crece la hierba. No tengo orgullo ni sentido común, ni pienso en el futuro ni en las consecuencias a corto-medio plazo. Así que opino que si conociera a un chico que me gustara de verdad y que estuviera mínimamente disponible, no habría historias de miedo al compromiso o a que me hagan daño. Me tiraría a la piscina y ya me arrepentiría después.
Así que no sé. Me gustaría tener pareja en algún momento. Creo que soy una buena novia, aunque J. me dejara por borde. Cocino demasiado bien como para quedarme sola. Tengo mucho que dar. Y a pesar de eso, sigo sintiéndome como si hubiera puesto una barrera invisible entre mí y la posiblidad de sentir, y el universo se estuviera dando cuenta de eso y estuviera alejando de mi camino a los hombres convenientes.
(O a lo mejor sólo necesito salir un poquito más).