viernes, 29 de mayo de 2009
Incógnito
- Perdona, ¿tienes fuego? – no sabe qué le ha hecho decir eso, porque él ni siquiera fuma, pero la chica se da la vuelta, sonríe y se encoge de hombros.
- Lo siento, no fumo.
- Bueno, en realidad yo tampoco… - él sonríe también. A pesar de todo, sigue siendo un chico tímido.
- Es un truco viejo, pero te perdono – dice ella, guiñándole un ojo -. ¿Cómo te llamas?
Él se sobresalta. Hace tiempo que nadie le hace esa pregunta. La chica lleva gafas y no es especialmente guapa, pero es la primera persona en años que le ha preguntado cómo se llama, así que le contesta (“Iker”, dice, demasiado sorprendido como para inventarse otro nombre, pero da igual, porque ella ni aun así reacciona) y luego le invita a tomar la última copa. Que le den por culo al taxi. Encuentran un tugurio desierto en una bocacalle, también desierta.
Charlan. Ella estudia filología clásica. Él piensa que quizá eso explica que esté tan desconectada del mundo como para no reconocerle. Parece una chica dulce, un poco soñadora. Mantienen una de esas conversaciones que él no ha mantenido nunca (¿A qué te dedicas? ¿Eres de Madrid? ¿Vives solo o con tus padres?) y se inventa rápidamente una vida: que estudia INEF en la Complutense, que sí que es de Madrid, que vive solo.
Ella no se resiste cuando él la besa después de un par de copas. “¿Me acompañas a casa?” le pregunta, y él, soprendido, acepta y se deja llevar hasta su cama de noventa en un piso compartido. Allí hacen el amor de una forma distinta a cualquier polvo que él haya echado nunca. Alguien le mira sólo a él, sin su dinero, ni su fama, ni su éxito, y se siente doblemente desnudo.
- Tú cara me suena – le dice ella al terminar, mientras le acaricia suavemente el hombro con el dedo -. ¿Seguro que no nos conocemos de algo?
- Me acordaría – contesta él.
Se marcha antes de que se despierten las compañeras de piso, porque no quiere montar un espectáculo. Desea preservar a cualquier precio esta noche de anonimato. De ser simplemente Iker. Salta los escalones de dos en dos hasta la calle, y se le ocurre que ha conseguido lo único que no puede comprar con dinero.
Unas horas después, la chica entra en la cocina mientras su compañera de piso desayuna. Se sirve un café, se sienta en la mesa y sonríe.
- A que no adivinas a quién me he follado esta noche – dice.
miércoles, 27 de mayo de 2009
Hoy he tenido un simulacro de sesión con un paciente del practicum. Es un hombre de 45 años diagnosticado de un trastorno ansiógeno-afectivo (que, si os digo la verdad, no sé muy bien lo que es. Ansiedad y tristeza, creo).
Ha empezado la sesión con un “Estoy fatal”. Después hemos estado indagando en su “estoy fatal”, que se traduce en “me siento fatal”. “Estoy triste, apático, irritable. La vida no me ilusiona. No puedo soportar la rutina. Sé lo que voy a hacer mañana, y pasado mañana, y al otro, y eso me desespera”.
Anda, y yo, pienso. Tócate los pies.
Nuestro paciente está casado, con una hija pequeña y en paro, y dice que su entorno no le entiende y no le deja hacer lo que él quiere hacer realmente: crear. Escribir. Toma, si yo también quiero escribir, pero alguien tiene que hacer la colada mientras. No creo que ni siquiera los escritores profesionales pasen todos sus días en un frenesí de gozosa creación.
Mi compañera de practicum le decía: “¿Por qué te sientes mal? ¿Qué puedes hacer hoy para sentirte bien? ¿Escribir? Pues escribe. Si tu mujer no lo considera útil, no le hagas caso. Es útil que te sientas bien”. Yo le decía: “Piensa en todo lo bueno que estás haciendo incluso aunque no te sientas bien. Piensa en lo bueno que es que hagas las camas”. Ella intentaba aleccionarle para que cambiara su estado de ánimo. Yo iba más en dirección de la aceptación y de la generosidad.
Me preocupa la idea de que los psicólogos estemos insinuando que sentirse mal es patológico. Sentirse mal a ratos es perfectamente normal, a no ser que seas Buda. Creo que la diferencia entre las personas que se consideran felices y las que no es que las segundas se asustan de su propio dolor. Consideran que es anormal y que no pueden ir a ningún sitio con él y se paralizan.
Me preocupa que los pacientes consideren que el psicólogo no sólo les va a quitar su tristeza (lo que, hasta cierto punto, es deseable cuando la tristeza es muy profunda e inmoviliza a la persona) sino que, además, va a convertir su vida en un superparque de atracciones mental donde cada minuto va a ser un nuevo y gratificante desafío.
Si como psicólogos no conseguimos transmitir que avanzar hacia lo que queremos exige cierto grado de incomodidad, y que todos, hasta los ricos y famosos, tienen que hacer a diario cosas que no les apetece hacer, vamos a tener enganchados a nuestra teta a clientes preocupadísimos porque hoy no se han levantado flipando en medio de un anuncio de Vivesoy.
martes, 26 de mayo de 2009
Reinterpretando
Durante mucho tiempo vi mi regreso de Barcelona como un fracaso. Incluso Granada era un fracaso para mí: un sucedáneo, la ciudad que estaba lo suficientemente cerca de Málaga como para permitirme ir a menudo y evitar la nostalgia. Barcelona estaba tan lejos. Los primeros años en Granada todavía me escocía la humillación de haber puesto lo mejor de mí en aquella empresa y haber tenido que volverme con el rabo entre las piernas.
Hace un par de años, o quizá el año pasado, no lo sé con exactitud, empecé a ser capaz de ver mi decisión con un poco más de ecuanimidad. Intentaba reinterpretarlo en términos de: "mira todo lo que has aprendido después, todos los acontecimientos de tu vida te han hecho lo que eres ahora, etc". Mi posición respecto al asunto se volvió neutra.
Últimamente, lo que pensaba era: "Menos mal. Qué suerte tuve de darme cuenta. Qué bien hice", pero siempre con una especie de suspiro de alivio por haberme librado de una catástrofe casi por casualidad.
Hoy estaba en el taller de escritura con César, que ha venido a hablar a los alumnos de su experiencia como periodista y escritor. Hace poco que ha dejado el periodismo para dedicarse en serio a escribir y a sus otros proyectos, y dice que se alegra, porque escribir para el periódico estaba robándole la energía y aplastando su estilo. Mientras le escuchaba he recordado como casi me convierto en periodista y, como dice mi madre, se me han abierto las carnes. Y, por primera vez en cinco años, he pensado: "Qué valor tuve. Qué huevos le eché dejando la carrera, a pesar de la presión del gasto que estaba suponiendo para mi familia, a pesar de la expectativas de todo el mundo. Qué favor más grande me hice. Habría sido muy infeliz como periodista". Le he agradecido a la yo de 18 años que fuera lo suficientemente avispada como para salir pitando de la Autónoma en cuanto vio de que iba aquello. Ella no sabía mucho de la vida, pero intuía lo suficiente sobre la yo que soy ahora como para reunir valor y pararse cuando aún estaba a tiempo.
Pues eso, que es curioso cómo cambian la percepción de las cosas.
lunes, 18 de mayo de 2009
El amor, las mujeres y la muerte
Táctica y estrategia
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.
Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.
Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.
Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos.
Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.
Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
Como leí en algún lugar que alguien decía a un maestro zen moribundo:
Gracias por tu gran esfuerzo.
domingo, 17 de mayo de 2009
El reto literario: inicio de un meme
Para K.:
- Tema: un enfermo de cáncer encuentra el sentido de la vida mientras convalece en el hospital.
- Condiciones especiales: El relato debe incluir al menos dos flashback y un gato. Temas tabú: las mujeres y la literatura. El tono del relato debe ser optimista: nada de cinismo, de ironía o de humor negro (el blanco sí se acepta). Aún agradéceme que pase de la primavera :D
Para Martin:
- Tema: una extraña máquina del tiempo/espacio traslada al narrador del relato a la casa y a la vida de los protagonistas de "Cosas de Casa".
- Condiciones especiales: no utilizar el humor como recurso. Intentar dotar a los personajes de la serie de profundidad humana. Terminar con la frase "La abuela, como siempre, se terminó ella sola las sobras de la tarta".
Para Caótica:
- Tema: las aventuras del joven Álex, triunfador de la noche canaria.
- Condiciones especiales: el joven Álex tiene un superpoder secreto que nos será desvelado a lo largo del relato. Debes incluir al menos tres diálogos, uno de los cuáles será mantenido por objetios inanimados.
Para Neikos:
- Tema: La insoportable levedad del tofu. Las tribulaciones de un insípido queso de soja que lucha por hacer amigos entre los demás alimentos.
- Condiciones especiales: debe haber al menos una escena de sexo entre alimentos. También debes incluir una pequeña poesía (octosílabos con rima asonante alterna, -a-a-a, como los romances).
Ávisenme uds. cuando estén listos los textos y enlazo a sus blogs respectivos. Acepto retos de vuelta.
Un abrazo para todos y larga vida al meme.
viernes, 15 de mayo de 2009
Idea de medianoche
Hoy vengo a vosotros con una idea. Tiene que ver con los memes, que me parecen el segundo invento más tonto de la blogosfera* Sin embargo, se me ha ocurrido un buen meme. O bueno, no exactamente un meme porque no se trata de hablar de uno mismo, que es precisamente lo que me parece absurdo de los memes. He estado haciendo algo parecido hoy con mis alumnos en el taller de escritura. Os cuento.
Se trata de pensar en una propuesta literaria para tres (o cinco, o los que se quiera) blogueros conocidos, una diferente para cada uno. Puede ser algo sencillo o un reto para el bloguero en concreto, porque sea totalmente distinto a lo que esté acostumbrado a escribir; por ejemplo, pedirle al típico bloguero atormentado** que escriba una redacción alegre sobre la primavera. La propuesta no tiene límites, sólo la propia imaginación. Puede jugar con el tema, el narrador, el tiempo del relato, aspectos formales, personajes, frases finales... Os pongo algunos ejemplos que han salido hoy en el taller de escritura:
- Una poesía sobre la muerte con más de diez renglones y en la que apareciera cinco veces la palabra "mariposa".
- Un texto con todos los verbos en infinitivo, con sentido.
- Un relato sobre una relación padre-hijo en una cueva y en la que apareciera un animal mitológico.
- Un cuento sobre un viejo marinero que ha perdido a su esposa y que termina con la frase "los zapatos le quedaban estrechos".
- Un relato de ciencia ficción sobre viajes en el tiempo que incluyera diálogos.
Luego cada bloguero podría hacer lo mismo con otros tres (o cinco), y así sucesivamente.
Por mi parte, tengo pensados algunos retos, pero antes me gustaría saber si alguien se ofrece voluntario para aceptar el reto (y, de paso, si me quedan lectores, que a mi ritmo de actualización y comentarios no me soprendería que os hubierais ido todos a prados más verdes).
Espero vuestras respuestas y acepto vuestros retos.
* El invento más absurdo de la blogosfera son los premios ésos que la gente anda dándose y que luego cuelgan en sus barras laterales. "Premio a la bloguera más dulce". "Premio a los blogs de mi vida" y cosas así. No lo entiendo. Un premio es algo que, por definición, se otorga con criterio y sólo obtienen unos pocos; eso es lo que le da la gracia. Si todo el mundo tiene premios como churros, ¿qué sentido tiene?
** No lo digo por nadie en especial.
martes, 12 de mayo de 2009
Intrusa
lunes, 11 de mayo de 2009
Simplifica lo simple
- Creo que esta costumbre de contar los años es absurda.
- ¿Por qué?
- No sé, yo me sigo sintiendo igual, y sin embargo cada vez tengo más años. Pero es un dato puramente anecdótico. Yo sigo siendo la misma persona.
- Hace una semana dijiste que veías absurdo que hubiera dos sexos.
- Sí.
- Porque hombres y mujeres no se entienden bien.
- Claro. Monosexo y monosexualidad. Además, así nos evitaríamos problemas de discriminación por cuestiones de género y/o orientación sexual.
- Vale. Hace un par de semanas decías que elegir ropa era un coñazo y que todos deberíamos ir con túnicas grises.
- Y con la cabeza rapada.
- Eso. Y a principios de curso estabas harta de cocinar y comer y querías que se inventara un único alimento completo, el supertrigo.
- Exacto.
- Es decir, que tu mundo ideal estaría lleno de personas de un único sexo que irían por ahí con túnicas y cabezas rapadas comiendo supertrigo y sin saber qué edad tienen.
- Algo así, sí.
- Francamente, Marina, a veces creo que te pasas un poco con lo de simplificar.