massobreloslunes: El mal menstrual

sábado, 26 de noviembre de 2011

El mal menstrual

Queridos y sufridos lectores:

Hoy os voy a hablar del ciclo menstrual. Esto quiere decir que todos los que no queráis leer sobre el tema, tenéis todo el derecho del mundo a cerrar la página y esperar a mañana.

¿Por qué? Os preguntaréis. ¿Por qué Marina quiere hablarnos de sus ovarios? Pues porque creo que la gente, y más concretamente los hombres, deben saber a qué clase de fuerza de la naturaleza se enfrentan. Creo que el tema de los ciclos menstruales no está lo suficientemente extendido y tratado, y es mi obligación como persona y como mujer que el mundo lo sepa y pueda entendernos.

Yo antes tenía la regla cada eclipse solar completo, por aquello de que mis hormonas estaban locas y se dedicaban a bailar la conga por mi torrente sanguíneo, generando poliquistes en mis ovarios, taponando mis folículos y en general haciéndose las longuis respecto a su función corporal. Era bastante divertido, por la incertidumbre. Una vez tardó tanto que pensé que me había quedado preñada y que encima no podría saber quién era el padre, porque en el tiempo que había durado ese ciclo me había dado tiempo a conocer carnalmente a varios maromos. Mis amigas empezaron a llamarme tita Marina y al final Aran (que el Cielo la guarde) me compró un predictor, que me hice en mi casa mientras mi tía gritaba desde el piso de abajo: "¡Pues yo que tú no lo tendría, que luego los niños agotan!".

Luego empecé a tomar la píldora y aquello era una maravilla. Sabía cuándo me iba a bajar la regla, podía calcular los encuentros con mis novios a distancia y si se me retrasaba un solo día me podía poner nerviosa y comprarme predictors. Es cómica la cantidad de predictors negativos que me he hecho en mi existencia sin tener motivos fiables para creer que estaba preñada. Creo que como siempre he estado en fase de tener el reloj biológico a tope, me hacía un poco de ilusión pensar que estaba embarazada. Ahora concretamente no quiero tener hijos ni en pintura, pero como tampoco tengo contacto carnal con maromos, pues esos problemas que me quito.

Después dejé la píldora y volvieron los ciclos de eones de duración. Peeero empecé con la paleodieta y el deporte y ahora resulta que debo de haber regulado mis hormonas, porque soy puntual como un reloj. Puedo predecir cuándo me va a bajar la regla. Eso me da una sensación de funcionar bien bastante agradable. Por desgracia, el Acné del Averno permanece y se carga mi teoría de que todo es hormonal, pero menos da una piedra.

Y ahora, con veintiséis años, he descubierto el horror verdadero: los ciclos menstruales. Porque resulta que yo no soy una sola persona todos los días del año, no. Soy por lo menos cuatro. A saber:

1: La Marina normal: comienza cuando acabo de terminar con la regla y dura como dos semanas y media. Es una chica dulce, tranquila y mesurada. Se siente ligera, come sano, se raciona adecuadamente el chocolate y piensa que el mundo es un lugar feliz. Está soltera y le gusta, porque sabe que el amor llegará en su momento y que mientras tiene que aprovechar. Esa Marina me encanta, peeero en breve llegará...

2: ...la Marina Presíndrome Premenstrual: aparece una semana-diez días antes de la fecha prevista para que te visite tu amiga la de rojo. Es una Marina que, sin saber muy bien por qué, empieza a tener un montón de hambre, preferentemente de chocolate, a sentirse hinchada y rara, a no encontrar su lugar en la vida y a pensar que se le ha vuelto a escapar esa felicidad difusa que estaba conquistando. Hasta que mira el calendario y se da cuenta: no es que esté deprimida, es que ya queda poco para que llegue...

3: ...la Marina SPM: esa Marina llega tres días antes de la regla y no es una persona. Es una criatura desatada que funciona a base de carbohidratos y chocolate, que odia a la Humanidad, que dice palabrotas mientras conduce y que se acurruca en posición fetal en su camita queriendo tener novio. Esa Marina no es mi amiga y no me cae nada bien. Y lo peor es que cuando desaparece es para dejar paso a...

4: ...la Marina menstrual: se siente enferma y flojita, quiere que alguien la abrace todo el rato y tiene dolor de riñones. Su mejor amiga es la bolsa de cereales para el microondas, que se va rulando entre la panza y la espalda. Está hinchada como un balón y va por ahí derrochando autocompasión y miseria física. Subsiste a base de espidifén y no puede entender cómo un cuerpo tiene que pasar por eso una vez al mes.

Y ese es el plan durante AÑOS Y AÑOS, doce-trece veces al año, todo para no saber siquiera si en este mundo cruel alguien va a querer tener descendencia conmigo. No hay derecho. No hay derecho a que una tenga miedo a haberse vuelto ciclotímica para descubrir luego que es una marioneta en manos de sus hormonas. Todo esto debería conocerse y regularse, para que en nuestros días/semanas pochos se nos redujera la carga laboral, se subvencionara el chocolate y se nos alquilaran gigolós cariñosos. La vida no es justa.

Y con este post tan instructivo, me voy a meter en la cama. Y no os voy a decir en qué fase estoy ahora, que lo que me faltaba ya era que mis lectores estuvieran al tanto de mi ciclo menstrual, que pasamos la barrera de la intimidad y entramos directamente en lo preocupante.

7 comentarios:

  1. Me apunto al o de la reducción de carga laboral y demás xD

    Y creo que ya les has dado pistas suficientes para que sepan en qué fase estás en cada post, con eso de que son diarios pueden calarte. Seguro que todos son discretos y no intentan acertar en los comentarios ;)

    Habrá que aguantarse hasta que entremos en la siguiente fase :/

    G.

    ResponderEliminar
  2. joder q bueno el texto!!!!! jaajjajajaja yo tb me divido en 4 ó 5 fases jajajaja, lo has descrito muyyyyyyyyyy bien!!! me he reído mucho! Gracias!
    Abrazo

    ResponderEliminar
  3. Una cosa ridícula de la evolución homínida, la verdad, que hasta los perros están mejor pensados. Imagina si, desde que dijiste muy bajito "esto, mamaa...", tenías claro, claro, requeteclaro, que lo de la reproducción no iba contigo. Condena bíblica.

    ResponderEliminar
  4. Tanto cambio hormonal no debe ser bueno.
    Iba a hacer un comentario-reflexivo desde la vertiente masculina q sin necesidad de recaer en el machismo, omitiré por el bien de la sensibilidad de las féminas q pululan por aquí. Pero q sepais todas, q esa necesaria dimensión de la mujer de la q trata el texto siempre nos ha parecido (a los hombres) de lo más tenebrosa, opaca y q roza la brujería. Ninguna persona sana debería sufrir tantos estos estados anímicos por el bien de su persona. Aunque pensándolo bien, este y solo este puede ser la receta perfecta para la enfermedad machista de muchos simios-masculinos de esos q andan sueltos

    ResponderEliminar
  5. Yo siempre lo he dicho, que me desapuntaba de la regla pero-que -ya. Tengo tus mismas fases, pero la Speedy premestrual aparece 4 días después de terminar la anterior regla... vamos, que mis ciclos son hipercortísimos y EL HORRO TOTAL!

    ResponderEliminar
  6. Me sumo a Ciudadano: una mujer con la regla (da igual la fase) es algo terrible, una bestia sedienta de sangre e impredecible que nos masticará en el momento menos pensado. Buf.

    Por cierto que hace años (bastantes) yo me comía las tabletas de chocolate (nestlé, chocolate con leche con avellanas) enteras; yo no comía onzas, comía tabletas. En determinado momento lo dejé de repente y no lo echo de menos.

    Y un último apunte: deberían designar abrazadores profesionales de ambos sexos, que yo a veces me siento un tanto como alguna de las fases que mencionas xD

    ResponderEliminar
  7. Yo ya ni me acuerdo de lo que era la regla(una se acostumbra rápido a lo bueno), pero los cambios hormonales del embarazo tenían telita...

    Els

    ResponderEliminar