massobreloslunes: 21. El mal capilar, 2'75: quien no se arriesga, no gana.

martes, 2 de agosto de 2011

21. El mal capilar, 2'75: quien no se arriesga, no gana.

En efecto, lectores: hoy me he mirado al espejo del ascensor y me he dado cuenta de que Bajo Ningún Concepto puedo seguir caminando por este lugar al que llamamos mundo con estos pelos. Así que mañana voy a jugar a la ruleta rusa capilar y encaminaré mis pasos hacia Llongueras, donde me esperan la Nazi Flequillil y sus compañeras para hacer de mi cabeza un lugar mejor (esperemos).

Ahora bien: tengo novedades. El domingo estaba comentando con una amiga el tema de la infravelocidad a la que me crece el pelo; a veces, de hecho, creo que cada cierto tiempo se reintroduce en las raíces un par de milímetros. En éstas que se nos acerca una chica y nos dice:
- Perdonad, pero no he podido evitar oíros. Para eso os recomiendo el champú para caballos del Decathlon. Te crece el pelo súper rápido y muy fuerte. Se lo echó una amiga mía para la boda y no veas qué melenaza le salió.

Mi amiga y yo nos miramos. ¿Champú para caballos? La reacción fue inmediata.
- Qué guapo, ¡champú para caballos!
- ¡Tenemos que probarlo ya!
- ¡Excursión al Decathlon MAÑANA!

Partamos del hecho de que con el Decathlon pasa como con el Mercadona: te crees que sus productos son buenos sólo por ser de allí. Uno mira, por ejemplo, las sombrillas del Decathlon, que son así rollo deportivo y aerodinámico, y piensa: la hostia, eso sí que es una sombrilla. Eso me lo puedo yo a llevar a Cortadura un día de levante sin correr el riesgo de asesinar a los demás bañistas en un golpe de viento. Pero luego piensas: en realidad, ¿qué ciencia tiene una sombrilla? ¿Realmente han inventado algún tipo de maravilloso mecanismo que haga que sean muchísimo mejores que las del chino?

Así que si te dicen que te eches champú para caballos, pues igual te lo piensas. Pero si el champú para caballos lo venden en el Decathlon... ¡ajajá! Ahí puede haber algo grande.

Además de lo anterior, tengo cierta tendencia a almacenar productos de baño e higiene personal que creo que necesito urgentemente y que después se quedan meses en los cajones de mi mini aseo, para terminar muriendo en crisis de limpieza en las que decido que quiero simplificar mi vida y subsistir sin exfoliante. Aunque suelen ser productos baratitos, últimamente intento pensármelo mejor. Si descontamos, claro está, la mascarilla de miel y karité que me acabo de comprar sólo porque huele alucinantemente a miel y quiero a tope llevar eso en mi pelo.

Total, que champú para caballos. Tengo un grave dilema al respecto. El dilema grave lo sostienen la Marina Lógica y Lista y la Marina Monguer, y se desarrolla como sigue:
- Marina Lógica y Lista: A ver, alma de cántaro, ¿por qué le iban a poner al champú para caballos algo que no le pongan al champú para humanos? Si hubieran encontrado algún componente mágico, ¿no lo emplearían antes para las personas, que en general tienen mayor poder adquisitivo que los caballos?
- Marina Monguer: Ya, pero ¿y si no es así? ¿Y si el champú para caballos contiene concentrados hiperpoderosos de sustancias consideradas peligrosas para el género humano, y sólo las mujeres arriesgadas que se atreven a probarlo pueden beneficiarse de ello?
- Marina Lógica y Lista: ¿Y de verdad piensas que algo que te echas en el pelo puede modificar la velocidad a la que te crece? ¿No se habrían hecho de oro las farmacéuticas si funcionara?
- Marina Monguer: ¡Quiero probarlo! ¡No es tan caro! ¡Y huele a frutas del bosque!

Total, que ahí están las dos, poniéndose mutuamente tibias.

Mañana va a ser un día clave para mi pelo, lectores. Voy a ir a la pelu y seguramente al Decathlon, a mirar un par de cosas y a merodear en torno al champú para caballos, debatiéndome sobre si comprarlo o no. Se admite porra. Yo opino que me lo llevo.

Deseadme suerte. O se me pone un melenón como el de Sara Carbonero, o se me cae el cuero cabelludo a tiras. Lo cual, dicho sea de paso, puede que no me importe tanto si la Nazi Flequillil vuelve a hacer de las suyas.

Os mantendré informados.

6 comentarios:

  1. Ni porra ni leches, la Marina Lógica y Lista es aburrida. A tope con Marina Monguer ¡Cómpralo! ¡Cómpralo! ¡Cómpralo!

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  2. Si lo compras, hazle una foto, POR FAVOR!!! XD

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  3. Si lo compra que postee el proceso en el blog, así me entero de si funciona. Aunque, la verdad, no me veo comprando champú de caballo. Pero oye, si nos pones un antes y un después, y convence, y nos prometes que no relinchas ni sucedáneo, lo mismo...

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  4. crislaqueviveensantiago3 de agosto de 2011, 18:24

    pues que casualidad, hoy mismo en las noticias de la sexta salió lo del champú para caballos. entrevistaron a una veterinaria que lo utilizaba

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  5. Cris, ¿y qué decía? He de confesar que al final no me he atrevido. Tenía una pinta muy cutre y no había del de frutas del bosque.

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  6. crislaqueviveensantiago4 de agosto de 2011, 15:59

    pues que funcionaba, la veterinaria lo usaba y decía que para pelo muy estropeado iba genial. Y ya sabes, lo que sale por la tele siempre es verdad

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