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domingo, 17 de diciembre de 2017

La teoría da la realidad en "Sobre la esencia".


Zubiri siempre pensó que una teoría de la realidad y una teoría de la intelección no eran sino perspectivas diferentes y necesarias del problema metafísico nuclear: la realidad como fundamento de todo. Encontró profundamente erróneo el principio fundamental de la filosofía moderna, esto es, que no es posible dar cuenta de lo real sin antes justificar la posibilidad del conocimiento, pero tampoco aceptó el llamado realismo ingenuo, que concede prioridad a la realidad sobre el saber. Idealismo y realismo ingenuo habían sido los dos errores entre los que había oscilado la historia de la filosofía. Zubiri pretendió corregirlos abriendo una nueva vía cimentada en un principio básico: no hay prioridad intrínseca del saber sobre la realidad ni de la realidad sobre el saber. “El saber y la realidad son en su misma raíz estricta y rigurosamente congéneres” (IRE. 10). La relación entre realidad e inteligencia es constitutiva porque no hay realidad independiente de la intelección humana (realidad como formalidad, en el sentido que expuse aquí), ni el hombre puede constituirse como tal aislado de la realidad: lo exterior al sujeto no es un “añadido” suyo, sino que es constitutivo de su estructura ontológica.

lunes, 14 de marzo de 2016

lunes, 25 de marzo de 2013

LO REAL Y LO ILUSORIO


Viajar es muy útil, hace trabajar la imaginación. El resto no son sino decepciones y fatigas. Nuestro viaje es por entero imaginario. A eso debe su fuerza. Va de la vida a la muerte. Hombres, animales, ciudades y cosas, todo es imaginado. Es una novela, una simple historia ficticia. Lo dice Littré, que nunca se equivoca. Y además, que todo el mundo puede hacer igual. Basta con cerrar los ojos. Está al otro lado de la vida.

                                                                                                    Louis Fedinand Céline  

 


   En  un condensado texto Julián Marías reflexiona sobre el significado de la palabra ilusión en la lengua español. En él plantea diferentes sentidos del término, extraídos tanto de la tradición filosófica como de la literaria: El término ilusión presenta varios significados, nos dice,  pero el que acaba dominando es el de engaño. En nuestra lengua hay un añadido lingüístico que enriquece el concepto al vincularlo a un sentido positivo: entusiasmo, víspera de gozo (por utilizar la expresión poética de Pedro Salinas).  Hay igualmente una perspectiva de futuro en el sentido de ligarlo a un proyecto, que es lo genuinamente humano. En la anticipación hay siempre una recreación.La ilusión se presenta también como una realización proyectiva del deseo, en la que se presenta una sucesión temporal en la que la ilusión es siempre posterior al deseo. Podríamos definir entonces la ilusión como un deseo con argumento. Siempre hay que tener en cuenta que deseo e ilusión  pertenecen a diferentes planos y que el desenlace de la relación entre ambos puede llevar a la desilusión.  La ilusión también se vive como referida a una ausencia: es una incitación a que se manifieste algo que está ausente y por lo tanto exige como resultado satisfactorio la presencia del objeto. Julián Marías presenta además como ejemplificación de esta proceso la obra de Pedro Calderón de la Barca La vida es sueño, donde los dos términos (vida/sueño) no se presentan como antagónicos, tal cómo lo aparecerían en sus significados más convencionales. Más bien hay que entenderlos como una paradoja  que apunta al enigma de la condición humana.