Mostrando entradas con la etiqueta psicología. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta psicología. Mostrar todas las entradas

viernes, 24 de septiembre de 2021

NUESTRA CARA ES LEGIBLE

 En la actual situación enmascarada por mor de razones higiénico sanitarias que merecerían discusión de expertos más que imposición, hemos perdido en parte el modo de transmitir y recibir las emociones de nuestros semejantes. Cuando se dice "la cara es el espejo del alma" no es solo una frase hecha, obvia y sin gracia. Silvan Tomkins y Paul Elman, profesor y discípulo, son los minuciosos investigadores del rostro humano, de sus mínimos gestos que han dado fundamento científico al trillado dicho.


La cara es una fuente de información acerca de las emociones de una riqueza inigualable. A través de ella podemos leer el pensamiento,  la información que hay en nuestra rostro no es solo una señal de lo que pasa en el interior de nuestra mente, podemos casi decir que es lo que pasa en el interior de nuestra mente.


Tomkins nació en Filadelfia, era hijo de rusos y enseñó psicología en Princeton, autor de "Afecto, imágeenes, conciencia" densa obra en 4 volúmenes de no fácil lectura. Gran conversador y conferenciante, era capaz de embelesar a las masas con cualquier tema, ya fuera una serie de televisión, los tebeos, las dietas o Kant.

En los años de la Gran Depresión (1929 en adelante) trabajó en una organización dedicada a las carreras de caballos. Pasaba horas en el hipódromo observando con prismáticos. Era capaz de predecir lo que haría un caballo en función de su relación emocinal con él.

Tomkins creía que las caras, también las de los caballos, ofrecen claves inestimables de las emociones y motivaciones interiores. Podía entrar en una oficina de correos y sólo con mirar las fotografías de los prófugos de la ley deducir qué delitos habían cometido. En un programa de televisión llamado To tell the truth era capaz de saber qué pensonas mentían. Durante la convencion nacional demócrata de 1988 asombró a una colega leyendo las caras de los candidatos que subían al estrado y emitía sus predicciones sobre lo que iba a suceder.

Facial Coding ó Codificación Facial: qué es, cómo funciona y sus usos.

Ekman fue un aventajado alumno de Tomkins que ya en los años 60 del pasado siglo se preguntaba ¿Las expresiones faciales de los seres humanos se rigen por una serie de rasgos comunes? La mayoría de los psicólogos opinaba que no. En aquellos años se tenía como establecido que las expresiones estaban determinadas por la cultura, usamos la cara según convenciones sociales aprendidas. 

Paul Ekman.jpgPaul Ekman (1934) estudioso de las emociones y su expresión

Ekman no sabía a qué carta quedarse y viajó por el mundo con fotografías de caras con expresiones características. En Japón, Brasil, Argentina...la gente coincidía con el significado de las expresiones.

El siguiente evento determinante de esta historia consistió en el visionado de 3000 metros de película realizada en Papúa Nueva Guinea, algunas secuencias eran de la tribu pacífica y amable de los fore. El resto eran de los kukukuku, tribu hostil en la que se estilaba un ritual homosexual de los niños preadolescentes con los patriarcas. Ekman pasó meses ordenando el material y cortando las escenas superfluas para comparar las expresiones faciales de ambos grupos.

SISTEMA DE... - Congreso de la Expresión Facial de la emoción | Facebook

Tomkins que no sabía nada de esto fue capaz de interpretar las caras de los fore "estas son gentes dulces, pacíficas, indulgentes" y de los otros "este grupo es violento y hay indicios que indican homosexualidad." Mientras pasaban la película a cámara lenta Tomkins iba señalando los pliegues en los que se había fijado para interpretar las emociones. Ekman se dió cuenta entonces de que si Tomkins podía descomponer la cara en sus partes e interpretar también los demás podrían hacerlo.

Así fue como decidieron elaborar una taxonomía de las expresiones faciales. Repasaron los músculos del rostro que describe la anantomía e identificaron cada uno de los movimientos musculares específicos que podía hacer una cara. Eran 43, los denominaron unidades de acción.

Se pasaron días sentados frente a frente, manipulando cada unidad de acción, ubicando el músculo mentalmente y concentrándose en aislar unas de otras, sin perder detalle de lo que el otro hacía, comprobando los movimientos en un espejo, tomando notas de cómo cambiaba el patrón de las arrugas con cada movimiento muscular, grabando en vídeo. Si no podían hacer un movimiento concreto, un cirujano de la universidad de San Francisco se ofrecía a estimular con aguja y electricidad dicho músculo.

Percepción | La codificación facial

Dominadas las unidades de acción, se pasaron 7 años combinando y superponiendo movimientos. Llegaron a la conclusión de que hay 300 combinaciones de 2 músculos, si se añade un tercero son más de 400. Ellos consideraron hasta 5 músculos de los que salen más de 10.000 configuraciones visibles. La mayoría no tienen significado. Son muecas. Al trabajar con cada una de las combinaciones averigüaron que más de 3000 podrían significar.

En una entrevista para el libro Inteligencia intuitiva de M. Gladwell se sentó en su despacho frente al entrevistador y habló de esta guisa:

"La unidad de acción número 4 puede hacerla todo el mundo" bajó el ceño valiéndose del músculo depresor del entrecejo y el superciliar. "La número 9 casi todo el mundo", arrugó la nariz mediante el elevador común del ala de la nariz y del labio superior. "Cualquiera puede hacer la 5", contrajo el elevador del párpado superior, levantándolo.

El investigador trataba de imitarle "hace ud muy bien la 5, cuano más hundidos se tienen los ojos más difícil es hacerla. Y luego está la 7", entrecerró los ojos. "La 12" sonrió activando el cigomático mayor. Disparó hacia arriba la parte interna de las cejas: "es la unidad número 1, aflicción, angustia". Elevando la porción lateral del frontal, elevó la mitad exterior de las cejas: "es la 2, es difícil pero no forma parte de nada, salvo del teatro Kabuki. Una de mis favoritas es la 23, consiste en apretar los labios, una muestra de ira que no falla, es muy difícil hacerla involuntariamente".

Después Ekman comenzó a superponer unidades de acción a fin de componer las expresiones faciales más complicadas que son las que reconocemos en general como emociones.

La expresión de felicidad es básicamente la suma de las unidades de acción 6 y 12: contracción de los músculos que levantan el carrillo (el orbicular de los ojos y la porción orbitaria del nervio óptico) en combinación con el cigomático mayor que sube las comisuras de los labios. 

La expresión de miedo se forma con las unidades de acción 1, 2 y 4, también la 5, la 20 pueden formar parte, así como la25, 26 y 27. El músculo que levanta la parte interna de la frente más el que levanta la parte externa, más el que hace que baje la ceja, más el que sube la parte superior del párpado, más el que estira los labios, más el que suelta la mandíbula.

Ekman y Friesen organizaron todas estas combinaciones, así como las reglas para leerlas e interpretarlas en el Sistema de Codificación de las Acciones Faciales (FACS). En esta obra de 500 páginas se dan detalles de lo que se puede hacer con los labios (alargarlos, acortarlos, estrecharlos, ensancharlos, aplanarlos, abultarlos, apretarlos y estirarlos), los 4 cambios de la piel que hay entre los ojos y las mejillas (protuberancias, ojeras, bolsas y arrugas).

Los principios del FACS se han usado para analizar los estados emocionales de las parejas que piden ayuda, o para otras invesgitaciones desde la esquizofrenia a las cardiopatías. También las han usado los animadores de Pixar en Toy Story y Dream Works en la película Shrek.

Dominar por completo el FACS lleva mucho tiempo y esfuerzo y solo unos cientos de personas en el mundo tienen certificación para usarlo en investigación. Quienes la obtienen adquieren un nivel descomunal en la percepción de los mensajes que nos enviamos mutuamente con los aparentemente imperceptibles cambios en los músculos de nuestro rostro.

Sistema de Codificación Facial - Wikipedia, la enciclopedia libre

Famoso es el análisis de que hizo Ekman cuando Bill Clinton se presentó a las primarias en 1992: "Le vi una expresión que es una de mis favoritas, es una mirada que parece decir: Mamá aquí me tienes con las manos en el tarro de mermelada, quiéreme porque soy un pillo. Se trata de las unidades de acción 12, 15, 17 y 22 con la mirada hacia arriba. Clinton había contraido el cigomático mayor, la unidad 12, formando una sonrisa clásica, y a continuación había bajado la comisura de los labios con el triangular de los labios, la número 15, había doblado el mentoniano, la número 17, que eleva la barbilla, luego había apretado ligeramente los labios para formar la 24 y por último había elevado la mirada".



miércoles, 24 de enero de 2018

PSICOGÉNESIS DE LA MORAL




Es evidente que la Ética no puede construirse indiferente a lo que somos por naturaleza, las pulsiones más oscuras de nuestra alma, los deseos de nuestro cuerpo están en el origen de la vida moral. Por eso la Ética ha de estar atenta a lo que dicen de nosotros los psicólogos.

La tesis principal de Carlos Gómez en su trabajo sobre la relación entre Ética y Psicología(1) es que la Ética no puede reducirse a Psicología, aunque la Psicología pueda explicar el origen, la génesis y los conflictos de la vida moral.

martes, 27 de diciembre de 2016

UNA PSIQUIATRÍA NACIONAL



UNA PSIQUIATRÍA NACIONAL

Ana Azanza
as personas del gremio “psi” y hace tiempo leí su Biografía de Franco así como su Biografía del miedo.

Nacido en Laguardia, hijo de un médico, fue un niño enfermo que no acudió a la escuela y aprendió a leer en casa donde se aficionó a la lectura. Era un chiquillo despierto que ya entonces observó “cosas raras” que ocurrían en la posguerra española y a las que nadie daba explicación. Uno de esos sucesos inexplicables lo presenció un buen día en plena plaza de la Audiencia. Se trataba de un desfile o procesión de mujeres mal vestidas y nauseabundas con el pelo cortado al rape, iban sucias porque se les había dado aceite de ricino que como se sabe tiene un efecto laxante. Los chiquillos de Jaén las perseguían haciendo mofa: “¡Pelonas! ¡Pelonas!”. Espectáculo dantesco. Preguntó en casa y obtuvo la callada por respuesta.

domingo, 16 de noviembre de 2014

MEMORIA SANA VS MEMORIA TRAUMÁTICA



Escrito por Ana Azanza

Boris Cyrulnik (Burdeos 1937) es un psicólogo, psicoanalista y neuropsiquiatra, profesor en la facultad de medicina de Toulon. Pero quizás lo más destacable de su curriculum sea la razón biográfica por la cual eligió esta dedicación profesional en la que ha cosechado éxito y popularidad. En uno de sus últimos libros “Je m’en souviens” narra su infancia de la que ya había dado algunas pinceladas en “Biografía de un espantapájaros”. Cyrulnik fue un niño judío de la Francia ocupada que a los 8 años se vio solo en el mundo, pues la Gestapo detuvo a sus padres. Ambos morirían en el campo de concentración.

viernes, 11 de octubre de 2013

EL ENEAGRAMA : UN APUNTE CRITICO

Luis Roca Jusmet

¿Qué es el eneagrama ? A la mayoría ni le suena, otros lo utilizan y algunos lo veneran. Expliquemos un poco su origen, su discurso y su práctica. El origen es mítico, lo cual ya levanta cierta sospecha: procede, dicen, del sufismo a través de Gurdieff. Para los que no lo conocen Gurdieff es un supuesto maestro espiritual ruso, que pretende haber entrado en contacto con diversas tradiciones esotéricas. Tiene escritos bastantes libros, algunos por él mismo y otros por un discípulo suyo llamado Oupenski. Sus afirmaciones son bastante enigmáticas. Hablan de una transformación radical a partir de un trabajo interno. Gurdieff funda una secta de seguidores que lo siguen ciegamente. El eneagrama es una figura de nueve puntas que Gurdieff utiliza en sentido esotérico. 

 
A todo esto aparece un tal Oscar Ichazo que dice haber aprendido estas técnicas secretas y formula un eneagrama de la personalidad. Este eneagrama es una figura de nueve tipologías que se relacionan entre sí de una determinada manera. Funda una escuela. Pero será Claudio Naranjo, psiquiatra chileno, el encargado de difundir por EEUU, America Latina y Europa este sistema. Naranjo procedía de la Escuela de la Gestalt, una variante de la psicología humanista, que combinaba con un eclecticismo muy al gusto de la New Age.

domingo, 8 de septiembre de 2013

VARIEDADES DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA

Autora: Ana Azanza 

No quiero que se acabe el verano sin hablar de una lectura que me ha costado hacer pero que me ha resultado muy provechosa. Me refiero a “Las variedades de la experiencia religiosa” de William James (1842-1910). Son 400 páginas de letra muy menuda en las que se recogen las conferencias Gifford que en el curso 1901-2 este filósofo norteamericano impartió en Edimburgo.

El título del libro responde literalmente al contenido. James hace una reflexión sobre la religión de enfoque no antropológico ni cultural, sino psicológico y para ello presenta innumerables experiencias religiosas de muy diversa procedencia y talante

sábado, 20 de abril de 2013

EVA ILLOUZ Y LOS LIBROS DE AUTOAYUDA

Autora: Ana Azanza 

EVA ILLOUZ, El sufrimiento triunfante


Luis Roca me sugirió la lectura de Eva Illouz “La salvación del alma moderna”, (2010). Fue a propósito de Onfray y su crítica al mito Freud, creador del psicoanálisis.  “La salvación del alma moderna” no es propiamente una crítica a Freud, sino un estudio profundo y documentado en hechos y realidades de la sociedad estadounidense que han dado pie a la hegemonía del discurso terapéutico en ese país, y por extensión a todos los países que de manera más o menos cercana nos podemos considerar en su órbita. Esto último es una estimación personal. Me parece que la presencia de las terapias “psi” en la sociedad es mayor en nuestros vecinos del norte.

martes, 26 de marzo de 2013

Siguiendo con la polémica Freud


Autora: Ana Azanza 











Sin enmendar la plana a Luis, sabes bastante psicología y psicoanálisis que yo desconozco y tu última contribución al tema es muy ilustrativa, comparto esta presentación que hizo Onfray en Burdeos en 2010. Me quedó claro que ni la psicología ni el psicoanálisis son ciencias en el sentido duro del término. Me parece que como filósofos formados en una determinada época y universidad, a lo mejor tenemos un alto concepto de lo que sea una ciencia y de su poder un tanto exagerado. Hay saberes no científicos, difícilmente sustentables en evidencias racionales matemáticamente formulables, que son muy necesarios.

Las terapias psicológicas pertenecerían a ese grupo de saberes. Se puedo objetar que es muy fácil el fraude, si no hay una evidencia racionalmente demostrable de resultados. Quizás sea esa realidad de un psicoanálisis mitificado con todo un “star system”, personas que viven de ello, lo que Onfray ha descubierto con su libro. En este vídeo asegura que el propio Freud reconoce los antecedentes de su creación como Janet y Breuer, pero que fueron sus incondicionales los que llevaron a arrogarse el título de “creador ex novo”.

También me gusta de esta intervención la defensa que hace Onfray de sí mismo como un “obrero” de la filosofía, que lee y escribe ocho horas diarias, sin domingos ni vacaciones. Su punto de referencia es la clase obrera a la que pertenece, su padre y su hermano han trabajado y trabajan ocho horas al día, y cuando se dedica tiempo e intensidad cunde. Sino es difícil explicar la cantidad de libros que lleva publicados “el filósofo de Argentan”. Los que se opusieron en los medios de comunicación a su libro sobre Freud lo tacharon de “odiador”, nazi, fascista…Pero Onfray se defiende y da a conocer que lo mismo dijeron de los 40 desconocidos autores del “Libro negro del psicoanálisis”. El mismo no había leído ese libro, lo tenía en su biblioteca y sólo lo abrió para prepararse las conferencias que da semanalmente en la universidad popular. En el libro negro descubrió acusaciones al freudismo que le sorprendieron y decidió indagar en ellas. Fue prácticamente una instrucción judicial que le llevó a descubrir un Freud muy diferente a la imagen que él tenía desde su adolescencia. Un Freud misógino, falócrata, misógino, belicista, defensor de la necesidad de un "guía" para el pueblo en su correspondencia con Einstein…era la estampa que se ofrecía a él después de haberlo considerado un liberador de la sexualidad. También observa que el "Libro negro" no era una defensa de las teorías comportamentales cognitivas, cuando sólo cuatro de cuarenta practican alguna TCC:

¿De dónde podía venir esa imagen tan deformada? Son los freudomarxistas y mayo del 68 quienes pusieron de moda la estampa de Freud liberador sexual.

Onfray descubre que el “Antilibro negro del psicoanálisis” que salió después del libro negro, en realidad había sido fruto de un coloquio que tuvo lugar cinco meses antes de que saliera el “Libro negro”. Colocaron las intervenciones de ese encuentro más alguna referencia suelta al Libro negro y pareció que era la constestación de los psicoanalistas que se defienden.
El compañero de Onfray en este vídeo es Jean Didier Vincent, neurólogo bordelés. Asegura que él ha hecho el camino inverso a Onfray, mientras muchos de sus colegas se desplazaban mensualmente a París para acudir al psicoanalista y hacerse ellos mismos psicoanalistas, él se resistió durante muchos años al psicoanálisis no le parecía serio. No sé qué grado de seriedad tiene las sesiones de análisis con una chimpancé del Jardin de Plantes parisino, y cuando recomienda ir a ver el orangután que la ha sustituido. Después de mucho resistirse al psicoanálisis vio en él un complemento a la neurología. Lo que une a todos, "psi" y neurólogos es la compasión, las ganas de ayudarse mutuamente. También se refiere a la contaminación psicoanalítica de la filosofía francesa en una época: Guatari, Deleuze, Derrida y todos los que pasaron entonces por la escuela normal superior.

Me parece ver en este Onfray la valentía y el coraje cívico para hacer un uso político de la cultura y del saber. Es cómodo quedarse en la propia biblioteca, leyendo y jugando con las palabras y los textos y de vez en cuando presumir de erudición. Más allá de la polémica este Onfray la da una dimensión social al saber, a la filosofía, al psicoanálisis y la psicología encomiable.

 Al final del vídeo, es un poco largo, más de hora y media, plantea su propuesta positiva. No se trata de vivir en la “negatividad”, siempre atacando los mitos y las leyendas, sino de construir. El mismo piensa en un psicoanálisis postfreudiano. Ha publicado ya un libro donde recoge esas ideas “Apostille au Crépuscule  Pour une psychanalyse non freudienne” (Grasset, 2010). No quiere hacerse psicoanalista porque no quiere pasar por el psicoanálisis, pero se preocupa por el dolor psíquico, las tribulaciones de la gente y lo caro que es pagarse una consulta psi. Las neurosis  y patologías varias no corresponden a universales del inconsciente sino que cada cual reacciona a sus propias aventuras existenciales. Un psicoanálisis personalizado, individualizado, el inconsciente de cada cual es lo que cuenta, no la muerte del padre y el banquete subsiguiente de la horda primitiva, mitos freudianos que Onfray deshecha. Es preciso ayudar concretamente a cada individuo en su propia coyuntura, ayudándole a superar, asimilar, sobrellevar, encajar no el complejo de Edipo, sino sus vivencias dolorosas que generan el malestar. Un psicoanálisis existencial, en la línea iniciada por Sartre cuando comentó algunos escritores como Flaubert o Rimbaud, pero aplicado a la gente.

Son interesantes las intervenciones del público a partir del minuto 40.
No para de meterse en líos. Este de Freud sólo fue una de las muchas polémicas a las que no tiene reparos en plantar cara. Se moja continuamente en política y los bofetones le llegan de procedencias diversas.

lunes, 25 de marzo de 2013

LO REAL Y LO ILUSORIO


Viajar es muy útil, hace trabajar la imaginación. El resto no son sino decepciones y fatigas. Nuestro viaje es por entero imaginario. A eso debe su fuerza. Va de la vida a la muerte. Hombres, animales, ciudades y cosas, todo es imaginado. Es una novela, una simple historia ficticia. Lo dice Littré, que nunca se equivoca. Y además, que todo el mundo puede hacer igual. Basta con cerrar los ojos. Está al otro lado de la vida.

                                                                                                    Louis Fedinand Céline  

 


   En  un condensado texto Julián Marías reflexiona sobre el significado de la palabra ilusión en la lengua español. En él plantea diferentes sentidos del término, extraídos tanto de la tradición filosófica como de la literaria: El término ilusión presenta varios significados, nos dice,  pero el que acaba dominando es el de engaño. En nuestra lengua hay un añadido lingüístico que enriquece el concepto al vincularlo a un sentido positivo: entusiasmo, víspera de gozo (por utilizar la expresión poética de Pedro Salinas).  Hay igualmente una perspectiva de futuro en el sentido de ligarlo a un proyecto, que es lo genuinamente humano. En la anticipación hay siempre una recreación.La ilusión se presenta también como una realización proyectiva del deseo, en la que se presenta una sucesión temporal en la que la ilusión es siempre posterior al deseo. Podríamos definir entonces la ilusión como un deseo con argumento. Siempre hay que tener en cuenta que deseo e ilusión  pertenecen a diferentes planos y que el desenlace de la relación entre ambos puede llevar a la desilusión.  La ilusión también se vive como referida a una ausencia: es una incitación a que se manifieste algo que está ausente y por lo tanto exige como resultado satisfactorio la presencia del objeto. Julián Marías presenta además como ejemplificación de esta proceso la obra de Pedro Calderón de la Barca La vida es sueño, donde los dos términos (vida/sueño) no se presentan como antagónicos, tal cómo lo aparecerían en sus significados más convencionales. Más bien hay que entenderlos como una paradoja  que apunta al enigma de la condición humana. 

jueves, 14 de febrero de 2013

¿ INTELIGENCIA EMOCIONAL Y AUTOESTIMA ? NO, GRACIAS


Escrito por Luis Roca Jusmet
 
 El término autoestima no me gusta. Autoestima quiere decir quererse. ¿ Quién se quiere y quién no se quiere ? Es difícil de decir, a veces la autocompasión es una forma de quererse... En todo caso podría significar querer la imagen propia con lo cual nos remite al peligroso mundo del narcisismo. Sociólogos brillantes como Richard Sennett ya nos han advertido de su naturaleza destructiva

 
  


viernes, 8 de febrero de 2013

EL PROBLEMA CUERPO/MENTE : NI DUALISMO NI MONISMO




Escrito por Luis Roca Jusmet



   Antonio Damasio, reconocido neurólogo con una buena formación filosófica, reivindica a Spinoza después de criticar a Descartes. Damasio mantiene que a la luz de lo que sabemos hoy del cerebro no es posible mantener una postura dualista como la de Descartes. Sostiene que quien conoce lo que dice la neurociencia y defiende una postura dualista ( como si mente y cerebro-cuerpo fuesen dos realidades independientes) lo hace por motivaciones religiosas. Así, es la fe católica la que llevó a destacados neurocientíficos como John Eccles a defenderlo. 

 

  En todo momento hay una explicación paralela de los procesos cerebrales que sustentan cada proceso mental o consciente. Aquí nos encontramos entonces con una cierta ambigüedad que se manifiesta en la última nota del apéndice final, que trata sobre la equivalencia entre mente y cerebro. La ambigüedad reside en que Damasio acepta la identificación entre los dos términos como haría un materialista reduccionista pero al mismo tiempo sigue manteniendo el término mente cómo de una realidad diferente al cerebro. Aquí parece acercarse más a las teorías emergentistas que aunque consideran que el cerebro y las actividades neuronales son la base física de la mente, los estados mentales no pueden reducirse a los anteriores. Pero en el fondo Antonio Damasio sigue manteniendo un materialismo reduccionista. Damasio nos da una imagen muy interesante del cerebro: es como una estructura física, donde cada elemento ocupa un lugar que está relacionado con otros, en la que se teje una red neuronal. Como bien nos dice, la gran paradoja del cerebro humano es que es al mismo tiempo universal (la organización y los patrones de conexión neuronal siguen unas pautas con pocas variaciones) y singular, ya que cada cerebro es distinto entre un humano y otro gracias a nuestra plasticidad neuronal. El ser humano es un cuerpo y lo es en el único mundo real, que es el físico. La mente es una imagen del cuerpo que tienen los animales que tienen memoria y emociones. La conciencia es un nivel superior de la estructura cerebral, que tenemos los humanos exclusivamente (que se sepa, por lo menos) y que nos permite una idea del cuerpo. Para Damasio la conciencia es el resultado de una combinación de determinados circuitos cerebrales capaces de unir las percepciones con los recuerdos, que se mantiene porque tiene una función evolutiva.

lunes, 7 de enero de 2013

Filosofía del abandono



Autora Ana Azanza

Presento esta entrevista de dos personas que además de su capacidad intelectual demostrada por los libros que ambos han publicado, tienen tras de sí una experiencia vital que hace de ellos seres humanos con mucho que enseñar.

Boris Cyrulnik es neuropsiquiatra, psicoanalista, autor del libro por el que llegué a él “Autobiografía de un espantapájaros”. En ese libro recoge experiencias de seres humanos del mundo entero, “heridos por la vida”, “espantapájaros”, seres necesitados de encontrar la “normalidad” de una vida en sociedad.  El sufrimiento es el mismo para todas las personas del planeta, pero la expresión del mismo, la reelaboración emocional del que lo ha pasado depende de los recursos de “Resiliencia” que la cultura dispone alrededor del afectado. La invitación a contarlo o la obligación de callar, el acompañamiento afectivo o el desprecio, la ayuda social o el abandono cambian el significado de la herida. Particularmente son las palabras y la posibilidad de contar historias lo que cambian las relaciones entre los humanos. Con las palabras tejemos la realidad, transfiguramos las cosas que tenemos a nuestro alrededor, también las vivencias.
Cualquier narración es una legítima defensa, basta dirigir nuestra historia a alguien que escucha para modificar nuestras relaciones, para no sentirnos igual.
Cyrulnik enseña que contar lo que nos pasó no es volver al pasado, sino que nos reconciliamos con la propia biografía. La fabricación de nuestra narración llena el vacío del origen que estorba a la propia identidad. Un hombre sin historia está como disperso, sin memoria y sin proyecto, sometido al presente en el brillo de lo inmediato.

Las calamidades humanas son más frecuentes que los terremotos o los tsunamis. Y le han permitido a Cyrulnik estudiar el mundo mental de los que las han provocado. Ocurren cosas tan increíbles como que hombres bien educados cometen actos perversos sin ser ellos mismos perversos.

Los supervivientes de cualquier genocidio o desastre humano, niños usados en la guerra por ejemplo, no están muertos del todo. Son espantapájaros, seres humanos ilusorios que sólo podrán ser verdaderamente humanos si su entorno les deja hablar. Sobre esas cuestiones empezando por su propia infancia de niño judío en la segunda guerra mundial, trata Cyrulnik en la entrevista.

Alexandre Jollien es un filósofo suizo, al que descubrí hace dos años por su libro sobre la “Algodicea”. Encantada de volver a encontrarlo y profundizar. Entonces escribí mi opinión sobre dicho libro, filosofía que vale, hecha desde la propia realidad, el propio cuerpo, la circunstancia de ser un discapacitado, y como afrontar la vida. Antes de nacer Alexandre Jollien se enredó el cordón umbilical alrededor del cuello varias veces lo que le provocó Atetosis, una discapacidad neuromotora.

Cuando no tenemos discapacidades miramos con lástima a los que las tienen, pero al leer “El oficio de ser hombre” somos los “capacitados” los que damos pena. Tenemos todo tan fácil que no valoramos ni disfrutamos nuestras capacidades. Menciona en el libro citado a Cioran, el filósofo rumano que se atrevió a ponerle semejante título a su obra: "Del inconveniente de haber nacido":

"El sufrimiento abre los ojos, ayuda a ver las cosas que no se habrían percibido de otro modo, Sólo es útil para el conocimiento y, al margen de ello sólo sirve para envenenar la existencia."

Los griegos hacían un juego de palabras "ta patemata matemata", lo que hace sufrir, enseña. Ellos inventaron la "algodicea" que parte de la experiencia de que no hay nada peor que un sufrimiento gratuito, absurdo, desprovisto de sentido. Mientras que la joven madre olvida alegremente los dolores del parto, mientras el trofeo del vencedor hace desaparecer los arañazos y las agujetas, los sufrimientos gratuitos y estériles no desaparecen nunca. Nos desposeen, nos privan poco a poco de la libertad. Así, frente al escándalo y, sobre todo, frente a lo absurdo de aquello que duele, los antiguos invitan a usar todos los medios posibles para hacer fructífero el momento doloroso.

No se trata de correr en busca del peligro, ni de revolcarse en el sufrimiento, sino de aprovecharlo cuando este se impone.

Aunque el sufrimiento envenene la existencia, también enseña. Pero, ¿cómo puedo practicar la algodicea? Los débiles me enseñan que sacar provecho del sufrimiento es, primero, aprovecharse, gozar de la vida. Celebrar lo que le da valor. Tampoco hay que caer en el espejismo de la curación perfecta, las heridas que recibimos en la vida se irán con nosotros a la tumba, forman parte de nosotros, así lo ve Cyrulnik al final de la entrevista.

El primer libro que dio fama a Alexandre Jollien fue precisamente “Elogio de la debilidad” que en 1999 recibió el premio de la Academia Francesa de apoyo a la creación literaria, cuando contaba sólo con 24 años. Desde entonces ha escrito “El oficio de ser hombre”, “Construcción de sí”, “El filósofo desnudo”, “Pequeño tratado del abandono”. Sobre este último le preguntan en la entrevista. Actualmente sigue escribiendo en su web,  donde la gente le aclama y le quiere como un auténtico guía y en la que anuncia que lamentablemente ya tiene todo el 2013 ocupado y no puede comprometerse a más conferencias.

Para alimentarse espiritualmente por una buena temporada…

miércoles, 2 de enero de 2013

¿ QUÉ ES EL YO ? : UNA PERSPECTIVA PSICOANALÍTICA


 Escrito por Luis Roca Jusmet

A esta situación se refiere el mito de Narciso. Cierto que está enamorado de su propia belleza., pero el mito seguiría teniendo sentido si amara su propia infelicidad. Se inclina al borde del agua indiferente a la voz que le pide que retroceda; quiere acercarse más y más a la imagen de sí mismo reflejada en la superficie del agua; en el mometo de esta unión consigo mismo, se ahoga. La estructura emocional del mito es que cuando uno no puede distinguir entre el yo y el otro y trata a la realidad como una proyección del yo, se halla en peligro. Este peligro está contenido en la metáfora de la muerte de Narciso: se inclina tan cerca del espejo de las aguas, su sentido del exterior está tan absorbido por los reflejos de sí mismo que el yo desaparece, queda destruido. En la vida ordinaria, tras la caída en el agua, como si dijéramos, el perfil clínico que presenta el paciente es el de sentirse muerto interiormente, sentir que uno no vale nada y ver que en el exterior no hay nada que valga la pena.                       
                                                                                                Richard Sennett



    Jacques Lacan plantea que la teoría del yo más fiel con el genio freudiano hay que abordarla desde dos aspectos claves: desde el yo corporal y desde las identificaciones. Esta declaración de principios la enfrenta radicalmente con otra interpretación del psicoanálisis centrada en la psicología del yo, entendido éste como la esfera libre de conflictos, el elemento mediador  que la cura psicoanalítica ha de reforzar. En este sentido un yo fuerte sería la garantía de una buena adaptación y, por tanto de una vida satisfactoria, es decir, sana. Para Lacan, por el contrario, lo que tiene que hacer el yo es abrirse al ello, no intentar dominarlo. 

   Si rastreamos directamente en Freud comprobamos que su teoría del yo es muy compleja que puede ser interpretada de varias maneras. A partir del “Proyecto para una psicología para neurólogos”, la noción de yo constituye uno de los hilos conductores de su elaboración teórica, que formula básicamente en  “Introducción al narcisismo” y  “El Yo y el Ello”. Pero no hay que olvidar otros escritos interesantes como “Duelo y melancolía”, “Psicología de masas y análisis del yo” y “”La escisión del yo en el proceso defensivo.” En todo caso lo que sí puede afirmarse es que hay una serie de elementos que son indiscutibles en la teoría freudiana del yo (y la diferencia de interpretación está en como se articulan todos estos aspectos): El yo es una instancia psíquica diferenciada del ello y del superyo y es el producto secundario de una acción psíquica específica y no de una derivación biológica espontánea.  El yo tiene una función mediadora  respecto a la prueba de realidad  (a la que nos someten las exigencias del entorno y de los otros) y a las tensiones internas ( derivadas de la presión contradictoria del ello y del superyo). Las identificaciones son un elemento constitutivo del yo y una función reparadora de las pérdidas de aquellos a los que amamos. El yo tiene una función unificadora de los límites corporales (la superficie del cuerpo, la envoltura corporal) y es la proyección del organismo en el psiquismo El yo es objeto de la líbido a través del narcisismo (El mito de Narciso, como sabemos, es el amor a la imagen de sí mismo) que se inscribe por lo tanto directamente en el 
 registro del  imaginario.


Foto


   Si vinculamos el yo con el imaginario es básicamente a través de las identificaciones, aceptando la definición lacaniana de que una identificación es la transformación de un sujeto a partir de una imagen. En esta línea el yo percibe imágenes que una vez recibidas e inscritas conforman su propia sustancia. Podemos ampliarla a partir de la definición de Laplanche y Pontalis en su diccionario de psicoanálisis:
 El proceso psicológico mediante el cual un sujeto asimila un aspecto, una propiedad, un atributo de otro y se transforma, total o parcialmente, sobre el modelo de éste. La personalidad se constituye y se diferencia mediante una serie de identificaciones. 

domingo, 12 de junio de 2011

Las tres psicologías

Autora Ana Azanza


Continuo con el Tractatus psychologico-philosophicus de Sloterdijk que dejé a medias.

Peter Sloterdijk
El hombre es un animal abierto. Posee todos los rasgos de un ser vivo sin terminar al que la idiosincrasia y la educación dan solo un bosquejo a grandes rasgos de la forma en que debe desarrollarse. Él debe ir hacia una culminación desconocida e incierta. Quien desee trazar una psicología para este ser ha de saber que no podrá hacerlo sin continuar la tarea de la evolución humana, aquí enlazo con el anterior artículo de Biedma sobre la evolución. Porque es imposible hablar de la psique del hombre sin hablar de su desarrollo, independientemente de si éste toma la forma del crecimiento o la del perfeccionamiento.

Distingue el filósofo alemán tres psicologías. 
La primera es la del animal, el ser-alma puro, es decir, un alma que no está marcada por la división y su única relación con el mundo es la adaptación y la armonía vigilante con el alma. El niño humano tiene un atisbo de esta psicología. Por lo demás, el reino animal está presente en nosotros sólo en modo de privación, como una  pérdida, como un absoluto y doloroso Nunca Más.

Estamos condenados a estar más cerca de Dios que de la divinidad. Los antepasados del hombre daban prueba de sagacidad al adorar a ciertos animales como dioses, para no perder la proximidad con el animal. Pero el comportamiento del hombre con el animal no permite formar una opinión muy halagüeña acerca de los hombres. Los hombres se conducen con el animal como el sobrino de Rameau lo hacía con el mundo civilizado. Del mismo modo que Rameau pisotea a los grandes con los que está irremisiblemente emparentado sin poder ser igual a ellos, así los hombres en general maltratan al animal divino que está inseparablemente unido a su destino pero cuya perfección original se ha hecho inalcanzable para ellos.

La segunda que tratamos como si fuera la única y verdadera trata del dilema del alma humana. Pero psicología humana en statu quo no puede haberla, psicología propiamente dicha sólo puede haberla del animal o de un dios. Para el hombre la psicología llega a destiempo, tarde porque no posee la simplicidad del animal, o pronto porque el hombre no es completo.
Por ello no puede habar psicología del individuo sino a lo sumo psicopatología, psicomecánica, psicodinámica, psicofísica. Por ello la segunda psicología sólo podrá ser una ciencia de las disculpas objetivas: por qué el hombre no es como podría ser. 

Así que la psicología humana forzosamente tiene una relación con su objeto sesgada, contrita o acusadora. La  segunda psicología se mantiene en una zona de penumbra moral. Siempre corre el peligro de convertirse en un factor en el engranaje de la mecánica psicopática. Si sucumbe a este peligro -imposible no sucumbir, dice Sloterdijk-, no adelanta ni un paso en los problemas que tiene planteados. Si no sirve para el perfeccionamiento del hombre la psicología no será más que una continuación de la psicopatía humana por otros medios.

Espero que no haya psicólogos leyendo estos propósitos, recuerdo que el libro de donde se han sacado estas ideas es una novela, no  un tratado. De hecho puede que lo que Sloterdijk está exponiendo aquí sea sólo el pensamiento del protagonista de la novela, el joven médico Van Leyden interesado por novedosos métodos de curación psicológica.

Sólo la tercera psicología (en el caso de que un día existiera) sería la verdadera ciencia del ser humano (en el caso de que un día existiera). Sería la psicología de la vida completa, una contemplación de la psique que ha superado la división provocada por la civilización. La tercera psicología encierra la utopía de la libertad real. Que no se alcanzará hasta que cada uno haya comprendido que se debe a sí mismo una libertad real. En esa etapa se habrá disipado la ilusión del Yo central que se ha introducido como un nudo en la relación de la vida consciente consigo misma.
El alma ya no sería la relación privada individual con un exterior sino el Acto de Ser que brotaría a través de mi cuerpo vacío. El pleno existir en sí misma del alma, exento de autorreflexión, el puro derramarse de una fuerza vigilante. Sólo entonces el alma se reconciliaría con su naturaleza meteórica, doliente e incandescente. Pero a esta reconciliación debe anteponerse el sometimiento del Yo doliente y pasivo a todo el peso de la propia vitalidad.

Sólo con la supresión del "yo pienso que soy así" con todos los imperativos de superación y oposición que conlleva, podría ese ser dividido convertirse en un ser completo de orden superior. Cuando se diluye en el Yo su vida rebasa los límites de la superación y la oposición para convertirse en una armonía infinita. 

El hombre sería impulsado a una existencia más alta y más consciente. Y desde esta tercera psicología "divina" se ve mejor el problema fundamental de la segunda psicología. El Yo está siempre en guerra consigo mismo. O bien es un rebelde condenado a la eterna revolución, o bien un tirano condenado a maltratarse a sí mismo. En cada caso, el sujeto es el reverso activo de su predisposición pasiva; un sojuzgador sojuzgado, un aislador aislado, un golpeador golpeado, un enloquecedor loco, un explotador explotado. Por consiguiente el sujeto, por su esencia más íntima, siempre será un eslabón de la cadena de las agresiones y las defensas. Donde quiera que se manifieste tiene que hacerlo para proseguir irremediablemente con la proliferación del dolor.

Por lo tanto la psicología es esencialmente psicología social, es decir, psicología del engaño y del abuso mutuos. Y he de reconocer que mi primer contacto real con la psicología social fue por mi interés en indagar el porqué de ciertos abusos de tipo laboral y vital que yo misma sufrí. Así que en este punto me parece que entiendo bastante bien lo que quiere decir Sloterdijk. La tercera psicología empieza allí donde termina el salón de los espejos de la psicología social, con su mecánica y su pedagogía. En la segunda psicología, con los espejos por medio, cada cual es otro y nadie es uno mismo. 

Pero en la tercera psicología no hay reflejos ni reacciones, sino pura espontaneidad. No hay pasiones, sino entusiasmo. No hay locura, sino comicidad. No hay problemas ni soluciones, sino el matrimonio de la transparencia con el secreto. Cuando los hombres empiezan a ser hombres totales renuncian a determinarse mediante sus relaciones. No más relaciones ni más disculpas. Sólo saludos lejanos en las encrucijadas del infinito, saludos de meteoro a meteoro. Un intercambio de destellos de incandescencia a incandescencia y un cauto caminar con los pasos inaudibles del amor.

Saludos de incandescencia a incandescencia.
Choque de galaxias

lunes, 6 de junio de 2011

La psicología, hija "fantasmal" de la filosofía

Autora Ana Azanza

En la novela "Der Sauberbaum", "El árbol mágico" de Peter Sloterdijk se describe la historia de un joven médico austríaco que viaja a París para conocer a Mesmer, pionero de la psicología. Mesmer, personaje que existio realmente,  http://es.wikipedia.org/wiki/Franz_Anton_Mesmer,
utilizaba la hipnosis para curar a sus pacientes. La trama en sí no me ha gustado especialmente, pero me ha parecido una pequeña joya el breve Tractatus psychologico-philosophicus que hay en la última parte del libro.


La única novela de Sloterdijk (1985)


"La filosofía moderna está maldita. Por sus ambiciones científicas está condenada a comprender toda la historia de todo el mundo y, sin embargo, no conoce ni la Historia, ni el mundo, ni lo que representan. La filosofía sólo puede saber que la historia del mundo ha de ser la historia de un despertar. De otro modo, ¿cómo sería posible que en lo infinito apareciera un ser vivo que, en las pausas y los vacíos de su vida, se asoma sobre el borde de lo inmediato? Pero tan pronto como el ser vivo da la espalda al presente inmediato, comprende que el mismo se escapa en todas las direcciones. Sabe que, más allá del horizonte, existen las montañas y mares invisibles y que, detrás de todo lo visible, se abre un espacio enorme que es dominado por coexistencias invisibles. ...."

Sloterdijk describe la vida consciente como un fenómeno meteórico que brota de lo inmenso e incandescente. Fugaz. El hombre es un meteorito pensante. Sólo en contacto con lo existente se inflama su envoltura. Yo ardo, por lo tanto no puede ser que no haya nada. Si yo ardo es que estoy aquí para coexistir con los demás que aquí están.

¿Qué es esa incandescencia? el mismo preguntar eso es infantil. La incandescencia está unida al preguntar, no hay posibilidad de averiguar el secreto de la incandescencia preguntona. Mientras ardemos pensamos y preguntamos, pero llega un día en que la incandescencia se extingue y las cosas ya no nos afectan. Sólo un loco puede plantearse las cosas como pensaría los muertos del Más Allá.

En la incandescencia no hay un más allá, el destino del espíritu humano se decide entre los polos de "contra" y "dentro". Los filósofos de todos los tiempos han intentado hablar como si estuvieran fuera de esas leyes. La filosofía moderna ha llegado a engullir el mismo concepto de ser para atribuirle el contenido de su imaginación. El yo pienso cartesiano acaba tragándose todo, incluido Dios y el Ser. "Pienso luego existo" significa en realidad "pienso que existo". Desde que este pensamiento se abrió paso, la vida humana se ha convertido en un baile de fantasmas que aparentan ser lo que se imaginan que son.

Y cuando los fantasmas predominan empieza la época de la Psicología. Asegura Sloterdijk que psicología es la filosofía que hace penitencia, tiene que pagar las consecuencias fantasmales del "yo pienso". La psicología es la filosofía negra de la edad moderna. Las incandescencias extintas, el Ser muerto por el pensamiento entran ahora por la puerta excusada del consciente: cuanto más se arman los hombres del yo pienso, más psicología tiene que surgir en esta sociedad para regular el tráfico de los fantasmas. La psicología está sometida al dominio de los fantasmas, y nadie puede garantizar que la psicología no termine en un círculo absurdo, en el que unos fantasmas pretenden ayudar a otros fantasmas a desembarazarse de su fantasmal condición. Si un día llega esta situación, la psicología regresará a su punto de partida, el "pienso luego soy" moderno. Que la psicología vuelva a la filosofía, y que la filosofía renuncie a su falsa perspectiva de verlo todo "desde arriba".  Así podrá recibir a la hija pródiga.

Nada de esto va a pasar mientras los propietarios de consultorios sigan ganando dinero.

Todo "yo pienso" se presenta como un "yo pienso que soy así y de esta manera". Nos presentamos en la pose del yo masivo que está en el mundo firmemente, en plena posesión de sí mismo. Este Yo se llena de fuerza y de un sentido prestados. Todo Yo total se parece a un loco que se cree otra persona y por lo tanto se halla en camino de convertirse en aquello que imagina ser. El que quiere ser plenamente dispone de todo el guardarropa de las grandezas humanas.

Cada uno de nosotros que escenifica un positivo "este soy yo" también padece cierta paranoia en la medida en que nos identificamos con nuestro yo interior como con una misión. Mi nombre no me pertenece, es un préstamo, un equívoco que delata solamente como me nombran los otros. Nombrar significa en este caso "producir" o "suprimir".

La contrafigura del yo paranoico la constituye el depresivo. La infinita melancolía del rey destronado que sueña con la felicidad perdida. El depresivo es víctima de una idea de sí mismo, que no es una imagen plena idéntica a sí mismo, sino la imagen de la desolación, de la infinita carencia. El depresivo quiere salirse del mundo para afrontarlo como una nada. Todo se resume para él en claudicación y pérdida. No conoce más que abrumadores recuerdos y privaciones del ser inalcanzable. El escenifica el "yo pienso que soy así" en sentido negativo, como un ser rechazado, despojado, alienado.

El loco poseedor del yo y el depresivo negador del yo son dos gemelos antagónicos. En el transcurso de la vida tantas personas pasan de un extremo al otro. Empiezan en la euforia y terminan en el pasmo. O empiezan en la insignificancia y acaban en caudillos esforzados del bien. Presentan la versión positiva y negativa de la identidad psíquica. Lo importante es mantenerse en la escala entre el Yo iluso del paranoico y el Yo negado del deprimido. Sólo en el delicado término medio se halla la salud psíquica que es, el lugar de la verdad filosófica, el filo del equilibrio.

El depresivo se cura con excitación y participación en cosas importantes, el paranoico con el relajamiento y liberación de grandes tareas. El abatido tiene que aprender a respirar hondo y dejar circular por su cuerpo el viento hinchado de una inspiración existencial. El paranoico por el contrario debe aprender a espirar y advertir que el viento de los grandes problemas no se preocupa de su Yo hinchado.

CONCLUSION POR HOY
Una de las grandes paradojas de la mente humana es que la fuerza y la verdad se han situado en campos opuestos y encajan entre sí perfectamente. Nadie tiene más energía que el que está empujado por el delirio y nadie está más cerca de la verdad que el sumido en el pasmo de la depresión. En uno realiza vuelos grandiosos y trascendentales. El otro mira el mundo como si no tuviera nada que ofrecerle.
Pero allí donde la FUERZA y la VERDAD se encuentran se crea el clima propicio para el milagro de la vida lograda.

Equilibrio sería poder decir ni esto ni lo otro. El ser vivo nunca se deja forzar a elegir porque intuye que él no es ni alguien ni nadie. Tiene algo de todo y no es nada de todo. El que ha encontrado el ojo del ciclón se funde con la vitalidad absoluta que no se disipa en naderías beligerantes, con sus posiciones, sus valores, sus intereses y sus razones. Hace de su vida una expedición a las regiones inexploradas del Ser que se encuentran entre la sinceridad y el don de la inventiva. Profundiza más y más en la auténtica tierra de la verdad. Es una tierra sin mentira ni pasado. Sólo en este mundo virgen puede producirse lo nuevo. Cuando aumenta la percepción y disminuyen las figuraciones, salimos al cielo del presente, errantes como nómadas, extáticos como derviches, quietos como árboles.

Dejo para otro día las tres psicologías.

miércoles, 1 de junio de 2011

Soma y Pneuma


Pneuma y Soma. Psique, animus, anima, corpus, humus, homo. Somos un ser complejo. Como el gigante Anteo, somos hijos de la Tierra. Un puente tendido sobre un abismo: materia y energía, potencia y acto; causas, efectos, formas y fines; predisposiciones y proyectos; sensibilidad y percepción, memoria y fantasía, comprensión e invención.

Partimos de lo pesado y nos desvivimos por alcanzar los reinos de lo etéreo o tocar las tetas de las diosas. Placer y poder, resignación, dolor y servidumbre. Dos caras de lo mismo. Deseo y frustración. Necesidad y libertad. Polvo de estrellas, nostalgia de estrellas. Nostalgia del espíritu, que es algo más que el aroma de los buenos vinos.

Espíritu y Cuerpo, como un ángel cabalgando a un tigre o un diablo alimentando a un cerdo. Desengañémonos: no somos "almas bellas", aunque debamos aspirar a serlo. El espíritu también tiene sus pecados inconfesables, que afectan a la carne y la desordenan. La carne, sus particulares apetitos y pasiones, pero constituyen la fuerza del espíritu y la sal de la tierra. Nada grande se hace en el mundo sin pasión.

El futuro hunde sus raíces en una historia natural (antropología) y en una historia del espíritu (psicología). La antropología no para de cambiar la filogenia del homínido feroz y compasivo que también somos, gracias sobre todo a los descubrimientos paleontológicos. Erectus, habilis, ergaster, antecessor, heidelbergensis, neanderthal, sapiens, ¡y el perturbador enano de la isla de Flores!

La psicología, con su manojo de escuelas y tendencias, compensa sus complejos de inferioridad y su mala fama de magia laica usando la estadística y las matemáticas como una retórica y un crédito de cientificidad y rigor, en parte estéril. Las neurociencias apenas arañan los complejísimos pálpitos de ese reloj cuántico que vive y crece escondido en nuestro cráneo.

No somos animales, ni el mundo es para nosotros un mero conjunto de estímulos. Tenemos puesto en el mundo y la configuración del kosmos depende de nuestra acción creadora. No somos dioses, pero tampoco somos mecanismos computadores. Sin embargo, la etología muestra lo que nos hermana con las bestias, y las ciencias de la computación ofrecen reflejos de aspectos parciales de nuestras capacidades cognitivas. La lógica, por su parte, muestra su corazón tautológico y su periferia persuasiva, pura "fuerza ilocutiva".

Hemos de aceptar que somos un cuerpo con vida espiritual y una vida espiritual capaz de ordenar los movimientos del cuerpo, o lastrada por él. Y necesitamos encontrar un equilibrio entre condicionantes y aspiraciones.

El imperativo apolíneo del "conócete a ti mismo" no vale por sí mismo sin un propósito que lo vuelva inteligente. "Conoce las piezas para conservar su buen funcionamiento"; o tal vez: "reconstrúyete según un designio razonable, armónico, inteligente", o más humildemente: "descubre el orden que te constituye, guárdalo y el orden te conservará a ti".

Nota bene

Parece que la voz 'psyque' (alma, mente), significó primero en griego arcaico mariposa; la de la ilustración se llama Pararge aegeria -popularmente, Maculada-, y fue retratada a fines de mayo en la Loma de Úbeda, dispuesta a echarse a volar en cualquier momento, en el sotobosque de un almezal, sobre un montón de hojarasca. En el frescor de la sombra, buscaba un rayo de sol que la animase.
'Pneuma', la palabra que escogieron los helenísticos para exhalar su espíritu, significaba soplo, aliento, pero también llamarada, ángel y demonio, espíritu divino y, en fin, viento de la fortuna y prosperidad.