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martes, 14 de abril de 2020

DESIGUALDAD NO ES FELICIDAD



Hay estudios que muestran los efectos del egoísmo, la competencia y el materialismo sobre los seres humanos. Un análisis que da que pensar.

Ana Azanza por la traducción
 
El autor norteamericano  Dinesh D’Souza explica: "Algunos reprochan al capitalismo que es un sistema egoísta. Pero el egoísmo no está en el capitalismo sino en la naturaleza de los hombres”.

martes, 15 de mayo de 2018

MUERTE DE MEMBRILLO


Flores de Membrillo. Loma de Úbeda.
El pobre León Leonardo, conocido piloto Sirio recordado por  Cunqueiro, quedó paralítico de un naufragio sucedido en la mar salada cuando salía a la arábiga, a la pesca de tortugas para vender a la corte bizantina, donde se las pintaba y eran famosas en piscinas decoradas con mosaicos de teselas.

Se enamoró por la risa que oyó tras una puerta. Aquella melodía le llegó a la entraña. Era la voz bien timbrada de una viuda, la cual no dudó en acudir presurosa con la última dosis de aceite a la lámpara mágica de los deseos cuando León la requebró. La mujer estaba por santificar el vínculo, pero Leonardo desistió de casarse al descubrir que era la misma mujer que de chico le amamantara.

Cesó la risa y cayó la noche. Casó León después con una eslava por ver palacios de algas y viñas submarinas en sus ojos verdes. Y engendró en ella a Paloma.

Después pasó lo que pasó en el mar arábigo. Ya inválido, cuidó de él su hija, que estaba muy enferma. Abandonada en amores, la herida de su corazón le ponía los labios azules. Su padre decía que moriría como un membrillo.

- ¿Cómo es eso? -le preguntó Alción de Ítaca a León Leonardo en medio de una de aquellas conversaciones interminables que sostenían en la terraza, mientras su hija vigilaba desde una ventana.

- Pones un membrillo en tu armario y algún día lo abres porque quieres vestirte camisa limpia, y te saluda el dulce olor. Vuelves unas semanas más tarde y el membrillo ha perdido de repente todo su aroma, y entonces dentro del armario se conserva la memoria del membrillo en los pañuelos, los pantalones, las camisas, los calzoncillos...

La hija de León murió antes que el padre, como paloma que no supo o no pudo volar. Y remata Cunqueiro que es porque está hecho para sufrir el cuerpo, que es mucho más débil que el espíritu. Eso o algo así imagino, pues también yo hablo de memoria.

lunes, 17 de abril de 2017

LA CONCEPCIÓN ESTRUCTURISTA DEL SER HUMANO Y EL PROBLEMA DE LA RESURRECCIÓN Y LA INMORTALIDAD DEL ALMA.



La ciencia y la filosofía contemporáneas obligaron a revisar la concepción antropológica tradicional que sostiene que el ser humano está compuesto de dos sustancias: el cuerpo y el alma. Esta revisión afectó tanto al dualismo radical platónico -versionado después por Descartes, quien estableció la distinción entre Res cogitans y Res extensa- como al al hilemorfismo ariostotélico-tomista que apeló a dos principios ontológicos complementarios: el cuerpo como materia y el alma como forma informante de esa materia. 

A los pensadores cristianos que no aceptaron ni el dualismo radical platónico-cartesiano ni el hilemorfismo aristotélico se les planteó entonces el problema de intentar armonizar ideas y creencias. Uno de ellos fue el filósofo Xavier Zubiri, que se enfrentó con la dificultad de conciliar su fe con su concepción del ser humano como unidad estructural de cuerpo y psique; entendida esta unidad no como el resultado de la adición de dos sustancias, el cuerpo y el alma, sino como estricta unidad psico-orgánica. Esta concepción antropológica conduce necesariamente a la idea de "muerte total", es decir, a la idea de que al morir, todo en el hombre muere, lo que implica la negación de un alma inmortal.

lunes, 21 de noviembre de 2016

LA MEDICINA ES UN ARTE



Ana Azanza

Siempre me había intrigado el hecho de que Aristóteles considerara que la medicina era un arte, más bien parece una ciencia. Pero a raíz de esta charla de Michel Onfray en un congreso de médicos creo haber comprendido el motivo de la clasificación aristotélica de la medicina entre las tekné, al lado de la carpintería o la escultura.

viernes, 19 de agosto de 2016

PENSAMIENTO AFECTIVO, AFECTIVIDAD PENSANTE



Un amigo filósofo me regaló hace tiempo el libro de Michel Henry “Filosofía y fenomenología del cuerpo” que sólo ahora he leído con detenimiento. Michel Henry es un fenomenólogo francés no tan conocido como Merleau Ponty, tuve la suerte de conocer a un discípulo suyo que nos explicaba con entusiasmo su Fenomenología.

sábado, 19 de abril de 2014

NECESIDADES DEL CUERPO Y DEL ALMA

cats

Escrito por Ana Azanza

Se ha presentado en Madrid el libro de Silvia María Valls y Mailer Mattié titulado "Las necesidades terrenales del cuerpo y del alma. Inspiración práctica de la vida social", editorial La Caída, 2013. Ambas autoras dirigen el Instituto Simone Weil y comparten el interés por esta filósofa a través del Atlántico Silvia María Valls reside en el corazón de México y Mailer es una venezolana afincada en Madrid y voluntariamente apartada de la vida académica.
 Lamentablemente no pude acudir al evento, pero Mailer Mattié ha tenido la gentileza de enviarme y dedicarme un ejemplar lo que le agradezco públicamente. Simone Weil de la que escribí hace no mucho nos ha unido virtualmente.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Fantasma de luz de luna


 

“ils sont charnels, tous deux, l’amour et la mort”La montaña mágica. « Sopa de eternidad »


Hacia 1976 leí La montaña mágica (Der Zauberberg, 1924) de Thomas Mann, en una traducción de Mario Verdaguer que editó Plaza y Janés en su popular colección Reno. Formaba parte de la biblioteca de mi padre, al que seguramente debo parte de mi afición a la lectura. La novela me absorbió tanto como aquellos Cuentos lapones que nos leía mi madre de chicos, tanto que mandé encuadernar sus dos volúmenes en tela azul añil, el color de los ojos del hada de Pinocho. Este verano, incitado por el artículo de Marisa Siguán “Hans Castorp: hechizado por el tiempo”, he retomado la lectura de sus capítulos centrales. Ahora, la traducción me ha parecido imperfecta; su prosa, algo retórica y reiterativa; su motivo romántico, un tanto cursi. Los gustos cambian y el tiempo hace de testigo insobornable.
Pista de patinaje del sanatorio de Davos

Sin duda sigue siendo una obra maestra, un ejemplo admirable de lo que a su autor le gustaba considerar como una “novela de formación” o “iniciática”, un Bildungroman. El protagonista, Hans Castorp, viaja a los Alpes suizos para visitar a su primo tuberculoso. Planea una visita de tres semanas, pero se quedará en el Berghof siete años. ¿Qué es lo que le hipnotiza y retiene en el sanatorio de Davos?

Según Marisa Siguán[1], tres ámbitos temáticos marcan sus experiencias: La abolición del tiempo convencional que miden los relojes; el contacto trascendental con la enfermedad, el amor y la muerte; y los grandes debates intelectuales de la cultura europea de las dos primeras décadas del siglo XX. Aquí insistiremos en los dos primeros temas.

viernes, 6 de septiembre de 2013

El cuerpo según William Blake

Con respecto a 'espíritu y cuerpo' me viene a mente aquél verso de Blake que dice:

"that call'd Body is a portion of Soul discern'd by the five Senses" 
(en Matrimonio del Cielo y el Infierno). 

Es decir:  lo que llamamos cuerpo es la porción del alma que nos es accesible a través de los cinco sentidos. 

Me parece interesante la afirmación de Blake, que no era un científico sino un artista, y por lo tanto un intuitivo, porque pone en cuestión un prejuicio cultural: la idea de que el cuerpo es algo per se y el alma alguna otra cosa. 

Asumir esa dualidad, nos demos cuenta o no, condiciona nuestra manera de plantearnos cualquier tema en relación al cuerpo y el espíritu.  Entonces nos preguntamos cómo puede ser que siendo distintos estén tan íntimamente 'unidos'.  O bien negamos la existencia de alguno de los dos. Por ejemplo la del alma, cuando se intenta reducirla a no ser sino un epifenómeno de procesos bioquímicos cerebrales. O, al revés, se niega al cuerpo. Por ejemplo, cuando se lo reduce al rango de un objeto exterior que puede ser manipulado a gusto del 'alma'. 

Ejemplo de eso último es que las mujeres de hoy se operan los pechos sin tener motivos de salud y sólo para adaptarse a un patrón cultural de belleza femenina; o cuando las personas con la llamada 'disforia de género' mutilan quirúrgicamente su cuerpo para adaptarlo a su identidad psicológica. 

No digo que eso esté mal, ni bien, no hago un planteo moral, sólo digo que ahí se trata al cuerpo como un objeto exterior al que se puede modificar en función de las preferencias del 'alma'. Se lo trata del mismo modo, con la misma actitud, que se modifica la materia para que sirva a nuestros propósitos (como se corta madera para hacer una silla o una mesa).            

En cambio lo que dice  Blake es que lo que percibimos como cuerpo es el alma misma. Es el alma manifestándose en un registro sensible.  Puede extenderse la idea de 'cinco sentidos' hasta incluir cualquier método de registro que se base en datos sensibles, como una electrocardiograma, una resonancia magnética, etc. 

Desde el punto de vista de Blake  sólo por un proceso de abstracción concebimos el cuerpo como una realidad dada per se; como una realidad 'objetiva' separable del alma. Pero lo que percibimos, y vivenciamos, al percibir un cuerpo es al alma.  

A mí esa mirada me  resulta particularmente interesante en el caso del cuerpo humano. Pues el cuerpo humano es un cuerpo personal. Por eso parafraseando a Blake yo diría: lo que llamamos el cuerpo es siempre el cuerpo de alguien. 

Para tomar conciencia de eso basta con considerar que si un cuerpo no es el cuerpo de alguien, entonces, ya no es un cuerpo, es un cadáver. 

Pues, la vida no se retira del cuerpo humano como la electricidad se retira de un artefacto, sino que hay un elemento personal en la vida del cuerpo del hombre y es ese elemento personal el que falta en el cadáver.   

De ahí que el cuerpo sin 'alguien', el cadáver, es decir el cuerpo reducido a mera materialidad sensible, se disgrega, se descompone. ¿No hay ahí una indicación de que el soporte material sin el 'alguien'  es totalmente irrelevante, o es más bien nada?  

Por algo en ciertas escuelas budistas se enseña a los discípulos a meditar en la descomposición cadavérica. No se trata de necrofilia sino de una toma de conciencia de la insustancialidad de nuestro soporte material sensible. 

Por supuesto a todo esto se pueden plantear objeciones. Pero el verso de Blake tiene el mérito, a mi juicio, de que plantea el cuestión del cuerpo como desde fuera de los hábitos mentales de nuestra cultura. Una cultura heredera de la modernidad, y en la que todavía rige, sea explícita o implícitamente, la separación entre res cogitan y res extensa.   

Bueno, habría mucho más que considerar con respecto a esto. Pero sólo quise compartir estas ideas con Uds. para responder a la amable invitación de José Biedma.  Gracias. 

miércoles, 6 de marzo de 2013

SOMOS UN CUERPO


Escrito por Luis Roca Jusmet


La discusión sobre si somos o tenemos un cuerpo es muchas veces equívoca. Me gustaría hacer una pequeña aportación para concluir que efectivamente somos un cuerpo. Es decir, que con esta afirmación entendemos mejor nuestra condición que con la contraria, que afirma que tenemos un cuerpo.

viernes, 1 de marzo de 2013

Lágrima órfica

El 13 de julio de 2009, Angèle Lieby sintió que su dolor de cabeza estallaba en migraña, extraños picores, entumecimientos, trastorno del habla, insuficiencia respiratoria... Se le iba la vida. Un chequeo revela una anomalía en los glóbulos blancos. Los médicos la dejaron en coma terapéutico.

Entonces empezó la pesadilla. Angèle despertó del coma, pero nadie lo supo, no podía mover ningún miembro físico, aunque sí podía jugar con sus representaciones mentales. Como ella misma cuenta: estaba viva atrapada dentro del ataúd de su propio cuerpo. 

Los médicos la consideraron clínicamente muerta y la sometieron a torturas de todo tipo, mientras ella estaba consciente (esa consciencia, ¿no era ella?), con más de una decena de cables y sondas por todo el cuerpo, sintiéndolo todo, un dolor que describe como insoportable, irreal e indescriptible. Le llegaron a pellizcar los pezones para probar que no vivía, que no sentía, cuando sólo era incapaz de reaccionar... Y los médicos propusieron a los familiares la desconexión de las máquinas que alimentaban su cuerpo, aparentemente inerte...

Pero entonces, 25 de julio de 2009, Catty, su hija, tras suplicarle incesantemente que despertase, que volviese, que no se fuera, que sus nietas la necesitaban..., vio que su madre soltaba una lágrima y movía el dedo meñique izquierdo...

Angèle estaba paralizada por una extraña enfermedad: el síndrome de Bickerstaff, pero estaba viva. Poco a poco se fue recuperando y, al fin, en 2010, decidió contar su experiencia: Me salvó una lágrima, libro que se ha convertido en un "best seller" internacional.

Gilles Deleuze

Casualmente, al enterarme de esta noticia, estaba estudiando unas lecciones de Gilles Deleuze sobre Kant (Marzo-Abril 1978). En la tercera, el filósofo francés parte de la interpretación del Cogito cartesiano...
"He aquí que lo que soy está determinado por la determinación "yo pienso"; está determinado como la existencia de una sustancia pensante. A Descartes se le dice que todo eso es muy bonito, pero que no nos prueba que no es el cuerpo quien piensa en nosotros. Un materialista de la época le dice eso. Y Descartes responde, desde que se le hace la objeción, él es muy insolente, dice, usted no ha comprendido nada, yo nunca he pretendido que no es el cuerpo quien piensa en nosotros. Dice exactamente esto: 'lo que pretendo es que el conocimiento que tengo de mi pensamiento no puede depender de cosas que aún no son conocidas'. En otros términos, no se trata de saber si es o no el cuerpo quien piensa en nosotros, se trata de constatar que, en la perspectiva del recorrido cartesiano, la conciencia que tengo de mi pensamiento no puede depender de cosas que aún no son conocidas, a saber, el cuerpo, puesto que la duda lo arrastra también bajo ella".
Me ha acordado de Angèle, la conciencia que tenía de su propia impotencia, de su sufrimiento, de lo que oía y sentía, su sensibilidad íntima, el yo que pensaba en lo que le estaban haciendo, que sufría por su impotencia, no tenía nada que ver con la insuficiencia de mielina en las células del sistema nervioso central que al parecer produce este tipo extraño de parálisis física, ni con la enfermedad cuya base nerviosa desconocía del todo. Pero ella sabía lo que le estaba sucediendo, incluso lo que estaban haciendo con un cuerpo que ya no parecía ser suyo. Sencillamente, tenía un cuerpo que no acataba las órdenes de su yo ejecutivo, una receptividad sensible que carecía de espontaneidad reactiva, y por encima de todo eso, una voluntad de vivir que peleaba por recuperar el movimiento físico y su control.

Llamadle voluntad racionalconatus o espíritu. Lo cierto es que sopla donde quiere. Puede que en una lágrima...


domingo, 3 de febrero de 2013

MICHEL SERRES, FILÓSOFO DEL PLANETA


Autora Ana Azanza


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Presento en este vídeo a Michel Serres (1930), filósofo, marino, historiador de la ciencia, deportista, amante de los grandes espacios, sean desiertos, sean las cumbres del Himalaya. Profesor en universidades de los cinco continentes, fiel a su idea de que un docente que no ponga en contacto su saber con todas las culturas y sensibilidades sería hoy profesor a medias. La ciencia está mundializada, pero también la enseñanza, por eso lleva más de 30 años en Stanford y se ha paseado por Sudamérica, Sudáfrica, India, Corea. Ha experimentado que lo que en unos países se entiende con una explicación de un minuto en otros se necesita una hora, es decir, sabe muy bien que el hombre con h mayúscula de la filosofía no existe.

sábado, 1 de diciembre de 2012

LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES DE LA ANTIGUEDAD. EL DEBATE ENTRE PIERRE HADOT Y MICHEL FOUCAULT

   Desde perspectivas y trayectorias diferentes dos filósofos franceses, Pierre Hadot y Michel Foucault han intentado extraer lo que podemos aprender de las escuelas filosóficas grecorromanas. Nacidos con pocos años de diferencia (Hadot en 1922, Foucault en 1926) hasta muy tardíamente no coincidieron en sus intereses. La muerte prematura de Foucault malogró un debate que podía haber sido muy fructífero. Mientras las referencias de Foucault a Hadot son puntuales y académicas, Pierre Hadot formula tras la muerte del anterior una crítica respetuosa pero clara a su planteamiento. Sin duda hay un debate de fondo muy interesante sobre la manera como ambos defienden la filosofía como forma de vida y en cómo interpretan a los antiguos según sus diferentes perspectivas. El debate que filosóficamente sería posible y fecundo se vuelve imposible. Es curioso comparar cómo trayectorias tan diferentes pueden converger en la madurez, a partir del interés mutuo que manifiestan a partir de 1980 (Pierre Hadot tiene 58 años y Michel Foucault 54). Foucault apoyará en este momento la candidatura de Pierre Hadot para la cátedra del College de France, que por cierto conseguirá.

    Las vidas de Pierre Hadot y de Michel Foucault, a pesar de ser de la misma generación y de un origen social relativamente similar (familias conservadoras de la pequeña o mediana burguesía) radicalmente diferentes. Hadot tiene un carácter estable y una vida relativamente convencional mientras que Foucault tiene una personalidad difícil y tortuosa y una vida bastante inestable, moviéndose siempre en los límites de la transgresión. Pero en la madurez Foucault parece buscar la serenidad que Hadot, por su parte, ya parecía haber encontrado.


viernes, 28 de septiembre de 2012

Este es mi cuerpo

Mengs. 'Noli me tangere'

“Existo todo entero, contenido en los costados de mis músculos, esparcido en las márgenes compactas de los huesos. Alma soy que sobre la piel se extiende, y allí con dichosa complacencia se reconoce”

Las palabras son, claras, de un poeta bastante premiado, compañero de lides filosóficas y autor de más de una docena de libros. Me refiero a Miguel Florián.

Acabo de leer Este es mi cuerpo, un librillo de menos de ochenta páginas, preciosa y cuidadosamente ilustrado por Rafaela Gómez, entregado a la imprenta en el primogénito mes del 2012, “cuando la crisis se hizo horizonte y profecías apocalípticas anublaban nos”, como dice en su colofón no sé si el poeta o el editor, editor concienzudo, este de Alegoría, excelente prologuista, Carlos Rodríguez Estacio. Al libro no se le puede encontrar una errata, aunque sí algún lapso galicismo, cual gracioso resbalón menor.

El libro plantea interesantes cuestiones bajo una perspectiva sensual, entusiasta, metafórica, poética, desde una problemàtica próxima a las inquietudes inaugurales de este blog. Y es que no somos dos cosas, sino una sola compleja y misteriosa. “Nadie sabe lo que puede un cuerpo” –repite Miguel, la frase de Spinoza, a modo de dedicatoria. Al cuerpo simbólico de Jesús se refiere Florián. Noli me tangere! ¿Por qué ese cuerpo, ya resucitado, ya transfigurado, que escapa de la muerte, no quiere ser tocado? Ese mismo cuerpo ha propuesto ser comido por sus discípulos… “toma esta carne mía para endulzar tu boca; desciende hasta el centro oscuro de la pulpa, y conoce allí el regusto amargo de la almendra”. Cianuro contienen las almendras amargas y tóxicos letales los cuerpos. Sí, Jesús imaginó un tiempo en donde la carne y el espíritu se conciliaran, pero ¡ay! Nos cuesta menos creer en la reencarnación de los órfico-pitagóricos o de los gurús indostánicos, que en la resurrección de la carne…

Pero “los cuerpos sueñan, y al soñar edifican esa ilusión que llamamos vigilia”. Definitivamente, Descartes era un genio, pero se equivocaba. No somos dos cosas, sólo una enigmática y complicada. El cuerpo no es una prisión, sino una cifra de los espacios y los tiempos. Y –como escribe Miguel- el alma es un cuerpo que se sabe. Sin embargo, sólo parecemos enterarnos de que somos cuerpo cuando caemos enfermos. Entonces nos damos cuenta de que dentro del cuerpo nos acechan los peores males. Entonces, ¿sòlo soy cuerpo? Eso me angustia. Y es que la vida nos sujeta a axiomas insobornables a la voluntad. La sexualidad no es un mero accidente. Puede que el ideal andrógino, exceso del espíritu, demasía de la razón, nos acabe por convertir en seres abúlicos, híbridos y enfermos.

La llamada de la carne, ¿no es el canto de las Sirenas?, ¿hijas de las Musas?, ¿siniestra representación de la fertilidad? Letárgico vaivén de la lascivia. Lo bello, incluso si es sublime, nos seduce y enajena, nos perturba y saca de quicio. ¿Por qué Orfeo no pudo resistirse y volvió su mirada hacia Eurídice contraviniendo el dictado de los dioses? No pudo resistirse a la nostalgia del amor y a la belleza. Tal vez no se fiara de ellos; los dioses griegos compartìan la malicia de los  humanos. Tal vez fuese un cobarde y no tuvo el arrojo de morir, tal vez –como refiere Pausanias- creyó que el alma de Eurídice le seguía, pero al volverse comprobó que no era cierto. Ella no quiso volver a ser carne.

Y es que serlo es un latazo, ¡la carne me hace perder tanto tiempo! Cada vez más tiempo: lavarla, alimentarla, cuidarla, descargarla, taparla, vestirla, adornarla… En este punto son imprescindibles las enseñanzas de Diotima, la belleza de los cuerpos apunta más allá de sí misma. Sirve como trampolìn. ¿O no anhelamos la inmortalidad? Ansia de eternidad es el amor. La cualidad capital del erotismo –escribe Miguel-: “la determinación, la imperiosa urgencia por alcanzar un fin que nos trascienda, que nos coloque más allá de nosotros mismos”. Más allá del tacto, el gusto y el olfato, los sentidos noèticos: sólo los ojos y el oído, simetría, ritmo, armonía de las formas, consonancia de las estructuras. La emotividad universal de la música. Los ojos, “emisarios de la conciencia, heraldos del espíritu” nos elevan hacia esa belleza que dura siempre, y no tiene las horas contadas como las rosas de Ronsard. Para que la pasión no muera jamás, hay que situar la hoja de una espada entre Isolda y Tristán, para que el deseo no muera en su satisfacción y perviva en su tensión desesperada.

Algunas series populares americanas explotan esta tensión: colegas o amigos que se adoran pero que ni se tocan ni se besan. Eso sí, se miran mucho en ese monitor que nos sustrae los sentidos de la proximidad: olfato, gusto, tacto. Esa exaltación de la vista y del oído nos regatea un contacto más genuino, pero también más peligroso: esa sensualidad inocente de la infancia, abierta a un contacto que se hará distancia, burbuja de territorialidad desconfiada. ¿No será la pornografía un nuevo puritanismo que morigera el poder transgresor del erotismo, que nos desexualiza para reducirnos a mera anatomía?

Ciertamente, no debemos confundir el culto al cuerpo con el culto al look, con la idolatría de su imagen. Esas modelos anoréxicas no dicen nada, igual podrían ser máquinas o ciborgs. “Ver, pero no tocar” –llevan en sus trapos las etiquetas de los objetos de museo. ¡Pero necesitamos tocar y que nos toquen para no sentirnos solos! En una sociedad hipersexualizada, todo contacto se imputa sospechoso. 

Tienen razón quienes dicen que Eros fue el más antiguo de los dioses. En el erotismo –nos recuerda Florián- encontramos la curiosidad, la invitación al descubrimiento (al desnudamiento de la carne) que es propio también de la admiración filosófica. A fin de cuentas, la reverencia es también una muestra de amor, en su especie de devoción o de respeto.

Arriesga Miguel Florián en hipérbole –como todos los poetas- cuando escribe que el tacto es un sentido femenino, y que tal vez eso sea así porque lo femenino es el substrato de la especie. No estoy seguro de que –estadísticamente al menos- el tacto (la prensión fina) sea el sentido más desarrollado en la mujer. Creo que las mujeres son también, en general, finas olfateadoras, y que no es casual que algunos de los enólogos más célebres en la actualidad sean mujeres. Que la vista sea un sentido masculino –sobre todo en la atracción sexual- no deja de ser un tópico muy discutible…,  o que para el varón la caricia sólo cuente o como “un acto inoportuno o un mero hipódromo de la actividad genital”. También es discutible que la mujer sea menos púdica que el varón o más pródiga en mostrarse… ¡ça depend del genio del gallo o de la gallina!

Miguel explora las analogías entre el hambre y el deseo sexual (también llamado, no por casualidad, “apetito”). Muchas metáforas de requiebro y aproximación erótica denuncian esta originaria identidad de lo que Spinoza llamó conatus: ese deseo de seguir siendo, de perdurar en sí o en otro. El componente gástrico de la conducta amorosa. La lascivia se lleva bien con la glotonería.
Me ha sorprendido la afirmación de que de esta primacía de lo metabólico arranque el pensamiento de Anaxàgoras, la tesis de la panspermia, de que “en todo hay semillas de todo”… Si los seres se devoran y transforman unos en otros es preciso que en cada uno de ellos permanezca algún rastro del resto. Trágica es nuestra condición, pues siempre vivimos de la muerte ajena. Si respetásemos la vida de otros seres hasta sus últimas consecuencias, sucumbiríamos de hambre. Como saben esos seres hipersensibles y neurasténicos, asustadizos y paranoicos, todo contacto es un asalto. Sì, podemos cantar con Cernuda: es verdad que puede que algún día yo sea todas las cosas que amo: el aire, el agua, las plantas, el adolescente…; lo peor, que en ellas me disolveré, que en ellas solo se hallarán mis ruinas.

“Como un naufragio hacia dentro nos morimos” (Neruda)

Nacemos delicados, crecemos desequilibrados, maduramos ya enfermos. Si te levantas después de los cuarenta y no te duele nada, estás muerto. Ahora me doy cuenta –ya cincuentón- de cuánta verdad hay en la noción negativa de felicidad del maestro Epicuro: la felicidad es que no me duela nada, ausencia de sufrimiento. Habrá que reconocer –escribe Floriàn en referencia a Jaspers- que el estado de salud es excepcional. Puede que la salud sea tan incompatible con la lógica efímera de la vida, como la razón lo es con las pasiones, o sea, con nuestros padecimientos. Menos mal que el cuerpo no puede pensar su nada. Menos mal que sufriendo aún se siente viviendo. Aguda espina dorada... Menos mal que en esa afirmación del ser encuentra el cuerpo su destino, incluso en su acabose. 

Hay por debajo del querer del Yo algo mucho grande: “secreta intención de la naturaleza”, le llamó Kant; “ardid de la razón, espíritu del mundo”, dijo Hegel; “historia del Ser”, insistió Heidegger. Nuestro cuerpo no es más que una marioneta de los dioses, supuso rotundo Platón. Esa oscura fuerza es también la physis de nuestro cuerpo, que gusta ocultarse, tanto en sus momentos creativos, como en sus momentos autodestructivos.

“No hay diques entre la carne y el espíritu porque son manifestaciones del mismo ser”

Pero si la carne se hace eco de nuestra vida fracasada, en el síntoma neurótico, también el espíritu se aflige con los desengaños de la carne. Su decadencia nos desanima. Lo que hemos olvidado no es el sentido del cuerpo, está muy clara la gusanera en la que se disolverá, sino el sentido del espíritu que en el cuerpo sopla, cuando quiere y donde quiere. ¿El cosmos debe regresar al caos de donde surgió? ¿Y por qué no este caos de la naturaleza corporal, al cosmos espiritual del que procede? 

domingo, 16 de octubre de 2011

La pureza moderna: yogur, depilación y vampiro "soft"


Michel Onfray (1959)

Autora Ana Azanza

El filósofo iconoclasta y educador de masas que es Michel Onfray no deja de sorprender. Creó la Universidad Popular de Caen en la que cualquier persona, aun careciendo de diploma universitario, puede iniciarse en la filosofía o en las ciencias. También es suya la Universidad popular del gusto en Argentan, en la que todo el que quiera accede a la buena cocina, al vino, a la gastronomía y las artes. Onfray quiere ser un filósofo al servicio de los más modestos para hacer participar a la gente en la reflexión y en una filosofía de lo cotidiano. Incluso aunque no se esté de acuerdo con todo lo que dice, es de justicia reconocer la dimensión social y cultural de lo que hace.

Después del escandaloso "Tratado de Ateología" que no he tenido el gusto de leer, ha aparecido un "L'Évangile de Michel Onfray!" escrito por un autor que se dice creyente y es de la opinión de que Michel Onfray tiene razón, aunque a primera vista pueda parecer lo más opuesto a un espíritu religioso.

 Onfray no deja títere con cabeza en su examen y crítica de los lugares comunes de la sociedad actual. Su filosofía no es erudición histórica sobre autores, en lo que se ha convertido la filosofía académica. Onfray hace gala de un pensamiento en acción que rompe moldes y tiene su punto.
L'Evangile de Michel Onfray

Entresaco estas líneas a las que todos podemos ponerle el anuncio televisivo de referencia. Los subrayados son míos:

La preocupación por la pureza no es sólo una característica de las religiones monoteístas, la comparte toda la sociedad, especialmente la nuestra. Esta obsesión se observa en las relaciones con los alimentos, los cuidados del cuerpo y la sexualidad.

En primer lugar no se trata de comer cualquier cosa. Mejor que la comida kosher o "hallal", las nuevas prescrpciones alimentarias deben aportar al cuerpo alimentos puros, garantía de un equilibrio permanente, un equilibrio nutricional riguroso. La proporción de azúcares, grasas, proteínas, fibras es seguida cuidadosamente por una clientela sobre todo femenina que busca más la nutrición que la alimentación. Los grandes grupos alimentarios responden a esta necesidad gracias a los nuevos productos llamados "alicamentos", productos con propiedades supuestamente beneficiosas para la salud, complementos alimentarios que aportan vitaminas y sales minerales, productos lácteos vendidos para reforzar las defensas, yogures modificados para facilitar el tránsito intestinal. Con eslogans tipo "la belleza está en el interior", una inquietante confusión se opera entre el alma bella y unos intestinos limpios.

No basta con dar al organismo alimentos puros, hay que eliminar todas las toxinas acumuladas por el entorno y la vida cotidiana, es la tendencia "detox". Este régimen favorece la agricultura biológica, tisanas, cócteles de plantas, preparaciones químicas y vegetales específicas que están ahí para purgar nuestras miasmas y tensiones. Se llega incluso a preconizar purgas para conseguir esa purificación corporal total. ¿Para cuando los tratamientos cerebrales contra las malas ideas?

Esta  pureza tan buscada no debe limitarse al interior del cuerpo, también debe manifestarse exteriormente. No hay que contentarse con alejar el hombre de la bestia, hay que acercarlo al ángel. Ahora bien, en el caso del hombre y de la mujer no son las alas ni las plumas los que crecen antes. Sino los pelos. Desde los años 40 en USA, desde los 50 en Europa se ha abierto la veda contra el vello, animada por una industria cosmética que obtiene unas ganancias nada despreciables. El primer vello en caer está situado no lejos del ala del ángel, se trata del vello en las axilas. Desde los 50 las fotos de las estrellas muestran la ausencia perfecta de cualquier pilosidad en el nacimiento de los brazos. Europa seguirá enseguida la tendencia. Las primeras en depilarse las axilas son las mujeres, pero los hombres lo harán también, particularmente los deportistas para evitar calentamiento y picor debido al sudor. Desde hace 10 años la depilación total del pubis se extiende cada vez más popularizada por ciertas revistas y las películas pornográficas. El cuerpo de los individuos alcanza así el carácter liso e imberbe del desnudo clásico de la pintura occidental, conocido hasta la Maja Desnuda de Goya, primera mujer pintada que muestra algunos de estos pelos. Se puede hacer notar que estas dos prácticas, la depilación de las axilas y la del pubis forman parte de la "Filtra" (estado natural en árabe), que hay que respetar en el Islam según los Hadischt. También hay que señalar que esta depilación es una limitación a la difusión de feromonas, sustancias olorosas que favorecen la excitación y relaciones sexuales.  Mostrar más piel significa tocar a menos. Ya no es necesario preguntarse sobre el sexo de los ángeles, seguro que no tienen. 

Habiendo erradicado el pelo, si es necesario con la depilación definitiva láser, el cuerpo, este animal incurable sigue difundiendo personalidad olfativa. Los olores de la transpiración se han convertido en los enemigos de la cohesión social desde los años 70 cuando un spot telivisivo proclamaba: "Según la nariz son las cinco". Hoy, multitud de desodorantes proponen a mujeres y hombres una frescura absoluta durante cuarenta y ocho horas sin dejar marcas en la ropa. El último olor animal que llevaba todavía algunas feromonas sexuales ha sido vencido. Gracias sean dadas al dios desodorante, el hombre y la mujer son neutros y puros. Olfativamente ya no se molestarán ni se seducirán en los lugares públicos. "Entonces Adán y Eva se dieron cuenta de que su olor estaba desnudo y lo vistieron de "eau de toilette". 

En este mundo neutro y aséptico los niños intentan crecer. Los adolescentes de principios del siglo XXI se depilan, se desodorizan y se perfuman como se les ha enseñado reprobando su primer vello y cogiéndose la nariz al verlos regresar de hacer deporte. Su cuerpo ya esta neutralizado, ahora hay que darle cerrojazo a la sexualidad. Desde los tiempos del SIDA está claro que sólo el preservativo constituye una protección contra las enfermedades de transmisión sexual. La abstinencia es otra promovida por iglesias y padres nerviosos. Sin embargo esta posición no es fácil de defender si uno se contenta de exponerla fríamente. Muchos prelados han hecho el ridículo ante los jóvenes.

Hoy tenemos otra vía para la promoción de la abstinencia, el vampirismo soft, el de las novelas y las películas "Crepúsculo".


Antiguamente los vámpiros representaban la transgresión de lo prohibido, la sexualidad desbocada: ¿No es Drácula el promotor del adulterio en la sociedad victoriana?, ¿no existen numerosas personalidades vampíricas homosexuales o bisexuales? Y sobre todo, la sangre y la muerte están presentes en esos relatos para exacerbar la fragilidad y la peligrosidad de la sexualidad. 

"Crespúsculo" marca un antes y un después tanto en el mundo de los vampiros como en el de las historias para adolescentes. El vampiro se ve integrado en la sociedad y se abstiene de toda iniciativa sangrienta o sexual, que suele ser lo mismo. La heroína adolescente vive un amor platónico en el que la sangre no se vierte nunca: ni la sangre de su yugular mordida por el vampiro ni el del himen roto por el primer coito. Ideal y malignamente tranquilizador para las adolescentes angustiadas por sus primeras reglas. Niños, no al sexo, que provoca el derramamiento de sangre. Observemos que de cualquier forma la sangre será derramada cada veintiocho días. Pero el mensaje subliminal de "Crepúsculo" se difunde más fácil por libros y películas que por las ceremonias de promesa de virginidad en vigor en algunos integristas cristianos anglosajones, en los que la niña de papá agarrada del brazo del mismo declara solemnemente que  no besará antes de casarse. (Sigmund ¿tienes algún consejo para estas buenas gentes?).

Yogur, no más vello, no malos olores, no al sexo, no a la sangre. ¿Dónde queda la vida en ese panorama?





miércoles, 1 de junio de 2011

Soma y Pneuma


Pneuma y Soma. Psique, animus, anima, corpus, humus, homo. Somos un ser complejo. Como el gigante Anteo, somos hijos de la Tierra. Un puente tendido sobre un abismo: materia y energía, potencia y acto; causas, efectos, formas y fines; predisposiciones y proyectos; sensibilidad y percepción, memoria y fantasía, comprensión e invención.

Partimos de lo pesado y nos desvivimos por alcanzar los reinos de lo etéreo o tocar las tetas de las diosas. Placer y poder, resignación, dolor y servidumbre. Dos caras de lo mismo. Deseo y frustración. Necesidad y libertad. Polvo de estrellas, nostalgia de estrellas. Nostalgia del espíritu, que es algo más que el aroma de los buenos vinos.

Espíritu y Cuerpo, como un ángel cabalgando a un tigre o un diablo alimentando a un cerdo. Desengañémonos: no somos "almas bellas", aunque debamos aspirar a serlo. El espíritu también tiene sus pecados inconfesables, que afectan a la carne y la desordenan. La carne, sus particulares apetitos y pasiones, pero constituyen la fuerza del espíritu y la sal de la tierra. Nada grande se hace en el mundo sin pasión.

El futuro hunde sus raíces en una historia natural (antropología) y en una historia del espíritu (psicología). La antropología no para de cambiar la filogenia del homínido feroz y compasivo que también somos, gracias sobre todo a los descubrimientos paleontológicos. Erectus, habilis, ergaster, antecessor, heidelbergensis, neanderthal, sapiens, ¡y el perturbador enano de la isla de Flores!

La psicología, con su manojo de escuelas y tendencias, compensa sus complejos de inferioridad y su mala fama de magia laica usando la estadística y las matemáticas como una retórica y un crédito de cientificidad y rigor, en parte estéril. Las neurociencias apenas arañan los complejísimos pálpitos de ese reloj cuántico que vive y crece escondido en nuestro cráneo.

No somos animales, ni el mundo es para nosotros un mero conjunto de estímulos. Tenemos puesto en el mundo y la configuración del kosmos depende de nuestra acción creadora. No somos dioses, pero tampoco somos mecanismos computadores. Sin embargo, la etología muestra lo que nos hermana con las bestias, y las ciencias de la computación ofrecen reflejos de aspectos parciales de nuestras capacidades cognitivas. La lógica, por su parte, muestra su corazón tautológico y su periferia persuasiva, pura "fuerza ilocutiva".

Hemos de aceptar que somos un cuerpo con vida espiritual y una vida espiritual capaz de ordenar los movimientos del cuerpo, o lastrada por él. Y necesitamos encontrar un equilibrio entre condicionantes y aspiraciones.

El imperativo apolíneo del "conócete a ti mismo" no vale por sí mismo sin un propósito que lo vuelva inteligente. "Conoce las piezas para conservar su buen funcionamiento"; o tal vez: "reconstrúyete según un designio razonable, armónico, inteligente", o más humildemente: "descubre el orden que te constituye, guárdalo y el orden te conservará a ti".

Nota bene

Parece que la voz 'psyque' (alma, mente), significó primero en griego arcaico mariposa; la de la ilustración se llama Pararge aegeria -popularmente, Maculada-, y fue retratada a fines de mayo en la Loma de Úbeda, dispuesta a echarse a volar en cualquier momento, en el sotobosque de un almezal, sobre un montón de hojarasca. En el frescor de la sombra, buscaba un rayo de sol que la animase.
'Pneuma', la palabra que escogieron los helenísticos para exhalar su espíritu, significaba soplo, aliento, pero también llamarada, ángel y demonio, espíritu divino y, en fin, viento de la fortuna y prosperidad.