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martes, 12 de abril de 2016

QUÉ ES LA FILOSOFIA ANTIGUA


"PHILOSOPHIE ANTIQUE"

Gracias al blog de Luis Roca “MATERIALES PARA PENSAR” descubrí al filósofo y autor Pierre Hadot. No es muy conocido y no lleva la fama y el relumbrón de un Foucault o tantos otros filósofos galos admirados mundialmente. No obstante su libro “Qu’est ce que la philosophie antique?” que acabo de devorar literalmente me ha parecido una delicia.

lunes, 15 de julio de 2013

TIEMPO Y SUJETO


 

  Escrito por Luis Roca Jusmet




El tiempo no existe ¿ o sí ?. Es un concepto muy ambiguo. Existen los procesos que conforman la realidad. Cuando el gran científico Illya Prigogine habla de la flecha del tiempo se refiere a los procesos irreversibles del mundo físico. La vida es un proceso irreversible, que se va construyendo en el devenir. Si lo pensamos atentamente es muy enigmático. Einstein decía que el tiempo no existía porque el mundo físico no era un proceso. A Einstein le gustaba Parméndides, que como el Vedanta, hablaba de una Realidad Absoluta. Los acontecimientos son entonces la percepción humana y relativa de esta realidad absoluta. Schopenhauer también lo afirmaba. Discutía con Popper sobre el tema. Popper era más heraclitiano. Más chino también podríamos, decir porque en China siempre se entendió la realidad como un proceso de transformaciones.


viernes, 24 de mayo de 2013

FRANÇOIS JULLIEN : UN ENCUENTRO INTERESANTE ENTRE LA FILOSOFIA GRECO-EUROPEA Y LA SABIDURÏA CHINA



   François Jullien nació el 2 de junio de 1951 en Embrun,Hautes Alpes. Empezó como profesor agregado en l'École Normale centrándose en el trabajo sobre los textos griegos, a los que considera la base de nuestra cultura.. Pero quiere cuestiona la filosofía, nuestra filosofía de manera radical, para evidenciar y poder pensar lo más familiar, aquello de lo que no podemos distanciarnos porque está demasiado cerca. El proyecto sólo es posible, considera, desde el afuera de nuestra tradición cultural. Esto, por las razones que más tarde explicaremos, le lleva a China. Consigue una beca en este país y empieza a estudiar la lengua y el pensamiento chino. Estudia en las universidades de Pekín y Shanghai. Inicialmente tiene muchas dificultades coyunturales : China está todavía atrapada por la Revolución cultural, auqnue sea en su fase final. Pasa despues a ser el responsable de la Antena francesa de sinología en Hong Kong. Viaja también a Tokio, con una beca de la Casa franco-japonesa. Preside la Asociación Francesa de Estudios Chinos ( de 1988 a 1990). Dirige el Departamento de Asia oriental de la Universidad de París VII (1990-2000) y preside el Colegio Internacional de Filosofía (1995-1998). Actualmente es profesor de la Universidad París Diderot y director del Instituto de Pensamiento Contemporáneo y del Centro de Marcel Granet. Miembro del Institut Universitaire de France. La obra escrita de Jullien es muy amplia : es un escritor muy prolífico que empieza a escribir en 1979. Se han organizado múltiples coloquios internacionales sobre su obra.

         2. El sabio chino no filosofa


El planteamiento de Jullien no es el de un sinólogo sino el de un filósofo ( Jullien, 2005b). Se trata de salir de la filosofia, es decir de la tradición que arranca en Grecia y continua en Europa, para retornar a ella. Pero para hacerlo radicalmente hay que iniciar una especie de exilio intelectual que nos conduce hacia otra tradición para poder volver desde ella al punto de origen. Es una cuestión estratégica oblicua, un movimiento de ida y de vuelta para elaborar este trabajo filosófico que es imposible hacer sin movernos del interior del propio marco cultural. Es un viaje circular. Cuestionar las raíces nos lleva indudablemente a la lengua, que es la estructura básica de su pensar específico. La elección de China es para Jullien es lógica : la India comparte con Grecia su matriz lingüística europea y el hebreo y el árabe comparten la historia, por lo que en ambos casos hay mezcla. Por esta razón no acabamos de salir realmente de la propia tradición. China, en cambio, es el afuera de nuestra cultura. Nos permite un poyecto de descontrucción de la filosofía desde el exterior. 

lunes, 25 de marzo de 2013

LO REAL Y LO ILUSORIO


Viajar es muy útil, hace trabajar la imaginación. El resto no son sino decepciones y fatigas. Nuestro viaje es por entero imaginario. A eso debe su fuerza. Va de la vida a la muerte. Hombres, animales, ciudades y cosas, todo es imaginado. Es una novela, una simple historia ficticia. Lo dice Littré, que nunca se equivoca. Y además, que todo el mundo puede hacer igual. Basta con cerrar los ojos. Está al otro lado de la vida.

                                                                                                    Louis Fedinand Céline  

 


   En  un condensado texto Julián Marías reflexiona sobre el significado de la palabra ilusión en la lengua español. En él plantea diferentes sentidos del término, extraídos tanto de la tradición filosófica como de la literaria: El término ilusión presenta varios significados, nos dice,  pero el que acaba dominando es el de engaño. En nuestra lengua hay un añadido lingüístico que enriquece el concepto al vincularlo a un sentido positivo: entusiasmo, víspera de gozo (por utilizar la expresión poética de Pedro Salinas).  Hay igualmente una perspectiva de futuro en el sentido de ligarlo a un proyecto, que es lo genuinamente humano. En la anticipación hay siempre una recreación.La ilusión se presenta también como una realización proyectiva del deseo, en la que se presenta una sucesión temporal en la que la ilusión es siempre posterior al deseo. Podríamos definir entonces la ilusión como un deseo con argumento. Siempre hay que tener en cuenta que deseo e ilusión  pertenecen a diferentes planos y que el desenlace de la relación entre ambos puede llevar a la desilusión.  La ilusión también se vive como referida a una ausencia: es una incitación a que se manifieste algo que está ausente y por lo tanto exige como resultado satisfactorio la presencia del objeto. Julián Marías presenta además como ejemplificación de esta proceso la obra de Pedro Calderón de la Barca La vida es sueño, donde los dos términos (vida/sueño) no se presentan como antagónicos, tal cómo lo aparecerían en sus significados más convencionales. Más bien hay que entenderlos como una paradoja  que apunta al enigma de la condición humana. 

viernes, 8 de febrero de 2013

EL PROBLEMA CUERPO/MENTE : NI DUALISMO NI MONISMO




Escrito por Luis Roca Jusmet



   Antonio Damasio, reconocido neurólogo con una buena formación filosófica, reivindica a Spinoza después de criticar a Descartes. Damasio mantiene que a la luz de lo que sabemos hoy del cerebro no es posible mantener una postura dualista como la de Descartes. Sostiene que quien conoce lo que dice la neurociencia y defiende una postura dualista ( como si mente y cerebro-cuerpo fuesen dos realidades independientes) lo hace por motivaciones religiosas. Así, es la fe católica la que llevó a destacados neurocientíficos como John Eccles a defenderlo. 

 

  En todo momento hay una explicación paralela de los procesos cerebrales que sustentan cada proceso mental o consciente. Aquí nos encontramos entonces con una cierta ambigüedad que se manifiesta en la última nota del apéndice final, que trata sobre la equivalencia entre mente y cerebro. La ambigüedad reside en que Damasio acepta la identificación entre los dos términos como haría un materialista reduccionista pero al mismo tiempo sigue manteniendo el término mente cómo de una realidad diferente al cerebro. Aquí parece acercarse más a las teorías emergentistas que aunque consideran que el cerebro y las actividades neuronales son la base física de la mente, los estados mentales no pueden reducirse a los anteriores. Pero en el fondo Antonio Damasio sigue manteniendo un materialismo reduccionista. Damasio nos da una imagen muy interesante del cerebro: es como una estructura física, donde cada elemento ocupa un lugar que está relacionado con otros, en la que se teje una red neuronal. Como bien nos dice, la gran paradoja del cerebro humano es que es al mismo tiempo universal (la organización y los patrones de conexión neuronal siguen unas pautas con pocas variaciones) y singular, ya que cada cerebro es distinto entre un humano y otro gracias a nuestra plasticidad neuronal. El ser humano es un cuerpo y lo es en el único mundo real, que es el físico. La mente es una imagen del cuerpo que tienen los animales que tienen memoria y emociones. La conciencia es un nivel superior de la estructura cerebral, que tenemos los humanos exclusivamente (que se sepa, por lo menos) y que nos permite una idea del cuerpo. Para Damasio la conciencia es el resultado de una combinación de determinados circuitos cerebrales capaces de unir las percepciones con los recuerdos, que se mantiene porque tiene una función evolutiva.

lunes, 7 de enero de 2013

Filosofía del abandono



Autora Ana Azanza

Presento esta entrevista de dos personas que además de su capacidad intelectual demostrada por los libros que ambos han publicado, tienen tras de sí una experiencia vital que hace de ellos seres humanos con mucho que enseñar.

Boris Cyrulnik es neuropsiquiatra, psicoanalista, autor del libro por el que llegué a él “Autobiografía de un espantapájaros”. En ese libro recoge experiencias de seres humanos del mundo entero, “heridos por la vida”, “espantapájaros”, seres necesitados de encontrar la “normalidad” de una vida en sociedad.  El sufrimiento es el mismo para todas las personas del planeta, pero la expresión del mismo, la reelaboración emocional del que lo ha pasado depende de los recursos de “Resiliencia” que la cultura dispone alrededor del afectado. La invitación a contarlo o la obligación de callar, el acompañamiento afectivo o el desprecio, la ayuda social o el abandono cambian el significado de la herida. Particularmente son las palabras y la posibilidad de contar historias lo que cambian las relaciones entre los humanos. Con las palabras tejemos la realidad, transfiguramos las cosas que tenemos a nuestro alrededor, también las vivencias.
Cualquier narración es una legítima defensa, basta dirigir nuestra historia a alguien que escucha para modificar nuestras relaciones, para no sentirnos igual.
Cyrulnik enseña que contar lo que nos pasó no es volver al pasado, sino que nos reconciliamos con la propia biografía. La fabricación de nuestra narración llena el vacío del origen que estorba a la propia identidad. Un hombre sin historia está como disperso, sin memoria y sin proyecto, sometido al presente en el brillo de lo inmediato.

Las calamidades humanas son más frecuentes que los terremotos o los tsunamis. Y le han permitido a Cyrulnik estudiar el mundo mental de los que las han provocado. Ocurren cosas tan increíbles como que hombres bien educados cometen actos perversos sin ser ellos mismos perversos.

Los supervivientes de cualquier genocidio o desastre humano, niños usados en la guerra por ejemplo, no están muertos del todo. Son espantapájaros, seres humanos ilusorios que sólo podrán ser verdaderamente humanos si su entorno les deja hablar. Sobre esas cuestiones empezando por su propia infancia de niño judío en la segunda guerra mundial, trata Cyrulnik en la entrevista.

Alexandre Jollien es un filósofo suizo, al que descubrí hace dos años por su libro sobre la “Algodicea”. Encantada de volver a encontrarlo y profundizar. Entonces escribí mi opinión sobre dicho libro, filosofía que vale, hecha desde la propia realidad, el propio cuerpo, la circunstancia de ser un discapacitado, y como afrontar la vida. Antes de nacer Alexandre Jollien se enredó el cordón umbilical alrededor del cuello varias veces lo que le provocó Atetosis, una discapacidad neuromotora.

Cuando no tenemos discapacidades miramos con lástima a los que las tienen, pero al leer “El oficio de ser hombre” somos los “capacitados” los que damos pena. Tenemos todo tan fácil que no valoramos ni disfrutamos nuestras capacidades. Menciona en el libro citado a Cioran, el filósofo rumano que se atrevió a ponerle semejante título a su obra: "Del inconveniente de haber nacido":

"El sufrimiento abre los ojos, ayuda a ver las cosas que no se habrían percibido de otro modo, Sólo es útil para el conocimiento y, al margen de ello sólo sirve para envenenar la existencia."

Los griegos hacían un juego de palabras "ta patemata matemata", lo que hace sufrir, enseña. Ellos inventaron la "algodicea" que parte de la experiencia de que no hay nada peor que un sufrimiento gratuito, absurdo, desprovisto de sentido. Mientras que la joven madre olvida alegremente los dolores del parto, mientras el trofeo del vencedor hace desaparecer los arañazos y las agujetas, los sufrimientos gratuitos y estériles no desaparecen nunca. Nos desposeen, nos privan poco a poco de la libertad. Así, frente al escándalo y, sobre todo, frente a lo absurdo de aquello que duele, los antiguos invitan a usar todos los medios posibles para hacer fructífero el momento doloroso.

No se trata de correr en busca del peligro, ni de revolcarse en el sufrimiento, sino de aprovecharlo cuando este se impone.

Aunque el sufrimiento envenene la existencia, también enseña. Pero, ¿cómo puedo practicar la algodicea? Los débiles me enseñan que sacar provecho del sufrimiento es, primero, aprovecharse, gozar de la vida. Celebrar lo que le da valor. Tampoco hay que caer en el espejismo de la curación perfecta, las heridas que recibimos en la vida se irán con nosotros a la tumba, forman parte de nosotros, así lo ve Cyrulnik al final de la entrevista.

El primer libro que dio fama a Alexandre Jollien fue precisamente “Elogio de la debilidad” que en 1999 recibió el premio de la Academia Francesa de apoyo a la creación literaria, cuando contaba sólo con 24 años. Desde entonces ha escrito “El oficio de ser hombre”, “Construcción de sí”, “El filósofo desnudo”, “Pequeño tratado del abandono”. Sobre este último le preguntan en la entrevista. Actualmente sigue escribiendo en su web,  donde la gente le aclama y le quiere como un auténtico guía y en la que anuncia que lamentablemente ya tiene todo el 2013 ocupado y no puede comprometerse a más conferencias.

Para alimentarse espiritualmente por una buena temporada…

viernes, 7 de diciembre de 2012

EL HOMBRE ES POLVO PRENDADO DE FANTASMAS


" Polvo prendado de fantasmas, tal es el hombre : su imagen absoluta, de parecido real, se encarnaría en un Quijote visto por Esquilo..."





   En el Breviario de podredumbre) en el fragmento titulado “Le mesonge immanent” escribe Cioran : Une poussière éprise de fantômes,- tel est l'homme: son imatge absolute, idéalement ressemblante, s'incarnerait dans un Don Quichotte vu part Eschyle... " ( Polvo prendado de fantasmas, tal es el hombre : su imagen absoluta, de parecido real, se encarnaría en un Quijote visto por Esquilo..." )
 El aforismo, genial y certero, me abre un horizonte reflexivo muy rico.

El hombre no es "sino la quintaesencia del polvo" dice Hamlet a Rosencranz y a Guildnsteirn frente al esplendor del Universo, del cielo y de la tierra. El polvo no tiene ni la noble solidez de la roca ni el ligero fluir del agua. Es un materia que se disuelve, que se pierde sin eliminarse en un movimiento circular. Ciertamente la dura frase bíblica "Polvo eres y en polvo te convertirás" nos sugiere esta inconsistencia humana tomada en sí misma. Pero para Cioran no hay un Dios que nos redima, seguimos siendo lo que somos, que es nada. Este maldito yo, por usar una certera expresión suya, no es nada. Ni siquiera es la Nada que los budistas nos ofrecen como un horizonte de salvación. Nadie nos salva ya, el mal está hecho : hemos nacido.
Solo nosotros nacemos, solo nosotros morimos. Los animales aparecen y desaparecen en este polvo que ni se reconoce como tal. Pero nacer implica la idea de algo, de alguien, es la conciencia que se materializa. Nuestro sistema nervioso, hipersensible, genera esta conciencia que no es otra cosa que un suponerse separado, que un desarraigo radical con la Naturaleza. Nacer es ser diferente y es esta diferencia la que nos condena. Morir es la idea que nos atraviesa, es el horror que nos espera. Somos algo y esta es nuestra desgracia porque nacemos, primero biológica y después simbólicamente cuando nos hacen entrar en el orden del lenguaje y de la ley. Algunos ilusos hablan de contrato social cuando lo único que hay es un nacimiento y una socialización violenta.
Ni más ni menos : el resto son palabras, consuelos, engaños que nos taponan la idiotez de lo real como diría un admirador de Cioran, Clemence Rosset.

domingo, 7 de octubre de 2012

Luc Ferry, espiritualidad laica



Autora Ana Azanza

Llevo tiempo interesada por la obra de Luc Ferry, especialmente me resultó útil su “Aprender a vivir” que es una visión original, fácil, asequible y a la vez profunda de la historia de la filosofía. Lo utilicé el curso pasado en primero de bachiller y me sirvió para aclararme y aclarar a los alumnos de ese curso sobre la “esencia” de la filosofía acompañada de su visión histórica inevitable. En “Aprender a vivir” Luc Ferry se ha esforzado por hacer una selección de las enseñanzas más sabias y perennes de los filósofos de cada época. Me parece una de las formas más acertadas que he conocido de hacer la filosofía pertinente en la actualidad.

En cada capítulo sigue un mismo esquema: teoría, ética, sabiduría. Así recorre los antiguos, la filosofía medieval, la Ilustración, Nietzsche y llega hasta la deconstrucción. Incluso finaliza con una propuesta teórica, ética y “salvífica” postdeconstructivista. Y es que Luc Ferry defiende la filosofía como un saber de salvación sin Dios, porque si pensamos y reflexionamos es para salvarnos de nuestros miedos. Miedo a la contingencia, a la muerte, a la enfermedad, a la desgracia vital, a la pérdida de un ser querido. Asuntos constantes en la vida de las personas, contingencias de las que ni la ciencia ni la técnica nos pueden salvar. De ahí la necesidad de la filosofía.

Por eso me he molestado en descargar y subtitular este vídeo entrevista. Son cincuenta minutos de contenido útil, se sea o no filósofo, profesor de filosofía, o estudiante de filosofía. Me parece que Luc Ferry tiene la virtud de devolver a la filosofía esa dimensión de sabiduría al alcance de todos los que quieran molestarse en reflexionar sobre esas cuestiones de la vida nada fáciles. Las religiones ofrecen una respuesta o muchas respuestas, pero la filosofía también ha dicho y sigue dando ideas, es cuestión de pararse a pensar en esas preguntas.

Es destacable su espiritualidad laica, bien diferenciada de la moral. Personifica a la moral en dos nombres conocidos el uno por su defensa de los derechos del hombre, Bernard Kouchner, fundador de Médicos sin fronteras, y Soeur Emmanuelle, célebre por su trabajo con marginados. Derechos del hombre y benevolencia, respeto al otro y compasión activa, en eso consiste la moral.

Pero la espiritualidad es otra cosa. Esta entrevista tiene lugar en un canal católico, la entrevistadora lo recuerda y le pregunta a Ferry sobre la fe que él reconoce no tener. Hay que destacar que siendo agnóstico y sin ningún afán de conversión por su parte, pone de relieve enseñanzas bíblicas que lamentablemente hoy no parecen estar en el centro de interés de la predicación eclesial.

El cristianismo no es una filosofía, pero Ferry descubre en él enseñanzas filosóficas convenientes a las personas sin necesidad de la fe. También me ha llamado la atención su observación sobre el cristianismo como una religión para la gente “pequeña”, en el sentido de capas bajas de la sociedad y no intelectuales. La predicación evangélica habla al pueblo. La observación de Ferry está muy en consonancia con el tipo de personas que protagonizan el evangelio, gentes del campo, pescadores del lago, habitantes de las aldeas, leprosos, viudas, mujeres. Lo despreciado de la sociedad en general. Da la impresión de que cuando la gente rica y poderosa se interesó por ser cristiana se empezó a estropear el invento.

Pertinente distinción la de Luc Ferry entre fe y creencia, puesto que frecuentemente son dos conceptos que tienden a usarse indistintamente. Hay que diferenciar la fe de la creencia. Especialmente divertida es la parte en la que el filósofo Ferry se defiende de los afanes apostólicos que hacia él muestran personas creyentes.
Tocan temas religiosos, incluso se menciona al actual Papa y su primera encíclica sobre el amor. Pero lo que a Ferry le interesa es lo “secularizable” del mensaje cristiano. Eros, filia y ágape, vida después de la muerte, necesidad de amar lo inmortal en el otro, y necesidad de un proyecto común para que el amor funcione. ¿Por qué se rompen los proyectos amorosos?

La filosofía como espiritualidad laica ayuda a desplazar el miedo que nos atenaza y nos impide vivir. “El miedo nos vuelve egoístas y tontos” dice Luc Ferry y si queremos pensar hace falta libertad. Sería una de las enseñanzas de la filosofía. El sabio es el que ha vencido sus miedos. Todas las grandes visiones filosóficas consistirían en espiritualidades laicas, remedios contra nuestros miedos. Ferry es consciente de que también en la filosofía hay  modas, hace veinte años, era impensable que los estudiantes se interesaran por la espiritualidad, la política lo ocupaba todo. Pero en la actualidad las tornas han cambiando, en eso coincide con el diagnóstico de Michel Serres.

San Agustín acusa a los filósofos de soberbios por querer salvarse con la sola razón. Ferry se defiende recordando la leyenda de Ulises y Calipso, cuando Ulises prefiere ser mortal y envejecer, a la vida inmortal que le ofrece la ninfa de la isla Ogigia. ¿Por qué esos 20 años de Ulises dando vueltas constituyen un viaje filosófico? Ferry desvela que ese viaje simboliza nuestra vida, y explica porqué la solemos echar a perder. A partir del minuto 30:00.

Charlan sobre el amor al enemigo ejemplificado en una experiencia cotidiana para el que tiene hijos, y “ágape”, amor incondicional.

De ahí pasan a la infancia comparada con la vida adulta, del culto a la infancia que hace inútil la educación, puesto que si lo mejor es ser joven madurar no tiene ningún interés.
Menciona la transformación de lo “sagrado” en nuestras sociedades, ¿qué es hoy lo sagrado?  según la etimología ¿qué es aquello por lo que estaríamos dispuestos a sacrificar la vida? Lo sagrado paradójicamente da sentido a la vida.

Su paso fugaz por el ministerio de educación le sirve para exponer las dificultades del político al tener que elegir entre lo malo y lo malo, lo que Weber llama “trágico de la razón histórica”.
Sus demonios nunca dominados e incluso la forma de morir y la evolución que ha sufrido en relación a la muerte aparecen al final de la entrevista. El problema de la vida que plantea Luc Ferry se puede resumir en cómo combinar amor y muerte.

miércoles, 11 de abril de 2012

Los motivos de la risa (humor y filosofía)


Puede que la sonrisa sea la distancia más corta entre dos personas. Pero la risa es otra cosa... En ciertos ambientes, el filósofo puede resultar ridículo... Legendario ridículo el que hizo Tales delante de la criada, o el que tal vez hiciera Sócrates ante el tribunal que le juzgaba.
     En un diálogo de Platón (Gorgias), Calicles le reprocha a Sócrates que la filosofía sea cosa de risa si se practica fuera de tiempo. Le reconoce –eso sí- cierto valor educativo, “y no es desdoro filosofar mientras se es joven; pero, si cuando uno es ya hombre de edad aún filosofa, el hecho resulta ridículo, Sócrates, y yo experimento la misma impresión ante los que filosofan que ante los que pronuncian mal y juguetean” (485ª).
     Esta risa -un tanto irritada- del libertino, del desenfrenado, delante de quien, como Sócrates, dedica su talento a la búsqueda de la verdad y la virtud, y no a la procura de utilidades y placeres, tiene muy poco que ver con la risa benevolente de la que nos habla Aristóteles. 
     El Estagirita entiende por ridículo lo feo estético y lo feo moral: lo anómalo, irregular, torpe, absurdo… El humor cómico surge, según Aristóteles, de una forma de engaño y desconcierto ante lo que nos coge desprevenidos y no daña. Lo ridículo puede así definirse como defecto o deformidad que no produce dolor o daño a los demás.
     En su Ética a Nicómaco, Aristóteles relaciona la risa con las virtudes y el juego. Como el juego, el humor como diversión tiene su recompensa en el placer que nos causa la actividad misma, igual que la virtud y la felicidad. Pero no podemos estar divirtiéndonos siempre, pues la seriedad, y no la comicidad, es la virtud rectora de la vida. Los que se exceden en lo que hace reír son considerados por Aristóteles bufones vulgares, siendo así que la mayoría de los hombres se complacen con las bromas y burlas más de lo debido, molestando a otras personas. Tal chocarrería es tan extremosa como la del áspero e intratable que no se ríe nunca, que carece por completo de sentido del humor. “El que es gracioso y distinguido se comportará, pues, como si él fuera su propia ley. Tal es el término medio, ya se lo defina por su tacto o por su viveza de ingenio” (Ética a Nicómaco, IV, 8).

    Aunque la vida requiera seriedad, ¡y la economía no digamos!, más tal vez que la filosofía, el poseer sentido del humor también me parece a mí cosa existencialmente seria. Nunca he despreciado a la protagonista de aquella copla, quien se casó con un enano por hartarse de reír, ¡ole ahí! Mejor enano y gracioso, que alto, guapo y singracia.

     Hobbes, de otro modo que Aristóteles, desarrolló una teoría de la risa como superiorioridad frente al defecto del prójimo, una teoría de la risa malevolente. "Hiena de risa" -podríamos decir-, sin caer en solecismo. "El hombre es para el hombre como un lobo, ¡y como una hiena!". No debe extrañar que Hobbes pensase así, teniendo en cuenta la baja consideración que le merecían los instintos generales e innatos del pueblo llano, y del humano en general
     El estado de humor que provoca risa sería un sentimiento de superioridad, a sudden glory, una vanidad súbita causada por un acto propio con el que uno se complace, o por “cierta deformidad en otro, con relación a la cual uno se siente súbitamente superior” (Leviathan, I, 7ª). La risa es así "el humo" de la soberbia, que mira por encima del hombro las debilidades e impericias de los demás, que se jacta riente –como Calicles frente a Sócrates- con afán de dominio, de las propias “virtudes” y habilidades conducentes al éxito.
      Según Hobbes, la risa adopta cuatro situaciones. 1) Se ríen los hombres deseosos de aplauso con las cosas que hacen bien; 2) con sus propios chistes; 3) de las debilidades de los demás; y 4) de las gracias cuyo ingenio consiste en un elegante descubrir y representar en nuestras mentes algún absurdo ajeno.
     ¡Menos mal que nos queda esta cuarta instancia, para reír sin vergüenza, e impunemente! Aunque, y contra Hobbes, creo que es perfectamente posible reírse también del absurdo de sí mismo. En esto, el pueblo andaluz ha resultado maestro.

Bibliografía
Platón. Diálogos, II, Gredos, Madrid 1983.
José Luis Suárez Rodríguez. Filosofía y humor. El guiño de la lechuza. Apis, Madrid 1988.