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10 julio 2024

"The book of evidence" ("El libro de las pruebas") de John Banville: "La maté porque podía"

Este ha sido mi primer Banville. 
¿Por qué este? Sin recomendación de nadie, me imagino que lo elegí tras una búsqueda tipo "por dónde empezar con John Banville" y me salió "The book of evidence" ("El libro de las pruebas") . Pero no lo sé, porque ahora lo he hecho y no sale; el propio autor recomienda "The Newton letter", de su tetralogía científica. Este es también el primero de una trilogía que narra las andanzas de Freddie Montgomery, un asesino ilustrado, un científico que ama el arte, pero que estudió ciencias "para hacer la falta de certeza más llevadera".

Tal vez fue por eso: siempre me interesa lo que la gente llama "el Mal", meterme en la cabeza de lo que la gente llama "los monstruos" para intentar explicarme cosas. Conclusión hasta ahora, primicia: es complicado. Ahora estoy leyendo otro de esos libros de neurociencia con los que de vez en cuando os deleito por aquí, y aseguro que todo lo que tiene que ver con nuestro comportamiento es de una complejidad que ríete de la NASA y el metaverso. El ensayo, de David Linden y del 2020,  se llama "Único. La nueva ciencia de la individualidad humana". Lo que nos hace  especiales, únicas e irrepetibles está meɓdiado por genes, ambiente, y el azar de los procesos del desarrollo. Genes que se activan o desactivan según diferentes parámetros (no sé, por ejemplo, la temperatura), ambientes compartidos y no compartidos, randomness. Es apasionante y todo una maldita lotería. No me atrevo a leer el último de Sapolsky [del que ya divagamos sobre su "Behave"] titulado "Determined: A Science of Life Without Free Will", porque me da medio miedo. A propósito del libre albedrío, ya al principio de "The book of evidence" nos encontramos frases como "I realised I did the things that I did because I could do no other" o "I am asking if it is feasible to hold on to the concept or moral culpability when the notion of free will has been abandoned".

Pero divago: todo lo anterior para decir que Freddie no parece un psicópata al uso, pero me quedan muchas dudas clínicas de lo que le ocurre [tiene muchos momentos de grandiosidad, de "cómo no se me da más importancia, tras lo que he hecho"; otros de "disregulación emocional", como se llama ahora a una pataleta de adulto], de cómo entender su asesinato, cuando todo lo que explica es "la maté porque podía". Y realmente, parece que él mismo no tiene ni idea. Es un tipo que se ha obsesionado con un cuadro (que si es el de la portada de mi edición, entiendo el porqué: me he descubierto mirándolo muchas veces antes de abrirlo y tras al cerrar el libro), va a robarlo a plena luz de día, y como una criada se le interpone, zas, la mata. Pero ni siquiera para salirse con la suya, ni para no dejar huellas. No. Simplemente, podía. El que lo entienda, que lo compre. Nota: con los libros de neurociencia en la mano, creo que algún día -no cercano- se entenderá. Con nuestra lógica cuentacuentos, no.

Freddie nos cuenta su historia en primera persona y es un "unrealiable narrator" (el narrador en el que no se puede confiar) de libro: ¿es esta confesión de su puño y letra lo que realmente ocurrió? Lo han comparado con Raskolnikov ("Me siento como el triste protagonista de una novela rusa", dice en un punto), y es que hay mucha filosofía en esta novela corta: la libertad ("to do the worst thing, that's the way to be free"), el miedo a la libertad (que lleva consigo tomar decisiones; parece que Freddie se ve aliviado de no tener que decidir nada nunca más, en la rutina despersonalizada de la cárcel), el libre albedrío, la piel de cordero con la que cubrimos el lobo que somos ("This is the only way another creature can be known: on the surface, that's where there is depth")... pero lo que de verdad llama la atención de la novela es cómo está escrita.

Banville escribía novela negra con un pseudónimo, Benjamin Black, y he leído alguna entrevista en la que explicaba cómo usaba a Black para relajarse de la extrema concentración que necesita para escribir como Banville. Parece que una cosa es literatura y la otra un divertimento. No he leído a Black ni de entrada me apetece, pero Banville escribe cosas tribonitas como "that grim, shadowed gallery I call my heart" o 
"como si hubiera atravesado la membrana del tiempo en sí mismo". O reflexiones sobre alguien "destinado a grandes cosas, pero que había logrado evitar su destino", o "creo que será lunes por la mañana cuando me den la bienvenida en el Infierno".

Un día solo fui a un taller de escritura (absténganse los graciosos de comentarios) en el que dijeron que "era muy importante describir sensaciones de los sentidos". Pero claro, una cosa es hablar del manido "olor a césped recién cortado" que te lleva a la infancia en el Parque Grande y otra Banville: "chupar el sobre que ella había previamente cerrado", "un sonido de tractor que era justo la voz del verano", o incluso llegar más allá, a la despersonalización: "me vi a mí mismo girándome, mientras me giraba". El nivel de su descripción tal vez se entienda aquí: "A paralelogram of moonlight was propped againts one wall like a broken mirror".

Y el humor: no sé si una acaba siendo del equipo de Freddie incondicionalmente -es un tipo raro-, pero si tiene algún punto positivo que le define y tal vez redime es el humor. Cuando su amigo pregunta todo solemne al inspector si es absolutamente necesario que le esposen, él reacciona con desapego e ironía, "It was such a grand old line, and so splendidly delivered , with just the right degree of solemn hauter, that for a second I thought I might elicit a small round of applause". O la relación con su madre, "ya me había irritado. Tenía ese efecto en mí. Solo tengo que estar frente a ella para que la irritación y el resentimiento empiecen a anidar en mi pecho", y tras el soliloquio: "¿es de extrañar que haya acabado en la cárcel?".

¿Quiero reencontrarme con Freddie en el resto de la trilogía? Puede. Pero seguro, con quien quiero seguir encontrándome es con la prosa de John Banville. 

12 febrero 2024

Tom Ripley (Patricia Highsmith, c'est toi?), el glamour del viaje en 1950 (sulla Costiera Amalfitana) y caracoles en el sujetador

 Nunca hasta ahora había leído a Patricia Highsmith: en mi mente era una escritora "de género", pertenecía a la sección thrillers de los aeropuertos. Sí, había visto "Extraños en un tren" y las versiones de "El talentoso Mr Ripley" de René Clément en 1960 ("A plein soleil") y de Anthony Minghella en 1999. Pero ni siquiera sabiendo que el protagonista, Tom Ripley, era un psicópata -no solo un interés profesional mío, el concepto tiene hasta distintivo en el divlog- me dió por leer a Highmisth. Hasta ahora. El denotante fue "Saltburn" , la peli de Emeral Fennel, de la que hice un divague cuyo mayor -tal vez único- mérito consistió en evitar el título del 99% de las críticas: ("Saltburn: Ripley se encuentra con Retorno a Brideshead"). Así fue como empecé con "The talented Mr. Ripley". 

Y, wow: hace tiempo que no terminaba un libro con palpitaciones -físicas, no metafóricas. Las dos últimas páginas las hice como si fuera yo, en lugar de Ripley, la que tiene que enfrentarse a la poli en la frontera. Esto me interesó mucho porque aseguro que durante toda la novela no sabía -y sigo sin saber- si quería que Ripley "ganara" o que le pillasen. No es inusual que una se identifique con los antihéroes (¿quién no quiere que Aníbal se coma al Dr. Chilton tras a escena final de "El silencio de los corderos"?): claro que sí, a veces vamos con el malo. Pero en el caso de Ripley, ¿con quién he ido? 

Mid-century glam en Amalfi:
qué puede ir mal?
Atención, el párrafo que sigue es un spoiler del final, pero no de la trama (no resumo novelas pero en este caso además sería particularmente aburrido por razones que se verán luego). Intento explicar mis elevadas pulsaciones: cuando leía no recordaba el final de la peli de Minghella (que es el del libro); de ella, solo recordaba a los actores, que se puso de moda aquel verano la ropa de los 1950s (como dictan las revistas de moda periódicamente cuando sale una peli - hasta de la "María Antonieta" de Coppola y todes nos compramos una peluca) y la maravillosa Costiera Amalfitana, donde fuí con Fashion dos años depués (no duden: con similar nivel de glamour, con ella ya se sabe). Sin embargo, recordaba perfectamente el final de "A pleno sol" que vi de niña o adolescente tal vez en "Sábado Cine": aquí a Ripley le pillan. Es interpretado por el guapérrimo Alain Delon y, aunque igual que en el libro mata a su amigo rico Dickie en un barco, aquí el cuerpo se enreda con la hélice y sale al final. Sé que me impactó porque aún recuerdo la imagen, la escena, tengo el fotograma del bulto envuelto bajo el barco aún en mi cabeza. Durante mi lectura no sabía que el director francés no quiso dejar la peli con un final tan sin enseñanza como hizo Highsmith, pero sí que hay más novelas de Ripley, luego se pueden sacar conclusiones. Será por estos recuerdos o por mi ambivalencia con Ripley, el final fue para mí algo de montaña rusa. 

Psicópata y guapo=
desaconsejo

Como digo, lo que más me ha atrapado del libro no es su trama, que en muchos momentos me ha parecido "maletines" ("entonces Fulanito va a nosedónde y le dice algo a nosequién y el pasaporte y el salvoconducto nosequé pasa con ellos"):  una serie de hechos encadenados (cine de acción) que a mí personalmente me aburren, aunque me hago cargo que son el esqueleto de la novela, la percha donde se cuelga algo más. Si ese algo más no me interesa o es inexistente, entonces la novela no es para mí. Prefiero una novela en la que no pase absolutamente nada, pero que formalmente me atrape, o bien que esos temas de fondo me toquen, antes que una que me cuente una series de hechos, una historia, sin más. El otro día leí un trozo de una carta de Evelyn Waugh a su mujer -tirando a brutal, pero qué cierta- que resume este principio: 

"Darling (...), do try to write me better letters. Your last, dated 19 December received today, so eagerly expected, was a bitter disappointment. Do realise that a letter need not be a bald chronicle of events; I know you lead a dull life now, my heart bleeds for it, though I believe you could make it more interesting if you had the will. But that is no reason to make your letters as dull as your life. I simply am not interested in Bridget’s children. Do grasp that.

Pero divago. Decía que esta novela tiene algún punto "maletines", pero se ha salvado por observaciones como estas: los contrastes entre Europa y América, porque según Highsmith, en el viejo continente el que haga frío en las casas se considera chic, no nos preocupa que el tapizado del sofá esté devorado por los gatos y nadie te ayuda por la calle. La panoràmica de la vida de los expatriados allì, el evidente servilismo y deferencia para con los americanos, los ingleses qe vestìan con ropa italiana mientras que los italianos presumìan de tweed inglés (que Ripley sospecha aún fabrican en la isla solo para vender a los extranjeros). Mientras avanzo en la lectura me planteo, ¿qué debía ser no ya solo viajar, sino irte a vivir a Italia en los 50? (o aún mejor, a una isla del Dodecaneso, como el libro que estoy leyendo ahora- divague próximamente en su quiosco). Hoy está todo masificado de gente molesta, chusma en el fondo como nosotras, porque de haber nacido en los 50 no habríamos tenido dinero para viajar. Tal vez por eso, los que lo hacían exudaban glamour, eran la élite. Hoy, con todo democratizado, nada tiene interés. 

(Una escena de la peli de Minghella, porque me encanta esta canción 
-aún más la versión de Yolanda-be-cool-, y porque me encanta la vida de estos tres)

Decía que se ha salvado por lo de arriba, por hacerme viajar a la Costiera Amalfinata de la época -que ya me pareció de las más bonitas del mundo en 2001, pero sobre todo por las descripciones de cómo opera un psicópata vintage. No he podido evitar leer la novela como si fuera una historia clínica y es en la psicología de Ripley donde mejor me lo he pasado. Tal vez esto no sea normal, pero es así: yo iba poniendo una "p" dentro de un círculo en los márgenes cada vez que me encontraba con la descripción de un rasgo o un comportamiento psicopático en Ripley. Tengo infinidad de ejemplos y es un tributo para Highsmith porque este libro se publicó en 1955, cuando vale, Hervey Cleckley ya había publicado su clásico "La máscara de la cordura" ("The mask of sanity: An Attempt to Clarify Some Issues About the So-Called Psychopathic Personality") en 1941, pero el conocimiento que se tiene hoy en día del comportamiento psicopático está años luz de aquella época -sobre todo si eres divagante y groupie de la sección con el distintivo "psicopatía"

Highsmith describe muy bien la naturaleza "errante" del psicópata en Ripley, su oportunismo ("Mr Greenleaf was such a decent fellow himself, he took it for granted that everybody else in the world was decent, too. Tom had almost forgotten such people existed") a la vez que casi patológicamente optimista ("algo saldrá, siempre surge algo"), su aburrimiento vital ("todo tan simple que le aburría"), su habilidad para mentir y fabular (y se obliga a representar la mentira para que creyéndosela él mismo, se haga más verosímil), el hecho de que no puede relacionarse profundamente con nadie, la continua búqueda de excitación (la anticipación mejor que la experiencia), su encanto superficial que usa para divertir a los demás. Hay un déficit de los psicópatas que se ve muy claro: en contraposición al resto de los mortales, no se arrepienten, no se lamentan por decisiones equivocadas. La mayoría tomamos decisiones basadas en el "anticipated regret" (o sea, anticipamos las consecuencias emocionales a futuro de una decisión que tomamos ahora, por tanto solemos tomar las decisiones de menor riesgo). Pero los psicópatas son incapaces de simular potentiales futuros y cómo se pueden sentir en esos futuros, por eso Ripley toma esas decisiones tan locas y en apariencia "valientes". En un punto dice "el riesgo es lo que lo hace divertido". Describe también muy bien un síntoma que los psiquiatras conocen bien, la desperzonalización ("se vio a él mismo como si estuviera fuera de sí mismo, viendo la escena") o un principio que la neurociencia está hoy en día demostrando con sus experimentos (eso de que si sonríes te sientes mejor): "If you wanted to be cheerful, or melancholic, or wistful , or thoughtful, or courteous, you simply had to act those things with every gesture". 

Pero no es un psicópata de libro: algunas veces experimenta ansiedad (aunque, en contraste con lo que se creía, hay nuevas investigaciones que están demostrando que algunos la sufren), y otras muchas no lo describe con la grandiosidad típica de la personalidad psicopática, sino más bien como un ser acomplejado y con sentimiento de inferioridad, aunque todo el tema de la clase social a la que él intenta aspirar no es utilizado por Highsmith en ningún momento como crítica social - que nadie espere encontrar ningún comentario político en la novela. Al principio, cuando está embarcado cruzando el Atlántico hacia Italia Ripley llora, se siente culpable y con miedo. En otros puntos, Highmisth dice que "se siente inseguro, se odia a sí mismo". De hecho, cuando después de haber hecho el papel de Dickie -su amigo rico al que se ha cargado y ha suplantado- , tiene que volver a hacer de Tom Ripley, lo odia: otra vez ser ese mediocre que no anda erguido y carece la confianza de Dickie, otra vez ese patético arribista. 

Todo esto me ha dado que pensar si a Highsmith, pese a haber intentado un retrato psicológico que es un cuadro al óleo, al final no le ha salido perfecto - o tal vez quería hablar de un tipo que no es psicópata pero que simplemente se quiere poco a él mismo y una cosa lleva a la otra? O un tipo que quiere la buena vida, y mata -sin acritud, no es nada personal- a quien se le pone de delante?
"He hated becoming Thomas Ripley again, hated being nobody, hated putting on his old set of habits again, and feeling that people looked down on him and were bored with him unless he put on an act for them like a clown, feeling incompetent and incapable of doing anything with himself except entertaining people for minutes at a time. He hated going back to himself as he would have hated putting on a shabby suit of clothes that had not been very good even when it was new. His tears fell..."
Esta descripción de Ripley que a ratos se cancelaba a sí misma me ha desconcertado y no solo por sus contradicciones, sino también porque Highsmith en ningún momento trata de reflexionar sobre sus motivos, la etiología de su comportamiento, sus sentimientos más profundos: ella describe lo que hace, y ya. Mientras leo, quiero sucumbir un poco en ese viejo placer culpable  de pensar que la autora se ha inspirado en sí misma para escribir a Ripley. Los psicoanalistas lo llaman "sublimación". 

Ahí donde la veis, Highsmith lleva
 unos cuantos caracoles 
en el sujetador
No he llegado a leerme el volumen de los diarios de Highsmith editado por Anna Von Planta en 2021 [se leyó más de ocho mil páginas y le ha quedado un resumen de más de mil, para que os quejéis de este blog], pero ya había oído anécdotas personales de la autora que involucraban caracoles -sus animales top de companía-, había visto "Carol" de Todd Haynes -basada en un relato suyo autobiográfico titulado "The price of salt". Highsmith era lesbiana, lo tuvo que publicar bajo seudónimo-, y me sonaba que era racista, antisemita, e incluso anti-feminista (que para una mujer gay no deja de ser una broma). 

Von Planta se encontró los diarios y notas en un armario y en ese texto se muestra cómo "la vida se filtró en su ficción". Para muchas de nosotras, leer "cómo se filtra la vida en la ficción" de alguien que te apasiona sería un sueño. Si ya enloquecemos con tener delante -detrás de un cristal de seguridad- un manuscrito de George Elliott... (más de esto otro día). Festival del fetichismo. 

Para muestra de su estado mental, en sus diarios escribe cosas como “I don’t really want perspective, except my own” o en 1954, "me estoy volviendo un poco rara, personalmente". Con esta me identifico plenamente: “One of those days when I made dinner. And I will say here and now: it’s not worth the trouble.”  Durante los años tuvo hordas de amantes [hacía ránkings en una tabla: qué hubiera hecho hoy con excel] pero muchas luego se casaron y odiaba a las mujeres que buscaban marido (se ve claramente su desdén por Marge, una de las protas de esta novela). Tampoco le gustaban los tipos diletantes, hijos de papá como Dickie, pero sentía debilidad por los antihéroes, los que vivían en los márgenes de la sociedad [“People dancing around the fringes of the law, living purely by skulduggery, are my delight!”], los seres confundidos sexualmente (el mar de fondo homosexual en Ripley es un clamor), los solitarios, los outsiders: o sea, ella misma. 

Muy atrapada por el tándem Highsmith-Ripley, caigo en el error que odiamos los que escribimos -que nos pregunten quién es quién-, el de pasar demasiado rato en internet mirando imàgenes de Amalfi y Positano, y el de encontrar algunas fotos de le sorelle sulle costiera de hace tannnto que podían bien ser los 50... 

Fashion et moi en Positano
circa 1954




15 diciembre 2023

¿Son los políticos reflejo de la sociedad o están hechos de otra pasta? La ciencia vs. tu cuñado

La semana pasada declaró nuestro inefable ex-Primer Ministro en la Public Inquiry del Covid. Mucho se había especulado sobre lo que iba a decir, ya se sabe de qué pie cojea: un hombre "extremadamente optimista", que "tiende a la broma" y que cree que puede salirse siempre con la suya. Es la actitud del privilegio de cuna, que en inglés se dice "entitlement" ("porque yo lo valgo"):  creen que tienen derecho a todo lo que tú no, porque sí. 

"Me preocupa que nos está llevando a la batalla
una persona que lleva pajarita"

De cómo una pequeña élite de Eton -el cole ese en el que los niños van de chaqué- terminó gobernando este país hemos hablado en este blog antes (y también hay un libro que tengo por leer "Chums"). El adiós a Boris Johnson se lo dimos aquí, y la puntuación del gobierno en los "estadios morales de Kohlberg", acá

Eton?


De la inquiry ha surgido que durante aquel infausto 2020, cuando el UK cosechó el mayor número de muertos de Europa después de Italia -y eso que somos isla y llevábamos dos semanas de ventaja-, Johnson iba como "pollo sin cabeza" no solo en el tema fiestukis (el Partygate), sino en el tema tomar decisiones. Ya comenté lo que le costó anunciar el primer confinamiento (¿alguien recuerda lo de la "inmunidad de rebaño" y "habrá que asumir perder a algunos seres queridos"?) pero no aprendió nada para el segundo confinamiento, en otoño de ese mismo año. 

Sufro por los pobres asesores médicos que le intentaban explicar que si no confinaba iba a hacer X muertos por semana, que se preparaban las reuniones nerviosos, no por carecer de datos, sino por ver "de qué humor está". Le intentaban inducir cierto estado de ánimo, como si fuera un niño pequeño o un emperador caprichoso, a ver si entonces le daba ese día porque sí. Era un trabajo particularmente duro porque Johnson dejó de estudiar cualquier ciencia a los 15 años (como sabemos, las élites como él estudian latín en Oxford) y según la gente que ha declarado es "incapaz de leer un solo gráfico o de entender un mínimo concepto estadístico", y olvíate de presentarle nada en algo más largo que un folio. Decían de él que era un como "shopping trolley", un carrito de la compra desbocado que cambiaba de opinión según con quien se encontrara en el pasillo, según la última historia que le atrapara. 
Siempre me ha interesado el perfil psicológico de Johnson, desde que era alcalde de Londinium. En otra entrada titulada "Algún problemilla derivado de ser gobernados por psicópatas" ya me aventuré un poco, y no solo sobre él sino con el que fuera su maquivélico asesor Dominic Cummings (que ahora también ha declarado y ha dicho de él todo menos bonito).  ¿Fue entonces cuando empecé el proceso -no siempre rápido- que sufrimos todos cuando cambiamos de idea? Me explico. 



Y al llegar los mazapanes dijo tu cuñado: "Todos los políticos son iguales" 
No me gusta cuando la gente reniega de los políticos diciendo que "son todos iguales".  Aunque conozco personalmente a poca gente que se haya dedicado a la política, los dos más cercanos son personas que sinceramente lo han hecho por mejorar sus pueblos (ambos son o fueron uno concejal y el otro alcalde de pequeñas localidades, sin sueldo), lo que se llama "vocación de servicio". Y cuando pienso luego en los políticos de alto nivel también imagino que se meten en ese charco porque realmente creen que pueden cambiar el mundo (exceptuando a los que fueron grabados con que "estaban en política para forrarse") porque en la empresa privada cualquier CEO gana mucho más que ellos. No me gusta renegar de "todos los políticos" porque porque si no es esto, qué? Qué sugieren? Una mano dura? 

Y tú, ingenua, contestabas: "son un reflejo de la sociedad"
El caso es que Johnson -y otros dirigigentes que todos tenemos en mente-, me han llevado a replantearme mi vieja tesis de que los políticos son un reflejo de la población, que tampoco somos santitos, y que si se corrompen es porque hay gran parte del electorado que se corrompería si pudiera. Y del perfil psicológico de Johnson pasé a intentar entender si hay un perfil psicológico que se ve atraído por la política, y si es así, si es de verdad que son de una pasta distinta al general de la población, y no para bien. 


¿Qué lleva a un tipo como Johnson a meterse en política y, lo que es más preocupante, a que el sistema le deje llegar ahí? Un tipo al que echaron de varios trabajos por mentiroso, que todo lo soluciona con encanto y bromas, y que no tiene ninguna solvencia intelectual. ¿Por qué la sociedad encumbra en la política a tipos tirando a indeseables?

Presentando al estudioso del tema
Brian Klaas es un catedrático de "Global politics" en el University College de Londinium y ha escrito un libro titulado "Corruptible: who Gets Power and How It Changes Us" ("Corruptible: quién consigue el poder y cómo nos cambia") en el que confirma cosas que, si miras a Johnson y a muchos más líderes, se ven bien claras. 

¿Qué características tienen los atraídos por el poder? 
1. Klass dice que el poder es un fardo pesado de llevar psicológicamente, no lo puede llevar todo el mundo: tus decisiones afectan a millones de personas, algunas de una manera catastrófica, y tienes que vivir con ello. La mayoría no podría vivir con el horror de haber causado un montón de muertes por no haber confinado a tiempo "por la economía" o por haber declarado una guerra. Pero a ellos les da igual. ¿Quienes son ellos? Los que pueden llevar ese fardo sin inmutarse. 



2. Y sí, la famosa cita de "el poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente" es cierta: hay mucha evidencia científica que lo demuestra, incluso se ve a nivel cerebral. Y también hay datos que corroboran que las personas más fácilmente corrompibles se acercan más al poder. 

3. Estas personas que buscan poder y lo consiguen suelen tener algún rasgo o todos de la "tríada oscura" que discutimos ayer (narcisimo, maquiavelismo y psicopatía). Por definición son al menos narcisitas y maquiavélicos -si no la tríada completa. A ver, qué ego tienes que tener para pensar que tú puedes dirigir un país? Y para llegar ahí, tus habilidades de manipulación y persuasión también tienen que estar bien delineadas. Depende del estudio que mires, los psicópatas están entre 4 y 100 veces más representados en posiciones de poder que el resto. Además tiende a haber un sesgo de auto-selección (la gente con hambre de poder se auto-proponen más que el resto para estas posiciones). 

¿Somos así el resto?
Hagamos un ejercicio práctico, piensa en tu departamento y pregúntate: ¿Esa persona trepa te representa? Yo estoy pensando en esa compa que está metida postureando en todos los comités y paneles y a mí no. No es que me exaspere por eso -lo miro con la curiosidad con la que un entomólogo observa a un nuevo escarabajo- sino porque es tremendamente inefectiva: hay que perseguirla para una respuesta, no hace lo que asegura hará. Pero si lo piensas, es típico: su mente no está en hacer su trabajo, sino en "estar ahí". 

Lo que está debajo
Pero todo esto -que habla de la persona- es solo la punta del iceberg del problema. Lo que está debajo, que es mucho mayor, es la serie de sistemas fallidos que atraen y promueven a la gente equivocada hacia el poder. Por ejemplo, estos rasgos de la tríada oscura tienen un componente genético (que siempre interactua con ambiente), pero ya de adultos no se trata de cambiarlos a ellos, sino al sistema que permite que esta gente suba al poder. 

Por qué los encumbramos: qué dice la psicología evolutiva
La psicología evolutiva explica que elijamos a tipos con apariencia de fuerza (véase a Putin a caballo sin camiseta, yuk) porque en la sabana nuestros antepasados buscaban a un líder muy físico que les defendiera de la tribu de enfrente. Hoy hay una discordancia evolutiva porque ya no es esto necesario, y mujeres delgaditas como Jacinta Arden pueden liderar un país mejor que estatuas ecuestres. Pero tenemos estos sesgos maladaptativos nadando por nuestras cabezas tras miles de años de evolución: es importante conocerlos y reconocerlos para poder luchar contra ellos.


Tácticas que usan cuando llegan
Todos conocemos en la vida personal las "personalidades de alto-conflicto", esos que mueven todo al terreno emocional. Los políticos de "alto conflicto" también lo hacen con el objetivo de enardecer a sus seguidores y cabrear a sus oponentes, que quedan "emocionalmente enganchados" y hay peleas. Pero si lo piensas, la parte de nuestro cerebro que está al tanto de muchas de nuestras emociones es la parte que maneja las relaciones, así que estos políicos logran una relación a nivel emocional pero no al nivel racional. Te cuentan una historia para que te creas que eres parte de algo mayor -todo va de esperanza para el futuro-, te halagan, te hacen odiar al enemigo. Inventan crisis de las que ellos son los salvadores, te hacen creer que hay un villano que trae todos los males, cuando sabemos que los problemas de hoy en día son demasiado complejos para ser atribuídos a un solo individuo. Los males vienen de dar todo el poder a un individuo y del sistema que permite que estos tipos, que lo quieren, puedan acceder sin que haya un estudio serio de sus motivaciones y perfil.

La propuesta de Klass
Klass aboga porque haya exámenes psicológicos de los candidatos antes de que se hagan con ese poder. Estos exámenes deberían responder a la pregunta de por qué esa persona quiere el poder, exponiendo a quienes están ahí por razones que no son esa "vocación de servicio". Es algo muy serio, si hablamos de política de alto nivel: esta puede ser la peña que está al cargo de un botón nuclear. 


Corolario
En resumen: la gente en el poder se autoseleccionan para estos trabajos, y por definición son narcisitas y maquiavélicos, por lo menos -si no la tríada completa. Esto no tiene que ver con tu inclinación izquierda-derecha: estos rasgos están en ambos lados del espectro. A mí me gusta pensar que los de izquierda parten más de un deseo de "cambiar el mundo", pero el ansia de poder está en todos. Por supuesto estoy hablando siempre de números generales, hay excepciones. 

Pero en general -de nuevo, tú puedes ser narcisista maquiavélic@-, la gente en el poder no nos representa, no son "la media", no son el ciudadano que anda por la calle. Yo pasé una vida queriendo creer lo otro, y los datos me han convencido de lo que hay. 

Aún así, hay esperanza, porque los que no somos oscuros somos la mayoría, y si queremos, podríamos parar a esta panda de seguir gobernándonos e intentar seleccionar a personas que, de verdad, quieren mejorar el mundo para tod@s, no para ell@s. 

12 diciembre 2023

La Tríada Oscura ("The Dark Triad")

El caballero oscuro
Este divague es en realidad un spin-off del de mañana. Me explico: estaba yo escribiendo algo y me he dado cuenta de que, cuando en mi argumentación introducía el concepto de "La Tríada Oscura" ("The Dark Triad"), se me iba de las manos. Por eso, y porque quería tener un divague titulado así (veo que lo tendré que referenciar en el futuro), los he separado. 

The Big 5: Repaso
Pero antes, repasemos: espero que todo el mundo recuerde cuando hablamos del  "Modelo de los Cinco Grandes" (los Big Five), la clasificación de rasgos de personalidad en cinco dimensiones, a saber:
  1. extraversión,
  2. amabilidad,
  3. responsabilidad,
  4. estabilidad emocional/neuroticismo
  5. apertura a la experiencia.
Volvimos a hablar de ellos en el divague de "La sabiduría de los psicópatas", del libro de Kevin Dutton, que me quedó un poquito -ehem- largo pero ya me dijisteis que no importa porque el tema apasiona. Ahí lo que dijimos es que los psicópatas tiene altos los puntos 1 y 5 - extraversión (seguridad en sí mismo y búsqueda de emociones) y estar abierto a la experiencia (acciones)- y bajos el resto (amabilidad, responsabilidad y neuroticismo).

Introducción del concepto "Tríada Oscura"
Los psicólogos Delroy Paulhus y Kevin Williams publicaron un artículo en 2002 titulado "The Dark Triad of personality: Narcissism, Machiavellianism, and psychopathy" [no requiere mucha traducción, pero bueno: "La tríada oscura de la personalidad: narcisismo, maquiavelismo y psicopatía"] en el que describían por primera vez este concepto. Había ocurrido en respuesta a otros investigadores que en 1998 había propuesto que estas tres características eran muy parecidas, casi intercambiables, y Paulhus y Williams demostraron que, aunque hay puntos en común y con frecuencia coexisten, son entidades diferentes. Veamos de qué van:

(las imágenes son de una página muy chula
llamada sproutsschool)


~~~Narcisistas~~~
Estos seres sienten una excesiva admiración y preocupación por ellos mismos, un sentido inflado de su propia importancia y una constante necesidad de atención y admiración. Están encantados de haberse conocido. Vamos, tu bloguer@* medi@ (saludos a la Nuera de la Consuelo). 

*Pequenia boutade porque de todos es sabido que los pobres blogueros somos nerdos románticos que vivimos en cuevas... busquen en otros medios o redes... 
Narcisos: todo va de ellos

Son grandiosos y les gusta mezclarse con otros que perciben como importantes. Ahora se les llama "name-droppers"; antes chupapollas. Había muchos juntos una vez que estuve en un evento con una realezuela, todos a la foto.

Eres narcisista? Haz nuestro test!
Si alguien solo es narcisista (y no cumple los tres de la tríada) puede tener bastante éxito en la empresa, pongamos, porque están muy preocupados por lo que los demás piensen de ellos, y avanzar en jerarquías depende de caer bien a la gente, y ellos se esfuerzan. El problema es cuando han de tomar decisiones, porque para ellos lo más importante siempre son ellos pispos, claro.

El concepto de narcisismo subclínico surgió de Raskin y Halls (1979) que estudiaron grandes muestras de estudiantes (no personas que presentan en la clínica). Las facetas conservadas del síndrome clínico -o Trastorno de la Personalidad Narcisista- incluyeron grandiosidad, entitlement ("tengo derecho a"), dominio y superioridad. Este trabajo se resumió en el Inventario de Personalidad Narcisista (NPI). 

~~~Maquiavélicos~~~
La construcción del concepto de maquiavelismo surgió de una selección de citas de los libros de Maquiavelo por Richard Christie en 1970.

Estos son un amor: no les importa usar la manipulación y el engaño para lograr objetivos personales. Son estratégicos y están dispuestos a utilizar cualquier medio necesario para alcanzar sus metas, incluso si eso implica perjudicar a otros ("el fin justifica los medios"). 

"He oído por ahí... pero entre nosotros"

De la tríada son los que suelen tener mayor inteligencia y son los mejores a la hora de conseguir poder por su pensamiento estratégico. 

Viene siendo el jefecillo medio* frustrado que espera el fallecimiento del que tiene por encima, que está como un roble, y que en el interín intenta mover piezas de un ajedrez que solo existe en su cabeza. Hace años cuando empecé en un curro uno de estos me calentó la cabeza contra el mundo durante un café, y todo el rato decía "por supuesto, esto es confidencial". Y yo, que hacía rato que había desconectado del pavo, pensando: "tus secretos están bien guardados conmigo, no podríá repetir ni uno".

*Es tu jefe y no entiende que tú no tengas ningún interés en su puesto y bosteces cuando asistes a sus puniales por la espalda. 

~~~Psicópatas~~~
Estos no solo están en las pelis, yo conozco a alguno. Presentan con falta de remordimiento o culpabilidad, con comportamientos impulsivos y constante búsqueda de emociones. Obviamente, tienen falta de empatía. No les suben las pulsaciones con lo que a ti te afecta: qué suerte que sufren de baja ansiedad. Pueden ser encantadores superficialmente ("el charming psychopath"), pero carecen de una conexión emocional genuina con los demás. Pueden mostrar comportamientos antisociales y tener dificultades para conformar con las normas sociales. 

Piensa en aquel cabrón que le rompió el corazón a tu amiga, pese a que tú "ya se lo dijiste", porque tú puedes ver a través de ese "encanto superficial". ¿Alguien recuerda aquel divague de gorditos vs. malotes, Héctor vs. Aquiles? Un gordito nunca será psicópata: eso le pasó a mi amiga por comprar el mito del macho alfa. 

"No pude evitarlo" -Vizconde de Valmont

Los psicópatas puros (sin narcisismo ni maquiavelismo) no suelen tener mucho éxito en el mundo laboral. Esto es porque son impulsivos, aman el riesgo y aunque se hacen con el poder, porque tienen hambre de ello, luego no son buenos al ejercerlo. Los que llegan ahí y se mantienen suelen hacer tick en la tríada. 

La adaptación de la psicopatía al ámbito subclínico es la más reciente de las tres (Hare, 1985; Lilienfeld & Andrews, 1996). La escala de psicopatía de autoinforme (SRP) se compiló a partir de ítems que diferenciaban a los psicópatas clínicamente diagnosticados de los no psicópatas (Hare, 1985). Posteriormente fue validado en muestras no criminales (Forth, Brown, Hart y Hare, 1996). 


Como se correlacionan generalmente estos rasgos con los "Big 5"?
  1. extraversión>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>narcisistas y psicópatas
  2. amabilidad (agreeableness)>>>>>>>>>>>sorpresa: ninguno de ellos
  3. baja responsabilidad>>>>>>>>>>>>>>>>narcisistas y maquiavélicos
  4. estabilidad emocional/neuroticismo>>>>>psicópatas: poco ansiosos/neuróticos
  5. apertura a la experiencia>>>>>>>>>>>>>narcisistas y psicópatas

Explicaciones evolutivas
¿Qué sentido tiene que estos rasgos tan poco favorables para la comunidad hayan persistido? Porque los que los tienen llevaban lo que se llama "la vida rápida", que tenía sentido en su mundo de depredadores e infecciones. Tenían hijos con múltiples parejas sexuales, sin cuidarlos, para asegurar que sus genes continuarn. Hoy en día la mayoría de los dark-triads siguen ese patrón, en oposición con el resto de aburridos que llevamos la "vida lenta" (una pareja, pocos hijos, mucho tiempo inverrtido en amig@s y relaciones, Thermonix y vacaciones en Marina D'Or), ellos nunca están mucho tiempo con la misma persona, pueden dejar un reguero de hijos, viven al límite: vida R&R. Si antes se decía que las "blondes have more fun", hoy lo adapto con que "los tríada oscura lo pasan mucho mejor". 

Y les suele ir bien en ambientes competitivos y están muy representados en gestión, a la que llegan usando sus rasgos y el hecho de que carecen de compasión y se pisa a quien sea. Yo a veces hago el ejercicio de pensar en algunos gestores a los que he sufrido, y veo ahí un retrato al óleo. 

Conclusión
Hoy, ninguna. Como dirían en la tele "después de la publicidad", que en el bloguerío es más o menos "mañana", cuando veremos cómo podemos aplicar la tríada oscura a un grupo en particular. ¿Quién será?

Esperando que no juzguen mi estrategia de maquiavelismo, un saludo. 

16 febrero 2023

"La sabiduría de los psicópatas" de Kevin Dutton: ¿Estás hech@ para la vida moderna?

Si últimamente se ha comentado que hay algunos divagues que estaban siendo divergentes con la filosofía / naturaleza de este blog, para tranquilizar a los divagantes que ya no saben si están en “con las manos en la masa” o “bricodeporte”, aquí volvemos a un clásico: a hablar de esos seres que nos fascinan y horrorizan por igual, los psicópatas.

Kevin Dutton es un psicólogo clínico británico que un día descubrió que su padre, ya fallecido, había sido un psicópata. No de los que salen en las pelis, esos que asesinan y descuartizan, ni siquiera de los que no les tiembla la mano en Recursos Humanos. No: su padre era un vendedor ambulante que simplemente tenía ciertos rasgos psicológicos que se ven precisamente en la población psicopática. Entonces escribió un libro (que es lo que se hace cuando un tema no te suelta) titulado “The wisdom of psychopaths” (La sabiduría de los psicópatas), cuya tesis es la siguiente: en según qué circunstancias, va bien tener esos rasgos. Para según qué profesiones, son vitales. La cuestión es no tenerlos “subidos a tope”, en ese particular dial, y todo el libro va de argumentar eso. Leyéndolo, conoces mucho más lo que es la psicología de estas personas que, a menudo, hacen sufrir tanto a los que tienen alrededor. Seguro que entre sus páginas encontrarás, si no claramente descrita a aquella persona, sí rasgos que habrás visto aquí y allá-tal vez alguno en ti mism@.

Un paso adelante: yo los he visto, me he visto reflejada. Porque comparto con los psicópatas una de sus características clave: la baja tolerancia para aburrimiento; ellos -y yo- siempre quieren estar haciendo algo. Yo sé que ahora está de moda decir eso de “perded el tiempo, no aprovecheis el día” y todo eso. No es que ideológicamente esté en desacuerdo con ese principio -ya vale de producir, puto capitalismo-, pero yo simplemente no puedo pasar una tarde mirando secarse la pintura de la pared: me aburro. Pero no se asusten, no soy el doctor Lecter, luego hay muchos otros  rasgos que no comparto en absoluto con esos seres “tan fríos como un pez”, como dice mi amiga Yolanda, psiquiatra forense.

El libro está escrito en un tono de divulgación que a mí a veces me sobra: “en la cafetería de la universidad de Nosedónde me tomé una hamburguesa doble de queso con una cerveza bien fría con el catedrático Nosequé” (pero más largo) y hay intentos de chistes sin gracia. Pero en su gran mayoría es ciencia de la buena, con muchas referencias. 

Me doy cuenta de que hasta aquí podría ser una recensión normal de libro: ahora se haría una conclusión, y a casa que hace frío. Obviamente, esa bloguera razonable no sería yo, así que aún quedan unos pocos miles de palabras que van a tener que leer. Simplemente porque no hay tema más fascinante que intentar entender por qué alguna gente es “mala” - y si nosotras lo somos, un poquito. Spoiler alert: si está usted preguntándose con ansiedad si es uno de ellos, probablemente no lo sea.

Un poco de historia
La psicopatía aparece por primera vez con el filósofo Teofrasto, sucesor de Aristóteles como jefe de la escuela peripatética de Atenas, que habla en sus 30 temperamentos morales del «hombre poco escrupuloso».

A principios del XIX, Pinel describe la “manie sans delire” (tras ver a un hombre que mataba a un perro a patadas sin ningún remordimiento, pese a estar perfectamente cuerdo).

Luego llega Benjamin Rush, médico y padre de la patria americana, con su “depravación moral innata prodigiosa”, siendo el primero que alude a causas potencialmente orgánicas para este problema: “probablemente se encuentre una organización original defectuosa de aquellas partes del cuerpo que se hallan ocupadas por las facultades morales de la mente”.

Por fin llegamos al SXX con Hervey Cleckley y su clásico “La máscara de la cordura”:el psicópata es una persona inteligente, caracterizada por pobreza de emociones, ausencia de sentido de la vergüenza, egocentrismo, encanto superficial, ausencia de culpa, ausencia de ansiedad, inmunidad al castigo, impredecibilidad, irresponsabilidad, capacidad de manipulación y un estilo de vida transeúnte en lo interpersonal”. Pero a la vez tiene que tiene “ingenio y agilidad mental, entretiene al hablar, y con un encanto extraordinario”. Vamos, que el psicópata conoce la letra de las emociones, pero no la música. Lo clava. 

Métodos de estudio
Si miras el cerebro de un psicópata y uno de un no-psicópata, su aspecto macroscópico es idéntico. Por tanto, para estudiar si físicamente los psicópatas son diferentes del resto de la población tendremos que recurrir a distintos métodos de imagen, por ejemplo, la estimulación magnética transcraneal con la que se demuestra que hay una zona particularmente afectada en su cerebro: la amígdala, una estructura del tamaño de un cacahuete que es la torre de control emocional del cerebro y es responsable de la manera que tenemos de sentir las cosas. 




Otros métodos que tratan de “objetivar” algo intangible (recordemos “el método científico”) se describen en el ensayo: EEG, actividad electrodérmica (un índice muy fiable de estrés basado en la respuesta automática de nuestras glándulas sudoríparas), medición de constantes vitales y más.

En el libro se describen un montón de experimentos en los que se comparan a psicópatas con el resto cuando te dan un susto, o cuando te ponen imágenes horrendas (alguien más cierra los ojos en el cine?),  y se mira cómo hay zonas del cerebro que se activan, cómo sube o bajan las pulsaciones y el sudor, cómo hay picos o valles en el EEG. [Nota: Las ondas theta que se asocian a estados letárgicos, meditativos o somnolientos en gente normal, pero en los psicópatas ocurren durante estados de vigilia normales e incluso, a veces, durante estados de gran excitación. O sea, ya en estados basales, su EEG es distinto]. Por ejemplo:

  • Los psicópatas no se inmutan ante palabras emotivas: en una Tarea de Decisión Léxica (TDL) (se les dan palabras emotivas o neutras), en el EEG se ve que los no-psicópatas reconocen la palabra emotiva antes, pero no los psicópatas (para ellos la emoción es irrelevante: igual les da “mutilación” que “mesa”).
  • Tampoco con las imágenes horribles: En la Emotional Interrupt task (EIT) la mayoría de la gente tiene problemas con las imágenes emocionales, porque lo son y por ello distraen. Los psicópatas no se alteran.
  • Los psicópatas, literalmente, no huelen el miedo: Si expones a un no-psicópata al olor del sudor de alguien que ha pasado miedo (vs. sudor de alguien que ha hecho pongamos deporte) se incrementa la actividad en las zonas que procesan el miedo en el cerebro (amígdala e hipotálamo) y se es más preciso a la hora de juzgar si una cara tiene una expresión amenazadora o neutra. Pero los psicópatas no lo notan. [Nota aparte: es posible que el miedo grupal se “contagie”, por ejemplo en las estampidas, por el componente biológico de las hormonas que segregamos ante estrés emocional].

Gen del guerrero
Pero mucho antes de todo lo anterior: ¿los psicópatas vienen así de fábrica? ¿Es lo suyo nature o nurture o, como suele ocurrir, la interacción de las dos?

Os presento al MAOA-L, también conocido como el «gen guerrero», un polimorfismo de la monoamino oxidasa, hace tiempo asociado con conductas peligrosas y psicopáticas. El estudio crucial se publicó en 2002 y en él se vio que un polimorfismo funcional en el gen guerrero predice la conducta psicopática en hombres que fueron maltratados de niños. Por otra parte, los que proceden de un entorno disfuncional similar, pero que producen más cantidad de esta enzima, raramente desarrollan tales problemas. Que seamos «buenos» o «malos» depende en parte de nuestros genes, y en parte de nuestro entorno. Pero como no podemos elegir ninguna de las dos cosas, ¿somos libres en realidad de elegir?

Y ahora, atención: en 2006, el abogado defensor de Bradley Waldroup, un tipo que asesinó horriblemente, usó este argumento en su juicio en Nashville, Tennessee. Sus demostrados niveles bajos de MAOA junto con su historia de haber sido golpeado repetidamente por sus padres de niño le libraron de la pena de muerte, y cambio está en cadena perpetua porque “su libre albedrío se vio erosionado por su predisposición genética”.

Ahora que todo empieza por “neuro” os presento a la «neuroley», una subdisciplina en desarrollo (recordemos aquel divague del pleistoceno “la neurociencia transformará la ley”) y a la “neurociencia cultural”, el estudio de “cómo los valores, prácticas y creencias sociales moldean y son moldeados por procesos genómicos, neurales y psicológicos, a través de múltiples escalas temporales y culturales” (hay algo más bonito que estudiar?).

Adictos a la Dopamina
Otra explicación para los comportamientos de esta gente es su pasión por las recompensas, que buscan a cualquier coste. Por eso, si tienes un niño con rasgos psicopáticos (sí, se nace con ello), va a responder mal al castigo, pero mejor a los premios.

El experimento que lo demuestra pasa por dar choques eléctricos a los sufridos participantes: cuando los errores se castigaban con una descarga, los psicópatas lo detectaban mucho más despacio que los no psicópatas. Pero cuando el éxito se veía recompensado por pasta, los psicópatas eran los más rápidos a la hora de captar las cosas. O sea, si se les ofrece algún tipo de recompensa, se entregan a la tarea, sin tener en cuenta el riesgo.

¿Y cuando pensamos recompensa pensamos en?... Voilá, Dopamina. Algunos rasgos psicopáticos [impulsividad, elevada atracción por las recompensas, toma de riesgos] están ligados a una disfunción en el circuito de recompensas de la dopamina. Debido a esas respuestas exageradas a la dopamina, en cuanto se concentran en la posibilidad de obtener una recompensa, los psicópatas son incapaces de alterar su atención hasta que tienen lo que andan buscando.

Gordon Gekko en "Wall St"
Por eso triunfan en cualquier organización donde hay posibilidad de obtener ganancias materiales, hacen muy buenos CEOs, pero el problema es que la posición y el estatus les otorga poder y control sobre los demás, y estar al otro lado de su mesa, no mola. En un estudio que comparaba líderes de negocios con “criminales perturbados” encontraron que los atributos psicopáticos (encanto superficial, egocentrismo, capacidad de persuasión, falta de empatía, independencia y concentración, los veremos abajo en detalle) eran más comunes en los líderes de los negocios que en los llamados criminales «perturbados», y que la principal diferencia se encontraba en los aspectos más «antisociales» del síndrome (ruptura de la ley, agresión física, impulsividad, irresponsabilidad), esto es lo que hace o deshace el destino del psicópata. 

Estudio de la Personalidad
Otra manera de intentar entender esta presentación es siguiendo los pasos de los estudiosos de la personalidad. Un breve repaso: ya Hipócrates de Kos comenzó a intentar definir las distintas personalidades, así, por observación, y llegó a los cuatro tipos famosos: sanguíneo, colérico, melancólico y flemático.

Prácticamente no ocurrió nada a este respecto durante dos mil años y en 1952, el psicólogo británico Hans Eysenck aventuraba que la personalidad humana comprendía dos dimensiones fundamentales: introversión/extraversión y neurosis/estabilidad (posteriormente añadió una tercera, psicoticismo: agresión, impulsividad y egocentrismo).

Luego vinieron Allport, Catelll y por fin los “Big Five”, que fue un recondensar con Factor Analysis los rasgos de Cattell en cinco factores recurrentes:
  1. extraversión,
  2. amabilidad,
  3. responsabilidad,
  4. estabilidad emocional/neuroticismo
  5. apertura a la experiencia.

Los psicópatas tiene altos los puntos 1 y 5 - extraversión (seguridad en sí mismo y búsqueda de emociones) y estar abierto a la experiencia (acciones)- y bajos el resto (amabilidad, responsabilidad y neuroticismo).

Pero para medirlo todo bien-bien, aquí os presento al Psychopathic Personality Inventory (PPI) donde 8 dimensiones distintas de la personalidad convergen en ese mamotreto psicométrico (187 preguntas!), una de las pruebas de psicopatía más exhaustivas que existen.
  1. egocentrismo maquiavélico (ME);
  2. inconformismo impulsivo (IN);
  3. externalización de la culpa (BE);
  4. despreocupación y falta de planificación (CN);
  5. audacia (F);
  6. potencia social (SOP);
  7. inmunidad al estrés (STI),
  8. frialdad (C)
se dividen y reformulan de nuevo a lo largo de tres ejes superiores:
1. Impulsividad centrada en el yo (ME + IN + BE + CN)
2. Dominación y audacia (SOP + F + STI)
3. Frialdad (C)

Algunas de las dimensiones me encantan, si tuviera que abrir un blog ahora, sería difícil decidirme entre llamarlo  “Egocentrismo maquiavélico” o “Dominación y audacia”.

Características de un psicópata: dame listas!
  • Sentido muy elevado de la propia valía - estratosférica autoestima narcisista
  • Capacidad de persuasión,
  • Encanto superficial,
  • Intrepidez,
  • Falta de remordimiento
  • Manipulación,
  • Hacer lo que quieran y cuando quieran, sin inmutarse ante las consecuencias sociales, morales o legales de sus actos. A los psicópatas les importa un comino lo que sus conciudadanos piensen de ellos
  • Crueldad
  • Impulsividad
  • Búsqueda de emociones
  • Falsedad y capacidad de explotar a los demás, maquiavelismo.

Todos hemos conocido a personas así. No son Patrick Bateman, pero son seres que, hasta que descubres su lado oscuro, pueden ser sumamente atractivos. En inglés existe una expresión que me gusta, “larger than life”, como también me encantan como palabras (estas en castellano), “intrépida” y “audaz”. Me recuerda a Los Rodriguez


“Ya no era joven, pero era audaz
Y bailaba siempre al compás
No le importaba
Que se la echaran a suertes
Llegó la noche, llegó el champán,
llegó la hora de la verdad”

Bueno, que divago. Vuelvo: como la tesis del autor es que, controlada, la psicopatía puede ser útil a la humanidad (quién sería soldado de fuerzas especiales o cirujano si no?), ha desarrollado esta otra lista, parecida, pero positivizando algunas de las habilidades psicológicas (Luchar, Imponerse, Vencer) porque “repartidos con buen criterio y aplicados con el debido cuidado y atención, pueden ayudarnos a conseguir exactamente lo que queremos; pueden ayudarnos a «responder», más que a «reaccionar», a los desafíos de la vida moderna; pueden transformar nuestra actitud de víctima en la de vencedor, pero sin convertirnos en villanos”. El propone que lo que les pasa a los psicópatas es que tienen el “dial” de estas características subido hasta 110. O sea, la zona limítrofe entre la psicopatía funcional y la disfuncional dependen no de la presencia de atributos psicopáticos per se, sino de sus niveles y de la forma en que se combinan; solo son distintas posiciones en el mismo continuo neuropsicológico. Así que su lista es:

1. Impasibilidad
2. Encanto
3. Concentración
4. Fortaleza mental
5. Intrepidez
6. Atención plena
7. Acción

Unas notas:


1. Impasibilidad
Arriba hemos dado unos cuantos estudios en los que se ve cómo a los psicópatas, les enseñan cosas horribles y “ni sienten ni padecen”. ¿Verdaderamente no tiene empatía?

Hay dos tipos de empatía, la fría y la caliente. La fría, es el razonamiento y el pensamiento racional y se aloja en el córtex prefrontal y el córtex parietal posterior. La caliente, es la que “se siente” y se aloja en la amígdala. En resonancia, esto se ilumina en la población general pero no en psicópatas. Ellos tienen mogollón de empatía fría y pueden por tanto “comprender” en lugar de “sentir”: esto les permite una predicción abstracta y nada nerviosa, opuesta a la identificación personal que sentimos el resto, que "nos duele" por esa otra persona. O sea, los psicópatas son mejores en reconocer emociones de los demás pero tienen una disociación entre sus componentes sensoriales y afectivos: en la desconexión entre saber «qué es» esa emoción y sentir «cómo es».

Ted Bundy: 
Siempre saludaba
Por dar un poco de salseo a aquel que haya empezado a leer este divague esperando historias de asesinos en serie sádicos, decir que si Ted Bundy, por ejemplo, no hubiera tenido un cierto grado de empatía cognitiva, una pequeña cantidad de “theory of mind” (Teoría de la Mente), no había podido ponerse en la piel de sus víctimas para embaucarlas. Dicen que Bundy identificaba a sus víctimas “por la manera de andar” (más tarde un estudio confirmó que los psicópatas eran mejores identificando la debilidad, y específicicamenre se debía a la forma de andar que tenía la gente). Pero tiene que haber también un cierto grado de empatía emocional porque solo así sienten placer viendo sufrir a sus víctimas. Corolario: los asesinos en serie sádicos sienten el dolor de sus víctimas cognitiva y objetivamente, además de una manera emocional y subjetiva pero conmutan ese dolor por su propio y subjetivo placer. Qué majetes (se entiende esta palabra fuera de las fronteras de Vetusta?).

2. Encanto

“Oh, Clarice, su problema es que necesita disfrutar más la vida (...) Primeros principios, Clarice. Simplicidad. Lea a Marco Aurelio, de cada cosa pregúntese qué es en sí misma, cuál es su naturaleza”.

No hay en el ensayo estudios sobre el encanto personal (cómo medir esto, aunque seguro que se puede), y por eso incluyo un ejemplo de lo que me podría parecer "encanto" a mí, venido de su asesino en serie, no olvidemos. Todos salimos algo enamorados de Aníbal y es por cosas como esta.

3. Concentración

Ya hemos explicado arriba que la dopamina es la razón por la que los psicópatas se concentran en la posibilidad de obtener una recompensa. No sienten angustia, ni notan tal emoción en los demás, porque cuando se concentran en una tarea que les promete una recompensa inmediata, eliminan automáticamente todo lo que es irrelevante. Tienen una «visión de túnel» emocional. O sea, no es que no sientan miedo, y que sean esos seres vacíos de emociones que pinta tradicionalmente la literatura, sino que no lo notan porque están enfocados en la sardinita.

4.. Fortaleza mental

Los que corren riesgos en la vida tienden a puntuar más alto en las pruebas de «fortaleza mental» que aquellos que se muestran adversos al riesgo, siendo las puntuaciones en la subescala de "desafío/apertura a la experiencia" el mayor pronosticador de riesgos físicos, y las puntuaciones en la subescala de la "confianza" el mayor pronosticador de la adopción de riesgos psicológicos.

Steve Jobs tenía decisión, empuje, concentración, perfeccionismo, a la vez que era inflexible y completamente déspota. Todos los líderes del mundo de los negocios que tienen éxito son así. El además tenía carisma y visión. Una bomba.

5. Intrepidez

No tengo estudio para esta sección,
así que va imagen


6. Atención plena (Mindfulness)

La concentración exclusiva e inmediata en el aquí y el ahora es una disciplina cognitiva que tienen en común tanto la psicopatía como la iluminación espiritual -la atención plena y consciente, constituye el séptimo paso del Noble Camino de las Ocho Etapas budistas.

Estado de "flow"
La capacidad de concentrarte solamente en la tarea que tienes ante ti (lo que el psicólogo húngaro Mihály Csíkszentmihályi llama «flujo» en su libro “Flow: The Psychology of Optimal Experience“) es una de las técnicas clave en las que trabajan ahora los psicólogos del rendimiento. En momentos de flujo, el pasado y el futuro se evaporan y queda un presente intenso que es todo atención: es "estar en la zona" (o en el «triángulo de oro» si hablamos del rendimiento deportivo). Si estás en el presente, no cabe la ansiedad. El caso es que se ha encontrado también un patrón similar en los cerebros de los psicópatas criminales - están en flow.

Y por último, la forma de “abrirse a la experiencia” es otro componente integral de la meditación de conciencia plena y una cualidad común tanto a psicópatas como a santos. No he contado el capítulo que describen que San Pablo era un psicópata, tendréis que leer el libro.

7. Acción

Los psicópatas necesitan «hacer» algo siempre. Es por su bajo umbral de aburrimiento: les gusta estar entretenidos. Los psicópatas no procrastinan nunca. Si fuera solo esta caracterísitica les presentaría ahora a la psicópata residente del divlog: Di Vagando, para servirles. Esa soy yo, no me gusta nada aburrirme, lo tolero mal, me impaciento, me cabreo - pero procastino, por ejemplo escribo este blog en lugar de descongelar el frigorífico. 

Y a nivel más macro,  el estilo de vida "transeúnte y peripatético" es otro rasgo de la personalidad psicopática que, al igual que la transmutación de las pasiones, tiene sus cimientos en la tradición de la iluminación espiritual. Hay 35-50 asesinos en serie actuando en un momento dado en Estados Unidos (hace años había unos 800, véase abajo sección epidemiología, por qué han disminuído) y muchos operan por gasolineras y moteles baratos. Las palabras “psicópata” y “trotamundos” van juntas.

 "Vivo en la carretera"


¿Cuál es el sentido evolutivo de la psicopatía?
Si la psicopatía fuera tan poco adaptativa, ¿por qué su incidencia (1-2%) ha seguido siendo estable a lo largo del tiempo?

Una puede pensar que esta gente prevalece de entrada por algo muy básico: es muy probable que tengan un mayor número de parejas sexuales, con relaciones esporádicas y breves, luego así aumentan las posibilidades de propagación de sus genes.

Evolutivamente, el hecho de conformar con el grupo te da garantías de supervivencia, obviamente: cuando el individuo sobresale menos, las oportunidades de sobrevivir aumentan. Pero en cuanto a interacciones sociales, qué sale más a cuenta?

Tenemos los dos puntos del espectro: los lobos y las ovejas, ser malísimos o unos santurrones. Pero la pura agresión incondicional (lobos) y la pura capitulación incondicional (ovejas) están destinadas a fracasar como estrategias de intercambio social en una sociedad como la nuestra, con múltiples interacciones y de dependencia mutua. Como estrategias para la supervivencia, ni la cooperación ni la competición ciegas pueden ser consideradas evolutivamente estables. Ambas pueden ser derrotadas por contraestrategias invasoras o cambiantes.

Y para demostrar esto, tengo que contar el experimento porque es chulísimo (ya hablamos desde otro ángulo de él en el divague de “Humankind). Para ello, comencemos con la teoría de juegos (una rama de las matemáticas que intenta cuantificar el proceso óptimo de toma de decisiones) y en particular el «Juego del ultimátum», un paradigma usado en neuroeconomía que explora la forma en la que evaluamos las ganancias. El juego consiste en que dos jugadores interactúen y decidan cómo se dividirá una cantidad de dinero que se les entrega (e.g. 40% para ti, 60% para mí). El primer jugador propone una solución y el segundo decide si acepta o no la oferta. Si el segundo jugador decide rechazarla, porque el otro se ha pasado dos pueblos (e.g. 10% para ti, 90% para mí), ninguno de los dos se lleva nada. Resultado? Los psicópatas toman mejores decisiones financieras que el resto: muestran más disposición a aceptar ofertas injustas, favoreciendo la simple utilidad económica por encima de la exigencia de castigo y preservación del ego, y además se sienten mucho menos molestos por la desigualdad. Se la suda todo (y de hecho ellos sudaban menos cuando se medía su actividad electrodérmica), son pragmáticos y al concluir el estudio, sus ganancias eran mayores.


Y ahora viene mi favorito: qué programa de ordenador usará la mejor estrategia en “el dilema del prisionero” (ya saben, si delatar o cooperar). El programa que tuvo más éxito de lejos fue el más sencillo, “Tir For Tat” (se traduciría algo así como “ojo por ojo”): empezaba cooperando, y luego copiaba exactamente la última respuesta de su competidor. Recompensaba la cooperación con cooperación, y luego recogía los beneficios colectivos. Imponía sanciones inmediatas contra la competición incipiente, evitando así la reputación de ser demasiado blando. Y después de tanto rencor, era capaz de volver, sin recriminación alguna, a un modelo de mutuo acuerdo. Al final, Tit for tat era prácticamente invencible. 
La razón es que bajo el exterior sonriente se agazapaba un interior de acero. Cuando la situación lo exigía, no tenía el menor remordimiento a la hora de castigar. El secreto del éxito estaba en su lado oscuro implacable igual que en su lado sonriente por defecto; en el hecho de que cuando las cosas se ponían feas, era capaz de asumir el reto. Pero qué curioso: el modelo del éxito de Tit4Tat tiene en su seno elementos psicopáticos. Al final, la «supervivencia de los más aptos» no parece que recompense la competición indiscriminada, es más cuestión de “toma y daca”.


Epidemiologia: ¿por qué hay hoy más psicópatas?
La sociedad se está volviendo más psicopática. Tenemos frente a nosotros a la “Generación yo”: en un estudio que ha examinado hasta el momento a 14.000 voluntarios, se ha comprobado que los niveles de empatía de los universitarios han ido declinando de forma constante desde que se inauguró la escala con la que lo estudian en 1979, más pronunciado en los últimos 10 años. Los universitarios de hoy en día tienen en torno a un 40% menos de empatía que sus homólogos de hace 20 o 30 años. Los niveles de narcisismo también se han disparado: son los más egocéntricos, competitivos, seguros de sí mismos e individualistas de la historia reciente.

Es curioso, porque la violencia está actualmente en declive. Steven Pinker en su famoso libro de 2011 “The Better Angels of Our Nature: Why Violence Has Declined” lo explica (ya hablamos de este libro en “Humankind” también, y si alguien está interesado en un debate sobre la naturaleza humana entre Pinker y Bregman, está en este podcast: The Panpsycast Philosophy Podcast) . Según Pinker, la razón de esta disminución de la violencia es el proceso gradual de maduración cultural y psicológica de la sociedad, que empezó en el siglo XI o XII, y maduró después en el XVII o XVIII. La "cultura del honor" (la presteza en tomar venganza) dio paso a la "cultura de la dignidad" (la presteza en controlar las emociones). Estos ideales dieron como resultado unas instrucciones explícitas de conducta normativa que los “árbitros culturales” dieron a los nobles, permitiéndoles diferenciarse de los villanos. Más tarde estos principios fueron absorbidos en la socialización de los niños y, poco a poco, permeando a la sociedad. Estos árbitros culturales solían ser los clérigos, filósofos, poetas, etc en el pasado, pero hoy son las estrellas del pop, actores, influencers, videogamers y demás. Además, gracias a la mayor transparencia, hoy sabemos que los mitos del deporte se dopan, los curas meten mano, la ley es una performance, la policía y la política ni te cuento. Nuestros modelos tienen poco que imitar. En los 90 estaban Gordon Gekko y Mario Conde como luz y guía, pero en 2008 cayó Leaman Brothers de manos de -caramba, qué coincidencia- psicópatas, que son obviamente los culpables de la crisis financiera global. Como hemos visto, persiguen ciegamente su beneficio, su enriquecimiento, pasando de todo, abandonando el anticuado concepto de nobleza, igualdad, imparcialidad, o cualquier idea de responsabilidad social de la empresa. 

Más razones? A riesgo de sonar viejuna, eso de que los chavales se junten y, si se les deja, cada uno esté mirando sus pantallas en lugar de hablar, pegarse, enrollarse, me plantea muchas dudas. Yo, que tiendo a desmitificar la nostalgia y siempre he sido partidaria de la tecnología tanto como información como comunicación - ejemplo: gracias al blog he leído, aprendido y conocido a gente guay. Cuando MIni era peque, mi obsesión era que no perdiera el tiempo en videojuegos, pero no me importaba que se comunicara con sus amigas de esta forma: es la manera de hoy, pensaba, yo me pasaba horas en el teléfono con amigas que había visto en clase ese mismo día. Pero ahora empiezo a plantearme lo que esta tecnología va a hacer a esta generación, en particular en su aproximación al sexo. Las estadísticas dan porcentajes escalofriantes de los adolescentes que se inician en el sexo vía la pornografía. O sea, cuando se metan en harina, tendrán aquel mundo machista, violento, y nada agradable para las mujeres como plantilla: qué mal.

Un antídoto? Leer. No lo digo yo, lo dice Dutton, el autor: “Leer un libro va tallando senderos neuronales totalmente nuevos en el antiguo lecho de roca cortical de nuestro cerebro. Transforma la manera que tenemos de ver el mundo. Nos hace más alertas a la vida interior de los demás. Nos convertimos en vampiros sin ser mordidos. En otras palabras: más empáticos. Los libros nos hacen ver de una manera que la inmersión ocasional en internet, y la viveza que ofrece el mundo virtual, no consiguen”. Pero qué adolescente lee ahora los clásicos, con los chupitos de dopamina en la pantalla de un móvil siempre disponibles?

I need a hero
Por terminar con una nota alta, hablemos de la psicopatía positiva funcional, la rama que estudia la incidencia de las características psicopáticas «adaptativas» en lo que llaman «poblaciones heroicas». Los héroes son duros, intrépidos, dominantes, inmunes al estrés y con baja ansiedad. Estos diales están en ellos al máximo. Pero se distinguen de los psicópatas en su relativa ausencia de rasgos relacionados con la subescala de la "impulsividad centrada en uno mismo" (p. ej., maquiavelismo, narcisismo, ausencia de planificación y despreocupación, y conducta antisocial). Estos diales están al mínimo. Tal perfil describe "la anatomía del héroe" (o la heroína).


Necesitamos héroes: gente que se meta en el edificio en llamas, que operen a corazón abierto, que tomen decisiones en momentos críticos, que roben a los ricos - y nuestros corazones. Como concluye Dutton, la psicopatía es “como una medicina para los tiempos modernos: si se toma con moderación, puede resultar extremadamente beneficiosa. Todos nos beneficiaríamos, en determinados momentos de nuestra vida, de subir un punto en el dial del encanto, la concentración, la fortaleza mental, la intrepidez, la despreocupación (vivir el momento) y la acción.  Lo importante es ser capaz de volver a bajarlos luego”.

Tal vez haya más psicópatas desde los 80 porque no hay canciones como las de los 80, así que termino con un clásico de ayer-de-hoy-y-de-siempre con el que hemos arrasado en los karaokes.  Bonnie Tyler, visionaria.

I need a hero
I'm holding out for a hero 
'til the end of the night
He's gotta be strong, 
and he's gotta be fast
And he's gotta be fresh from the fight
He's gotta be sure, and it's gotta be soon
And he's gotta be larger than life