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17 octubre 2024

Le pregunté a una Inteligencia Artificial quién era Di Vagando

Di vs. ChatGPT
(Imagen generada por otra IA)
.... y esto es lo que contestó.

Pero antes, breve contexto: este verano, después de leer algo sobre todo lo que va a hacer la Inteligencia Artifical (IA) por nosotros (e.g. esas tediosas tareas administrativas), o en contra nuestra (e.g. sustituir nuestra creatividad), se me ocurrió decirle a ChatGPT* que escribiera el divague del libro que había terminado yo a ver qué pasaba. A ver si era verdad lo de la creatividad y lo de que nos va a echar del bloguerío.  (*) Nota: A ChatGPT  me introdujo una enfermera canaria en un aeropuerto en el que estábamos ambas varadas por un retraso -de hecho, ella le pidió al bicho que redactara la carta de reclamación y el ente citó hasta leyes) 

Mi pregunta fue algo así como "Escribe una recensión sobre el libro Crossing to Safety al estilo de Di Vagando". La cosa se puso a la acción y en unos segundos escupió un divague sin alma, no podría describir mejor aquello. Pero, si tiene todo mi blog ahí metido, no tiene precisamente mi alma? Como una Dorian Gray de andar por casa me enfrenté con The Machine y le pregunté quién era Di, a la que imitaba tan mal. Y esta fue su respuesta:
"Di Vagando" es el seudónimo de una bloguera española que administra el blog Divagando, Divagando. Es una persona que escribe de manera anónima, por lo que su identidad real no es ampliamente conocida. En su blog, aborda temas variados, desde reflexiones personales y experiencias de vida hasta comentarios sobre literatura, cine, y sociedad. El estilo de sus escritos es generalmente informal y humorístico, con un enfoque en la introspección y el análisis crítico de diversos aspectos de la vida cotidiana.
La autora se ha mantenido bajo este alias durante años, creando una comunidad de lectores que siguen sus publicaciones por el tono cercano y la inteligencia que impregna sus escritos. El hecho de que no se conozca mucho sobre su identidad real añade un aire de misterio al blog, lo que posiblemente contribuye a su atractivo. 

 Guau: no está mal, ChatGPT, un poco pelota y tal vez optimista con lo de "la comunidad de lectores", pero hey. Lo de la identidad, he explicado algunas veces la razones, pero no estoy de acuerdo con que este "misterio contribuye a su atractivo", no creo que haya gente que lea a un oráculo sin cara solo porque no la tiene, pero cada uno sabrá. Como me da un poco de paranoia sobre si este bicho ha hecho el enlace de Di de día y Di de noche le pregunto esto abiertamente, y me contesta:
No hay información pública confiable que revele el nombre real de la persona detrás del seudónimo "Di Vagando". El anonimato es una parte integral de la identidad del blog y parece ser una elección deliberada de la autora para mantener su privacidad y centrar la atención en sus escritos y reflexiones en lugar de en su persona. Dado que su blog y seudónimo han estado en uso durante años sin que se haya revelado su identidad, es probable que esta elección sea respetada tanto por ella como por su comunidad de lectores.
Muy bien, esto me gusta más. Suspiro. Tampoco sabe mi trabajo:
No se sabe con certeza en qué trabaja "Di Vagando" fuera de su actividad como bloguera. Al mantener su identidad en el anonimato, también ha protegido detalles sobre su vida profesional. En el blog, ella comparte reflexiones y observaciones sobre la vida, pero evita proporcionar información específica que podría revelar su ocupación o identidad. Como resultado, su trabajo fuera del blog sigue siendo un misterio para sus lectores.


Parece que ha encallado en lo del anonimato, es como un conejito de duracel. Aquí el pobre patina muy fuerte: le pregunto dónde vive Di:
Al igual que con su nombre real y su trabajo, "Di Vagando" ha mantenido en secreto su lugar de residencia. No hay información disponible públicamente que revele dónde vive. Esto forma parte de su decisión consciente de mantener el anonimato y centrar la atención en sus escritos en lugar de en detalles personales. 
O sea, si hay algo de lo que escribo habitualmente es de Londinium y, pese a haberse empollado el blog -y todos los del mundo-, nada. Ya en plan pillar, le pregunto a dónde le gusta viajar a nuestra heroína:
En su blog Divagando, Divagando, "Di Vagando" ha compartido relatos y reflexiones sobre algunos de sus viajes, lo que permite a sus lectores conocer indirectamente algunos de los lugares que ha visitado. Sin embargo, dado que la autora escribe de manera anónima, los detalles específicos sobre todos los lugares que ha visitado pueden no ser exhaustivos. Algunos de los viajes que ha mencionado incluyen destinos en Europa, como el Reino Unido, donde parece haber pasado tiempo y hecho observaciones culturales, así como otros lugares que aparecen en sus relatos y anécdotas.
No obstante, el enfoque de su blog suele ser más introspectivo y reflexivo que geográfico, lo que significa que, aunque menciona algunos destinos, estos sirven principalmente como telón de fondo para sus pensamientos y experiencias más que como el tema principal de sus escritos.

Cuando le cierro más la pregunta, me da prácticamente todos los países de la Unión Europea empezando por Italia, pasando por Francia, Países Bajos.... y nunca acierta. Cada vez que le digo que no, inasequible al desaliento, lo intenta de nuevo (y duran, y duran). Este ejercicio me está sirviendo para establecer cúanto afina el alien... así que sigo esta vez preguntándole qué ideología política tiene Di...
"Di Vagando", no se adscribe claramente a una ideología política específica en sus escritos. Sin embargo, a través de sus reflexiones, comentarios y observaciones, se puede intuir que tiene una perspectiva crítica y progresista. Suele abordar temas sociales y políticos con un enfoque reflexivo y a veces irónico, mostrando una inclinación hacia valores como la justicia social, la igualdad y la crítica de las estructuras de poder establecidas.
No obstante, su estilo es más el de una pensadora crítica que el de una activista política; usa el humor y la introspección para explorar ideas, lo que dificulta encasillarla en una etiqueta política concreta. Su enfoque parece ser más el de cuestionar y reflexionar que el de abogar por una ideología específica.
Hasta parezco una buena persona. 



Uso a veces ChatGPT en el trabajo, pero prácticamente como un buscador. Cal Newport ha escrito en el NewYorker que el pánico sobre que los estudiantes no van a aprender a escribir ensayos no deberíá ser tal, porque se ha visto cómo no lo usan para que les fusile los ensayos, sino como yo, para sacar algo de información. De momento, no te puedes fiar de él, yo le he pillado en muchos errores en temas profesionales, y aquí... el bicho terminó el supuesto divague de libro así (o sea, yo diciendo esto):
Así que aquí estoy, con el libro a un lado y una taza de café en la otra mano, pensando en lo que significa encontrar ese refugio en medio de las tormentas. Y tú, ¿cuál es tu “lugar seguro” en el caos de la vida?
Desde cuándo termino yo los divagues preguntando nada al divagante, y lo que es más grave: desde cuándo yo tomo café?

ChatGPT: eso es de Primero de Di.



12 septiembre 2024

Escribir no se elige: viejos diarios manuscritos en la Maughan Library

De todos esos consejos que te dan los gurús de la salud y el bienestar (paso al frente si has seguido alguno: yo, sacar la tostadora de la encimera ya que "nunca nada bueno salió de una tostadora"), uno de los más recientes es que hay que hacer "journaling" (o sea, escribir un diario). ¿Qué será esto para la gente que "no lo lleva dentro"? Por ejemplo, yo no "llevo dentro" levantar unas pesas de 4kg que me regaló Mónica para mi cumple:  están ahí sobre una esterilla de yoga que me dejó Lorraine cuando se cambió de casa (suena a complot de amigas que intentan que yo haga ejercicio, ¿no? porque, sí, sé que a estas edades he de trabajar la fuerza y la-la-la). Este pequeño potro de tortura doméstico (también hay otro instrumento que fue del Peda, como de remo) me mira mínimo ocho horas al día porque lo tengo en la habitación de mi mesa de trabajo, como tentándome, pero soy ciertamente inmune a sus cánticos de sirena. Llevo desde pre-vacaciones sin levantar una pesa, y es mi "resolución de curso nuevo" que esto cambie. Mientras tecleo esto podría estar ahí, sobre la esterilla; lo que pasa es que estoy haciendo lo que más me gusta, lo podríamos llamar "journaling". Que también hay que hacerlo, dicen.

O sea, me pregunto si llevarán tan mal esta prescripción la gente que nunca ha escrito, o mejor dicho, "que nunca ha necesitado escribir". Hemos hablado ya muchas veces en el blog de por qué escribe la gente, del "Why I write" de Orwell, y enlazado el artículo aquel de El País sobre el tema. ¿Lo llevarán como un lastre como yo lo de las pesas? (metafórica y en mi caso, no metafóricamente) ¿Harán el "journaling" porque es bueno para nosequé arrastrándose? 

Quién sabe, pero toda esta introducción para contar que el sábado, yendo a otro sitio, pasamos por la Maughan Library en Chancery Lane y había un cartel que anunciaba una exposición sobre... diarios! "Hand writing history: 200 years of personal diaries" (Historia manuscrita: 200 años de diarios personales). Aquí tenéis el cartel:


La Maughan Library es la principal biblioteca de investigación de la universidad de King's College Londinium (en el campus de Strand). Es un edificio neogótico del SXIX, que originariamente eran los Archivos Públicos y lo compró la universidad en 2001. Alguna escena de "The imitation game" (Tyldum, 2014)  se rodó aquí. Perdámonos por sus pasillos:


La exposición está en The Weston Room, que originariamente era una capilla medieval y que es una estancia maravillosa:



Aquí se expone la colección del artista Dylan Jonas Stone que ha ido coleccionando diarios manuscritos que escribía la gente desde principios del SXIX hasta hoy en día. Hay muchos de gente anónima: la madre que en 1808 llora la mujerte de su niña, el soldado que relata un día en las trincheras en Primera Guerra Mundial, los bombardeos en el sur de Londinium durante el Blitz en 1944... 


Yo no puedo ni imaginar la ilusión que me haría encontrarme en un arcón de un desván de casa familiar de pueblo el diario de, por ejemplo, mi bisabuela Felisa que nació en 1888 o mi tatarabuela Antonina que nació en 1850. Tristemente, no conservamos casa familiar de tan atrás, y a saber si mis antepasadas sabían siquiera escribir, pero mi interés por ellas está ahí. ¿Me leerán a mí mis tataranietas? Probablemente no, pero ojalá sí: os mando un beso. 


Esta inquietud por captar el momento en el que vivimos, tomar notas, es curiosa. Tengo un amigo que ya cuando le conocí en 2004, en medio de la nada en Bolivia, sacó del bolsillo un aparatito al que le habló:  llevaba consigo siempre una grabadora, como con las de dictar informes en el curro, e iba metiendo ahí sus ideas. 


Me entero que Coleridge era uno de esos que tomaba notas y las titulaba con frases como "Fly Catcher" (matamoscas) o "Day-Book for impounding Stray Thoughts…" (Libro de día para pensamientos vagabundos incautados). Eran notas al vuelo, aún no preparadas en absoluto para la publicación... eran más bien "laboratorios de investigación". Nota: Coleridge no estaba en la exposición.


Aprovecho para pedir disculpas por la pésima calidad de las fotos. Se me olvidó quitar el flash, iba con prisa, la vida...



En el cuaderno de comentarios del final escribí algo en la línea de que hoy el equivalente de esos diarios es bloguear. La razón final es la misma. Y no puse "entre en D&D", pero si hubiera sido en castellano, igual lo hubiera hecho: da para una buena historia de "cómo llegué a tu blog". Claro que es esas también tengo alguna aún más chula... :)




Tristemente este diario no estaba en la exposición (aunque tuve un manuscrito de Middlemarch al otro lado del cristal en la British Library hace unos meses), pero quiero hablar un poco de las notas que tomaba George Eliot mientras escribía esta novela: los llamaba "Quarry". Un quarry es una cantera, donde picas piedra duramente y quizás tras mucho trabajo igual llegues a encontrar un diamante. 



Y lo de abajo es una página del quarry de Eliot que me hace particular ilusión: son las notas que tomaba del diario médico "The Lancet" (que no sé si es conocido fuera de aquí, pero es una institución y aún existe) para crear al personaje del doctor Lydgate. Esto está en la Houghton Library en Harvard. 


Al salir de la Weston Room nos unimos a un grupo de estudiantes que iban haciendo un tour, y les seguimos hasta la sala de archivos original, la construyeron para estar blindada ante posibles incendios. Me recuerda mucho a la Londinium Library que es toda así:







Retrocediendo por el pasillo llegamos a la famosa "Sala de lectura dodecagonal", inspirada por la del Museo Británico. Fue muy difícil hacer esta foto porque la niña victoriana aka Mini no me dejaba ("it's not allowed!!!!"):



Y ahora podría terminar aquí, pero luego nos encontraron nada menos que tres Banksys, y los tengo que poner. 



Estos dos primeros ya los conocía-están en un subterráneo bajo Barbican. Precisamente allí alguien había alquilado el invernadero [fotos aquí, muy abajo] para casarse. Fue curioso verlos llegar porque entraron las damas y los damos de honor en parejas (como siete) y no había oficiante. Al final, llegó la novia del brazo de su padre... y su madre! Dentro de lo que paso de las bodas, esto me pareció tirando a original (claro que ya estoy preparándome para lo peor con la ninia victoriana). 


Nuevas disculpas por la foto con el maldito foco ahí delante: era el único ángulo para ver el evento. Y el siguiente Banksy estaba en Brick Lane, donde comimos. Es parte de la serie de animales que fue dejando este agosto por la ciudad:


Y no podía faltar en Brick Lane una visita a la librería Librería (se llama así) y algo sorprendente: un desfile de calesas tiradas por caballos de la comunidad de feriantes-viajantes o como se diga en castellano (travellers). Como dijo mi amiga "parecen sacados de Peaky Blinders".

Fue todo tan chulo como para apuntarlo en nuestro diario...




09 abril 2024

"Kill your darlings" (o edita con machete, escritorzuela!). Vuelta al medievo un domingo en Oxford.

Arthur Quiller-Couch, en su libro "El arte de la escritura" (1916)  se inventó la frase del título. La cita entera: 

"Mata a tus chiquitines, incluso cuando rompa
tu egocéntrico corazoncito de escritorzuela"
"Si quieres un consejo práctico mío, una regla, aquí está: Cuandoquiera que sientas un impulso de perpetrar una pieza de escritura excepcional, obedécelo - con entusiasmo - y luego bórralo antes de enviar tu manuscrito a  la prensa. Asesina a tus  pequeñines"

Me gusta la frase por lo que tiene de cachondeo: tú pensando que tienes algo buenísimo que has de escribir y, en fin, en tu cabeza será espectacular, pero solo ahí. Pero lo de la revisión de lo escrito -por lo menos en momentos de alta emoción- me lleva a mi época adolescente, cuando todo era tan intenso y dramático (sí, Mini, no has inventado nada). Por la noche, con el adagio de Albinoni de fondo describías con sumo detalle cómo el mundo se desplomaba por cualquier razón de peso -e.g. el chico que te gustaba se había enrollado con otra. A la mañana siguiente, cuando ya brillaba el sol y sonaba de fondo tal vez Queen o Status Quo te ruborizabas leyendo tamaña idiotez, e iba a la basura, donde pertenecía. Estos fueron mis primeros -y pocos- pinitos en esto del "Kill your darlings" voluntarios. Luego, en la vida, hay demasiadas ocasiones en las que hay que escribir con corsé, o bien usando una jerga-gremial de la que no te puedes zafar, o bien por el límite en el número de palabras, o por lo que sea, como para cuando escribes únicamente por diversión andarte con esos debates.
 
El otro día estuve en una exposición titulada "Escribir, cortar, re-escribir" que iba precisamente de eso. Fue en Oxford, en una de sus 26 Bodleian Libraries donde tienen un archivo con cantidades industriales de manuscritos - y había algunos tras el cristal dignos de reverencia (recordemos hace unas semanas similar experiencia en la British Library). Así que hoy solo voy a poner alguna mala foto que tomé de las vitrinas, siempre con un señor uniformado respirándome en la nuca, que desde el principio dejó claro que las que tenían un icono con lo que parecía una cámara de principios de siglo tachada no eran fotografiables. En serio? No lo hubiera pillado si no me lo dice- aún así se dedicó a perseguirme y repetírmelo a intervalos regulares.




Por liaros, este es de otra exposición
sobre Chaucer que estaba al lado

Aquí empieza la de la edición con un manuscrito
de John Le Carré: no era metafórico aquí el cortar!!!


Los manuscritos de Jane Austen no se  conservan porque no era
costumbre en la época guardar los borradores. Lo que ha sobrevivido 
son material abandonado, como lo de arriba ("The Watsons")


Raymond Chandler -del que divagamos hace poco- tenía una lista
de símiles y si las usaba, apuntaba en qué novela


Atención a esta maravilla: el cuaderno de notas de
George Elliott cuando viajó por España en 1867. 
Los llamaba "sus minas". A la vuelta escribió 
el poema "La gitana española".



Esto es uno de los famosos moleskines de 
Bruce Chatwin -el de "In Patagonia"


Nada menos que "Frankenstein":
Mary Shelley tenía 18 cuando empezó la novela y
le hacía de editor Percy su marido. Aquí le sugiere
cambiar "handsome" por "beautiful" cuando
describe al monstruo


En la segunda edición del "Retrato del artista adolescente",
 Joyce hizo varios cambios, incluyendo quitar una coma
(que como sabemos puede cambiar todo el sentido a una frase)


Y como hace tanto que no salgo de la city -malditos GCSEs-, termino con unas fotos de la ciudad en la que por una vez no fui una más de las hordas de turistas (o eso me hice creer): fui invitada a una comida en uno de los colleges. Un college es el equivalente a un colegio mayor, donde no solo se alojan los estudiantes, sino que viven en una especie comunidad donde tienen tutores adscritos al centro (hablé con uno,  profe de latín, que me contó cómo él no vive en campus pero  al menos un día a la semana va a cenar allí con los estudiantes) y un programa lleno de actividades culturales y deportivas. Esto me recordó cuando en la uni iba al Pedro Cerbuna, el colegio mayor de Vetusta, a ver pelis, a conferencias o a tener conversaciones que me impactaron como aquella con un compa que tenía a su familia engañada sobre cuántas asignaturas tenía colgando y para pagar re-matrículas se alimentaba solo de lentejas. Las habitaciones tenían un armario de doble puerta que contenía un lavabo (esto me fascinó), el resto era comunitario. No estuve en el comedor, que seguro no tenía nada que ver con este (imágenes abajo): algunos de los colleges en Oxford datan del siglo XIII y son espectaculares. Casualmente, estaba yo releyendo "El nombre de la rosa" y podía ver a Guillermo de Baskerville -que se había formado aquí, como Guillermo de Ockham, el filósofo franciscano real en el que Eco inspiró- paseando por los claustros. 

Tenía muchas más fotos, pero aquí sí que he tenido -como siempre, con dolor- que "Kill my darlings": ahí van. 

Pequeño drama: Pret ha cerrado el grifo de la suscripción,
ya no vale el pantallazo del QR.


Alguien ya inventó llamar a un pub como un neurotransmisor;
aquí a una pastelería llaman "Endorfinas" (les pido derechos?)


El menú de este café está en guineas

Esto es el patio de un college


Y otro


Oxford in the bloom

Pongamos que monísimos diablillos
custodian tu casa


Todo puertas así, de todas tus asignaturas favoritas


Refectorio donde comimos y
comen los malditos alumnos a diario


Capilla del college donde estuvimos

Un poco más, y creo

Me pregunto qué pensará Vox sobre
que esta bandera presida una iglesia


Esta es la más famosa de las Bodleian libraries,
a la que no nos dio tiempo a entrar-volveré solo por esto


Termino con imágenes de un Pret cualquiera...

Sí, hasta los Prets son de época...

El sauce llorón, muy de ciudad universitaria,
ya de camino a la estación