Llueve, pero el cielo enfrente de casa se me presenta así. Es lo que tenemos los Rodriguez: miramos por la ventana, por una vez nos fascina la metereología. Sobre todo cuando hay algún trabajo que presentar, cuya fecha es inaplazable.
Empieza a ser un clásico: por estas fechas mis compas de piso huyen a sanferminear, y yo me quedo de grillo del hogar. Para divagar, para escribir ese artículo retrasado, alimentándome de "navajuelas chilenas".
Divagar, no se ha hecho. El artículo, solo se ha empezado. Las "navajuelas chilenas" (concepto copyrighted por el JAL, que cuando se queda solo come aquello), prueba conseguida. Claro que mis navajuelas chilenas han sido: acelgas (ayer, txt: "Spencer, Di here, do you have chard" "Yes, love, plenty, love"-Spencer es mi dealer de acelga), gazpacho (Alvalle, lo siento, sé que esto lo llevan mal algunos divagantes), sandía (arghhhhh, éxtasis) y melón. Ah, y paté de algo con brandy, y tostadas francesas con Nutella. Y así seguiré hasta el miércoles noche, cuando uno de mis compas, el Peda, vuelva. Si es que no se queda con alguna guiri.
No tengo excusa, no he podido divagar de temas harto prometidos como la melatonina y el cortisol nocturnos. Sé que lo están esperando, pero me dedico a la mera subsistencia. Recuerden la Piramide de Maslow: no se puede filosofar, o divagar, cuando hay algunas necesidades básicas sin curbir: la sed, por ejemplo.
Chiste malo, vale. Pero una de las necesidades básicas de un Rodriguez es la fiestuki. Recuerden al año pasado, con Las Rodriguez y las medidas de sujetadores. Este año me han abandonado, porque dos están esperando babies.
Pero que no cunda el pánico: he sido rescatada. Siempre hay almas cándidas que salen de debajo de las piedras cuando oyen Rodriguez. Viernes, salida del curro, un pub cercano: primero dos Soles. A la mitad de la segunda, ya se empiezan a ver las cosas de otra manera. Al terminarla, nos presentamos en la inauguración de una exposición de Peter Blake, un artista pop de esos "que no entiendo" (aquí el divague de Hamilton) famoso por la portada de los Beatles de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band. Igual también suena "The first real target?" .
Como toda buena opening de exposición, daban prosecco y microcanapés, que cuando ya llevas media copa (no olvidemos las dos Soles como dos soles anteriores) los coges de dos en dos prácticamente. Los amables de negro nos querían vender algún cuadro (nos tomaban en serio!), yo que ya empezaba a ver poco, veía 4 cifras en todos, e incluso gente deforme, claro que luego me aclararon que ese cuadro se llamaba "Dwarfs and midgets".
Entonces, lo que parecía una gran idea: vamos a Colombia! Porque iba a jugar Colombia con Brasil. Colombia en Londinium está en Elephant & Castle. Yo aviso al turista que se apresure, porque los bares bajo los arcos de las estación de tren (no metro, eso sería el manto superior terrestre) son Bogotá, Medellín, Cali. Pero por poco timepo: Boris ya ha empezado la regeneración de Elephant, y lo siguiente que va a caer es el Council State más grande de Europa, justo enfrente de estos antros. Así que pronto habrá plazas, fuentes, lofts, mamás orgánicas y luxury apartments, y los baretos colombianos será transformados en Starbucks y Pret-a-manger. Ya hablamos de la gentrificación de Brixton-vaya, hay algo de lo que no haymos hablado aquí ya?-, pues la de Elephant viene a todo trapo.
Pero divago: estábamos ya en el 40 llegando a Elephant. Hay tantos fans colombianos que no podemos entrar en los bares. menos mal que un infame garito de taxis saca una pantalla enorme a la calle y alli nos juntamos todos los desheredados que no hemos podido entrar bajo los arcos. No somos los únicos que no vamos cubiertos por la bandera tricolor: también hay algunos hipsters (quieren vivir la noche alternativa), italianos (uno alto que nos va contando lo que pasa en pantalla), algún beggar, un par que se enzarzan en una pelea, la policía, niños en sus carritos, y sobre todo, muchas trompetas de esas odiosas de fútbol.
En la calle principal hay un off-licence (tienduca de esquina que venden de todo). Nunca he visto las Coronitas tan baratas: £1.49, is that for real? Si es más barato que Tesco! (luego me aclara el Peda que no, que con su oferta de "Compre una caja de 37" salen más baratas). Aún da tiempo de que caigan dos Coronitas y, afortunadamente, el partido termina. Colombia está fuera. Guong guong guong.
Más guong el sabado por la mañana. Y como me dijo ayer Tiovin: "Lo malo fue que mezclaste (ese prosecco, lo carga el diablo) y sobre todo que no tienes costumbre". Bueno, eso es lo que le decía su madre a él cada fin de semana cuando volvía piojo.
Yo, de verdad, no tengo costumbre.