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23 enero 2018

"No lo pienses, simplemente dilo"

En una reunión de "lluvia de ideas", el que la dirige:
-No lo pienses, simplemente dilo

Y tú:
-Jódete

Hay alguien que no se haya visto en esta situación? Yo, esta maniana mismo. 

Pero por la noche me he encontrado por causalidad con esta vineta de los geniales "Modern Toss" y me ha dado un ataque de risa.

Fuck you, a la mierda!

23 enero 2015

Vamos a echar de menos hacer tu trabajo por ti

Cuando una empieza en mi oficio, se pasa un montón de anios como en karate: cambiando cinturones, pasito a pasito. Se está bajo supervisión, en cierto modo protegida, y si hay alguna duda o marrón extremo, siempre está tu jefe para llorarle, y que te de La Respuesta. A veces, obviamente, no hay respuestas: la admisión o no de esta máxima dice mucho-pero esto daría para otro divague. Cuando una ya se hace con el cinturón negro, y te conviertes en La Puta Ama es un momento de pánico. Pero hay un personaje de gran importancia: el colega del servicio que lleva ya unos años. Este puede ser tu Luz y Guía, o tu pesadilla.


A mi pesadilla la llamaremos Mostacho Klimt. El lector ya ve su cara, gracias a la primera parte de su nombre, pero está confuso por su apellido. Ahí va, y salténse el párrafo si son sensibles: Mostacho Klimt va de hombre de mundo y cultivado, y por ello luce cortabas "artíticas". Por ejemplo, el cuadro del beso de Klimt. En serio. No le da para ponerse este "Danae", también conocido como "orgasmo" (por lo menos en mi casa, y que las doctoras que tiene el divlog nos desmientan).

Y no, no nos producían orgasmos sus chapas en al reunión del equipo. La gente está ocupada y no quiere un bigote arriba y abajo arengando sobre nada. Lo peor, en petit comité cuando, con los ojos cerrados ("intensista" test: tick), nos ilustraba sobre política: Mostacho era de izquierdas! Ah! su región de origen, allá en su país, tan revolucionaria. 

Claro, y yo me liaba porque no es tal vez uno de los valores de la izquierda la justicia? Y la he puesto en minúscula a idea, no solo hablo de la Gran Justicia, sino de aquella del día a día: porque decir que "tienes tu diario lleno" durante las próximas tres semanas, luego no puedes hacer una emergencia no parece muy justo... cuando, pese a no abrir su diario ni a las secretarias, todo el mundo sabía que ese no era el caso. Y quién tenía que hacer la emergencia? Bingo! :)

Mostacho Klimt, cuando no hablaba él, se dormía en las reuniones. Tendría una enfermedad del sueño, o era la barriga? Ahí lo dejo. Lo que aún llama la atención es que con el colorido de sus camisas en pleno tórax, atravesadas por el halo de fuego de la fase dorada de Klimt, se lograra dormir... el resto del equipo: imposible. Salías con los ojos así pequenitos y dolor de cabeza.

Como buen pesado, continuamente quería organizar "cenas de colegas" de las que era muy dificil escapar. Eramos unos cinco o seis en aquella zona, y hasta que no nos poníamos todos de acuerdo con una fecha, no soltaba el hueso. Eran un auténtico tostón, particularmente si te tocaba enfrente. Sí, también se dormía en las cenas. Y con un vaso de vino, los ratos de la vigilia aún eran más prolijos.

Afortunadamente, solo tuve que trabajar con él unos tres años. Entonces fui abducida por el equipo donde estoy ahora, y mis contactos con MosKlimt se limitaron mucho. Aún así,  un día tuvimos un enfrentamiento en el que decidí, para qué más diplomacia, ya no trabajo con este idiota. Y a partir de ahí básicamente terminó nuestra ya escasa relación. 

Ahora se va. Nadie sabe el porqué, no consta que ningún magnate del petróleo le haya ofrecido un puesto que no pueda rechazar [le pasa como a Ignatius Reilly -esta frase es suya pero querría que fuera mía]. Total que, pese a ser odiado, los ingleses son tan lovelies que le están organizando un libro con anécdotas, firmas y demás. Yo había pensado envíar la postal que adjunto, pero en su lugar, contaré a los divagantes su mejor anécdota, la que más juego me ha dado en cenas, quedadas y reuniones. 

"Todos vamos a echar realmente de menos hacer tu trabajo por ti"

LA ULTIMA CENA
Mostacho K. llevaba varias semanas dando la brasa con una nueva "cena de colegas", y había descubrierto un maravilloso restaurante libanés, Fairuz, en pleno Marylebone. Como ternerita al matadero, ahí me encaminé, pensando "esta es la última". 

Cuando llegué estaban en la primera planta: una sala pequenia, con una mesa alargada donde estábamos nosotros. Además de los seis colegas, había un pobre estudiante que rotaba por el equipo al que invitó, "the more the merrier". Así son los sin-amigos. Sospechosamente, las otras dos mesas, menores, estaban sin nada encima y con la sillas inclinadas, sugiriendo que allí nadie iba a subir. 

Cenamos, bueno, a ver, comida libanesa. Está bien, pero al final es básicamente mezze, platitos en el centro para compartir. Que a mí ya me va bien, me gustan las tapas y ese rollo. Pero vamos, que al final mucha oliva, mucha pita para untar en humus, feta con tomate, ese rollo. 

Pero entonces, ah, la Dolorosa. Pedimos la cuenta y.... cuánto marcaba la bill? Piensen, venga, una cifra, así, al aire... venga. Somos 7, restaurante libanés, Central Londinium.

£730.
SETECIENTAS TREINTA LIBRAS ESTERLINAS. 

Carraspeo. Perdone, debe haber un error. Suben los camareros: no error. Que suba el encargado: no error. Pero, oiga, esto es un abuso. Llamen al dueño por teléfono.

El encargado explica: es que han reservado la parte de arriba completa para una "función privada". La comida, para 10 personas, eran £500... el resto bebida y tal. Sí, estaban siete, pero podían haber traído tres más.Es que con la "función privada" dejamos de ganar dinero porque esas mesas quedan vacías y...

Pero, cómo que hemos reservado esta planta para "función privada", pero qué tontería es esta? Pero si se está mejor con gente que no con sillas inclinadas??

Como alguien diga el sintagma "función privada" una sola vez más, gritaré. 

Quién reservó? Quién pidió una "función privada"? (arghhhh) Quién es un imbécil?

Exacto. 

Llegué a casa DRAGÓN. Sin dar crédito... te gastas ese dinero con tu novio, tu amigo, quien quieras, en un restaurante francés... pero untando pita!!!! El Peda aún se está riendo. Y su frase: "Tranquila, vas a amortizar esta historia" (... y aún no la había contado en  el divlog). Pero, ja! vaya que la he amortizado... Desde entonces nadie volvió nunca a sugerir una "cena de colegas".

Bye bye Baby Mostacho... a buscar nuevos colegas a otra parte.

08 mayo 2013

Me acuerdo de ti


Querida cobloguera,

Tu ya sabes a que me dedico y que mi sector no es precisamente feminista. Yo no es que lo sea, por lo menos no de una manera radical, pero está claro hacia que lado me voy a inclinar en caso de disyuntiva.

El caso es que llevo unos días acordándome de ti. 

Verás, me veo en al tesitura de tener que contratar azafatas de feria. Se trata de trabajar en el stand y no sólo hacer de florero, saber idiomas, ser amables... En ese sentido siempre me he dejado aconsejar por el proveedor:

- Llévate a Ana que es muy trabajadora. 
- Coge a Marta que es muy agradable y habla 5 idiomas.

Durante unos años he conocido a chicas más o menos interesantes, estudiantes en muchos casos sacándose unas perrillas, que trabajaban bien y tenían una imagen correcta. Yo creía que con eso era suficiente. Pero no. El elenco de compañeros que me acompañan en estos festivales decidió que Ana y Marta podían ser muy trabajadoras, pero Ivonne y Jessica del stand de al lado, también lo eran y además eran unos pivones!!!

Así que capté la indirecta (se me rebelaron) y sutilmente le dije a mi proveedor y alguno de la competencia que me pasaran un listado de azafatas que además de ser trabajadoras tuvieran el look adicional que mis compis solicitaban. No te quepa la menor duda que Ivonne y Jessica atraían a mucha más gente a su stand que nosotros y eso era un hecho.

El caso es que voy recibiendo fichas de chicas, con todas sus medidas y tallas, en diversas poses sugerentes, algunas incluso dando a entender que podrían alargar su jornada laboral en caso de ser necesario. Y ahí dejo eso. Viéndolas, además de una cierta envidia porque la naturaleza ha sido muy generosa con ellas, no puedo dejar de pensar que algo no funciona, que no está bien. La mujer sigue siendo algo que decora, que debe ir según sea primavera u otoño, por la mañana o por la noche, que el sistema falla todavía y que queda mucho por hacer. En estas me encuentr: tratando de decidir si me quedo con una u otra simplemente mirando las fotos. Y no me está gustando nada porque no me parece justo. Quizá es que le doy demasiadas vueltas. Y me acuerdo de ti.

He tratado de consensuar la elección con mis compis, pero sólo ven lo que sobresale. Así que los he dejado al margen, llenos de expectativas. Al final he decidido que este año me voy a dejar aconsejar por el proveedor de nuevo, pero el año que viene me voy a pedir un catálogo de azafatos para mi solita. Seguro que no los contrataremos, pero me van a dar un juego en la agenda....

17 abril 2013

Como procrastinar

Hay veces en que una se vuelve experto en un tema y no lo sabe.

Soy experta en procrastinar. Sobretodo estos días en que hay que presentar las tan manidas declaraciones de IVA y todo es un recopilar de facturas, de hacer correcciones, de llamar al proveedor, de comprobar los pagos, reclamar albaranes y todas esas cosas taaan motivadoras e ilustrativas por las que habitualmente te toca pagar.

Procrastinar o posponer no es algo reciente. Siempre ha existido. Supongo que antes se hacía de manera diferente (en vez de cavar al huerto me voy a bañar al río) o no se hacía en absoluto (las vacas tienen que comer o las tienen que ordeñar, a ver cómo se pospone eso). Ahora lo tenemos mucho más fácil. ¿Cómo se procrastina en el siglo XXI?

Enciendo el ordenador. A un lado del escritorio mi trabajo urgente. Lo miro de refilón y pienso que en un momentito me pongo manos a la obra.

  Comienzo:

- Miro el mail. Cincuenta mensajes!!! Bien!!!! Tengo que atenderlos ahora.

- Abro los que me interesan. Contesto.

- Abro facebook. Miro lo que han publicado mis amigos. Siempre hay videos y sandeces con las que perder el tiempo.

- Actualizo mi correo a ver si en estos 30 segundos ha entrado un mail que cambie mi vida.

- Abro pinterest. Me acuerdo de algo que quería buscar ayer. Lo busco. Veo otra cosa que me gusta y salto a otra página y así sucesivamente hasta que al final no sé donde empecé. Confirmado tendría que haber sido mujer florero en USA y hacer cupcakes y scrapbooks y mason jars y make up y todo eso...

- Actualizo mi correo de nuevo. No tengo ningún mensaje nuevo. No me lo creo. Le vuelvo a dar a actualizar.

- Vuelvo a facebook.

- Abro twitter. Veo los mensajes programados. Todo se ha publicado bien. Contesto a dos seguidores.

- Recuerdo que tengo que alquilar un coche para el 20 de mayo y como me apetece más hacer eso que lo que tengo que hacer, lo hago ahora. Porque... y si se acaban los coches?

- Miro mi otro correo, en gmail. Hago limpieza.

- Me pongo a diseñar un folleto que necesito para dentro de 15 días. Me gusta hacer las cosas con tiempo...

- Vuelvo a mi correo habitual. Tengo dos mensajes importantísimos. Los tengo que contestar ahora.

-  Abro el blog. Veo que hay divagantes que han comentado. Me pongo a ver sus perfiles. Es lo que tiene estar tanto tiempo ausente.

- Descubro entradas nuevas de gente que me apetece leer. Allá voy.

- Decido ponerme con las facturas. Voy a actualizar el correo por si acaso... Anda! 10 mensajes nuevos. Claro los tengo que leer.

- Me voy a tomar un café para despejarme y me pongo a ello. Eso es lo que me pasa. Necesito despejarme.

- Me encuentro a mi primo en el bar. Lo acompaño un rato para que no esté solo.

- Vuelvo a la oficina. Actualizo el correo. Tengo uno de Linkedin que me interesa. Me nombran administradora de una página. Tengo que averiguar cómo funciona esto.

- Decido que mejor me pongo después de comer. Total queda media hora y no me va a dar tiempo.

- Vuelvo de comer. Tengo sueño. Enciendo el explorer y me sale mi página de inicio de noticias. Miro a ver que ha ocurrido en el mundo.

- Abro el facebook para ponerme en situación computeril.

- Reviso la bandeja de entrada de mis mensajes. Abro y borro, borro, borro.... Decido hacer limpieza de mensajes acumulados.

- Miro el reloj. Me doy cuenta que no he hecho nada más que procrastinar.

- Decido celebrarlo escribiendo un post.

25 enero 2013

30 octubre 2012

Mala praxis

Hola le llamo de HP Publicidad, somos una empresa de diseño gráfico muy importante.

Verá, hemos recibido un encargo por parte de uno de sus clientes, concretamente de parte de su Cliente C, al cual vamos a realizarle un catálogo virtual de productos, entre los que se encuentran los que usted le suministra. 

También vamos a apoyarlo con un soporte físico, catálogos de papel de 200 gr, plastificados, que va a tener una tirada nacional. Junto a lo anterior también mandaremos una secuencia de mails dirigidos a todos los clientes y proveedores de Cliente C para reforzar la acción comercial. Dentro de este pack promocional, a su Cliente C le gustaría contar con su proveedores más importantes y así tener más apoyo dentro de la acción comercial. Es por eso que nos ha facilitado una lista de los proveedores más importantes que tiene, entre los que usted se encuentra, y para lo cual nosotros hemos reservado unos espacios, pensando en que quizá a usted le gustaría estar en dicho medio de promoción y de este modo respaldar a su cliente.

- Bueno, verá es que nosotros no hacemos publicidad de ningún tipo, en ningún medio....

- De acuerdo, sin embargo Cliente C es para usted un cliente importante ¿no?

- ¿Es que hay alguno que no lo sea?

- Está claro que lo son todos, sin embargo también hay que tener en cuenta los datos de facturación, volumen etc...  ¿Es para usted importante su Cliente C?

- Pues claro.

- Bien, entonces estoy seguro de que le gustaría apoyarlo en esta campaña comercial....

- Le repito que nosotros no hacemos publicidad de ningún tipo, en caso contrario estaríamos encantados de aparecer en el catálogo de C.

- De acuerdo pues, informaremos a su cliente de que no quiere participar.

- (CC...)

05 agosto 2012

¿Dónde te ves dentro de cinco años?

Una no termina nunca de examinarse. Porque cuando ya has completado la uni (maratón), el máster del universo (400 metros lisos), el batir siete claras a punto de nieve en una cuerda floja (natación sincronizada) con Rachmaninov de fondo (y además con melena impecable y pestañas de vértigo, si eres mujer) y crees que ya no queda más, entonces te das cuenta que la farsa continua, y ahora es el "annual appraisal" y el "team annual review".

La semana pasada tuve ambas. Y la pregunta del título me la hiceron en el examen personal (appraisal). ¿Que dónde me veo en cinco años? (profesionalmente, se entiende). Lo que tuve ganas de contestar fue directamente el refrán castizo "virgencita, virgencita, que me quede como estoy" pero, ay, cómo traducirlo. Entonces, espantando titulares de periódicos y situaciones de familiares, amigos y conocidos, le dije al querido appraiser que, idealmente, me veía en mi trabajo, donde el equipo sería tal vez algo mayor (nos habríamos expandido), y yo tal vez tendría más tiempo de hacer investigacion y sacar algún artículo más al año y, ya, puestos a soñar, que esas clases que me toca dar a veces (y me separan del divlog) pudieran ser ocasionalmente en un país donde se hablara castellano. 

Precisamente Julian Barnes, en su primera novela, "Metroland" (1980), cuando una amiga le pregunta que va a hacer con su vida a los 21, hace esta reflexión:

-What are you going to do, then?                                                                                        
-Do? What was I going to do? What could she mean? (...) You mean... with my life? (...)       
-Of course, what is funny?                                                                                               
-Well, it's funny that you are the first person of my own age who's actually ever asked that. It's so... authoritarian.                                                                                           
                                                                                                                                   
I was always getting asked this question by others. When I was a child, the question always came down at me vertically, from above  (...). When I was an adolescent, it came from a different (but still downward) angle, from concerned masters armed with pamphlets and the word "life" (...). Finally, when I was a student, the question came horizontally, from parents sharing a bottle of wine, from tutors sharing a manly sex joke (...). When, I wondered, would the angle change; when would I find myself looking down on the question?

Tiene razón Barnes, es La pregunta que a todos nos han hecho mil veces, y en mi caso, cuya respuesta no ha sido siempre del todo bien acogida. Pero es una pregunta que, en estos momentos, me pareció medio obscena, porque la mayoría está nadando a contra corriente para sobrevivir. No sé bien de qué ángulo barnesiano vino (si de arriba o tal vez horizontalmente), pero sí que venía de alguien con mucha ambición que planea su vida cuidadosamente. 


En ese nanosegundo pensé todo lo de arriba, y no sé qué consideró él. Pero vi que no me creía cuando le dije que hace ya un tiempo que no tengo ambición profesional, ambición de la de entrenar todas las horas del día como hice antes. Ahora, con mis días basta: no voy a meter más noches. Toda mi ambición consiste en hacer bien mi trabajo, y eso ya es mucho. Llegar aquí ha sido como un heptatlón inmenso, y las ventajas es que ahora podemos seguir corriendo fondo muchos años porque invertir en la cabeza es siempre mejor que en el cuerpo. 


Una no termina nunca de examinarse, pero espera que sí acaba de competir. Y tiene por fin tiempo para hacer más saltos del trampolín con doble pirueta gritando woooo hooooooo. 





23 marzo 2012

Selección de personal

Por si alguien no lo sabía, entre la amalgama de mis actividades laborales, destino un tiempo a regentar una granja de animales, terneros, vacas, perros y alguna gallina. Una vez tuve hasta un pavo real que pasó a mejor vida.

Fue una cosa no planeada. Empecé en la ganadería cuando la burocracia podía con mi padre y él sólo tenía dos vicios: fumar y la granja. Uno le acortó la vida, el otro se la alargaba. De ahí mi incursión. El factótum de la granja ha sido durante muchos años Tito. Con mi padre iban a la greña y al final cada uno hacía lo que le daba la gana. Ahora continúa igual, sigue haciendo lo que le da la gana. Tito es un pozo de sabiduría con respecto a los animales, sabe qué terneros son de cada vaca, si una vaca está así o asá y gestiona cosas obvias que yo jamás podré adivinar. Y es que Tito ha sido toda una institución. Nada hubiera sido igual en estos años en los que ha faltado mi padre si no hubiera estado Tito.

Pues bien, en breve Tito pasa a ser funcionario, como dice él: "Ahora, a cobrar del estado". Desde que me avisó de que se jubilaba he estado buscando a alguien que desempeñe la labor que hacía él y la verdad es que no ha sido nada fácil. Hay muy poca gente que tenga los conocimientos necesarios, la disponibilidad y sobre todo la afición, factor este último que más valora Tito. He descartado unos candidatos por malas referencias y otras opciones como el subarriendo de la granja porque eso de tener un administrador nunca ha dado buenos resultados. Al final la situación la ha vuelto a resolver Tito. 

- Niña ¿Has encontrado a alguien para la granja? - Me llama por teléfono - Es que he pensado que igual al Juan Luis le podría ir bien lo de venirse aquí a trabajar...

- ¿A quién?

-  A Juan Luis, mi yerno, el que está casado con mi Ester.

- ¿Pero ese no es albañil?- le pregunto. 

- Pues por eso, que se ha quedado sin trabajo y yo creo que puede servir. No sé. Ya lo verás.

- Pero,  ¿sabe algo de animales?

- Hombre, no mucho, pero es buena gente, ya le enseñaré yo... Pero, bueno, lo que tu digas...

- Vale, que venga a verme un día y lo comentamos, si eso....


Pues bien, antes de ayer se me presentan por la mañana en la oficina sin avisar, Tito, su mujer, su hija Ester y su yerno Juan Luis. Los cuatro.


- Niña, que venimos por lo del trabajo del muchacho...

- Ah, vale, peroooo... ¿todos? - Mi oficina se ha quedado pequeña.

- Nooooo - corean los tres acompañantes del yerno. Nosotros nos esperamos fuera mientras habláis y si llegáis a un acuerdo pues... bien y si no, pues tan amigos...

- Eso sí Niña, mira a ver si le pones una furgoneta que tiene que venir todos los días desde el otro pueblo y nnada más que tiene un coche - añade Tito.

- Pe...pe...perooo......


Pues eso, que empieza el uno de abril y la furgoneta es granate.



01 marzo 2012

Idiot inside

Son apenas las 11 de la mañana y ya me han puesto en mi sitio un par de veces. Me equivocado dos veces de tal manera que me avergüenzo. Podría justificarme, pero no.                                                    

Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia*.

El primer error ha sido con mi hijo esta mañana. Él tenía razón y no le he creído. Hubiera jurado que estaba siendo perezoso. No era así. Le he pedido perdón. Angelito. Cuánto se aprende con los hijos...

El segundo con un comercial al que había prejuzgado. Sigo pensando que no es buen comercial. Es curioso porque es de los que vende por aburrimiento y sin embargo después tiene detalles. Me pone muy nerviosa porque no escucha cuando hablas y no para de repetir lo mismo. El otro día fui dura con él por teléfono y quizá no se lo merecía. Acabo de hablar con él, cara a cara y me he sentido fatal. A veces en los negocios es fácil olvidarse que todo el mundo tiene su corazoncito.

Así que hoy quietica Diva...


*Ramón y Cajal

16 enero 2012

Insultos desde el anonimato: internet y vida real


Internet es, para los cobardes, una herramienta como pocas para mostrar su verdadera cara. Bajo el antifaz, ocurren transgresiones en el fondo y en la forma: hay gente que dice cosas que nunca osaría decirte en la vida real, y las dicen perdiendo, valga la redundancia, las formas.

Sobre lo primero, el porqué se atreven a dar una opinión aquí que no compartirían en una comida familiar o del trabajo, cada uno tendrá sus razones. Pero no obligan: en la red es más fácil que en la realidad pasar de largo- para eso hay una cruz en la parte superior derecha. Si comentas y das tu versión, será porque quieres obtener algo a cambio (siempre, siempre siempre: no hay comportamiento gratuíto): placer por el debate, lucirte, hacer amigos, hacer enemigos, hacer márketing, hacer política... habrá más.  En la vida real, también puedes hacer el equivalente de cerrar la página: sonreír y no meterte en el jardín si esa persona/lucha no va contigo, o bien enfangarte a lo Cyrano de Bergerac. Alguna vez he contado que, en la cándida niñez, yo era de las segundas: sentía que debía desfacer entuertos allá por donde iba. Luego crecí, y solo saco la espada en diversas situaciones, a saber: si me están tocando la moral, por el placer del debate, si me importa esa persona, si creo que sería éticamente injusto callar, y, por supuesto, si me pagan por ello. Y aquí es donde entra el trabajo, y el ejemplo ilustrativo que guía mi divague de hoy. 

Pero antes, me queda el párrafo de la forma, o del “perder las formas”, donde toca escribir perogrulladas del tipo “lo último es el insulto, el ataque personal, si una persona piensa distinto,aunque realmente creas que es imbécil, llamárselo solo te va a dejar a ti como tal, y va a encastillar desesperadamente a tu oponente". Tenemos suerte en este blog, esto no ha sucedido, y no porque dejemos de tocar temas complicados, pero hemos intentado (no sé si siempre con éxito) argumentar lo que creemos con pasión. Tenemos mucha suerte, porque no puedo con las malas formas de internet, y me pregunto: ¿de dónde sale esa gente con tanto cabreo, tanta bilis, tanta mala leche? Yo no los conozco en la vida real. O tal vez sí.

Alguna vez he hablado de los juniors a los que superviso. Campodetenis-que es famoso on his own right por diversas razones-, y el griego (que en realidad es chipriota) dejan mi equipo a final de mes (están en rotación). Esto significa época de evaluaciones, en el caso del griego, atroces: puedo decir, tras un año de desesperarme semanalmente con este hombre (la palabra exasperación no hace justicia a mi estado mental tras estas sesiones del dolor) que carece de las herramientas básicas tanto personales como técnicas para desarrollar este trabajo.  Es un desastre en su manera de comunicarse igual con clientes que con colegas, tiene fallos conceptuales que no le interesa resolver, es desorganizado hasta límites inenarrables. Mis "notas" de sus últimos informes (en las que expando de una manera didáctica estos puntos) no le han sorprendido porque es simplemente la constatación de lo que llevo repitiendo un año, y no se ha molestado en escuchar.  

Sin embargo, hay una evaluación de fin de estancia que tiene un giro de tuerca más: versa sobre su manera de trabajar en equipo (multidisciplinar), y se hace anónimamente online. El selecciona  a varios miembros, y evidentemente, lo ha hecho solo con los que cree menos desfavorables. Por ejemplo, no estaba en su lista una compañera con la que ha tenido muchos encontronazos (ya comentó que "no llevaba bien tener a una mujer en posición de autoridad"), pero sí ha incluido a un tipo que siempre ha estado menos crítico. En su cara. 

Lo observé un día en el que, tras habérmelo puesto a caer de un burro por una de sus múltiples meteduras de pata, el tipo miró hacia otro lado cuando una confrontación se hizo abierta en la reunión. Lo vi claro: este es un Bienqueda. Pero uno puede ser un Bienqueda en general en la vida (no todos somos iguales), y luego no hurgar y hurgar en la herida cuando el peligro ha pasado, y otros han cantado las cuatro verdades. Bienqueda, en contra de lo que pueda parecer, es un tío simpático, muy divertido e ingenioso: es esa clase de gente que sabes que son algo cabrones pero con los que te echas unas risas. Pero cómo podía el griego saber todo esto, con los Bienqueda a veces es difícil saber a qué atenerse, cómo podía imaginar que, cuando le llega el informe, además de las notas bajas (sin sorpresas), hay algún comentario. Todos anónimos. Y uno de ellos termina con la siguiente frase: "el equipo estará mucho mejor cuando él se vaya".

Plonk. Hasta a mí, que me hace subir por las paredes el nieto de Parménides, me deja mal este comentario. No porque no sea cierto, sino porque es completamente no profesional, e inapropiado. Ya has comentado sobre su trabajo, que es lo que interesa aquí a quien vaya a leer el informe. Esto no es psicoterapia, nadie quiere saber tu sensación personal, nadie quiere leer tu mala leche. Es un comentario desagradable que no conduce a nada. El griego no va a ser mejor tras ese comentario. Al contrario, se va a blindar como una víctima.

Y eso es lo que pasa. A la menda-como supervisora- es a la que le toca disculparse por el comentario, y decirle que es innecesario. Inmediatamente viene el victimismo: "entré con mal pie en este equipo, nadie me quiere" etc. Hoy me toca inspirar y callar (sé que ha tenido problemas en todos los equipos anteriores, que no ha aprobado un solo examen), hoy le tengo que dejar performar, nunca mejor dicho, su pequeño drama griego. 

Los dos lo sabemos: Bienqueda. No hay que ser un lince, el estilo es indiscutible. Me duele, porque me cae bien Bienqueda, pero me ha demostrado no ser buena persona. Bienqueda se ha descalificado a sí mismo doblemente: por el insulto, y por el anonimato. 

What a shame. 

09 enero 2012

Campodetenis El Egipcio: con regalitos a mí

Hace mucho tiempo (que me cuelguen si consigo localizar la entrada para enlazarla) divagamos sobre los regalos refrito. Dícese del presente que ya ves incluso empaquetado que no lo vas a usar y que, nanosegundo tras quitarle el lazo, decides regalar a un tercero. Esto parece enfadar a mucha gente (particularmente cuando uno de esos regalos que hiciste hace un par de anios vuelve a ti: please háganse un excel). En mi fanatismo anticonsumo, por el contrario, me parece una increíble idea y actitud. Ya vale de acumular objetos inútiles, contribuyendo a que el planeta pete y los ácaros devoren nuestra casa. Un regalo es un token, y una vez transmitido lo mucho que quieres a esa persona, prueba conseguida: puedes hacer lo que te dé la santa gana con mi jarrón (jo jo).

Luego hay otro tipo de regalos, aquellos que se hacen por otros motivos que el amor ciego. Son aquellos motivados por la gratitud, el compromiso, o para conseguir algo. No pecaré de ingenua, sé que todos los regalos son para conseguir algo: mantener, cimentar una relación, hacer que una persona sea feliz, llámalo hache. Su felicidad también te va a salpicar. Asumamos que no hay comportamiento desinteresado (ni en acciones puramente altruistas), aunque ese interés sea tan loable como no sentirte contribuyendo a una situación injusta, o acallar tu mala conciencia.

Pero divago, a lo que iba: tal vez algún divagante aún recuerda a Campodetenis, el egipcio al que superviso, de un divague anterior. Campodetenis es un auténtico encantador de serpientes, y como él mismo cuenta, con pretendido estupor "un flirt, mi mujer dice que soy un flirt!". El lo niega, y me asegura que todo esto es cultural, que así de hospitalarios son en Egipto (el babosismo es hospitalidad, que no se enteran), y que él no ve otra manera de relacionarse con el personal. Para poner un ejemplo, una tarde, no acordándome de un caso que habíamos hablado en supervisión, le digo "tengo varios como tú, no puedo tener todos en la cabeza", a lo que contesta: "but I thought I was your special one". Qué se hace en estos casos? Cambiar de tema. No porque yo no sepa las reglas del flirt, sino porque con un tipo con el que tienes una relación de poder, de entrada, no. Bueno, y con Campodetenis, en ningún caso.

Total que el otro día, antes de supervisión, ahí estoy repasando mentalmente mi lista de todas esas cosas que Campodetenis no hace porque está demasiado en los pasillos. Y parece que le va muy bien, porque quedamos pocas brujas con cuervo en el hombro ahí afuera. Las secretarias andan locas, y lo que más me preocupa es cuando él esté en mi posición y tenga a chicas que supervisar. Si no quiero entrar en su juego siendo la jefa, imaginen siendo la junior. Pero divago: estábamos conmigo afilando su "to do list", dispuesta a liársela parda si aparece con excusas para los informes a medias.

Knock-knock. Adelante. Avanti Campodetenis que... oh, porta una bolsaca. Mi mente no está ágil, se me ha olvidado tener en cuenta que Campodetenis ha estado en Cairo y antes de que me sitúe ya me está sacando un paquete envuelto en papel plateado y contándome que esto que me ha traído directo desde la fábrica de mármoles de su familia está destinado a agradecer mi apoyo y bla-dibla-di-bla. De repente me veo desde fuera quitando el papel, abriendo la caja, no tenías porqué, de verdad, pero cuánto pesa esto (intrusiones 15 kgs de la infame companía que me trae a la isla desde Vetusta), pero pero pero...

Oh-my-God. Abro la caja y lo que veo es indescriptible. Seis vasos, seis, de mármol. Si alguien no se los imagina, aquí abajo pongo una imagen, porque mil palabras no harían justicia a los seis vasacos. Oh-my-God, insisto. Me duelen los ojos, saca esto lejos de mí, pero me repongo y logro disimular con un "precioso, no tenías porqué", mientras mi mente sufre una lluvia de ideas sobre a quién le puedo enchufar el conjunto, eso sí, admitiendo que fue un regalo. Nunca podría colar que yo compré esto. Mi padre? (amante de Egipto y lo egipcio), pero los 230 kg que pesa me hace desistir de inmediato (y tal vez que aún queda un amago de buena hija en mi corazón agrietado). La siguiente víctima: la Charity Shop aquella en la que puedes dejar bolsas por la noche en la puerta y ellos nunca ven la cara del donante. Todo esto pasa delante mía en nanosegundos.

Al llegar a casa, el Peda no ayuda. Cuando ve la caja sobre la mesa suelta una carcajada a los gritos de: "Joder con la rifa de la guardería, se van superando!" (esa rifa es Lo Peor-lo segundo peor, ahora he visto los vasos- todo el mundo dona sus velas secas, y tú has de comprar boletos y llevártelas). Le digo, entre sollozos, que esto es el regalo de Campodetenis, lo cual le parece aún más hilarante.

Por fin tengo algo de tiempo para pensar, y aunque pueda sonar a que me quiero buscar una razón ética para desembarazarme de los vasos, lo cierto es que hay algo, aparte de su horripilancia, que me hace sentir mal. Campodetenis no ha traído figuritas de mármol al resto de miembros del equipo. Aparte de que tendría que fletar un vuelo solo para acarrerar tanto mármol, casualmente soy la única que va a ponerle "notas" al final de su anio con el equipo, la que le va a escribir la referencia. Soy la única que le persigue para que presente los informes, siempre tarde, y la única que se los manda revisar luego. En una palabra, el regalo puede ser muy agradecido, como me ha dicho, pero sinceramente, suena también bastante a corruptela. Si somos colegas no te vas a pasar conmigo, ese rollo.

Esto me traslada a esa nice península de la que vengo, donde los primos y los amigos pueblan las administraciones, y todo el mundo se conoce, y hoy por ti maniana por mi. Esta manera de operar es mucho más común en países mediterráneos que anglosajones, donde tal vez la familia sea menos importante, pero también hay menos injusticia (aunque la hay) y mayor movilidad.

Por fin decido consultarlo con mi jefa. Si me quedo con ellos, por lo menos quiero que se sepa (merezco un ascenso, no?). Mi jefa entiende, y sugiere que me quede con los vasos, por aquello de "devolverlos sería incómodo", sin que esto "afecte un ápice mi evaluación el sujeto". De hecho, me ha afectado en el hecho de que ahora, cuando le puntúo, me lo pienso mucho más, y para él esto son malas noticias. Mi jefa insiste que lo sabe todo de Campodetenis, pero es un chico tan simpático... sería desagradable dárselos de vuelta.

Claro, es que ella no los ha visto.





05 septiembre 2011

Quiero dormir


Son las 3:30 y no puedo conciliar el sueño. He pegado un par de cabezadas entre las 22:30 y las 00:00 y eso ha sido todo. Ayer me logré dormir como a eso de las 2:30 y me he levantado a las 10 de la mañana. En principio parecía ya un horario casi normal. Creía tener la partida ganada. Pero no. Tengo un jet lag del carallo.

Buscando jet lag en google para ver que puedo hacer, me topo con un nombre mucho más científico: distritmia circadiana. Quizá si digo eso en el curro, me dejen estar en casa un par de días para poder dormir a pierna suelta. Suena a algo de corazón ¿no?. Sin embargo tampoco esa es la solución. Lo que no puedo hacer a corto plazo es dormir cuando me lo pida el cuerpo, tengo que luchar contra ese ritmo nuevo y forzar la máquina hasta que vuelva a su sitio. Creo que si no duermo hoy, ya dormiré mañana y de este modo volveré a coger de nuevo el sueño. Sin embargo mañana va a ser muy duro. Tengo una reunión a las 9:00 y me temo que voy a ir poco centrada.

La cuestión es que me duele toda la espalda al intentar adoptar varias posiciones en el sofá. Estoy demasiado cansada como para coger un libro así que he estado viendo la tele tratando de adoptar un encefalograma plano, hasta esa hora maldita en el que se alternan en los canales los sacaperras variados. Llegados a ese punto no hay nada más que ver. Ni documentales, ni películas o series. Nada. El mando salta del tarot, a los puzzles, el "jess extender" o el "aaaahhhh, quieres conocer chicasssss calientessssss". Así es imposible coger el hilo a nada y caer rendido.

Yo creía que el jet lag dependía en gran parte de los horarios en los que viajas. Así mi estrategía (que falla, como el lector avizado habrá deducido) es llegar a los USA como a eso de las 19:00 sin haber dormido, aguantar hasta esa noche y tachán... conseguido.  En cambio para la vuelta hay que coger un avión que vuele de noche, intentar dormir algo en el avión, llegar aquí de mañana y así aguantar todo el día y tachán..., pero no ha sido así. Siempre lo sufro más a la vuelta, cuando estoy en casa. Al parecer esto es normal según leo hoy (que para algo ha de servir estar despierta):

Nuestro ritmo circadiano se confunde menos si viaje hacia el oeste porque un viaje hacía el oeste prolonga la experiencia del reloj corporal y distorsiona menos el ciclo día-noche. Sin embargo, si viajamos hacia el este supone viajar en el sentido opuesto al reloj corporal. Los impactos de jetlag se pueden paliar si encuentra una ruta a su destino hacia el oeste.

También dicen que hay que exponerse a la luz solar (cosa que hoy he hecho) y hacer ejercicio intenso por la mañana (que creo que no haré). Sólo me faltaría añadir a la falta de sueño las agujetas. La putada es que al insomnio se le unen otros agravantes como dolor de espalda, irritabilidad, confusión en la toma de decisiones, apatía... O sea, que mañana, puede ser un día de esos en los que si os cruzáis conmigo perdonad que no os salude y... apartaos!

Estáis avisados.

27 julio 2011

Mujeres al mando: necesitamos más

El último día, cuando parecía que divagaba gratuitamente sobre los dos chicos a los que superviso en el trabajo... en realidad, pues eso: parecía. Nada es gratuito. Comencé a escribir sobre las relaciones entre los géneros en el trabajo no precisamente motivada por la película "Horrible bosses" (Seth Gordon, 2011), que no he visto, sino por una noticia. Que me llevó a recordar aquel experimento que se hizo con una mujer mandando sobre cuatro hombres, un hombre sobre cuatro mujeres, y otras combinaciones. Parece que el hombre que mandaba sobre tanto cuatro mujeres como un grupo mixto, se sentía en la cumbre, pero la mujer que mandaba a cuatro hombres se sentía… incómoda. Se especula que la razón es porque las mujeres están más por la cooperación y el altruismo, y eso en el capitalismo salvaje, oiga, no vende nada. Aquí lo que ha de primar es competir y dar órdenes. Y esto a muchos tipos, sea por la testosterona, sea por la (mala) educación, se les da muy bien.

Así es cómo, para ilustrar, empecé a contar mis aventuras con Griego y Egipcio, con los que no me siento nada incómoda. Pero como ya sabemos, tal vez no sea mutuo. El Griego es un hombre tradicional (recordemos: a su Big Fat Greeek Wedding fueron nada menos que 2500 invitados) y tal vez, el Señor be ha puesto en su camido con una Misión. Por ejemplo: la noche de autos que salimos con el equipo, sufría por no poder pagarme las copas. “Hasta ahí podíamos llegar: aquí las copas las pago yo, que para eso gano bastante más que tú”, pensaba la Di solidaria. Lo que en realidad dije: "hasta aquí podíamos llegar: aquí las copas las pago yo, que para eso soy feminista de la vieja escuela". Creo que Griego no había oído esta expresión en su vida: para él una feminista debía ser la versión femenina suya, o sea La Gruffala. Sólo necesita otros 6 meses de más inmersión. Su mujer me lo agradecerá.

Pero divago. La noticia que me hizo saltar en mi sofá (y a Mary Wollstonecraft en su tumba) fue lo que pasó hace poco en una empresa italiana de unos 30 empleados. Azotados por la crisis, como todo Pepe, deciden quitarse de encima a casi todas las trabajadoras, y dejar en plantilla a los hombres. El razonamiento es algo que parecerá una hipérbole mía para atrapar al lector: "el sueldo de ellas es una ayuda, pueden volver a casa a cuidar a los niños y a limpiar". Pero no, no es un truco retórico: es la realidad. Ahí ni entraremos.

Los trabajadores, simpáticos ellos, han seguido yendo al trabajo sin que eso de la solidaridad laboral fuera con ellos. Pero ellas han ido a la huelga: por lo menos, solidaridad de género. Buf, qué concepto tan anticuado. La solidaridad antigua estaba relacionada con el parentesco (y aún sigue muy vigente en ciertas sociedades, donde tener un primo bien situado puede ser sinónimo de colocarte bien), y en el Siglo XIX comenzó la solidaridad de clase (otro concepto dinosaurio, vamos). O sea, se pensaba en la línea: a un trabador o trabajadora (como yo), con un par o cinco hijos (como yo), con sus problemas para llegar a fin de mes (como yo), etc etc (como yo), le echan del trabajo, y yo le ayudo a muerte, primero porque me podría pasar a mí, pero segundo y más importante, porque sólo juntos se consiguen las cosas. Ahora, los dinosaurios sabemos que hace un rato que se extinguieron y, como diría Marsé "ahora lo que la gente quiere es comprarse una gabardina y tener coche". Tal vez se haya vuelto al primo o al amiguismo como la única forma de solidaridad. Y eso con suerte, eso si no se va totalmente a la bola personal.

Los italianos no es que estén innovando con esto: las mujeres, a lo largo dela historia, han sido un comodín que han de trabajar cuando los hombres están en la guerra, pero cuando vuelven y hace falta trabajo, o en épocas de crisis como la del 29 o ahora, pues vuelta a casa “a cuidar el hogar”. Tras la Guerra Mundial incluso apreció Bolwby con su teoría del apego explicando porqué los niños debían estar con sus mamis y no en guarderías. La teoría del apego tien muchos puntos válidos, pero no sirve para ser usada como arma política para quitar las mujeres su independencia.

Además, hablando de independencia, los informes de Oxfam, y Unicef son bastante claros en el hecho de que, a día de hoy, la mayor parte de las mujeres del globo mantienen a sus hijos ellas solitas. Eso del proveedor y la distribidora está pasando a la historia, y no hay más que pasearse por las zonas más pobres de Londinium, donde los padres no existen. Mejor no pensemos en la sabana etíope. Así que si los italianos de esta empresa se creen que las empleadas a las pagaban 900 euros se van a casa en plan Laura Brown de “Las horas” (Stehen Dalwdry, 2000), la llevan clara. Estas mujeres se irán a una casa donde, en muchos casos, no habrá un marido y, lo que es peor, ni siquiera su pensión de alimentación de los niños.

Los hombres siguen ganando de media un 20% más que las mujeres, por el mismo trabajo. Se sigue creyendo que el capital humano masculino es mayor que el femenino. Esta diferencia de salario es así por medidas que los hombres han creado, porque mayor salario significa mayor poder. Hay más mujeres en la universidad, teniendo los mejores resultados, pero luego son ellos los que se llevan las cátedras y los que están en los consejos de dirección de las empresas, porque algo pasa en la treintena de las mujeres que… no sé, de repente se nos encoge el cerebro?

Si tienes cerebro, úsalo. Intenta ser una de esas jefas, altruistas y cooperantes, es una paso hacia el camino menos equivocado.

Y si un tío te quiere pagar una copa con las credenciales “soy un tío”, pregúntale cuánto gana. Si acabas pagando tú, son buenas noticias.

24 julio 2011

Superviso a dos tipos: uno egipcio, otro griego.

En el trabajo, se entiende. Y a partir de agosto, a tres.

En la profesión que imposto de día, vas progresando hasta llegar a los supuestos laureles durante un período casi eterno (cuánto dice que estaban los curas, 12 años?). Una de las prebendas del laurel consiste en supervisar (o sea, mirar por encima del hombro, super-visare) a los pequeños saltamontes que eras tú hace cuatro días.

En este momento, superviso a dos tipos: uno egipcio, al que le queda bien poco para tocar la cima, y uno griego, que asegura la tocó en Grecia, pero que empezó de nuevo al llegar al Reino Unido. A partir de comienzos de agosto, se añade al lote un inglés, al que le tengo unas ganas horrorosas. Todo estereotipos inconfesables, pero será coincidencia que la mayoría de los ingleses con los que he trabajado y yo vemos la vida (laboral) de una manera similar. Pero con estos mediterráneos, hay que armarse de paciencia.

El egipcio es un mocetón de 1.90 y más tirando a gordo que a cuadrado. Pero yo esto es algo que disculpo: siempre me han gustado los armarios de dos puertas, aunque los malogro (pobre Pedalista). Luego la vida en común los trata mal y pierden "las asas del amor", como llamaría el egipcio a sus mollas lumbares. El egipcio es simpático, carismático, y un tanto cantamañanas. Me cae bien, pero a mí es que no me gusta que alguien venga el primer día y me diga: "Don't worry, Di, I work like a dog" (no lo he traducido por razones obvias... en castellano es difícil buscar un sinónimo de dog aquí que no sea racista, y pensar en un dog... buf, mejor lo dejo). Decía que no me gusta la gente que se pone esas medallitas sin haber siquiera empezado a cortar el bacalao. Tío, curra, y luego te diré yo si trabajas como un japonés. Y es que el dicho "dime de lo que hablas, y te diré de lo que careces", o en culto, "excusatio non-petita, accusatio manifesta" es total actualidad en mi departamento.

Campodetenis (hay que haber leído "Asterix Legionario" para entender esta referencia, sorry) tiene una buena anécdota la mañana after the night before. Tras una juerga del equipo, el pobre tenía que ver a unos clientes a las 9 am, con una resaca del diez. Luego me cuenta: "estaba fatal, así que hice la cosa ésta de la hospitalidad… les saqué una bandeja con té, galletas y de todo, para ir comiendo yo, que me moría". Parece que los clientes salieron con una impresión inmejorable de nuestro servicio, que normalmente no ofrece desayuno, os lo aseguro. "Full English Breakfast anybody?". Aún nos reímos con eso. Como se puede apreciar, soy una jefa de lo más entrañable.


El griego es otra cosa. El griego es que el primer día que lo vi pensé que era directamente el Gruffalo, o, por contextualizar, Saturno devorando a sus hijos (véase Goya). Es un hombre pequeño que destila testosterona por cada poro de su (puag) piel. Y no testosterona de la buena, sino una especie de olor, barba cerrada, melena señorito-andaluz, y pantalones ajustados. Y dientes como de bruja: cuando sonríe (o hace un gesto intentándolo), es dantesco. El griego es muy griego: solo le falta una túnica y una mano elevada al cielo para esgrimir su razonamiento-siempre equivocado. De los principios conceptuales de nuestra común profesión, el pobre griego no tiene más que un par claros: mezcla ciencia con folklore, y da por científicas sus opiniones. Cada supervisión es una batalla, porque me reta todo lo que le intento hacer considerar desde otro ángulo. Un día le confesó a otro compañero que en un test de personaliad le había salido “que no asume bien que le den órdenes las mujere, y que era narcissta”. Chapeau, ha pillado a la jefa adecuada. Pero como es una pasivo-agresivo, a veces me acaba dando pena, porque cuando ve que no tiene razón, se hace la víctima. Este momento es casi aún más odioso, porque me acaba dando pena. Y encima el tío quiere que sea su analista!!!, preguntándome lindezas como : "crees que soy sarcástico? No lo intento ser". Y yo: "esto no es tu terapia, Griego, pero cuando te maileo diciendo que te quedan tres informes retrasados por terminar no se me contesta con un "I know!". Sí, seguido de exclamación.

El egipcio viene a supervisión con disculpas (ya sabe todo lo que tiene retrasado, ya sabe, ya sabe) y elogia cómo huele mi oficina, "mmm, que infusión tan agradable" (como diría un naufrago mío: "a la abuelica con pistolicas de agua"). El griego viene con la espada, y cuando ve que la única posible es la de Damocles que tiene encima de su cabeza, se hace el pajarito en apuros. Y mi trabajo no es ayudarle en sus inexistentes habilidades sociales, no tengo yo la culpa de su Asperger.

Buf... me quedan otros seis meses de griego y otros tantos de egipcio.

No puedo esperar al inglés.

20 mayo 2011

Malas semanas para la lírica

Desde que llegué de vacaciones, vivo sin vivir en mí. No es nada ni medianamente interesante (ni tan alta vida espero) sobre lo que se pueda divagar: es trabajo. De repente, se juntan deadlines (?plazos de entrega?, apologies por el anglicismo pero es que me gusta lo de dead-line, por el dead, se entiende), presentaciones que se aceptan hacer hace mucho tiempo en un día de esos lavidamesonríe (y que, sorprendentemente, el cabrón día llega), un curso de aquellos de ver DVDs soporíferos para puntúar (esto es el highlight, imagine), y más.

Pero... ta-rá, todas estas cosas, evidentemente, son para hacer por la noche porque a lo del día se le llaman "trabajos forzados". Y la noche (me podrán robar tus días, tus noches... también, que decía sabina), ese ratito que dedico a divagar, o a ver pelis, o a leer novelas, pasa a ser territorio tomado por el highflying.

Para muestra un botón. Ayer por la noche Di, llena de energía: "no divago, hoy me leo el plan del gobierno sobre el NHS en los siguientes 5 años para la presentación". La realidad es que Di y su carne débil acabaron buceando por internet, -al principio informándose, luego ya en franca obsesión-, intentando encontrar más y más datos sobre las movidas en las plazas españolas del grupo "Indignados/15M", incluyendo twitter (que de hecho casi solo uso para informarme, más que para comunicarme). Tal fue la movida que se leía, y no precisamente entre líneas que, en mi frenesí, hasta busqué a ver si los indignados fuertes en la Plaza del Pilar tenían ya su #acampadavetusta, y acabé siguiendo a un "Tomad las calles" que ya me sigue a mí (pobre).

Total que hace un tiempo hablé de las Revueltas en Londinium del pasado otoño, o de la mani en contra de los recortes de lo público de la que fui reportera en primera línea (no precisamnete de barrikada, pero hey). Y en múltiples divagues creo haber dejado claro que, de haber estado allí, espero haber tenido la fuerza de sentarme en las plazas como la que más, o de haberles acercado algo de pan y muchas rosas a los perroipads, como los han llamado en twitter.

Los medios británicos se están haciendo eco (aquí The Guardian, aquí la BBC), y siempre es refrescante leerles, particularmente si se compara con los comentarios elevados de sesudos tertulianos peninsulares. Pero no todo es internet, aquí tambien está la vida. Ayer caminaba con Mini y una mujer en bici increpó a otra llamándola "egoísta". La increpada, con mechas no precisamente de L'Oreal y gafas de sol muy fashion, estaba al volante de un BMW descapotable, con dos niños rubios de uniforme, para su "schoolrun" de cada mañana, cuando la distancia al colegio es perfectamente andable. Aún así, la barbie elige molar en su cochazo y cerrarle el paso a una ciclista en una medio cuesta. Ante esa imagen, Di entra en tarifa-plana-de-divagandodivagando, yo solita, por la calle, e imagenes apocalípticas de este mundo que se nos cae a piezas pero que no estamos dispuestos a cambiar pasan ante mis ojos. Y es que la gente se pone histérica porque le bajen el límite de velocidad a 110, y en la oficina voy apagando luces que se dejan en habitaciones vacías, y en Vetusta han puesto un tranvía y tuve que oír, en una conversación de noche de copas a uos vetustianos que "a ver porqué no estimulaban la industria automovilística y hacían más aparcamientos en el centro, en lugar de un tranvía".

Cómo se relaciona todo esto con los #spanishrevolution, con los acampados, indignados, perroipads? Bueno, pues está claro. Pero es que yo me he propuesto el divague de hoy como el último en un tiempo mientras me tranquilizo y puntúo todos esos DVDs.

Malas semanas para la lírica, en todos los aspectos. Nos vemos en los bares.

29 enero 2011

El arte de la compra venta III: La transacción

Hubo un tiempo en que las transacciones en cuanto a la compraventa de ganado se hacían en los mercados que a lo largo del año y de la geografía se celebraban en este país. Uno podía ir a Santander o a Talavera de la Reina a comprar terneros y volver a casa con un camión cargado. Era un tiempo en el que los animales no iban marcados, había que tener mucho ojo, mucha mano izquierda y ser más listo que el hambre. Si no entendías te la daban con queso. Los pagos se hacían en duros y al contado y un apretón de manos o una palabra dada valían más que cien contratos. Cuentan que mi padre si veía un lote de terneros que le gustaba iba al dueño y le ofrecía una cantidad más elevada de la cuenta. El dueño por supuesto se hacía el remolón, jugaba su papel, aunque sabía que era un muy buen precio. Mi padre entonces decía que iba a dar la vuelta por el mercado y que luego volvería. Por supuesto que, en ese rato,  no había nadie que diera por esos terneros lo que había ofrecido mi padre, así que el dueño iba diciendo que no a las ofertas que le hacían otros compradores. A punto de finalizar el mercado, mi padre volvía y al ver que el tío no había vendido los animales, le ofrecía menos que los otros compradores. Si el buen señor no quería volver a casa con los animales, se los vendía a mi padre. Cada uno tenía sus trucos.



Hoy en día la cosa se ha simplificado mucho.  Así este año he hecho alguna transacción con mi broker:

- Niño, mándame unos terneros,
- ¿Cuántos necesitas?
- 50 más o menos, pero que no sean calendarios (flacos)
- Que no, que serán buenos...
-¿Y precio?
- Cuando los vea te lo diré.

Por lo general son terneros comprados en la montaña a distintas casas, de distinto tamaño, distinto precio y diferente calidad y por supuesto diferente resultado.


También he comprado un toro, bueno ahora es sólo un novillo, pero apunta maneras. Es un limousine sin carta (sin pedigree) con muy buenas formas, patas finas y es francés. No tuve que ir a ningún mercado, ni preseleccionarlo. Simplemente le dije a mi Consultor:

- Dile a tu broker, que me busque un novillo francés para cubrir a las vacas (también se dice para monta).

Así que un día me dijo:

- Mañana te envían el toro.

- ¿Cuánto costara? - dije yo.

- Aún no lo sé, ya me lo dirán.

Así llegó Manolillo, que es como Tito lo bautizó, a pesar de que yo le sugerí François... De esto hace más de un mes. Todavía no lo he pagado.



Mi última transacción han sido 20 novillas para madres (Manolillo se pondrá las botas). La cosa fue de la siguiente manera. Mi vecino tiene vacas y toros (con carta), así que le dije:

- Jose, de las terneras que te nazcan este año guárdame unas para mí, para madres.

No tuve que darle ni el 50% por anticipado, ni me pasó un presupuesto, ni nos dimos la mano. Era un "pacto entre caballeros" y la sola palabra bastaba.

- Ya vendrás tu a triarlas - me dijo.

Que horror pensé, si no tengo ni pajolera idea.... cómo las voy a triar... a lo mejor me llevo el macho y el descojono es general. Será mejor que el día en cuestión vaya con mi Consultor y con Tito a elegir los animales.

El día de autos  vamos todos a la explotación ganadera de Jose.

- Diva, te he apartado ese lote para tí, a ver que te parecen  - me dice Jose.

El muy cabrón ha puesto al lado de las que me señala un lote más joven y por tanto más pequeñas por lo que las que él me ha elegido se ven mejores.

- Bah! - digo yo - Tampoco son tan buenas. Hay alguna floja.

- Que si no las quieres, me las quedo ¿eh?. Que yas sabes que las tengo vendidas - me aprieta. Va a ser duro de roer.

- ¿Qué te parecen Tito?

- Yo ya las había visto. A mi me gustan.

Que le gusten a él es fundamental, porque las tiene que cuidar. Otra cosa es que diciéndolo no me ayuda en la futura negociación del precio. Intento echar mano de mis Consultor.

- ¿Cómo las ves?

- Hay una que no tiene buena cara, cámbiamela por esa otra- le dice al comprador. Me quedo a la espera de que encuentre algún otro defecto que rebaje el precio y le oigo concluír:

- La verdad es que es un lote majo.

Pe...pero... ¿dnde ha quedado la picardía, el ser espabilado, la mano izquierda? ´¿Qué fue del regateo? ¿Cómo hemos podido perder tanto? ¿A quién se le ocurre alabar una compra? Claro como la que voy a pagar soy yo...

Joder, vaya mierda de ayudantes me he buscado, así no conseguiré ni un duro de rebaja - pienso. Así que despliego mi artillería:

- ¿Cuánto pides por ellas? - Le pregunto al dueño.

- Tantos miles de pesetas.

- Será iva incluído.

- Sí hombre... no me jodas me dice.

- Yo te daría tantos menos - Siempre hay que hacer una oferta de la que una se avergüence.

- Bah, hombre bah... si ya te han dicho que es un lote majo.

- Pues baratas no son - le espeto. Me las has de rebajar. A ver si va a ser esta la primera vez que compro algo sin que me lo rebajen un poquito- miento.

- Que no, que no... que te doy buen precio.

- Habérmelas vendido en diciembre  tal y como quedamos y te pagaba eso. En enero esta todo de rebajas. A ver si con las crisis voy a comprarlas caras. Sácame algo...

- Te ahorrarás el porte que te las llevo yo, están adaptadas a la zona y son de toro con carta. Son baratas Diva

- Joder! - suelto algun taco. Ya pueden ser baratas no les has dado nada más alfalfa y están muy flacas... En cuanto a la adaptación y como yo no tengo alfalfa, me podrías mandar con el camión un remolque de alfalfa, para que el cambio en alimentación no sea tan brusco y tal... - intento sacar lo que sea.

- Cagondios!!! no se puede tratar con mujeres.

A pesar de intentarlo no conseguí que me rebajara ni un duro. Eso sí al Consultor se le han acabado los almuerzos..





27 enero 2011

El arte de la compraventa II: Los contactos

Nos quedamos en que Diva, a pesar de su escaso know-how iba capeando lo que se le ponía por delante. Muchas veces sin diferenciar, pero capeando.

Terminamos haciendo hincapié en la utilidad de los contactos. Algunos lectores confundían contactos con enchufes. Pero no va por ahí la cosa. Diva habla de contactos refiriéndose a aquellas personas que le aportan algo de luz en su labor de Diva-quera que tan acertadamente apuntaba mi encontrado NáN.  

Pues bien, la Diva-quera posee también algún contacto que le ha sido de gran utilidad:

Broker - Mi broker es de un pueblo remoto de la montaña. De la vieja escuela. Siempre, me compra terneros "buenismos", majos y baratos. Me dice que no son "jesuitas" es decir, flacos y que ya veré como me van a ir bien. Le tengo cariño por la amistad que tenía con mi padre, pero cada vez que le compro me mete en un lío de facturas, de nombres o de cantidades. Hasta la fecha su suministro me ha dado más pena que gloria.

Consultor - También me recuerda a mi padre Se parece a él en la forma de ser, en los gestos, en las palabras. Le pago en almuerzos. Pocos, la verdad. Por eso no le puedo exigir mucho. El mismo me dice que para lo que le pago aún hace demasiado. Me fío de él. Yo creo que me tiene mucho cariño, pero no es capaz de demostrarlo. Va de duro.

Tito - Es un self made man. Es listo, sabe mucho y es asalariado mío. Aunque a veces no está claro quien trabaja para quien. Lo que sí está claro es quien lleva el mando: ÉL. Se quiere jubilar, pero como ha votado a ZP no puede hacerlo hasta los 67. Enriquece el vocabulario de mis pollitos pues sabe jurar en todos los idiomas y a mis pollitos les encanta oírlo.

Grandes Corporaciones - Ganaderos que a mi lado son como el Banco Santander al lado de la Caja Rural. Tienen miles de cabezas de ganado y me van chivateando cosas. Mis problemas le parecen nada porque ellos los han tenido mil veces y saben como solucionarlos. Lo que daría yo por saber lo que saben ellos. Les enviaré mi CV para ver si me cogen en prácticas este verano.

Competencia - La competencia vive en casa. Son mis vecinos. Grandes amigos de Tito y de entrada buena gente. Conocen las entrañas de mi granja mejor que yo. Mejor llevarse bien con ellos. En alguna ocasión me han ayudado mucho. 

Organismos oficiales - Con la Iglesia hemos topado. Cuerpo de funcionarios, veterinarios. Conozco a gente que le han amagado la existencia. Hay algún ganadero que los esperaba en su granja con escopeta. Por lo general se han portado bien conmigo y si he tenido un problema han intentado ayudarme. eso sí, hay uqe ser sincero e ir siempre de cara

Conductores - Los chóferes de los camiones. Estos son los que tienen toda la información. Sabe lo que hace cada uno, lo que ocurre aquí, allá, a quién compra fulanito, a quién vende el otro... Es un recurso que tengo poco explotado y al que le tengo que dedicar más tiempo

Llega el momento real, la TRANSACCIÓN. No todos intervienen en ella pero el papel de los actores principales no tiene precio.