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27 noviembre 2017

"Red Star over Russia": Por la noche en la Tate Modern

El último viernes de cada mes la Tate Modern hace "lates": está abierta hasta las 22:00, hay una serie de actividades y barras de bar por todos los lados. El viernes 24 era la noche para celebrar la exposición "Red Star over Russia" ("Estrella Roja sobre Rusia"), una Revolución en cultura visual (1905-1955). Las actividades estaban relacionadas con Rusia: charlas, documental en continuo (puedes entrar y salir como quieras), vodka (supongo en las barras), cabaret (más bien un teatrillo, terminaba cuando salimos de la expo) y lo más característico, mujeres vestidas con monos de trabajo y panuelos rojos en su cabeza que dirigían algunas de las actividades en grupo. Por ejemplo, en medio de la Turbine Hall de repente empezó a sonar La Internacional y un corro gigante de gente de las manos hacían pasos dirigidos por ellas. O a la entrada de la expo, una mujer de esa guisa hacía de modelo (siempre en posiciones revolucionarias), y la gente osada (Mini) las dibujaba. O más tarde, también en la Turbine Hall, estas mismas mujeres dirigían una sesión de "Fiskulturnik" (ejercicio físico copiado de viejas grabaciones soviéticas): una llevaba un megáfono, otra sacaba carteles con lemas marxistas "Trabajadores del mundo, uníos", y por fin la que hacía los ejercicios-muy energéticamente- a la que los pobres londiniumses cansados tras una semana laboral intentaban seguir. 




La exposición me encantó-bien es conocida mi pasión por la imaginería soviética; en particular la última sala con pósters de propaganda. En su mayoría la exposición proviene de la colección personal de un diseniador gráfico, David King, que comenzó a coleccionar todo tipo de piezas relacionadas con esta época en Rusia, y terminó con unos 250,000 objetos. En la exposición hay cuadros, fotos, recortes de revista o periódicos, objetos personales.

Ya comentamos en la serie de viajes Rusia, o en el divague sobre la exposición del Museo de Disenio, que muchos artistas creyeron que el arte o la arquitectura eran herramientas de cambio. Hasta entonces, el arte había estado colgado en las paredes de las élites: a partir de ahora, el arte se hizo accesible a millones gracias a impresiones, posters, tarjetas, etc. Esta iconografía llegó a gente a lo largo y ancho de la URSS: compartieron un lenguaje visual. 

Posters en diversos idiomas se pusieron por las calles, estaciones, fábricas: el mensaje era que la Revolución estaba poniendo el poder en las manos de los trabajadores. Había también trenes de "agitprop" (agitación y propaganda, me encanta esta palabra), con vagones con cine, o para exposiciones, clases, teatro... y llevaban el tema de la Revolución a zonas lejanas. 

En la última sala están mis posters favoritos, de Nina Vatolina, con mujeres "empoderadas". En la mitad del SXX, el "realismo socialista" dominaba la cultura visual de los URSS-una uniformidad que comenzó a ser rechazada por artistas como Kababov tras la muerte de Stalin en 1953 (hace un par de semanas, precisamente, vi la comedia-sí, comedia- del mismo título, dirigida por Armando Iannucci). 

Pero algunas imágenes valdrán más que un divague muy largo, así que aquí termino. Antes de irnos nos columpiamos un rato en la última instalación del otro lado de la Turbine Hall de un tal Superflex: "Un dos tres columpio!", mientras, en el fondo, la mujer del megáfono sigue increpando a las masas a seguir con Fistulturnik intensivo: Un dos tres, y arriba!
















07 noviembre 2017

100 años

100 años depués, y me sigue fascinando su iconografía... 













Y así lo vimos la pasada primavera, en primera persona: RUSIA en el divlog

08 mayo 2017

Sobredosis de arquitectura: Skygarden (Walkie Talkie), Bush House e Imaginando Moscú

Hoy ha sido un domingo que, inesperadamente, ha salido redondo. No solo porque la preocupación por las votaciones del país de la Marsellesa (algún vecino la ha estado cantando) ha quedado en susto (cómo se abraza, cuando desesperados, el mal-menor), sino porque a veces, sin proponértelo, te queda un "día temático".

Hoy a media mañana ya habíamos despedido a Sori y Lisi en la estación de Liverpool Street: tras un mes de "cocina cinco estrellas" (Mini dixit) se han vuelto (exultantes) a Vetusta. Libres! (debían pensar). Los imagino haciendo un "choca esos cinco" cuando han embarcado. Pero han sido cívicos y asegurado que no los hemos maltratado mucho. Mini se quejaba "de los tranquila que está la casa ahora". Prefiere el salseo: sobre todo el del finde pasado que estaban hasta Fashion y Parras. 

Skygarden
Nuestra primera parada ha sido en el Skygarden, que es exactamente eso: un jardín en el cielo, o más bien en las alturas. Cuando hicieron el famoso Walkie Talkie, el ayuntamineot les dijo que debían hacer un espacio público, para "esparcimiento del populacho" (digo yo). Así que en lugar de una plaza abajo hicieron un gigante ático mirador con un café (asequible), un bar y un restaurante, enmedio de una especie de jungla. Merece la pena, y nosotros nos hemos presentado así, con una mano delante de la otra, y nos han dejado pasar (había una fila de los que habían reservado: aj, el ser VIP sin razón alguna). 

Bush House
Tras un té con pastel hemos vuelto a las calles: el bus 15 nos ha llevado hasta Alwych donde está Bush House (construída en 1919 para un empresario americano, Irving Bush, y que fue en esa época el edificio más caro del mundo-costó £2 millones), que a partir de ahora será la Facultad de Empresariales de Kings College London. Bush House fue hace tiempo la central de los servicios mundiales de la BBC (BBC World Service) que se comunicaba con 200 millones de personas en 40 idiomas, con figuras como De Gaulle y Churchill emitiendo desde allí. Su cantina se dice que fue la inspiración para Orwell (que trabajó aquí como productor entre 1941-1943) para la del Ministerio de la Verdad de "1984".

Domingo, está todo desierto, y la facultad no abrirá hasta Septiembre, pero merecía la pena intentarlo: le he contado mi vida a un recepcionista, a ver si nos dejaba pasar "a enseñarle a nuestra hija la cantina de 1984". El pobre ha preguntado a su supervisor, y que yo era ex-alumna y que le cantaba La Traviatta si se requería, o contaba el final de "Animal Farm" pero no ha colado. Que vuelva en Septiembre. Menuda soy: volveré. 

Design Museum: Imagining Moscow
Del 15 al 9 (buses) y por fin estamos en South Kensignton, donde han trasladado hace poco el Museo de Diseño (edificio que me daría para otro divague, pero tengo sueño). Como todo es Rusia, con aquello del aniversario, estos han organizado una exposición sobre siete proyectos de los soviets que hubieran cambiado la ciudad que hace poco he conocido, pero que no fueron. Me limito a enumerar y a enlazar con el artículo del Guardian que se lo ha currado:

1. Cloud iron (Nube de hierro), El Lissitzky, 1924
Se trataba de "rascacielos horizontales" para sobrellevar el problema de sobrepoblación y trasnporte de Moscú. 

2. La ciudad del sol (Ivan Leonidov)
Basado en al utopía de Campanella, se trataba de construir una ciudad vallada concéntrica, con distintas sabidurías del centro (sol) hacia el exterior. 

3. Comuna, Nikola Ladovsky, 1920
Este proyecto buscaba la emancipación de la mujer como objetivo. "The proletariat must destroy the family as  a prime device of oppression and exploitation". Los niños se educarían en guarderías y las mujeres, fuera dle hogar, solo tendrían que pensar en su desarrollo personal. 

4. Fábrica de la Salud, Nikolai Sokolov, 1928
Para trabajar mejor, hay que descansar. Esta fábrica de la salud estaría a miles de kms de Moscu en el Mar Negro, y alli irían los trabajadres a "desconectar". Alguien ha visto "The lobster"?

5. Comisariado de Industria Pesada, Hermanos Vesnin, 1934
Exactamente como suena: vean las fotos del Guardian. 

6. Palacio de los Soviets, Boris Iofan (1931-1933)
Todo empezó con la primitiva iglesia de Cristo Salvador (1883), que los soviets se cargaron (hay un video donde se ve como la detonan en 1931). La construcción empezó en 1937 pero se interrumpió con la invasión alemana en 1941. El acero de su esqueleto se usó en puentes y fortificaciones, y en su lugar se hizo la piscina más grande del mundo" (1958). Hay tambien un video histérico donde, todo nevado, y la gente se mete a la piscina sonriente (claro que sale vapor, en serio calentaron eso?). Da risa porque en un punto hay bastantes nadando como en un spa y una barca hinchable con tapados vestidos hasta los dientes, con gorros de piel y barca nevada, remando...

El edificio era demencial: iba a ser mas alto que el Empire State y tener ens u cúspide un Lenin de 100 metros (estaría casi siempre en las nubes) en su pose habitual, con el brazo extendido. Hay un dedo en la exposición de pongamos 3-4 metros que da la idea de lo que iba a ser la estatua. El rollo religioso que tenían con Lenin da miedo. 

Trsitemente, la piscina desapareció y con la caída de la URSS, en 2000 se dejó que la iglesia horrible aquella fuera construída. Y ahora está tan concurrida. Señorrr. 

7. Mausoleo de Lenin, Shchusev, 1930
Hubo un concurso y ver las locuras que se presentaron es otro ejercicio aconsejable para la hora de la siesta del domingo: yo me voy, con cuidado de no tener esta noche pesadillas. 






18 abril 2017

Nos vemos, Rusia y traca final (atrapada en el aeropuerto de Estocolmo) (R11)

Martes, 18 de Abril de 2017 (San Petersburgo-Estocolmo-Londinium Heathrow)

Los Jekes, Fashion y Kuñado, son los primeros que se van: vuelan por la mañana. Di, Madre Universal Siempre Dispuesta a la Preparación del Sandwich-de-Tránsito, por supuesto da la brasa eterna ("os hago unos de queso?"), pero caso omiso. Ay! Pobrinos, cómo se van a arrepentir en horas venideras. Desayunamos en familia, dando cuenta a lo que queda, sobre todo aquel increíblemente espeso yogur ruso, al que le echamos muesli y frutas del bosque congeladas. Preparo los sándwiches que me dejan-o sea, los del grupo que se vuelve a Londinium, que somos el resto. Sin embargo, quién me iba a decir que yo, alguna vez, acabaría corta en materia snacks en un viaje: pues ocurrió, gentileza de SAS, la "civilizada" compañía escandinava que me hace aún mucho más amar a Aeroflot. 

Pero antes: el Peda, Sori y yo salimos a dar un último voltio ("palabra vintage" dijo alguien el otro día, o fue "palabra caspa"?) a la entrada de Nevsky, para que mi madre se haga con esas muñecas rusas para sus amigas y algún imán de Yuri Gagarin. Entonces, la que están montando en la Plaza del Palacio!!! La orquesta del ejército de (quiero poner de Salvación, pero no, aunque sería un buen punto, cuatro abueletes gastados ahí con trombones) loquesea tocando marchas militares. El director se pone histérico, parece que cometen errores. A nosotros nos da para un buen fotográfico, y si no fuera por la porra que es blogger para el vídeo, os lo pondría. 



Para entregar las llaves del piso viene Irina, que nos cuenta que es originaria de un pueblo del Oeste de Siberia, donde aún viven sus padres, y las temperaturas llegan a -40. Pero, ¿hay diferencia entre -40 y -20, Irina? ... ¿no llega un punto que el frío es tan terrible que...? Sí, hay diferencia, se ríe Irina. El caso es que a esas temperaturas no se puede respirar en la calle, hay que hacerlo sobre tu bufanda, por ejemplo. Asombro, sal de mí, porque yo no puedo salir de ti: por qué la gente no emigra? Por qué sigue habitado? Irina vivió seis meses en Madrid,  y se volvió!! 

El taxi que nos lleva al aeropuerto es el mismo que nos trajo, y disfruto del viaje, porque vemos esa otra Leningrado que nos ha quedado oculta por estar tan en el centro, en la ciudad imperial. No tiene que ver nada con Moscú en cuanto al número de edificios estalinistas, pero sí que pasamos frente a la "Casa de los Soviets" en Moskovsky Prospekt. Mis fotos son muy malas, así que mejor entrad en el enlace, pero no me resisto a poner la estatua del Kamarada Lenin en la plaza anterior porque amo su gesto así con el brazo, que desde este ángulo yo veo algo desganado. La construcción de la Casa de los Soviets empezó en los 1930s, con la intención de que estuviera fuera de la zona imperial por, aparte de las connotaciones, estar frecuentemente inundada. Iba a ser la sede del gobierno soviético, pero en 1941 fue fortificada, cuando invadieron los nazis, y fue un fuerte de mando del Ejército Rojo durante el terrible "Sitio de Leningrado", dicen que el que más muertos se ha tomado en la historia, durante 872 días. 

Un poquito más adelante, en una gran rotonda de la misma Moskovsky pasamos por un conjunto escultórico típicamente revolucionario: "El Monumento a los Heroicos Defensores de Leningrado", tras el Sitio. La plaza se llama Ploshchad Pobedy y la foto no es -evidentemente- mía...



Y ahora -como dice Mini cuando le estoy corrigiendo los deberes y nos acercamos a la parte que no sabía hacer y se ha aventurado-, viene donde la matan. El taxista de la furgo verde nos deja en el aeropuerto, que viene siendo el mismo melodrama de detectores de metal de bienvenida, múltiples seguridades, y tomarnos un café con bollo (sin alardes, esta vez), a la vez que paso por baños para ir quitándome medias interiores, camisetas profundis, hipodermis y sus capas adiposas. Primer vuelo cortito, a Estocolmo, donde nos dan té y sonrisas, y comemos nuestro sandwich de salami. Hay cierta tensión porque tenemos apenas 40 minutos para trasbordar a Londinium.

Estocolmo, aeropuerto: tenemos un problema. Muy perfecto y organizado señores suecos, pero su aeropuerto es un horror. Nos dan en el vuelo las puertas de transfer, pero al llegar todo es complicado: las pantallas de puertas se suceden demasiado rápido, hay que encontrar la puerta de donde saldremos de esa terminal que vaya a la otra, de donde sale el vuelo, que a su vez sale de otra puerta con distinto número, tengo que rellenar mi botellín vacío de agua en alguna fuente, Mini ha de ir al baño. Terminamos retrocediendo y juntándonos con un pequeño grupo al lado de una de esas persianas enrollables semitransparente que se atan con candado abajo. Podemos ver a través de sus rejas nuevas salas vacías. Por fin, tienen a bien llegar unos tres miembros de la plantilla de aeropuerto y nos hacen pasar por una seguridad que tienen ahí montada, al lado de la persiana. Venimos de transfer, y vamos con prisa, pero les da igual, hay que correr a desembarazarse del agua que hemos rellenado en esa fuente del propio aeropuerto y quitarse zapatos, cinturones y bailar un sirtaki rápido. 

Por fin, pasamos y tenemos que bajar la friolera de dos pisos por una escalera de caracol imposible (llevo a Lisi y Sori, con maletas de mano: en serio lo que ofrecen es una escalera de caracol de madera? Aquí tiene que haber un error). Una vez abajo, estamos solos bajo una pantalla y hay que llamar por un intercom para que  te venga a buscar un bus. Todo el mundo ha desaparecido, aparte de un chico, y en la pantalla de esa sala solo hay un vuelo a, no sé, Sebastopol. En ese momento tengo uno de mis terribles momentos impulsivos: esperad, subo a ver qué pasa. Precisamente hay un ascensor (que no hemos accedido para bajar, maldita caracol), así que ni corta ni perezosa me subo ahí. Una vez dentro, el ascensor sube y no para en el nivel superior, sino que me deja otra vez al otro lado de persiana enrollable, donde ya se han ido todos, y hay solo un par de nuevos orientales llamando por otro intercom. Me diy cuenta que ese ascensor es para personal solo, y que no va a volver a bajar donde tengo la familia... y que yo estoy encerrada, de nuevo, fuera. Ellos no saben nada, y el momento adrenalina chorreando por las orejas es épico. 

Les arrebato el telecom a los orientales y le grito mi situación a quienquieraqueesté allá. Estoy atrapada! Vuelo en 20 minutos! Tranquila, le mandamos a alguien de seguridad, estarán en camino enseguida. Vamos!!!! Por supuesto, alguien aparece al rato sin ninguna prisa, y me hace pasar de nuevo por todas las pautas de seguridad, y por fin puedo abrazarme a mis seres queridos que llevan un rato sin entender nada. Por supuesto el  bus llamado por el intercom que llevaba a Sebastopol ya vino y se fue con ese chico, lo llamamos de nuevo, y al poco tenemos servicio solo para nosotros hasta otra puerta, donde hemos de encontrar otra pantalla, que nos diga qué puerta de embarque, en nanosegundos, y otro grifo... y bueno: embarcamos. Exito. 

Y aquí terminan las vacaciones, como siempre algo accidentadas de los Pedalistas, esta vez featuring los Pedalistas Extensos. Del último vuelo nada reseñable, aparte de que el Peda, hombre que ni siente ni padece, pregunta si queda "pan" incluso sin relleno (hambre, alguien?) ya que los nórdicos SAS siguen ofreciendo solo simpatía y té. 

Hasta el próximo viaje, osada creme de divagantes que se atreve con la subsección viajes del divlog: gracias por estar ahí.



17 abril 2017

Lo que viene siendo un divague (se recuerda tirando a poco) y el Peda superhéroe (R10)



Lunes de Pascua, 17 de Abril de 2017 


Este es nuestro último día completo en San Petersburgo, y ya no me acuerdo de nada, seamos honestos. No ya de lo que pasó, sino de lo que he ido contando (por ej, caí que le día de los guantes en gorro fue el del mercado, no cuando os lo vendí...). Así que este divague va a ser muy piano piano, en plan os comento cuatro fotos de las que tal vez ya habré divagado, y en vuestra paciencia infinita,  o saltáis el párrafo, o el divague.

Por ejemplo, la puerta. Yo seguro que hablé de la relativa pobre presentación de la puerta del edificio del apartamento en Leningrado. Que Fashion me lanzó, no solo mirada, sino frase de reproche ("dónde nos has metido, Di?") . Pues aquí la tenéis: una imagen. No exageraba, no? 


A continuación una instantánea del "Dormitorio del Matrimonio Arnolfini", donde nos tocó bailar con la más fea a los pobres Pedalistas . Todo muy imperial.








Hoy salimos a Nevsky Prospekt, desde el principio en Almirantazgo, la arteria principal de la ciudad. Ahora que estoy leyendo algo de historia sé que las mujeres de los soldados se manifestaron en esta calle el 8 de Marzo de 1917 pidiendo comida para sus hijos ("Pan!"), y que así empezó todo. 

Pasamos otra vez por la Singer, y llevamos a la parte del grupo que se había dado en retirada el día de la Operación "Tormenta de Nieve" a la Eliseyev Emporium, nos metemos en unos grandes almacenes, Gostiny Dvor, construído a mediados de SXVIII nada menos. Más o menos enfrente hay otro, una de esas arcadas de galerías a menor escala que GUM en Moscú llamado "Passage", cuya parte de abajo, con el techo acristalado es todo glamour y savoir faire, pero a mí la que me atrapa es la de arriba (que subo a explorar porque Mini requiere baño). De repente, te encuentras con una especie de bazar fuera de contexto: o sea, en los pasillos de techos elevados sigue habiendo decoraciones en las cornisas, moldes para las lámparas y demás, pero debajo es como si una versión menos salvaje del Uldenaya textil se hubiera hecho fuerte allí. Abrigos, anoraks, mallas, medias, gorrors (sí, miles de gorros!), jerseys de dudodso colorido neón, zapatos... en fin.  Todo está allí. 







Por la tarde, parece que no hay más remedio ya que ir a la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, otro de esos magnificients que dan mucha pereza pero que están ahí, justo enfrente del Hermitage (de casa) y que parece que no deberíamos evitar. El paseo hasta allá es agradable, por la calle Saldovaya y luego los campos de Marte, donde hay otra llama del soldado desconocido, y donde Mini vuelve a pasárselo en grande con la nieve. 


Pequeño detalle, para llegar a la fortaleza hay que cruzar el Neva (puente Troitsky, por el que dicen tiraron a Ras-Ras-Rasputin), lo que significa que llegamos a la otra orilla totalmente pajaritos, y una parada técnica se hace imprescindible. Hay un restaurante bar que está muy bien, donde cada uno se come lo que puede (el Peda y Fashion, los más animados con esas brosch rusas de remolacha o lo que surja). 

El inmenso Neva

Repuestos y tras ver la fortaleza (que os ahorraré), terminamos en uno de esos barcos turísticos que recorren la ciudad. Es curioso porque en esa hora navego mi amado Neva, surcamos el Fotanka, tal vez el canal Kryukova, el Moyka y atravesamos la ciudad por sus múltiples canales, dándonos una perspectiva diferente del resto de los días caminando. Lo más notable del viaje, sin embargo, es que el Peda vuelve a ofrecernos en directo sus superpoderes. 

Cubierta pasando bajo un túnel-y el anciano
El barco está acristalado y la gente normal va viendo la ciudad a través de los ventanales. Sin embargo, hay una pequeña parte descubierta arriba, que imagino hará las delicias a las hordas de Julio, pero que en este momento está vacía-aparte de Els Nens, y la nena. Están animadísimos a pasar una hora fluctuando entre -3 y 1, en la cubierta, nos aseguran tanto Ku, como El Peda y Mini. Pero, ay, destino, se les unen otro par, un anciano venerable despistado, y su hija. 

El barco, en su singladura, atraviesa numerosos puentes, y hay una cartel en ruso que debe avisar que la gente se agache. Sin embargo, la vida es bella! Mira qué mezquita con la cúpula azul, y sus estrellas! Mira la sangre derramada, que vimos aquel día, atención aquello... atención, atención... y aquí entra nuestro héroe. Mientras que el anciano venerable probablemente señala un friso, el Peda se lanza sobre él en el último segundo, derribándolo al suelo, y salvándole de un tortazo fijo, y quien sabe de caída al agua (esto le ha valido condecoración y el título de "Héroe de Bank"). Parras queda en shock, temblando (tal vez de frío viene a contarlo) y lo mejor... el hombre ni hace mención de haberse dado cuenta, sigue sentado en el suelo con su visita como si nada! Un tema de Salud e Higiene que seguro en UK no dejarían pasar así como así...



El barco nos deja, horror, en la maldita Fortaleza, y hay que caminar de nuevo a casa, cruzando dos puentes del Neva! (a través de la isla Vasiliesvsky). Se ve todo ahí enfrente, pero las inmensidades lo hacen otra hora de paseo, eso sí... con imágenes como esta... 


En casa, se juega la segunda parte de "la batalla de los arroces" y restos, porque mañana... se acaban las vacaciones. 

16 abril 2017

Boom! El Aurora anuncia el asalto al Palacio de Invierno (R9)

Domingo (de Gloria), 16 de Abril de 2017


Dijo Fashion el otro día, cuando sometí a toda la familia al palizón de fotos de Rusia en la pantalla de la tele, que "el día de la universidad fue el peor del viaje". No. Lo siento: el peor fue este, el día del Mercado de Uldenaya, uno de los "rastros" más grandes del mundo, y donde pasé uno de los fríos más horrorosos-incluimos la Laguna Colorada. 

Hay que ir en metro, y se llega a una especie de desolación, al norte de la ciudad, atravesada por vías y, según dicen, cercana de un manicomio local. 



Para entender cómo acabamos en Uldenaya, hay que conocer a Parras, el Kuñao que "fríe huevos fritos". Mi Ku es, a decir de mi hermana, mi alma gemela en algunos aspectos. Uno de ellos es nuestro afán reciclador y anticonsumo (a ver, pónganlo entre comillas, lo sé, me flagelo: consumo). La diferencia entre nosotros es que él es muy habilidoso y de un palet de Tesco te hace un zapatero, e igual diseña en el ordenador que se baja al suelo a construir lo que sea. Le encantan las basuras, y cuando paseamos por las ciudades y ve un grupo de enseres (fómites, para mi hermana), escanea a ver qué se podría llevar para arreglar. Creo que hasta una vez se hizo con unos esquíes de aquellos de madera tipo Tintín. Así que hay que entenderlo: yo planeé Moscú, pero él ha sido nuestro guía de Leningrado y ha decidido que un mercado de las pulgas es el mejor lugar para pasar un domingo matinal. 

En su defensa diré que, para el fotógrafo del detalle, esto es un festival: hay absolutamente de todo, de todas las épocas. Antiguedades pre-revolucionarias, parafernalia militar de las dos grandes guerras, objetos kitsch,  monedas, pins, ropa vintage... bueno, tantas cosas que lo mejor será que el divague de esta mañana sea fotográfico:




Mi primer cassette!!! Con la funda y todo!!
Dejamos el mercado en hipotermia severa. Nos volvemos medio locos buscando, no sé, una hoguera, lo que sea. Por fin encontramos una extraña panadería donde nos hacemos fuertes en una esquina. Hay otros españoles incautos que también han acabado allí! Qué pasa, que hay más kuñaos sueltos!? No, a estos les ha llevado la guía! Breve reflexión sobre el perfil del turista: hemos encontrado comparativamente bastantes españoles e italianos. Dónde están los ingleses, los alemanes, siempre presentes en todos los sitios? Qué tiene Rusia que atrae a los mediterráneos? 

Por la tarde nos dedicamos a pasear por la isla de enfrente del Hermitage, y aunque ando perdida de dónde llegamos, las fotos en el metro, espectaculares:









Caminamos tal vez por Petrogradsky Distrikt? Qui lo sá... solo sé que pasamos tal vez por la Facultad de Medicina, por una trasera con las estalagmitas mayores de hielo ever, que paramos en el ritual supermercado para la auditoría Els Nens...












Y, por fin terminamos en el mítico Aurora, desde donde, a las 21:45 del 25 October 1917 un disparo señaló el asalto al Palacio de Invierno. 





Esta noche en el apartamento se trata de "la Guerra de los Arroces". Dos kuñados se enfrentan por los respetos y los honores de la famiglia sobre la perfecta ejecución del arroz. Hoy toca despliegue Parras, que hace... un arrocito... bueeeeno, un arrocito que no recuerdo ya ni la salsa. Solo que la traidora de Mini suelta -para hacer la gracia, sin gracia- "que el arroz que le hacen comer sus padres en Londinium no le gusta". Cría cuervos!!!

Aún así, dejamos que nos haga su espectáculo nocturno (hi guys!) y luego su tío le hace miedo... os es verdaderamente el fantasma de la Revolución que se infiltra en el dormitorio Arnolfini?