an

Mostrando entradas con la etiqueta Roc. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Roc. Mostrar todas las entradas

18 enero 2025

Ciática post-Roc

 
🐳 Ya han pasado casi dos semanas desde que volvimos de vacaciones de Navidad: voy muy tarde para mis "crónicas de Roc". Pensaba en la poca evidencia que tenemos los de mi generación de nuestra infancia: solo hay fotos, en mi caso no tengo ni siquiera videos. Bueno, hay uno: un familiar lejano tenía una Super 8 y me filmó una vez con 7 años bajando unas escaleras corriendo hacia la cámara en Puigcerdá. Lo recuerdo tan bien por lo inusual, por lo que me impresionó verme en la pantalla. Hasta recuerdo la ropa: un vestido azul marino de marinera que se llevaba en aquella época y con el que aún me hace bullying Tíovin.  Hoy lo niños tienen teras de imágenes, vídeos... y diarios? Eso no lo sé. A mí me hubiera encantado que cualquiera de mis tías hubiera escrito mis andanzas cuando tenía dos años y medio, así que aquí estoy yo, Roc.


Roc ha sido, de nuevo, el corazón de las fiestas, que no son lo mismo sin niños peques. De este viaje me quedo con lo mucho que habla. Supongo que estas expresiones solo me hacen gracia a mí,  que lo veo tan de cuando y cuando y cada vez lo siento despegar en el tema del lenguaje. Empezando por, claro, "Tía, te quiero", pero luego cosas como "muy mal, fatal", "me lo estoy pasando super-bien", "ayuda, Paaato!", "no te has ponido la coleta", "porque quiero hacer tonterías", "no veo la pupa". Jugando en el suelo: "sì, ya te lo enseño", "y falta este que està solito", "no se puede abrir, yo te ayudo... no puedo cerrar", "espera, te voy a dejar aquí esto", "mira lo que tengo....te voy a enseñar", "lo hemos perdido!". En el parque: " no tengas miedo, puedes bajar". Mini le dice: "eres un bully", y contesta, indignado:  "tù eres bully!". Cuando ve mi lengua azul tras comer arándanos congelados: "mira su lengua, papá... enséñale la lengua a papá, qué fea!

Luego está el mítico "a levantarrrr", que me encanta porque es el mejor ejemplo de que "la venganza es un plato que se come frío". Cuando yo era adolescente, venía la dulce hermanita Fashion, de 3 o 4 años a despertarme a los gritos de "a levantarrrr". Bien es sabido que a esa edad es cuando más sueño se tiene de la vida, y la muy petarda me estiraba de las sábanas hasta que me dejaba ahí y tenía que saltar de la cama. Pues bien: cuando llegó mi hija, aproveché para echársela a Fashion esas mañanas vacacionales, a los gritos de "a levantarrr". Me encantaba esa justicia poética. Ahora se ha cerrado el círculo: es Roc el que va a Mini con el sonsonete. Es maravilloso es duelo de titanes de esta familia. 
 



🐳En este momento sus divertimentos top son -aparte de Spiderman, ahí le tenéis de spiderman retro corriendo la sansilvestre- la bruja de Blancanieves (en la peli de 1937, siempre prefiere los dibujos antiguos) y Mary Poppins. Nadie daba dos duros por esta última, pero cuando estuvieron en mi casa por Halloween se la puse en el proyector y, por supuesto, se enganchó. Es una peli maravillosa y usé su banda sonora para calmarlo de una pataleta que tuvo la mañana que lo dejaron a mi cargo. 


Era el 23, y sus padres se fueron a comprar regalos -pese a que se había acordado una política de no-regalos para adultos. Nosotros bajamos al jardín a hacer "sopa" (consiste en echar palitos, arena, hojas y lo que surja en un barreño). Esto duró lo que duró (no solo por él, yo también tengo un límite) y entonces le enseñé el cobertizo, que es tal como en las películas: lleno de polvo y trastos, algunos alcanzarían un valor en tiendas de antiguedades. Roc, como el buen granjero que lleva dentro, alucinó con las herramientas y aperos de jardinería. Se hizo con un pequeño azadón primero y salió dispuesto a cavar; cuando se lo quitó mi padre, encontró un rastrillo metálico incluso más peligroso. Tras mucho forcejeo se lo logré quitar y tuvimos la de San Quintín. "Rastrillo!!! rastrillo!!! Mamá!!! Mamá!!!" berreaba el muy rascal. 

Para distraerlo me lo llevé al parque infantil, él sin parar de berrear (de cuando en cuando, ya a menos volumen, decía "rastrilloooo", memoria de elefantito). Lo que hizo la magia fue ponerlo en un columpio y cantar canciones de Mary Poppins (que yo me sé en inglés, cosas de tener hija inglesa): no muy decidido, pero se calló. Luego subimos al tobogán, en el que me explicó que "ahí estaba su barco" y "esto eran las olas".  Ahí salió a colación el Capitán Garfio, ya que estamos también en la "era Peter Pan". Yo le conté que le tengo un particular cariño a Garfio porque fue el personaje que interpreté en la obra anual para la festividad de San José de Calasanz en 4EGB (siempre me daban el papel del malo, por aquello de alta, quiero esperar). Tengo que localizar el traje rojo de capitán que me hizo la Yaya, le encantará. El sombrero me lo dejaron y el garfio quedó hecho una porra porque era cartón envuelto en papel de aluminio.

En un punto le dije: "Roc, vamos a ver el paisaje"! (porque hay un mirador al final del parque y se ven las montañas de fondo) y él: "síííí, vamos a ver el paijaje". Cuando volvimos y le contó a sus padres que había visto el "paijaje" fue con esa energía y emoción de los niños pequeños: qué sería la vida si la viéramos siempre con esa intensidad. A medida que pasan los años nos vamos desponjando poco a poco de esa sorpresa, de esa sensación de novedad, de la certeza que hemos descubierto algo único, hasta llegar a la adolescencia en la cual, lo chulo es precisamente que te deje todo "cool", fresco, que no te afecte, porque lo sabes todo. Pero al final en esto también hay grados: no serás como un crío de dos y medio, pero tampoco como ese cuñado de la vida adulta que está de vuelta de todo, y que disfruta pinchando tus globos de ilusión... bueno, no disfruta, solo los intenta pinchar porque disfrutar parece que no disfruta mucho de nada. 

🐳 Este ha sido el primer año que Roc se ha enterado de lo de Santa (Papá Noel, lo llaman aquí). Había colgado uno mi padre de la ventana y había que cerrar la puerta con llave o salía a la calle para verlo. En mi infancia Papá Noel era algo lejano que se hacía en América; entonces solo existían los Reyes Magos y no había regalos en Nochebuena. Este cambio comenzó hacia mi adolescencia "con un detalle", pero los regalos seguían siendo en Reyes. El cambio total ocurrió en mi familia cuando nos vinimos a UK, ya que casi nunca pasamos Reyes en España (tengo un vago recuerdo un año con Mini como de 6 viendo la cabalgata). En la isla todo acaba el 1 de enero, aunque por supuesto Shakespeare escribió "Twelf night" ("La duodécima noche"), basada en los "Twelve days of Christmas" ("Los doce días de Navidad") que no son solo un villancico popular inglés tirando a canción enfadosa, sino los días de festividades que comienzan el Día de Navidad, le sigue St. Stephen o Boxing Day, luego el Octave o Año Nuevo (el día de la circuncisión de Jesús) y el duodécimo día es el 5 de enero, cuya noche es Epiphany Eve y el 6, el Día de la Epifanía. 

🐳 Pero divago. Dejemos las Navidades dickensianas (que influyeron un montón en la concepción victoriana de la Navidad en Reino Unido) y volvamos a la Nochebuena vetústica de mi familia en la que se repitieron tópicos que comenzaron con Fashion: comentar "ay, ya estará llegando por tal calle", o dar un par de golpes debajo de la mesa para hacer creer que alguien entraba por una ventana. Esto luego pasó a Mini a la que no recuerdo le diera miedo, así como sí le dio el Ratoncito Pérez y los Reyes Magos [en Londinium solíamos poner los tres zapatos y les dejábamos galletas y demás, pero no le hacía gracia que estos tres tipos entrasen en casa]. La Yaya me hacía creer que llamaban a la puerta y ella abría. Y qué te han dicho? "Pues que no podían parar mucho porque tenían mucha prisa, que aún había muchos niños a los que dejar los regalos". Cada año igual. Es curioso cuando empiezas a atar cabos y no te cuadra la historia. Aún a día de hoy, recuerdo a Mini con dudas del tema pero sin expresarlas, porque todos sabemos que en la vida, la mejor manera de que desaparezca cualquier magia (y también los malos rollos) es hablarlo. El otro día nos dijo que las Navidades de 2018, cuando vinieron toda la familia a Londinium y se enteró de que "Santa eran los padres" fueron las peores, precisamente por eso. 

🐳 En fin, que hubo ruidos y entonces mi padre le dió la mano a Roc  y comenzaron a seguir un caminito de pequeños santas que había recortado yo por las escaleras hasta el despacho, de cuya ventana estaba colgado Santa. Allí había un regalo, y mientras que él lo abría la Verdadera Santa -spoiler: yo- bajaba los sacos que habíamos escondido en "la primera habitación" (la que está justo a la subida de las escaleras). De nuevo, pese a la promesa "este año solo hay regalos para los niños" había la habitual montaña de paquetes por encima de nuestras posibilidades y de todo razonamiento. Desde libros hasta experiencias, pasando por sets de bomberos, y sets de "Pandora", todo excesivo, pero así son ellos. Discrooge claramente fue cambiada de cuna en la maternidad. El de la foto de abajo es uno de los libros que le traje a Roc (el otro, "Mary Poppins" claro, las obsesiones hay que alimentarlas): "We completely must go to London" de Charlie & Lola, unos libros ilustrados que leíamos con Mini. Es fundamental que crezca con ese imperativo: hay que ir  Londinium, siempre y ya. 


🐳 La mascletá fue el último regalo. Mini se había visto ya sobrepasada por todo tipo de agasajos y, cuando pensaba que había terminado todo, le tocó abrir un sobre misterioso que contenía tres vuelos: de LHR a JFK (en cristiano: a Nueva York). Llevaba siglos insistiendo en visitar la Gran Manzana y nosotros lo postponíamos hasta que, bueno, YOLO. La verdad, n
o la recordaba llorando de emoción así: nunca me voy a olvidar de esa cara y ese abrazo. La magia de niña buena y perlas tipo "eres la mejor madre" duraron un par de días. Tranquilos: ya ha vuelto a su ser normal.




🐳 Ah, y el título: ya han pasado casi dos semanas desde que me separé de Roc, pero la ciática [suave] que me causó intentar seguir su ritmo "ahí abajo" no me ha abandonado. Pese a todo, aquí estoy, contando las semanas que faltan para volver a hacerme con contenido para escribir estas crónicas. Porque, Roc, tendrás muchos vídeos y fotos pero a ciertas personas, mil palabras siempre nos hacen más ilusión que una imagen.

07 noviembre 2024

Roc en Halloween: momentos de felicidad personal en medio de atroces turbulencias

Parece frívolo y carente de toda empatía escribir sobre una semana feliz en lo personal enmedio de una semana de tanto sufrimiento. Cuando mi padre habló de unas pocas decenas de fallecidos pensé que se había equivocado. Luego fueron subiendo, igual que la ansiedad y la tristeza. Algunos de mis ingleses me contactaron para ver si todo estaba bien con mi familia: "no viven en el levante -les agradecí-pero además están todos aquí" - habían venido a celebrar el cumple de Fashion. También puse yo algún mensaje a conocidos de la zona, aunque no tengo muchos. Cuando por fin me senté ante el blog pensé en quienes estáis al otro lado: una nunca sabe en este medio si hay alguien más que los cuatro que conozco porque han comentado alguna vez. Seguramente no habrá nadie -abro el mapa al azar-, de Burjassot, de Alaquás, de Catarroja (qué bonitos nombres) o de cualquier otro lugar afectado, pero, si lo hubiere, un abrazo enorme y sentido. 

Como decía, una se siente casi culpable de los momentos de felicidad, pero los que paso con el sobrinísimo son casi todos así: son descubrimiento, sorpresa, alegría y muchas risas. A carcajadas como pocas otras cosas las provocan en estos días miserables. Y mientras releo esto antes de darle al publicar, Trump: otra catástrofe para ese país a la deriva y de rebote para el mundo. La última vez que estuve en EE.UU., en 2014, me quedé en shock al ver la pobreza que hay en los márgenes: desde el coche a menudo veíamos un país tercermundista. Rompe el corazón que muchos de ellos son los que votan a ese individuo. Pero en este divague voy a hablar de pequeños momentos de felicidad personal, que es lo que nos queda a los que tenemos la suerte de no haberlo perdido todo, desde seres queridos, hasta objetos personales pasando por derechos. Si hay una moralina que puedo sacar de todo esto es que hay que estar siempre alerta de los momentos en los que estamos siendo felices y no nos damos cuenta, los tomamos por dados, y no es así. Suena a manido, pero tener agua en el grifo es prodigioso, poder ir a urgencias cuando te encuentras mal una suerte inmensa, y suma y sigue. Ya lo dejo, y sigo con el queridodiario del sobrinísimo, o uno de mis reductos de alegría.

El domingo volvió Roc a Barcelona después de ocho días aquí en casa. En estas fechas suelo ir yo por allá pero este año la comisión de festejos decidió mover los fastos del cumple de Fashion a Londinium por aquello de unirlo con Halloween. Resulta que Roc está entre fascinado y horrorizado por las brujas (debe saber que uso a Maléfica como avatar) y a sus padres les pareció una gran idea que viera a unas cuantas en acción la noche del 31. 

Antes de intentar resumir todas los últimos hitos de Roc, que el día 8 cumplirá 2 años y medio, una nota sobre "lo de las brujas". Insto al divagante a hacer memoria sobre los métodos que usan/usaban para "persuadir de hacer lo correcto" a la prole, cuando debido a la temprana edad la razón todavía no funciona: en nuestro caso (y no me preguntéis cómo llegamos hasta ahí) eran "los basureros". Por ejemplo (tras varios intentos de buen rollo): "Mini: si no cierras ya ese paraguas..." -que pese a infantil iba a sacar un ojo a alguien- "se lo llevarán esta noche los basureros". Nota: solía funcionar con más éxito que confiscar el móvil, el nuevo "basureros para adolescentes"). Decía, el método de los padres de Roc, aka Jekes -que a mí me parece preconstitucional-, es "cierra ese paraguas o vendrá la bruja que vive en el castillo de la montaña" (el Tibidabo se ve desde su casa).  Creo que Fashion tomó al pie de la letra a nuestros amados Les Luthiers en los "Consejos para padres" de "La gallina dijo eureka", alguien lo recuerda? (es genial, en el minuto 2 de aquí, pero por si acaso ahí va):
"A los chicos hay que decirles siempre la verdad. A los chicos no hay que asustarlos con cocos, brujas, ogros... temibles personajes imaginarios. Llegado el caso háblele de cosas más reales: el lobo, una araña, una buena víbora... Parece mentira, pero todavía hay madres hoy en día, en pleno siglo dieci...veinte, que todavía le dicen a sus hijos cosas como: "Mirá nene, si no tomás toda la sopa, voy a llamar al hombre de la bolsa". Señora... ¿y si el hombre de la bolsa tampoco quiere tomar la sopa?"
Así que Roc vive confuso en un mundo de temor por la bruja del Tibidabo, pero a la vez amor e interés desmedido porque, ¿acaso hay personajes más fascinantes? Creo que les dediqué una de las primeras series del divlog: "Encantada con las brujas", allá por 2010, cuando yo aún escribía corto. A mí, como a él, siempre me gustaron y en las obras de teatro, siempre quise ser la mala.  El caso es que aquí Halloween todavía no es el fenónemo de los EE.UU., pero hay bastantes casas -sobre todo de gente bien- en las que se lo curran muchísimo. Esto ya lo habíamos visto el domingo anterior de paseo en el que nos encontramos muchas casas con telarañas, calabazas, arañas y... Bruja. 


Lo pongo en singular y mayúscula porque Bruja, después de ella, solo hay una. Íbamos tranquilos admirándonos de las decoraciones (Roc: "otra casa de brujasss! toma ya!!!") cuando, al lado de la puerta del jardín de entrada nos encontramos con un muñeco tamaño natural que claramente tiene un sensor porque cuando intentas coger uno de los paquetitos de -una quiere suponer-caramelos, comienza a hablar, a moverse, y a flashear sus ojos con láser rojo. Damos todos un salto y Roc alucina. Por supuesto ha sido una de las conversaciones recurrentes de la semana, esta bruja Y el payaso. Porque al día siguiente, supongo que viendo el éxito pusieron a este otro favorito del terror, también con sensores. 





La noche de Halloween propiamente nos difrazamos con distinto grado de entrega y compromiso con esto del susto (o el "trick or treat", como dicen por aquí): algunas vamos a darlo todo, otras, como Fashion, solo se ponen una diadema con gorrito de bruja y tul muy favorecedora. JAL se maquilla unas ojeras y luce un hacha que le atraviesa la cabeza (y logra cargarse al final de la noche). Mini va de negro, con orejitas de gato y capa roja. Somos Roc y yo los que damos el do de pecho: él de negro, una capa de Harry Potter de cuando MIni era peque y un gorro de bruja; yo, con todo lo que encuentro en el baúl de los disfraces, una cosa encima de la otra: un vestido rojo de Mini de cuando se disfrazó de gótica en el cole, medias a rayas horizontales blancas y negras, capa de Harry Potter (otra!), por encima capa plateada (de Frozen, creo), y peluca roja de quita y pon (como mi pelo ya es algo Cruella de Ville la peluca es innecesaria, un poco un show-off). 





Cuatro o cinco amigos de Mini se unen al itinerario porque "querían conocer a Roc". Nos roba el corazón un tal Stanley, que va de rana, y no hace falta besarle para darnos cuenta que lleva debajo un príncipe de la simpatía. Pasamos por casas de las que sale gente con gorro de bruja y cuencos llenos de caramelos, otra con una careta de monstruo gritando, que se la quita de inmediato al ver a un niño tan pequeño con cara de estupefacción ante su puerta. Hay casas de las que no sale nadie pero que tienen un sistema de vapores de colores como esos que salen de los cementerios en las pelis, otros tienen lápidas y otros motivos mórbidos. Por fin, en la casa de La Bruja y El Payaso, sigue sin haber nadie. La noche termina en casa de unos amigos a los que les ha sobrado de todo porque han tenido pocos niños llamando a su puerta.  Mini y sus amigos que se van a un "gathering" a una casa y los demás nos quedamos a cenar allí.

El resto de los días están llenos de actividades para disfrute de Roc y/o su madre (adivinen de quién): visita a grandes almacenes en busca de ropa en Oxford St, Brixton-la-nuit-, visita a la granja urbana de Vauxhall. Este es momento especialmente emotivo porque habíamos estado hace unos 10 años con Mini cuando los Jekes vivían en Londinium. Sigue habiendo cabras, ovejas, cerdos, conejos y las míticas llamas (al fondo en la primera foto). 





Hablando de llamas, por las noches introduzco a Roc a algunos de los clásicos de ayer-hoy-y-siempre... sí, exacto, "yo y mi llama, pues llámase llama" de Ábrete Sésamo (así se llamaba el primer Barrio Sésamo, el de mi época, que salía en "Un globo, dos globos, tres globos"). Al díá siguiente me dice (me lo como): "tía, ponme yo y mi llama puesllamasellama"). Como Roc canta una canción dedicada a un tal Pepe, le pongo otro de los grandes hits que tengo grabado a fuego de ese gran programa: alguien se acuerda de "Tiopepe y Tiapepa"? Excelso. Ah, y la "Bohemian Rhapsody" de los teleñecos, que no existía en mi infancia, pero lo descubrimos juntos y  Roc se ríe mucho con la parte de "mamáááá". También introduzco a Roc (con ayuda de mi super-proyector) a una de las pelis de la infancia de Mini, "Mary Poppins" (mapoppins! como decía ella) que le encantó.  Otro fan. 

Bajamos del desván el escalextric, pero en lugar de jugar con los mandos se pone a correr para interceptar los coches. Le gusta jugar con la cesta de las muñecas de Mini, en particular una Nancy (modernizada desde mi época) a la que quita los calcetines y se los intenta poner a una Barbie. Uno de sus juegos favoritos (y que venga una psiquatra infantil a diagnosticarlo, ya!) es saltar por un lateral al centro de un sillón, salir por el otro brazo, y vuelta a empezar. Ahora querría hacer un largo párrafo sobre sus frases porque desde la última vez, su lenguaje ha despegado y me ha sorprendido mucho con expresiones muy complejas que no son comunes en críos de su edad. "Eso me encanta", "aún no" y... maldición, las tenía que haber apuntado, pero ya no me acuerdo...

Y termino con unas fotos de la mañana del día del cumple de Fashion, que la pasamos en su parque favorito de Londinium: Brockwell Park. Tenemos muchos recuerdos felices de este lugar, de cuando los Jekes vivían aquí y de volver siempre para ver la ciudad desde lo alto -es uno de esos parques de los que a veces hablo (Hampstead Heath, Greenwich Park) que están en una colina. Tengo dos vistas favoritas: una hacia el sur, con toda la pradera y al fondo la aguja de una iglesia, y otra hacia el norte, donde ves los rascacielos de la City y Canary Wharf donde la gente compra-compra-vende-vende, escribe mentiras, hace política, camina deprisa... Pero desde aquí arriba, la paz que se respira lo hace imposible: todo está bien. Aunque no lo esté, aunque sea todo atroz y dantesco y cualquier otro eufemismo de una mierda. Solo nos quedan a algunos los pequeños momentos: sepamos verlos. 









24 junio 2024

Roc en Sant Joan. Crianza moderna con toques vintage

Londinium, mon amour
Mis compas de piso conocieron a Roc el finde de Sant Joan de hace dos a
ños, entre petardos y cohetes. Este año hemos repetido finde, pese a que dentro de los dos tipos humanos "los que les molesta" y "los que aman" los petardos, no hará falta que aclare a cual pertenezco. Que pase la Scrooge de los petardos.

Iniciando a los menores en El Mal
Dirán que es cosa de la edad, pero es algo que nunca entendí: el ruido desagradable por sí mismo.  Me gustan los fuegos artificiales espectaculares (no las tristezas que echan en los jardines de detrás de mi casa vecinos particulares para Guy Fawkes el 5 de noviembre), como las de fin de fiestas en The River en Vetusta - creo recordar que intentaban que fueran al ritmo de música clásica y todo. O como los de Londinium en Nochevieja (esos que ponen en el telediario con el Big Ben de fondo cada año, entre los de la ópera de Sydney y la Tour Eiffel), pero esto solo lo imagino porque una vez lo intenté y nos fuimos antes de que empezaran, tal era el agobio que nos dio la marabunta -no me gustan las hordas pero además llevaba a Mini en la tripa.

Momento nostálgico...
Esta breve introducción fallera tiene un objetivo: comunicar que aún no salgo de mi apoteosis de que el padre de Roc comprara un set de "bombetas" para que el niño se iniciara en el rollo ese del ruido gratuito que tiene a los animales y a los neurodivergentes estresados durante una semana. Nota: las susodichas bombetas hicieron las delicias no solo del rascal de 2 años sino también de Mini que, como sabemos, se apunta siempre a un bombardeo-nunca mejor usada la palabra. 

Pasó volando
Han sido muy pocos días en la condal esta vez y no dio tiempo a nada: hay que sumar un día tomado por la visita de mis padres que hicieron un "sube-y-baja" desde Vetusta [viva el ave, que a ellos les va directo y a mí siempre me para en el "Campo de Tarragona" (será que compro billetes de oferta?)] y el sueño que nos atrapa a todos allí (por qué esas siestas?) Si yo tuviera la tontuna que me entra allí en UK, estaría ahora pidiendo "spare change" (limosna, pero en inglés, como no son tan dramáticos te preguntan si "te sobra algo de cambio") en la puerta del metro. 

Sección desarrollo
Juguete Montessori o
psicomotriz o algo
La estrella invitada en cuanto a "los mojones del desarrollo de Roc" de este viaje ha sido, sin duda, lo que habla. De repente ha despegado, y dice un montón de palabras y frases complejas. Creo que ya comenté que como a su padre le encanta el mar, Roc ya se sabe el nombre de todos los peces extra
ños que aparecen en algún cuento (ya he sido superada por un niño de dos años, yo solo conozco al besugo). Y por supuesto los colores, contar hasta diez en tres idiomas y los nombres de todos los miembros de ambas familias (otro cuento más son esos albumes de fotos impresos que se mira en el desayuno). 

Tema comida, muy controlado, aunque "macarrones" suena a "pantalones".  Su fruta favorita es el "melón" -que se come lo de arriba y cuando llega hacia abajo, lo da por terminado. Adivinen lo que es la "sarana" (sí, naranja) pero también maneja conceptos menos frecuentes como "arándanos". Hubo una pequeña movida un día porque le dijeron que cogiera algo con la mano pero él quería el "tenedor! tenedor!". Sí, un niño muy repelente, y aún no han leído lo peor: le gusta el "brócoli" y en general toda la verdura y la fruta, y está muy poco interesado en los carbohidratos (los "pantalones" son un descubrimiento reciente). Escucha podcasts de salud y bienestar?

Otra de sus frases es "llaves, calle!", o cuando nos íbamos y no le hacía gracia quedarse, nos llevó a su armario y "ropa, calle!". El día que se fueron mis padres, los buscaba por las habitaciones diciendo sus nombres "Yayo Lisi?" y parece que lo mismo cuando nos fuimos nosotros (emoji corazón roto). 

Juegos
Juguetes vintage
Quién tuvo un supercinexin?
Como casi todos los críos que conozco, pasa bastante del mogollón de juguetes que tiene (de madera, colores brillantes, un tipi para esconderse... de todo), lo que quiere, por ejemplo, es una bolsa de plástico con cables y enchufes de viejos ordenadores. Aún me quedan peluches y muñecos de Mini, que le sigo llevando religiosamente; dentro de poco solo me van a quedar Barbies, y en aras de ser modernas, también se las llevaré. 

Tiene un cinexin de su padre y le encanta... no creo que dure mucho porque mete los cartuchos del revés y se va a cargar la bombilla, que está toda al descubierto (ah, dónde estaba la "salud e higiene" en esa época vintage): "quema" me dice. Su peli (y cuento, se lo he traído) favorita es Peter Pan, así que me la enseña dándole a la manivela, y yo hago las voces y aprovecho para contarle (será la primera de infinidad de veces-aquí ya alguna vez: "siempre quise ser la mala") que su tía interpretó al Capitán Garfio en la obra de teatro para San José de Calasanz (4 EGB). 

Pero lo que más le gusta, con diferencia, es que te pongas una manta por encima y hagas de bruja ("brusha!"), se muere de risa, y eso que sus madre, siguiendo principios de crianza también vintage le señala el Tibidabo avisándole de que "allí vive la bruja". Yo solo diré que la Yaya me hacía miedo con el Gallo Kiriko, y aquí estoy, tan libre de neurosis. Nota: Mini siempre tuvo mucho miedo de las brujas, no de ogros ni vampiros, en concreto de brujas, y les sigue teniendo. Nosotros no usamos de seres mitológicos tradicionales, la amenaza suprema eran los basureros: "si no cierras el padaguas se lo dejaremos aquí afuera a los basureros". Lo veo mucho más coherente porque... existen!

Educación vintage:
ahí, en la cima, vive la Brusha!

El parque infantil, esa tortura
Por favor, hay alguien ahí afuera al que le guste el parque infantil? Yo creo que retrasé tanto mi maternidad por el horror general  -que pasaba a existencial / vacui los domingos por la tarde- que me daban los columpios. Aquí esas ansiedades han sido vicarias, transferencias freudianas heavies con las cuidadoras. Porque sí, el domingo el parque estaba lleno de madres con deportivas marca Veja y padres que dudábamos si abuelos, y un montón de críos por familia (si no hay mínimo tres, no eres nadie) pero el viernes, lo que había eran cuidadoras de varios países de latinoamérica (hubo un tiempo en el que podía más o menos distinguir algunos acentos). Esas mujeres con la mirada perdida en el infinito, a menos que se junten con otras dos o tres con las que poder hablar de lo que podría haber sido su vida en Colombia, en Ecuador, en Bolivia si el mundo no fuera una mierda. Aquí, vigilando a este niño rubio (por qué los ricos son rubios hasta en Ejpaña?) que ya tiene ademanes de macho alfa.  

Burbushas!!
Roc dice "motos!" y nos sentamos frente a frente en unas que están pegadas al suelo por un muelle sobre el que puedes saltar un rato. También le damos a lo bestia en el columpio: lo que más le gusta es cuando hacemos como que nos va a arrollar. Encuentra una pelota de tenis en la arena, la coge, y va por todos los ni
ños preguntando a su manera si es suya: "pelota, pelota?". Como mis padres le han traido una pistola de hacer burbujas estamos un rato con eso ("burbushas!"), también con los globos de agua (siempre me han encantado). Hay un punto en el que, pese a tener su patinete ergonómico pichiguays, coge uno sin suspensión de plasticorro que imita una moto de otro niño y se va por el parque. Le sigo, y el tío, para adelante. En un punto decido esconderme destrás de los árboles para que cuando se vuelva se asuste, pero no, él sigue -aunque creo que en un punto me ha visto. Cuando aparece su madre preguntando que a ver dónde estamos, se lía parda: no quiere devolver la moto anti-planeta. Oh, the joys of toddlerhood!

Pero cuando una menos se lo espera, justo en la parte de arriba del parque de marras, una luz al final del túnel, una señal: la "W" del Watusi, esponsorizada por el ayuntamiento bajo el increíble reclamo de "wifi". Nunca hubo un sitio menos Watusi que este parque de "la zona alta"... si nuestro héroe, que camina como si bailase, levantara la cabeza... 

Algún día le explicaré a Roc quién fue el Watusi, y que fui el Capitán Garfio. Y que debe ya dejar el patinete plasticorro que parece una moto de ese niño y decir no a las bombetas, o le pongo un whastapp a la Brusha del Tibidabo. 

Buscando al Watusi desesperadamente


08 mayo 2024

Apuesta por el Roc (k & Roll)!!!

Hoy hace justo dos años llegaba al mundo el sobrinísimo, Roc Vagando, y este es un divague de aquellos antiguos, musicales (que mi entonces co-bloguera etiquetó como "singuí ntumi") solo para felicitarle. 

De cómo he llegado a la canción del título, en el siguiente párrafo, pero antes una pequeña reflexión que me asaltó el otro día sobre mi bici, cuando me saltó una canción que me subió ahí arriba de un grupo de modernos que me había introducido Fashion. Entonces pensé en cuánta música me ha pasado la mummy de Roc desde siempre, pero en particular desde que dejé la península (no solo música, también giros del castellano: os llamaría "vuesas mercedes los divagantes" si no fuera por ella). 

Pero este trasiego musical no ha sido unidireccional: Fashion se benefició de los nueve  años que nos separan y escuchó de peque música que sus amigas desconocían. Luego tuvo que juntarse con otro ser con hermanos de mi quinta, JAL (kuniado universal), que seguro que en su banda -tocaba la batería- le daba a todos esos éxitos ochenteros. Luego llegó Mini -que ha salido muy popmelómana- con la que también hemos tenido una relación simbiótica en lo musical. Yo no tuve esa intersección con mis padres, y supongo que el que te guste la música de tus padres debe ser algo a ocultar. 

Pero divago. Yo venía aquí a ponerle una canción a Roc y a decirle que confío en él para que nos siga manteniendo al resto de la family al día en el futuro (no pressure, darling). Y decidir qué canción ponerle - el año pasado fue el imprescindible "we will rock you" - ha sido difícil porque hay tropecientas que llevan su nombre (ok, con la "k" final) en el título. Tras mucho debate conmigo misma (así de solitario es el bloguerío antes de darle al publicar), me he decidido por la versión de Bunbury de "Apuesta por el Rock & Roll". 

Esta canción que nos gusta tanto -sí, Roc, también a tus padres, por eso ha ganado y a ellos también hay que felicitarles hoy- fue compuesta por ese poeta-profe de la univestusta, Gabriel Sopeña y Mauricio Aznar- sobre el que acaban de estrenar "La estrella azul", la peli de su etapa argentina que aún no he podido ver. Ya la había puesto antes, pero la versión de Mauricio (en "Mas Birras"), siempre me pareció un poco acelerada, y esta versión es de un concierto en un lugar que quizás a alguien le suene...

Las canciones te saltan, las ideas te asaltan.  Cuando me salta esta, siempre me sube ahí arriba y como Homero, quiero tomar el cielo por asalto. 

FELICIDADES ROC: si vas a venir conmigo agárrate!!!

01 marzo 2024

Un finde de emociones fuertes te deja agujetas hasta el miércoles


Les Pyrénées:
poca nieve para un febrero
Me duraron las agujetas hasta el miércoles. Podría culpar a Roc; vamos, de hecho lo haré (sí, este es el "querido diario" bimensual de Roc: pueden irse los jóvenes, los modernos -o sea, nadie aquí- y los no interesados en leer el diario de gente anónima y anodina, a los que entiendo). Decía: agujetas porque el domingo por la noche corrí como las personas normales solo corren en aeropuertos, pues a las 23:39 aterrizaba y a las 23:56 salía el último tren para Londinium. Perderlo significaba -pensaba en el vuelo- una fila interminable para encontrar un taxi, e incluso me visualizaba desesperada abandonando la espera y la esperanza 
a las 2:30 am, volviendo a la terminal a esperar el día, siendo un zombie por el duty free probando cremas y perfumes y eyeliners, vagando por los pasillos (oliendo fenomenal) en busca de un Pret abierto inexistente a esas horas y cuando por fin me sentaba en uno de esos bancos a mirar el blog ("nunca viajo sin mi diario, bla-bla" gracias Oscar), un tipo guapísimo a mi lado -que casualmente era editor-in-chief de Eland Books (editorial de viajes) y había estado leyendo por encima del hombro- me decía que cuándo podía dejar mi trabajo para dedicarme de lleno a la escritura de viajes para su editorial. El había pensado que mi primer destino fuera Kalymnos, la isla griega donde transcurre el libro que ve en mis manos, que yo podría escribir una suerte de "Kalymnos y el Dodecaneso, 50 años después", desde el porche de una coqueta vivienda rústica en la montaña con el mar entrando por mis ventanas y la sandía a espuertas y entonces algún aguafiestas le daba a ese molesto timbre del avión y me despertaba en la terrible realidad. Que no era otra más que el punto de partida: para evitar la fila de los taxis había que correr como alma que lleva al diablo al expreso de la medianoche como una Cenicienta cualquiera porque los príncipes, si existen, no nos interesan: semos republicanas y cargamos todos esos otros fardos terminados en -ista como buenas mujeres jóvenes y modernas que escribimos diarios que solo interesan a gente con algún tipo de patología. Total que lo del domingo fue épico a muchos niveles, pero no nos adelantemos. 

Pantalón camuflaje con colcha
Volvamos al jueves cuando, para empezar un finde de emociones fuertes, es Fashion quien me viene a recoger al aeropuerto (Roc, en la siesta). No la puedo criticar en lo de la conducción porque a mí tampoco me gusta ir por vías con igual o más de tres carriles cuando no conozco el camino, pero por lo menos yo sé aparcar en cordón - Fashion (no rían) solo trabaja la batería. Al salir, esos momentos de confusión por el móvil (dónde estás, dónde es arriba, respecto a qué es abajo: un infierno encontrarse) y en un punto le digo: "eres la persona azorada vestida color camel?" (y cómo no: no tiene pérdida). Volver a casa es el segundo cachondeo porque tanto hablar pierde la ronda que nos lleva a casa en cómodos 15 minutos y terminamos enmedio de la ciudad - un poco más y saludamos a Colón. Por lo visto, este trayecto le dio más tarde boca seca y dolor de cabeza. 

Menos mal que en la puerta de casa estaba Roc con su padre esperándome con esa sonrisa por la que yo, mato. De entrada, así como tú mandas a tu hija a un intensivo de inglés, Roc había tenido esa semana un intensivo de "tía"  en prepación para mi visita y este finde ha sido la apoteosis. Se despertaba, y lo primero que decía era "tía". Veía mi taza, y  "tía". Ahora que me he ido, "tía" señalando a la tetera y supongo que pronto con todas las cosas que me he olvidado allí, como una pulsera, las gafas de sol, el cepillo de dientes (diría Freud que quiero volver pronto). Como le gusta mucho ver esos albumes familiares también dice con toda claridad "tata" cuando ve a Mini y el nombre familiar del Peda. Y por supuesto, abuelos varios y otros tíos de otras ramas que son buena gente pero ni de lejos se acercan a la simpatía y glamour de la familia pedalista. 

Además de un cuñado, 
 JAL es el (no tan)  "Joven Artista Local"
Así que como se ve, los mojones del desarrollo del lenguaje van avanzando, aunque mucho más en comprensión que en expresión. Entender, lo entiende todo y muchas cosas en inglés (siempre pensé que lo de las "guarderías bilingues" es una chorrada), pero yo creo que es por "The very hungry caterpillar". Este es un cuento clásico inglés que le pasé de Mini en el que un gusanito se va comiendo toda suerte de frutas. Así que el otro día jugábamos a que nos trajese una fruta o verdura de juguete de su famosa cocina y se las sabía todas, incluso la berenjena (esta no sale en el gusano, pero se la dibuja su padre). Como JAL debió ser marinero en otra vida, le nombra todos los peces en cuentos de motivo marítimo  ("Sharing a shell" o "The singing mermaid", también de Mini) y ya conoce las barracudas, el pez globo, las medusas y otras variedades que yo nunca seré capaz de reconocer: siempre me ha admirado gente de mi edad -o sea, no una madre- que vaya a la pescadería y sepa nombrar algo más allá del besugo. Una vez vi un poster en un restaurante con imágenes del orden de 40-50 peces que se comen con sus nombres y casi me mareo. Tal vez mis problemas estén relacionados con que vine joven a este país y en inglés solo he logrado aprender dos o tres pescados y no sé su equivalencia al castellano [que en todo caso, da igual porque como digo, no sabría identificar en la tienda]. Vale, cod es bacalao pero, qué pinta tiene un bacalao fresco? No sé: Roc sabrá. 

Pasaron las navidades:
da igual
Otra pequeña (gran) traición de Roc es que le encantan los pajarrakos (culpemos a sus padres que ponen miguitas de pan para que vengan "petirrojos" -dijo Fashion, que se destapa ahora como conocedora del tema?-  a la terraza). El divagante que no me conozca en la vida 2.0. no sabrá que yo detesto a las aves porque no es algo que yo valga divulgando, no vaya a ser que en el futuro cada vez más próximo de una sociedad totalitaria me hagan lo que al pobre Winston en la Habitación 101. Pero Roc los llama "tetés", y su amor se extiende a todo lo que tenga un apéndice enmedio de la cara de buen tamaño, e.g. le encanta un peluche que es un muneco de nieve porque la nariz es una zanahoria y le parece un teté, y también muerde narices (aseguro).

Escuela de sirenas,
con bikini prestado

También fui a la clase de natación. Alguien recuerda la última vez que me tuve que salir porque a mitad de sesión vio a su madre en observadores y se puso a llorar? Ahora totalmente feliz y tirando a kamikaze: salta al agua como un loco, bucea, coge ranas de velcro y las pega en otro sitio.... lo único que no le gusta es la "relajación" del final con unos espejos. A saber a qué reflejo condicionado responde, voy pensando, a la vez que estudio el perfil sociodemográfico de los "papis de Penguins". Según Fashion, son todos ex-pats, porque los catalanes de esa zona están todos en sus casas de la Cerdanya el fin de semana. Eso sí, todos vuelven el domingo por la mañana porque petan la parroquia, venga a salir familia numerosa tras familia numerosa de la Santa Misa, los niños con sus chaquetas con cenefas y vestidos de nido de abeja, y los papis con una estética de cazador austriaco. Tal vez no llevan a los críos a nadar porque son del opus y enseñar las carnes es pecado. 

Cuatro días no dan para mucho, pero aún así algo me han sacado los padres de la criatura, incluyendo "recados" en aquel infame centro comercial (por cierto, a alguien más le parece un atraco 26 euros por cambiarte la pila del reloj? No sería más normal 6? En Londinium me pidieron £35 y casi les abofeteo, pero igual la equivocada era yo?) o hasta un rato me dejaron suelta para ver a mis amigos Dp y Xavi solo "para el aperitivo". Sí, la cosa comenzó bien y civilizada, quedando en una librería como acostumbramos, pero me terminaron liando para comer. Siempre se tocan ciertos temas rituales, libros, viajes pasados y futuros (Xavi se va a Australia y Nueva Zelanda y no entiende que no me llame ir a ver tribus-intenté explicarle), nuestro ryad comunitario, el transiberiano, gente común... En un punto, por razones que no vienen al caso -o vendrían, pero luego decís que me extiendo-  subimos a uno de esos maravillosos pisos del Eixample de pasillos inmensos habilitado a co-working (y por lo que sea, había estado en otro por la mañana) donde Dp me presentó a un diseñador gráfico y me describió como otra "letraferida", que es una palabra que me encanta, para que me explicara cómo se hace el diseño de libros. Miró el mío (en inglés) y el de Dp ("Maniac" de Labatut, en castellano) y nos explicó esas cosas de los guiones que separan párrafos y habló de "gramajes" y otras cosas de interés. 

Co-working 1 en Eixample

Co-working 2 más sencillo

Y ahora descanso, divagantes, con sección fotográfica porque los jekes y sus amigos me llevaron a tomar algo al "Jazz Bar "de Casa Fuster, un hotel modernista maravilloso donde me hubiera quedado horas y horas con mi libro (la próxima espero que me lleven a la piscina de la terraza).

La entrada, hacia el otro lado estaban los lacayos,
vestidos como tal (como a las tribus, no les fotografío)

Cómodas no parecen, pero la estética me puede


En pleno Jazz Bar



Explorando

Sencilla columna


El sofá de Cruella de Ville






Y también hubo parque infantil con su antropología asociada, y chocolate a la taza y lecturas de cuentos, y de repente, tenía que volver a Londinium. Lo que me lleva, full circle,  al principio del divague cuando llegué al aeropuerto, pensando que volaba a las 21:20 pero, oh destino:  enseguida la pantalla, con gran indiferencia avisa de retraso de 80 minutos. En esas circunstancias, lo mejor es sentarse a hacer tu propia admin (o sea, hablar con las amigas) mientras el teléfono carga, nunca se sabe lo que puede durar la noche. Nota: tal vez algún divagante empiece a sospechar que estos retrasos se acumulan ya en mi reciente historial (recordemos el mensis horribilis octubre: las cuatro horas hacia Barna cuando fui milenial o las nosecuántas a St. Ives) y que no sós vos, shoy sho. Whatever.

Fantasía

Nadie daba dos duros porque ese vuelo saliera finalmente -no se puede aterrizar demasiado tarde, me vi de vuelta chez jekes- pero ya en el aire, cuando empecé a hacer mis cálculos de hora-de-llegada me di cuenta de que, estando el la fila 25 no tenía ninguna chance de coger ese último tren de las 23:56. Pero, quién es una mujer de recursos? Tras pedir el combinado "humus con picos camperos" (festival del ultraprocesado ese carrito de avión), les pregunté a los azafatos si había "finger" o escalera para salir. Los pobres, aún recuperándose de que alguien, por fin, tras sus catorce anios en la compania hubiera pedido "humus con picos camperos", me informaron que no lo sabían aún pero que "a ver si me parecía bien" pasar a primera fila.  Parecerme bien, dicen: mi júbilo no alcanzó al de cuando llegó el anestesista de la epidural en el parto, pero por ahí. Y no es que Vueling tenga primera clase tipo Emirates, pero esos asientos son lo más parecido en una Low Cost, y además solo había una persona dormida en ventanilla, vs la pareja que veía una peli terrible a mi lado en la 25. Antes de sentarme, me di la vuelta como Amelie en el cine, y aparte de la mía, no había una sola luz de lectura: todo el pasaje iba o dormido o en sus pantallas.  Esa oscuridad de avión siempre me da buen rollo, es para mí vuelos transcontinentales en los que vas a la aventura, así que ese rato tuvo algo de mágico, a la vez que de cierta trepidation. 

El combo que les quitan de las manos

Y el resto es épica: cuando abrieron la puerta, había finger y salí volando, pero el empleado del aeropuerto que las abrió me dijo que por mucho que corriera, él me tenía que abrir las siguientes, y algo exclamé que el hombre echó a correr como mi liebre y me las abrió, y partir de ahí comenzó a sonar Vangelis, y quemé pasillos, pasé las puertas, bajé rampas, llevando la respiración como cuando hacía resistencia en el cole, puse el pasaporte del lado equivocado en la máquina un par de veces, y a la tercera se abrió el sésamo, y seguí corriendo, y por fin llegué a la estación donde aún me sobraron dos minutos.  Dos minutos para establecer si me estaba infartando, o solo que no sentía el corazón por el dolor tras el esternón de los no-entrenados. Cuando llegué a casa, aún me quedaban cinco páginas de mi libro que tuve que acabar circa las 2 am, todavía con cosquillas detrás del esternón, y la certeza de que al día siguiente, me dolería hasta el aura. Porque un finde de emociones fuertes te deja agujetas hasta el miécoles.

El expreso de la medianoche