Nota aclaratoria: Para aquellos que no estéis en edad escolar, que sepáis que "Cono" viene a ser lo que "mates" era a matemáticas. Estaría pues hablando de una asignatura antes conocida por ciencias naturales y/o sociales y que ahora se llama Conocimiento del Medio, oseasé Cono.
Anteayer domingo, fuimos los pollitos, Consuerte y yo a dar una vuelta por la granja. Sin motivo justificado. Sólo a ver a los animales y bueno, lo normal: asustar a los terneros, coger huevos mientras acorralamos a las gallinas, abrazar a los perros pulgosos (sí, sí,
Nina no tiene escrúpulos). Consuerte, que se inició después que yo en esto de la ganadería fue quien dio la voz de aviso.
- Diva, para mí que esa vaca no está bien. Me dijo señalando un animal aparentemente hinchadísimo.
- ¿Tu crees? - Le respondí, intentando aparentar normalidad y un conocimiento del que carezco al ver al pobre animal excesivamente atorado.
Así que decidimos seguir a la vaca. La pobre se tumbó y no se podía mover. Al principio, pensé que quizá hubiera comido mucho. A veces se empachan, se hinchan y si no las pinchas (literalmente las agujereas con un cuchillo en la tripa) explotarían. Sin embargo no fue así. Y
Rey, advirtió enseguida que el motivo del abultado abdomen era que tenía ¡¡ un grano de uva enorme colgando del culo!! Angelito...
La vaca en cuestión iba a parir y le empezó a asomar por detrás un poco de la placenta con líquido a modo de bolsa y que en realidad se asemejaba a un grano de uva. Ante lo que podía ser un parto con complicaciones y nuestra falta de mundología en cosas verdaderamente importantes, opté por llamar a Tito, que es el que realmente manda y maneja el cotarro.
- ¿Niño? - le llamo así cariñosamente.
- Qué, ya ´stamos dando pol culo, ein? (es también muy cariñoso y el mejor maestro de tacos que tienen mis pollitos).
- Tito, que hay una vaca que va a parir, mejor que vengas por si acaso.
- ¿Que vaca es? ¿La gris o la parda?
- La gris.
- Voy pallá. No os mováis de ahí.
Esto último lo dijo para que pasáramos frío y nos solidarizásemos con él porque en lo único que hacíamos allí era estorbo y en realidad no nos necesitaba para nada.
Al poco llegó Tito. Se puso un mono y se fue para la vaca. El animalico, en su sabiduría, se había escondido de nosostros para parir, así que nos ocultamos a observar como se sucedían los acontecimientos.
Tito guío a la madre hasta un establo y la dejó que se tumbara. La pobre iba haciendo esfuerzos y apenas consiguió que asomaran unas patitas. Tito se iba acercando a ella con soltura, por detrás para ver como iba todo, mientras nosotros observábamos atónitos. La vaca le dejaba hacer, lo conocía, estaba segura con él. Aunque en mi haber he presenciado varios partos, para Consuerte y pollitos, era el primero, así que el grado de absorción y abstracción era enorme. Consuerte hasta hizo fotos con el móvil (como un turista).
En cuanto pudo, Tito se acerco con un "estirador". Un estirados es un artefacto a modo de cuerda de esquí acuático del que parten dos cabos para atar a cada una de las patas del ternero que sale y poder estirar y así ayudar a la vaca. Tito metió la mano para ver si el ternero venía bien. Al comprobar que sí, ató los cabos a cada una de las patitas del ternero. Se tumbó en el suelo detrás de la vaca y comenzó a tirar. En ese momento los pollitos estaban emocionados, sobre todo por ver como sería el ternero y como iba a salir de su madre. En unos diez minutos, Tito había conseguido sacar al ternero y la cuadra se vió invadida por un aroma caliente y dulce a la vez (olor de vida le llaman aunque... es más bien sangre).
Yo, que soy la experimentada, procedí a entregar un cubo con agua a Tito, quien sin miramientos, se lo echó por encima al recién nacido mientras le limpiaba la cara y la boca con su mano. De esa forma el ternero (fue macho) reaccionó y se espabiló. Su madre, impasible ante las idas y venidas de Tito, lo empezó a lamer hasta dejarlo seco. Hay madres que no dejan ni que te arrimes a 5 metros.
Quedamos que se llamaría como el que ganara las elecciones catalanas. Así que se llama Artur.