Si no las escribo, las cosas no han llegado a término, solo las he vivido (A Ernaux) La vida real no está a la altura de escribir sobre ella (J Eugenides) Lo que me interesan son los errores, fruto de la pasión, los errores que se cometen arriesgando (G Steiner) En la calle, codo a codo, somos mucho más que dos (M Benedetti) Escribir es persuadir a un extraño de que se quede (R Cusk) El camino del exceso conduce a la sabiduría (W Blake)
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30 diciembre 2024
"Esto es ridículo", una frase para casi todo últimamente [Ya lo dijo Vivian Gornick en "Apegos feroces"].
25 febrero 2021
"The Falconer" de Dana Czapnic: En Nueva York, las estrellas se ven en el planetario
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The Falconer |
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"The adrenaline soaked desperation that usually fills the atmosphere is replaced by the last morsels of despair, the globules of oil you find lining the bottom of a Chinese take-out box. A place full of nothings. After my wreck of a night, I belong here"
Pero Lucy tiene una prima pintora de las que tienen que currar llamada Violet, que comparte loft con otra, Max. Violet tiene la habilidad artística y Max tiene las ideas. Cada una tiene lo que a la otra le falta, pero en este mundo, lo que cuentan son las ideas. "El arte de Max no cuenta una historia, es todo "statement" (declaración, afirmación, eso). Es todo político. Es un atajo a la raíz del problema, como escribir un manifiesto de 50 páginas en lugar de Guerra & Paz. Venderá bien por su sensibilidad pop, y por su mensaje, limpio y claro y cabreado". Venderá: cómo olvidar al atracador Hirst y sus secuaces. O a la misma Lebowitz comentando una subasta en Christie's: la gente aplaude cuando alguien compra el Picasso, cuando se da un martillazo con un precio, en lugar de cuando el Picasso entra en la habitación. Y así todo.
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Dana Czapnic by S. Rosokoff: Olé tú Dana! |
Pero dejemos momentáneamente el sexo [-"nooooo - Tranquilos, ha dicho momentáneamente, luego vuelve" ("El sendero de Warren Sánchez", Les Luthiers)-], porque yo un par de párrafos arriba estaba diciendo que los padres de Lucy, segunda generación, habían conseguido y mantenido un buen trabajo, sobre el trabajo de la primera generación. Pero salvedad: es su padre, porque su madre, que lo consiguió inicialmente, ya se sabe: no salía a cuenta mantenerlo una vez que tienes hija. Me pregunto por los sacrificios que hicieron esas mujeres, en aquella época: ¿merecieron la pena? Por supuesto que no. Hasta la propia Lucy lo sabe, cuando mira con pena a su madre, y solo tiene 17.
Qué difícil es ser chica, algunos no se dan cuenta: quieres que te reconozcan por lo que piensas, por lo que escribes, pero a la vez quieres ser guapa. ¿Por qué te importa eso? Nietzsche dice que la mejor belleza es la que infiltra la mente y el corazón gradualmente y la llama "la lenta flecha de la belleza". Pero Lucy preferiría tener la belleza de una bala, de esa que te deja estaqueado en el camino (como decía Cortázar del amor), aunque la otra, que no registras inicialmente, se queda flotando en tus sentidos y al final es maravillosa. Pero "ser guapa es más divertido que tener principios", le dice una boba que la maquilla para una noche de fiesta. Y al final, quién quiere ser, como le dice Violet, "mujeres que a los 40 tiran la toalla: se cortan el pelo, se engordan siete kilos, se empiezan a comprar la ropa en la Planta "Señora" del ECI?" Personalmente, el día que pase de las corners de G-Star de Planta Joven a la Planta Señora será el fin.
Lucy va también creciendo políticamente. Me encanta cuando la lógica animalista la lleva a hacerse vegetariana (yo estoy casi ahí, 30 años después, pero claro, el ibérico) y aún más su aproximación al mundo del consumismo. Lucy se plantea, "Cual es el punto de todo este exceso? no necesitamos todo esto, ¿no?, ni siquiera queremos todo esto" o, cuando le preguntan si cree que va a cambiar el mundo y ella contesta: "no, pero al menos no voy a contribuir a su miseria". Esta idea me parece clave para cambiar el mundo, porque empezamos a ser legión. "No quiero convertirme en otro humanoide produciendo basura y comprando inútiles piezas de plástico y ocupando espacio. No quiero ser un consumidor. Quiero crear algo, descubrir algo, enseñar algo o salvar algo". Go Lucy!
Sobre maneras de hacerse vieja, "nadie crece, la gente solo envejece". Nadie quiere "live slow, die old" (vive lento, muere viejo), aunque casi todos parece que vivimos así. Pese a todo, perder el tiempo como solo se hace cuando eres joven-a menudo pienso en eso, ahora que no podría hacerlo. Una frase que nos decimos a veces con el Peda es "la vida adulta era esto"... la vida adulta es papeleo dice algún personaje, no recuerdo ya cual. Pero lo más importante, cómo queremos vivir nuestras vidas: cuando estaba en primaria, Lucy va con su clase al salón de actos a ver despegar el Challenger. Todos sabemos cómo termina, pero Lucy piensa que esos astronautas ya sabían que ese riesgo existía, y aún así, estaban en esa nave, y concluye que "sea lo que sea que haga en la vida, quiero quererlo tanto que los riesgos que ello implique merezcan la pena". Ah, volver a los 17. Cuando aún no se sabe que hay que tener mucho cuidado cuando enfocas la foto, porque pronto la foto acabará sustituyendo al recuerdo.
Y a esos recuerdos los moldearemos y con ellos crearemos mitos o fantasmas, según nuestra personalidad. Lucy, que reconoce que "nadie ama de la manera que la gente es amada en la poesía", piensa en su amor de los 17 como "siempre serás mi ilusión óptica favorita. Pero un día en el futuro, cuando piense en ti, mi corazón dará un vuelco y el aguijón del momento tendrá nada que ver contigo sino con la chica de 17 años que te quiso, y es a ella a quien no quiero olvidar".
No puedo recomendar lo suficiente este libro: sí, incluso a ti, cavernícola que crees que nada tienes que ver con una adolescente, a ratos empanada en canchas de basket. Pero por supuesto al resto, quienes hemos mirado estrellas tirados en el césped de la ladera del Parque Grande-o equivalente.
20 junio 2020
"Desierto sonoro" de Valeria Luiselli: Frontera, tormentas, niños perdidos
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30 agosto 2018
"Slouching towards Bethlehem" ("Los que sueñan el sueño dorado"") de Joan Didion
Se divide en tres partes: 1. "Estilos de vida en la tierra dorada", cuyo primer capítulo "Los que sueñan el sueño dorado" da título al libro en castellano (lo encuentro extraño, pero eso me dicen mis contactos -Mo- e internet), publicado por Mondadori. 2. "Personal" (que contiene los inmensísimos "Sobre tener un cuaderno de notas", "Sobre el amor propio", "Sobre volver a casa") y 3. "Siete lugares de la mente" (me apasionan "La costa de la desesperación", "El cuaderno de Los Angeles" y "Adios a todo eso").
1. "Estilos de vida en la tierra dorada"
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En esta primera parte hay capítulos dedicados a John Wayne (por mucho que me aproxime a su edad, este hombre siempre será para mí "un viejo"), a Joan Baez (qué pedrada, todo va de "sentimientos", sus ideas políticas son "vagas" pero ella siente mucho), gente que se toma tantos paracetamoles hasta un punto "a este lado del suicidio". Me gusta tanto esta frase: es visual. Veo la línea, y a partir de aquí, como en todos los espectros, algo pasa, en este caso la muerte, pero estás a un pelo, estás en este lado de la precaria frontera entre la vida y la muerte.
Capítulo de probable autista rígidamente comprometido con una inmutable compleja doctrina de alguna rama del comunismo más oscuro (a los que Didion comprende, "estoy cómoda con estos que viven fuera en lugar de dentro, aquellos para los que la sensación de horror es tan aguda que acaban en compromisos extremos y destinados al fracaso (...) aprecio los elaborados caminos con los que la gente intenta llenar el vacío". Igual está sicótico, tal es el nivel de amenazas que ve en todo.
Y el de Howard Hugues, el millonario de la peli de Scorsese, con DiCaprio. Los americanos han hecho de este tipo un ídolo, pero más bien un placer culpable, privado, que no se puede admitir. Es un héroe no-oficial: "la enorme divergencia entre lo que decimos que queremos y lo que queremos, entre lo que oficialmente admiramos y secretamente deseamos, entre la gente con la que nos casamos y la gente que amamos". Didion sospecha que la vida es verdaderamente un escenario.
Casarse en Las Vegas, casarse en absurdo. "No hay tiempo en las Vegas, no hay día ni hay noche, no hay pasado ni hay futuro". Qué perfecta confirmación de mi idea de esta ciudad, así es como la imagino, con sus luces de neón, DeNiro en la mesa del casino, yo de Marilyn, tú de Elvis, todo ahí parado como en aquellas pelis. Ya era así en el 67, cuando Didion escribió este artículo.
Y por fin, el último que da título al libro (al menos en inglés) "Arrastrarse hacia Belén" es el más largo y nos cuenta la vida de diversos hippies metidos en drogas y en hippismo general en San Francisco en la época. Eran los jóvenes de la América fracturada de la que habla Didion en estos artículos emigrando allí y siendo la parte visible de la herida. Los que nos cuenta Didion: un panda todo el día colgados, aburridos, aburrientes.
2. "Personal"
Los artículos van mejorando a medida que avanza el libro y ya he decidido que de "Sobre tener un cuaderno de notas" tengo que hacer un divague separado. Es que soy yo, Didion, me estás contando a mí, petal, y aún no había nacido.
"Sobre el amor propio" (self-respect, se dice en inglés, y me pregunto si estoy traduciendo bien, el matiz), tan lleno de verdad, porque cómo negar que el peor engaño es el autoenganio, que el amor propio (o auto-respecto) no tiene que ver con la aprobación de otros, a los que podemos engaña con relativa facilidad, ni con la reputación, algo con lo que la gente con coraje no necesita para vivir. La gente con auto-respeto tienen el coraje de asumir sus errores. No tenerse auto-respeto es ser la audiencia de un documental sobre uno mismo con todos tus fallos. Didion piensa que el autorespeto es una cuestión de voluntad, que hay que educarlo... no lo tengo tan claro.
"Sobre volver a casa" es otro de esos en los que me identifico plenamente con Didion: la relación compleja con su familia. Esas llamadas telefónicas que no dejaron de terminar en lágrimas hasta pasados los 30. Lo que supone volver a casa y volver a la adolescencia. El matrimonio es la traición clásica.
3. "Siete lugares de la mente"
Y por último, estos siete lugares de la mente que todos tenemos, siete lugares, o tal vez más o menos. "La costa de la desesperación", o la exhibición no de las maneras bonitas de gastar el dinero, sino de lo duramente que el dinero se hace, escaleras de mármol para mostrar a mujeres (migrañosas) guapas.
"Guaymas, Sonora", que me lleva a ese lugar de mi mente llamado Bolaño y México, y las rutas que una ha de comerse por tierra, porque volar es "missing the point".
"El cuaderno de Los Angeles" y el Santa Ana, el viento que hace las delicias de los siquiatras con aspiraciones antropológicas (o viceversa, ah no, que los antropólogos no reconocen la psiquiatría).
Y por último, "Adiós a todo eso", como el perfecto final para el libro, adiós, adiós, dormir dormir... una de las cartas de amor más bonitas que he leído para una ciudad. Didion vivió de muy joven, cuando comenzaba a escribir, en Nueva York, y describe exactamente lo que es "no es país (en este caso, ciudad) para viejos", ese algo que comparte del todo Londinium. Y aún añade, NY es una ciudad para los más ricos y los más pobres, no hay intermedio. Ay Joan, el mundo es ahora ese escenario, qué hemos hecho. En NY se llora en Navidades, y se pasan en el teléfono intentando encotnrar un vuelo. En NY podías perder las tardes porque tenías todas las tardes del mundo por delante. En NY se está de paso, no se considera el futuro, todo el mundo sabe que volverá a donde sea. Y así le pasó a Didion: en este artículo que cierra este libro maravilloso explica como su cuerpo -sabio-dijo basta, y se deprimió, y probó el sabor de la desesperación. Y tuvo que volver a la tierra dorada. Lo que nos lleva, círculo completo, al principio del libro. Los que suenian con la tierra dorada.
22 febrero 2018
La libertad ("The Florida Project")
24 enero 2017
"La La Land": No el musical romántico hollywoodiense que parece
*Homenajes al cine clásico, una estudiante de cine llamada Patricia Preciado nos enseña unos cuantos aquí... una gozada: