¿Qué valoración hace de la experiencia ganada por usted y por el Tribunal en un referendo que se ha puesto demasiado tenso?Esta ha sido una experiencia muy intensa para todo el país y desde luego también para el Tribunal.
No solo estamos estrenando el mecanismo del referendo, sino que además lo estamos haciendo con un proyecto muy polémico que desde el principio nos aseguraba un debate muy apasionado.
Aunque tenemos una gran experticia en administración de procesos electorales y una gran estabilidad departe de los magistrados y demás funcionarios del Tribunal nos enfrentamos a un proceso nuevo en muchos aspectos.
Nos estamos preparando para un duro desenlace del referendo. Dicen que los magistrados electorales siempre le pedimos al Niño Dios que en un proceso electoral gane cualquiera, pero que gane por goleada, porque eso evita la crispación tras el proceso y los ánimos encendidos.
¿Está el Tribunal en capacidad de organizar un referendo cada año, como lo permite la Ley?Esa es otra lección que hemos aprendido. Nos preocupaba mucho la capacidad de organizar un referendo en tres meses.
Sí habíamos tomado previsiones presupuestarias, sin embargo, no es lo mismo saber con cuatro años de anticipación que vamos a tener elecciones, que con tres meses.
Pero toda la maquinaria electoral ha funcionado a la perfección, lo cual es mérito de don Héctor Fernández y de la oficina de Procesos Electorales.
Don Héctor, ¿cuál ha sido el mayor obstáculo con el que se han topado durante este proceso?Sin duda ha sido la propia Ley de Referéndum y algunas desconfianzas de la misma Asamblea Legislativa y del Poder Ejecutivo, porque cuando el presupuesto del TSE llega a la Asamblea, nos eliminan la distribución de los recursos por partida y lo meten todo en la misma bolsa.
Suponemos que eso lo hacen así para que no toquemos recursos destinados exclusivamente al referendo, pero no toman en cuenta que el proceso de compra del Estado es muy engorroso.
Es ilógico que si hay la posibilidad de hacer un referendo por año, no pueda el Tribunal tramitar compras de cosas que hacen falta.
Comprar desde cajas de cartón para las urnas, hasta materiales menores como lupas y focos en 8 semanas es muy difícil.
Afortunadamente, la Contraloría General de la República nos permitió hacer compras directas, pero aún así las transferencias presupuestarias se nos han dificultado.
¿Qué cambios sugerirían ustedes hacerle a la Ley de Referéndum?Creo que la Ley Seca tiene que regir para consultas populares.
Además, hay que replantearse las cuotas de equidad en el proceso de referendo, sin que esto signifique que yo considere que el actual ha sido un proceso espurio por falta de equidad.
Pero hay que trabajar para que el Estado aporte recursos económicos para financiar espacios publicitarios, para que en este tipo de discusiones haya una mayor y mejor visualización de todas las corrientes de opinión en juego.
En las competencias electorales de toda índole, se deben prohibir por completo las contribuciones de personas jurídicas.
(Héctor Fernández) La ley de Referéndum no prevé ningún tipo de fiscalización y el Tribunal tuvo que hacerse cargo de eso vía reglamento, creando la figura del Observador Nacional.
Algo que nos ha traído muchos problemas, es que la Ley tampoco estipula la creación de Juntas Cantonales, lo que impide la definición de actores en el proceso de referendo.
Eso deviene en una traba para coordinar por ejemplo, la entrega de papeletas y otro material electoral, lo que nos ha obligado a asumir el proceso solos, cuando en otras circunstancias, los partidos políticos nos han ayudado a cumplir con nuestras labores.
¿Cuáles han sido los cambios más notorios que ustedes han logrado identificar respecto de las campañas políticas tradicionales?Uno de los más notorios ha sido que los partidos políticos no son los protagonistas en un referendo, sino que son una gran diversidad de organizaciones sociales y de instituciones públicas que conforman sectores sin forma y de gran diversidad, con los cuales es incluso hasta difícil establecer una interlocución.
Este referendo nos plantea un reto en cuanto a la conformación de las juntas receptoras de votos, cuya integración es por primera vez en la historia es responsabilidad exclusiva de nosotros, por lo tanto no podemos fallar.
Por eso creemos que la participación de los partidos políticos como actores fundamentales en la democracia, debe fortalecerse de cara a futuros referendos. A pesar de que con la inscripción de fiscales, quedó claro que son los partidos los que siguen movilizando a la gente a participar.
Y evidentemente la polarización que ha causado el Tratado de Libre Comercio entre la población ha marcado el proceso.
A diferencia de lo que ocurre en los procesos electorales, donde usted tiene una pluralidad de candidatos y partidos, aquí es un tema polarizado, es blanco o negro, es sí o no.
¿Para ustedes cuál ha sido el resultado más evidente de la polarización en torno al TLC, en esta campaña?Es evidente que para los defensores, el TLC es un proyecto imprescindible para el desarrollo del país, mientras que para sus detractores es muy negativo. Hay una polarización en el juicio sobre el TLC, hay momentos en que yo siento que las dirigencias han tendido a crear una guerra religiosa para el próximo 7 de octubre que lo que hace es desbordar las pasiones.
¿En ese panorama, le sorprendieron al TSE las noticias de sillazos en bares y de botellazos en el Club Unión a raíz de la discusión del TLC?Prácticamente yo era un jovencillo cuando se daban las campañas de garrotazos de la Avenida Central. Teníamos muchos años de no ver pleitos en cantinas, vecinos enemistados, hogares con desavenencias por el tema de la política.
En parte eso es positivo porque hay una recuperación de la importancia de la política y esto es política, porque es la discusión de un asunto público y la valoración de qué conviene al país.
Después de elecciones desde el año 98 apagadas y con mucha apatía popular, pues vemos un gran entusiasmo de participación.
Sin embargo, los liderazgos tienen una gran responsabilidad para encausar positivamente esta pasión, porque de lo contrario, nos arriesgamos a un panorama post electoral, en primer lugar, con un escrutinio manual tensísimo, en donde la institucionalidad electoral va a volver ser puesta a prueba.
¿Son de esperar los cuestionamientos al Tribunal durante ese proceso de conteo manual de los votos emitidos durante el domingo 7 de octubre?En otros países, como México, Perú y El Salvador, los resultados muy cerrados de los procesos electivos han derivado en fuertes tensiones sociales. A diferencia de otros países, Costa Rica se distingue por la gran confianza ciudadana en su organismo electoral.
Son 60 años de procesos electorales sin interrupciones, transparentes y eficaces.
Aun hoy cuando ven el tipo de padrón que nosotros tenemos, cuando ven el sistema de inscripción de electores y cómo funciona el cuerpo de delegados, en el exterior siguen sorprendiéndose de un país que mantiene importantes vanguardias, como permitir el voto de privados de libertad, tener el padrón electoral más confiable de toda América Latina.
Y sin embargo, en medio de la pasión que genera el referendo, algunos grupos han asumido la estrategia de descalificación anticipada del arbitro del proceso electoral.
Eso puede tener efectos nocivos para el desarrollo democrático, porque en Costa Rica se dado siempre esa ecuación entre democracia y Tribunal Supremo de Elecciones.
El ataque al Tribunal, cuando es injustificado, se basa en la mentira y en el rumor alarmista, como aquello de que va a haber cinco millones de papeletas para gemelear los votos, provoca una pérdida de credibilidad en el Tribunal, de los Magistrados y de la democracia misma.
¿Qué mensaje ha enviado el Tribunal sobre los rumores de fraude en el referendo que han circulado en las últimas semanas?Hemos manifestado una censura muy vehemente ante una serie de rumores que han generado alarma pública, máxime en un país donde es muy grave hablar de fraude electoral, porque creímos haber construido una institucionalidad en general, y electoral en particular, que nos vacunaba contra este riesgo, tras la guerra civil del 48, donde el bando ganador defendía la pureza del sufragio.
Me preocupa sobre todo que estos sectores minoritarios mienten, porque no es cierto que el Tribunal haya puesto en proceso una conspiración. Desgraciadamente a partir del 2006, se estableció una mala costumbre de cuestionar de manera infundada al Tribunal, como estrategia política.
En esa ocasión los cuestionamientos surgieron durante el escrutinio manual de votos, ahora los hacen incluso por anticipado.
Aquí no hay ningún misterio, esas son afirmaciones muy peligrosas porque incendiar un país es muy fácil, apagar el incendio es lo difícil.
Pareciera que no todos los sectores querían un referendo para definir el TLC. Al final se está evidenciando que algunos querían un referendo solo si se les garantizaba de antemano ganarlo. Eso no se vale en democracia, porque uno entra en cualquier disputa aceptando la posibilidad de perder y aceptando que el elector es el ciudadano.
(Héctor Fernández) Uno nota esa mala imagen que han vendido del Tribunal cuando uno participa en algún programa de radio y la gente que llama hablan de las elecciones del 2006, como si se hubiera cometido algún pecado.
Hace pocas semanas un departamento nuestro terminó toda la evaluación, documento por documento, de las elecciones del 2006.
De esos datos se desprendió que solo el 5% de las juntas receptoras de votos cometieron errores durante las elecciones presidenciales pasadas.
Es decir, el 95% de las juntas funcionaron de manera aceptable.
Y dentro de los errores que se cometieron, no se logró determinar ninguna evidencia de que fueran hechos para perjudicar a una tendencia en específico, es decir, todos los partidos se vieron perjudicados.
A pesar de eso, por primera vez el Tribunal está organizando un proceso bajo un clima de desconfianza.
Por ejemplo, antes nunca habíamos tenido reportes de compañeros choferes, de que solo por andar con un vehículo del Tribunal, la gente los agrede y los insulta llamándolos corruptos.
Tampoco teníamos antecedentes del celo con que muchos fiscales están llegando a los actos de repartición de material electoral.
Llegan siempre tratando de encontrar lo malo, la trampa. Antes se revisaba el material electoral bajo un clima de extrema confianza, ahora hay que ser cuidadosos en extremo porque están esperando que cometamos el más mínimo error para hacernos un problema.
¿Ustedes han recibido insultos de la gente por ser miembros del Tribunal?Lo primero es que uno pierde el anonimato, uno ya no se puede portar mal ni hacer loco, aun así, yo defiendo mi derecho a pasar mis fines de semana con chancletas y con bermudas.
No he sido objeto de ninguna grosería, y en la universidad donde doy clases he recibido el tratamiento más respetuoso.
A pesar de que no he vivido una situación amenazante, los niveles de seguridad personal de nosotros los magistrados están en su punto alto. Irresponsable sería no hacerlo de esa manera.
(Héctor Fernández) La situación más común es que tanto conocidos, como familiares le pregunten a uno si está con el “Sí” o con el “No”.
La gente que lo reconoce a uno en la calle, más bien le consultan a uno cómo va el proceso de referendo a manera de informarse y no de molestarlo a uno.
Hemos recibido muchas dudas sobre cómo va a funcionar el transporte gratuito de electores para el día del referendo. Don Héctor, ¿cómo funcionarán los tiquetes de bus?Cualquiera que tenga que trasladarse para ir a emitir su voto tiene derecho a retirar los tiquetes.
Lo único que verificamos para emitir el tiquete, es que realmente una persona que dice que tiene que votar en San Carlos, esté inscrita en ese cantón.
A esa persona le daremos todos los tiquetes que necesite para trasladarse ida y vuelta por cada bus que tenga que tomar.
El tiquete es personal, solo en el caso de que el votante sea una persona con discapacidad y requiera de compañía, se le darán tiquetes a su acompañante.
Los choferes de autobús tendrán la posibilidad de solicitar la cédula a quienes vayan a usar el tiquete, para verificar que realmente fue extendido a nombre de esa persona.
Los tiquetes se están repartiendo en la sede central del Tribunal y en las sedes regionales, en horario de 7 de la mañana a 3 de la tarde.
Durante el sábado 6 de octubre el horario se extenderá hasta las 5 de la tarde e incluso el día del referendo hasta las 2 de la tarde.
Los tiquetes podrán usarse el día posterior dentro de lo razonable, dependiendo de la distancia.
¿A qué hora podremos conocer con certeza el resultado provisional del referendo del 7 de octubre?A las nueve de la noche, y a partir del primer corte alimentaremos los datos continuamente.
La sesión solemne está convocada para las 8 de la noche. Es importante recodar que ese primer corte tenga un consolidado de muchísimas juntas, yo quisiera arrancar con el 50% de las juntas, para tener una tendencia consolidada.
Las reglas están establecidas, al menos un millón doscientos electores deberán presentarse a votar para que el resultado del referendo sea vinculante.
Para determinar si participó al menos esa cantidad se sumarán los votos del “Sí”, los del “No”, los votos nulos y los votos blancos.
Superado el umbral de participación del 40%, el ganador se determinará hasta por un voto de diferencia.
En caso de empate, se entenderá que el pueblo no legisló y el TLC volverá a la Asamblea Legislativa.
Ni los votos nulos ni los que queden en blanco se sumarán al “Sí” o al “No”.
¿Si el resultado del referendo fuera muy cerrado se podría llegar a la conclusión de que la campaña fue un fracaso o que la polarización social que ha causado el TLC continuará aun después?Para uno es un poco complicado hacer una valoración política. Sí hay algo muy concreto, un resultado cerrado nos meterá en un proceso de escrutinio manual muy difícil e intenso.
Se ha determinado que nadie en este país está ajeno al TLC, y se ha recuperado la importancia de participar para resolver los problemas colectivos.
Debemos entender que Costa Rica no se acaba el 7 de octubre, el 8 vamos a amanecer con el mismo país, con el mismo vecino y con los mismos problemas que nos aquejan. Con dos Costa Ricas no podremos resolver ninguna de esas vicisitudes.
El referendo tiene que ser una competencia deportivo, y tomarlo con más racionalidad.
¿Qué conclusiones hace el TSE sobre la forma en que se planteó la campaña tanto a favor como en contra del tratado?Creo que dominó el elemento pasional, ha prevalecido eso y de hecho los aportes más valiosos a la campaña provienen del propio Tribunal Supremo de Elecciones con los debates televisados y con el documento preparado por el Estado de la Nación. La Universidad Estatal a Distancia también hizo su aporte, publicando un documento muy interesante sobre el TLC.
Pero uno esperaba una campaña más dirigida a un debate de ideas, que a elementos más pasionales.
¿Ha sido una campaña sucia?Las campañas se conforman de aspectos positivos y negativos, pero ciertamente ha habido elementos de campaña sucia.
Sí, hay cosas que se han hecho mal, y también cada sector con su estrategia publicitaria y propagandística labra su victoria o cava su derrota y este pueblo es inteligente y sabe cobrar errores y sancionar a aquellos que no le están valorando su inteligencia natural.
¿Realmente fue la decisión más acertada someter a referendo un tema tan complejo como el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos?Con todo y lo difícil que ha sido este proceso para el Tribunal, creo que fue un acierto. Tengo la impresión de que este país estaría en una muy difícil situación si el asunto se hubiera quedado en manos de la Asamblea Legislativa.
Sea como sea, el “Sí” o el “No” serán la última palabra y aquellos sectores que desoigan la sentencia de las urnas lo pagarán políticamente.
Así que creo que ha sido un ejercicio muy positivo donde el costarricense ha podido exhibir sus virtudes y sus defectos. Ha sido un proceso de aprender democracia ejerciendo democracia.
Teníamos entendido que había movilizaciones muy duras preparadas para el mes de mayo pasado, de suerte que si en algo hemos podido contribuir ha sido con la paz de la casa costarricense.
Tomado del Diario Extra