martes, 13 de marzo de 2018
La columna de Carlos Federico Smith: 5 años no han sido suficientes
martes, 16 de enero de 2018
La columna de Carlos Federico Smith: otra irresponsabilidad del MEP
Una inquietud adicional aparece en el panorama del fideicomiso que el MEP hizo para que el Banco Nacional administrara aquellos mismos fondos del citado préstamo del BID. Según tal fideicomiso, el MEP debía traspasar las partes de terreno en donde se construirían 23 canchas deportivas en igual número de centros educativos, pero, no lo hizo de la forma correcta, pues no sólo traspasó tales tierras sino que también hizo el traspaso incluyendo instalaciones ya existentes, todo por un lapso de 20 años. Así, el nuevo dueño registral de todos esos bienes es el Banco Nacional a través de su fideicomiso con el MEP. El valor estimado del traspaso (en lo que se pudo medir) supera los ₡5.760 millones.
El argumento que esbozó el MEP para hacerlo así es que, en palabras de su viceministro de administración, todo se traspasó porque “segregarlo (y traspasar sólo los terrenos para las canchas) conllevaría una gestión adicional por parte de las juntas” administrativas de educación, entes que dependen en alto grado del MEP en cuanto a sus políticas y presupuestos. Se trata de gastos por “contrataciones de profesionales externos, lo cual representa tiempo y costos para culminar el proceso de segregación.” Informa el medio que la Contraloría, que para esos asunto hizo el informe DFOE-SOC-IF-13-2017, rechaza tal argumento y dice que “El MEP no valoró alternativas o modalidades que permitieran proporcionar mayor seguridad en cuanto a la protección y conservación del patrimonio público.”
¿Cuál es el problema con esto? En realidad hay dos directos: uno que, con ello, el mantenimiento obligado que se debe dar a esas propiedades completas está en un limbo, pues no existe la responsabilidad del MEP, ni tampoco del Fideicomiso del Banco Nacional, para así hacerlo. La Contraloría exige que ello se defina formalmente entre esas dos partes. El segundo es que, señala esta última entidad, si se llegaran a cobrar impuestos municipales por esos terrenos, el Fideicomiso del Banco Nacional debería efectuar su pago, tomando los recursos del fondo original del préstamo del BID por $167.5 millones para construir 103 obras. El problema es que, como comentamos anteriormente, se estima ya hay un faltante de entre $57.8 millones y $67.2 millones para construir todas aquellas obras, pues 55 de ellas se llevan un monto de $157.8, quedando muy poco para las 48 restantes que requieren de esos fondos. Estos recursos tendría el MEP que conseguirlos, posiblemente provenientes de su propio presupuesto. Lo paradójico es que el aporte del MEP a las juntas de educación para que haga obras como esas, se redujo en un 45%, entre 2017 y lo presupuestado para el 2018.
Por tales razones, la Contraloría le pidió a la ministra del MEP que tramite a la mayor brevedad las exoneraciones tributarias ante los municipios donde se ubican las diversas obras cedidas al fideicomiso con el BN. Por supuesto, además de que consiga los fondos para suplir el faltante antes indicado, de entre $57.8 y $67.2. ¿Podemos acaso los ciudadanos contribuyentes a aspirar porque haya un buen manejo de los recursos públicos?
martes, 22 de agosto de 2017
La columna de Carlos Federico Smith: insaciabilidad docente
2) Pago extra por localidades con gran cantidad de casos de dengue, zika o chikungunya;
3) Pago extra por vivir en los alrededores de los volcanes activos;
4) Pago extra por laborar en zonas de alta incidencia de delincuencia;
5) Pago extra por laborar en zonas de alto embarazo de adolescentes;
6) Pago extra por trabajar en zonas de alta mortalidad infantil; y
7) Pago extra por trabajar en zonas con falta de agua potable.
9) Laborar en zonas con deslizamientos.
Jorge Corrales Quesada
miércoles, 14 de mayo de 2014
Desde la tribuna: brecha educacional
martes, 23 de abril de 2013
La columna de Carlos Federico Smith: sigue el aguacero de plata pública
Tan sólo en el transcurso de una semana, han surgido nuevos ejemplos de tales dispendios, a los cuales me referiré:
Se estima que esta convención colectiva le costará al país, en un plazo de unos tres años, aproximadamente ¢5.700 millones, que obviamente contribuyen a ampliar el ya enorme déficit del sector público.
Además, la convención concede una ampliación de la licencia de paternidad, que se otorga a los asociados al nacer algún hijo, pasando a un mes el actual de quince días con goce de sueldo. Obviamente pronto habrá peticiones sindicales similares en todo el sector público.
Jorge Corrales Quesada
lunes, 13 de febrero de 2012
Tema Polémico: súper Garnier y las golosinas de la muerte
Nuevamente, el Estado se involucra directamente en las decisiones de mercado y actúa como padre que sabe lo que es mejor para nosotros, limitándonos la libertad por medio de acciones prohibitivas. Por supuesto, en ASOJOD rechazamos totalmente este tipo de idioteces del ministro Garnier, pues aparte de ser una medida represiva que atenta contra nuestra libertad de manejar nuestra propia vida también la consideramos una medida poco efectiva, por cuanto ayudará muy poco a cumplir los objetivos que pretende lograr.
Lo que consume o no una persona es una decisión individual que responde al grado de educación, información e intereses que tenga sobre las posibles consecuencias que estos actos tengan sobre su vida. Todo eso lo puede recibir en una escuelas pero la mayor cuota de responsabilidad en la educación de los niños cae sobre sus padres o guardianes legales. Sin embargo, en lugar de tratar de hacer consciencia en ellos, el Ministro decide tomar la medida más sencilla y tonta que es prohibir algunos alimentos en las escuelas Pero ¿qué tan efectiva será esta medida? ¿En verdad al limitar la oferta esto hará que el consumo disminuya? La respuesta es no, definitivamente, excepto que se nombre todo un contigente de "policías de la comida", que reprenda y persiga el trasiego ilegal de golosinas y frituras, que encarcele a los pequeños bribones y los someta a la más aleccionadora represión, haciéndoles entender que Papá Estado siempre ganará la batalla (¡Ups! Nos habíamos olvidado que el Estado es incapaz de hacer algo tan elemental como atrapar a los verdaderos delincuentes y garantizar la seguridad de los ciudadanos!)
Ya muchas sodas y pulperías cercanas a las escuelas han celebrado esta decisión pues saben se incrementarán sus ventas dado que los niños encontrarán en sus negocios lo que no encuentren en las escuelas. Además, es probable que los hábitos alimenticios de estos niños sean porque en la casa también existen estos hábitos así que lo que dejan de comer en la escuela lo encontrarán en la casa.
Tal parece que muchas personas siguen sin comprender la realidad tan evidente y demostrada de que al limitar la oferta en lugar de trabajar en limitar la demanda lo que genera es aumentos de precios y proliferación de negocios informales pero poco incide sobre el consumo de las personas. Este error lo hemos visto una y otra vez cometerlo en el caso de otros bienes de consumo como las drogas, el licor y el cigarrillo. El resultado siempre es el mismo: los burócratas tratando de meterse en las decisiones individuales tiran el dinero público por el retrete montando guerras que siempre perderán, los que ganan dinero en esos negocios celebrando con la conformación de verdaderas mafias (que siempre influyen en aquellos burócratas) y los ciudadanos comunes y corrientes muriendo en el fuego cruzado.
Todas estas políticas bien intencionadas siempre traen consigo consecuencias nefastas. Por eso es que siempre insistimos en la famosa frase “el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”.
miércoles, 25 de enero de 2012
Desde la tribuna: la lonchera controlada
El asunto sí que se las trae. Ya expresé que “de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno”.
Apunto a dos cosas principales. La primera es relativa a la patria potestad, autoridad parental o derecho de regir a los menores. En esta medida el Estado hace un movimiento de sustitución de la posición de los padres de familia. Un movimiento administrativo, político y jurídico según el cual se atribuye la decisión respecto de la alimentación que conviene a los menores.
También es básico el segundo asunto. Si el Ministerio de Educación tuviese la actividad a su cargo totalmente enfilada, organizada, en gran estado de desarrollo, con los fines satisfechos o en buen cumplimiento, qué más que ponerse a apuntalar los logros con algunas decisiones que pudiesen salir del ámbito de su competencia. Mas no es así, el MEP hace aguas por todas partes.
Hay dos asuntos complementarios. Uno de ellos es relativo al procedimiento y a la “propiedad de las escuelas públicas”. El procedimiento de la Ley General de la Administración Pública establece al menos audiencias y resolución dentro de la ciencia, la técnica y el conocimiento adecuado. Dudo seriamente de que ello se haya satisfecho. Están en medio importantes derechos fundamentales y no puedo entender que mediante disposición administrativa (reglamento, bajo el vehículo del Decreto) se pretenda regular , prohibir u organizar el asunto. Es sabido que solo la ley puede incursionar en tal área, además de que su intervención habría de ser proporcional, racional, razonable y, sobre todo, necesaria.
La Administración pública ha alegado que se trata de actividad que se realiza dentro de las escuelas y colegios públicos y, por ende, se trata de algo así como competencia interna. Sin embargo, señalo, habría que ver si las escuelas y colegios públicos son del MEP o son de la sociedad costarricense (incluso del propio Estado).
El MEP no es sino un órgano del Estado, parte de otro órgano (Poder Ejecutivo) público. Así que no puedo entender que sean territorios del Ministro, sino propiedad de la comunidad (de la sociedad costarricense). Curioso que por una parte corresponda la administración a las Juntas de Educación y por otra parte el MEP pretenda centralizar las decisiones. No obstante, la cita de que un asesor legal del MEP se refirió al asunto señalando que debía analizar los contratos de arrendamiento de las sodas para ver su antigüedad y contenido, termina de complicar la tendencia autoritaria. ¿Quién firma los contratos? ¿El MEP o las Juntas?
Pero también hay que cuestionar los presupuestos de la medida. Resulta que la información que suple la misma fuente pública, señala que un porcentaje bastante parecido (alrededor del 20%) en escolares y liceístas padece obesidad. Con ello se cae la decisión.
Primero, porque no apunta a la buena alimentación sino a evitar la obesidad. Son cosas distintas. Segundo, porque es inaceptable una censura a la totalidad (100%) para evitar la obesidad de una quinta parte.
Además de todo, es dudoso que eviten la obesidad de este modo, pues no hay garantía de lo que pase extramuros escolares. En sí misma, la prohibición es una negación de la filosofía y pretensiones de la educación.
En todo caso, los alimentos excluídos, prohibidos, proscritos y condenados sin juicio, no son dañinos per se, sino en una determinada proporción.
Por otra parte, está el tema de los comedores escolares. Este tema, desde la antigua pero legalmente vigente concepción de los comedores escolares, empezó como un subsidio parcial y amenaza con convertirse en un uso total. ¿Qué pasa en estos comedores? ¿Son la excelsitud alimentaria, nutritiva e higiénica? ¿Quién lo dice? En todo caso, objeto el concepto por totalitario, estatista y excluyente de la autonomía de la voluntad y fortalecimiento familiar.
Finalmente, ha surgido la polémica acerca de la efectividad de la medida prohibitiva si, por otra parte, el MEP no encuentra el instrumento para intervenir la lonchera escolar. Porque, aunque no lo crean, han sobrado ideólogos y partidarios de la liberticida medida y se la han pasado cavilando acerca de cómo controlar la lonchera.
¡Policías de las frituras, inspectores del chicharrón, policías de tránsito de la restricción a la gaseosa, censores de la galleta y demás ejércitos de la prohibición, hay que levantar barricadas, escavar trincheras, construir alambradas, registrar salveques y loncheras, obligar a volver las bolsas del pantalón al revés, abrir las bocas y no dejar pasar nada!
Recuerdo que hace muchos años, los estadounidenses que venían de intercambio a nuestro país insistían en tomar cocacolas y comer cornflakes. Estaban prevenidos contra los peligros del agua y otras comidas. No podían tomarse el riesgo de enfermarse con comida contaminada, agua sucia y otras cosas.
La medida actual más bien prohíbe lo que a ellos se recomendaba. ¿Estamos seguros de que los estudiantes no se enfermarán de tomar el agua o los refrescos en agua en lugar de ingerir gaseosas? ¿A algunos no los afectará la leche que tomarán en lugar de la gaseosa? ¿Estarán libres de pecado las frutas o podrán transportar hepatitis y otros males? ¿No será mejor una comidilla empacada, aunque el MEP no la quiera, que una expuesta a contaminación?
En fin, el camino iniciado por el MEP evidencia su distracción de lo principal, su abandono de la competencia básica y el autoritarismo de muchos.
Federico Malavassi Calvo
jueves, 26 de febrero de 2009
En Vela
La junta directiva o, mejor, comando político, como se le llama, de los profesores de segunda enseñanza (APSE) anunció ayer lo único que saben hacer: declarar una huelga, revestida, por supuesto, de “un pliego de peticiones” o documento chantaje, cuyo secreto es la imposibilidad de cumplir. Por años han demostrado una singular pericia en esta materia, cuyo único requisito es la decisión de causar daño, esencia de su oxidada ideología.
La huelga se proclama, en esta oportunidad, 9 días después de iniciado el curso lectivo. La razón es de alcance universal: la recesión y, por ella y con ella, el despido de empleados en la empresa privada. Para quienes no tienen idea del papel de la empresa privada en la economía, aunque viven en gran parte del pago de los impuestos de empresarios y trabajadores, cualquier pretexto es posible para no dar clases. Para estos acuerdos no hace falta estudiar ni conocer los valores éticos o cívicos. Es suficiente un odio entrañable contra la democracia, contra la empresa, contra la educación pública. Estos dirigentes son los educadores y los modelos de los jóvenes de Costa Rica.
Estemos, pues, preparados para una serie de declaratorias de huelga a lo largo del año. La impunidad los ampara. El ladrón de carros se expone a sufrir la dureza de la cárcel. Al ladrón del tiempo lectivo de estudiantes y padres de familia, esto es, de lo más entrañable de nuestra cultura, nada le pasa. Se echará a dormir y a ver tele el día de la huelga para retirar el salario, sin rubor, a fin de mes. Los educadores responsables darán clases sin temor a la persecución de sus dirigentes.
Razones para huelgas futuras: la insuficiencia de psiquiatras en Costa Rica, la muerte en Bolivia del Che Guevara, el mal estado de salud de Fidel Castro, las inundaciones de octubre y la probabilidad de algún terremoto en nuestro país, los privilegios discriminatorios de Hugo Chávez para otras agrupaciones de profesores en América Latina, los exámenes de evaluación, la exigencia del bachillerato, la obligación de saber leer y escribir para cursar la segunda enseñanza, la campaña imperialista a favor del estudio del inglés, el uso de Internet y la tecnología capitalista, toda forma de raciocinio contraria a los cánones de la revolución bolivariana, la prohibición de heredar el cargo de directores de APSE a los hijos de los actuales líderes, la lectura de libros conforme a las normas de la Real Academia Española –eurocéntrica y antiindigenista–, cualquier tradición o norma que signifique esfuerzo o elevación personal, y, en fin, todo motivo inspirado en el respeto a los demás.
La escuela de la violencia juvenil en todo su esplendor…
Julio Rodríguez
domingo, 10 de junio de 2007
La razón de que estos casos se den es que, al estar el MEP presionado por los órganos de control político, por la prensa, por los mismos docentes y estudiantes y por la opinión pública en general, entonces debe dedicar todos sus esfuerzos y personal para subsanar los errores cometidos en nombramientos, lo cual le quita recursos (temporales, humanos y económicos) para poder implementar medidas de castigo a los que trasgreden las normas. Así, los docentes y estudiantes involucrados en actos reprochables consideran que quedarán impunes pues saben que el Ministerio no puede realizar las investigaciones correspondientes en este momento.
Por ello, es muy necesario poner fin a este desorden, pues se trata del futuro de nuestros jóvenes, ya que en situaciones así, muchos de ellos deciden desertar del sistema educativo, convirtiéndose algunos en delincuentes o personas que no aportan cosas positivas a la sociedad