Una vez más, el Estado costarricense nos demuestra que vivimos en un relajo, en una charanga, en una fiesta donde los fondos públicos son extraídos a la fuerza del bolsillo de los tax payers para enriquecer a los amigos del poder. Ahora resulta que se destapó que el anterior gobierno nombró a Jorge Urbina en un puesto diplomático ficticio para mantenerlo en la planilla de la Cancillería, devengando un salario mensual de más de $9.000. El gobierno actual -sucesor absoluto de la Administración Arias- no parece tener interés en sacar de ahí al susodicho, toda vez que la misma Cancillería y la Presidente Chinchilla guardan silencio ante tan soez situación. Lo más que se han dignado a decir es que despedirlo implicaría pagarle prestaciones por más de $90.000 (quien sabe por qué), pero el Ministerio de Relaciones Exteriores no quiere entregar el detalle del monto.
Esta situación revela, al igual que muchas otras, que en nuestro país se crean cargos y oficinas sólo para darle empleo a la gente que colaboró en campaña electoral o que no es fiel a los caprichos de los políticos clientelistas. A los tax payers nos sacan dinero simplemente para premiar a este tipo de personas, que no le aportan nada al país pero sí a sus cuentas.
No es justo que nosotros sigamos siendo víctimas de este tipo de atropellos, viendo cómo el gobierno distribuye la riqueza que nosotros creamos trabajando, invirtiendo, creando y desarrollando, para entregársela a burócratas que no hacen más que vivir a costa nuestra. Parafraseando a Rand, aquellos que trabajan para que otros obtengan los frutos, son esclavos. En ASOJOD hacemos un llamado para que dejemos de ser esclavos y empecemos a ejercer nuestra libertad, exigiéndole a los gobernantes dejar nuestros bolsillos en paz y obligándolos a trabajar para ganarse su salario, sólo en aquellas funciones que sean legítimas para el Estado.
Esta situación revela, al igual que muchas otras, que en nuestro país se crean cargos y oficinas sólo para darle empleo a la gente que colaboró en campaña electoral o que no es fiel a los caprichos de los políticos clientelistas. A los tax payers nos sacan dinero simplemente para premiar a este tipo de personas, que no le aportan nada al país pero sí a sus cuentas.
No es justo que nosotros sigamos siendo víctimas de este tipo de atropellos, viendo cómo el gobierno distribuye la riqueza que nosotros creamos trabajando, invirtiendo, creando y desarrollando, para entregársela a burócratas que no hacen más que vivir a costa nuestra. Parafraseando a Rand, aquellos que trabajan para que otros obtengan los frutos, son esclavos. En ASOJOD hacemos un llamado para que dejemos de ser esclavos y empecemos a ejercer nuestra libertad, exigiéndole a los gobernantes dejar nuestros bolsillos en paz y obligándolos a trabajar para ganarse su salario, sólo en aquellas funciones que sean legítimas para el Estado.