Del inolvidable y único cuadro que representa la “Habitación de van Gogh en Arlés” hay varias versiones incluso, como hemos visto, curiosísimos sketches del mismo, realizados a lápiz en cartas.
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Últimos tiempos: Arlés
El 21 de febrero de 1888 Van Gogh llega a Arlés, en el sur de Francia. Primero se instala en una habitación situada en el Hotel-Restaurante Carrel, por la que pagaba cinco francos diarios; esto sobrepasaba sus posibilidades económicas y además el espacio era muy reducido para tener su taller. Pintaba todo lo que veía –como Huerto en flor con vistas de Arlés- y ya no necesitaba estampas japonesas, como él mismo reconoció en una carta dirigida a su hermano: «Aquí no me hace falta para nada el arte japonés, porque me imagino estar en el Japón y nada más necesito abrir los ojos y ver lo que tengo delante».
Pintó la naturaleza de los alrededores, los campos de trigo, los pantanos del delta del Ródano y el canal del sur de Arlés, el cual reflejó en diversas obras, como El puente de Langlois.
Durante este periodo empezó a utilizar las pinceladas ondulantes y los amarillos, verdes y azules intensos que caracterizan su obra pictórica de los últimos tiempos.
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El 24 de mayo de cada año, gitanos de toda Europa acuden en peregrinaje a Saintes-Maries-de-la-Mer para venerar a su patrona Sara la Negra. Van Gogh acudió a observarlo y aprovechó para realizar pinturas durante ese tiempo. Entre estos cuadros está la obra Barcas (barcos de pesca) en Saintes-Maries:
View of Saintes-Maries Oil on canvas 64.0 x 53.0 cm. Arles: June, 1888 - (F 416, JH 1447) Otterlo: Kröller-Müller Museum
El Museo Van Gogh anunció el 9 de septiembre de 2013 el hallazgo de una nueva obra confirmada como pintura de Van Gogh: Puesta del sol en Montmajour, realizada en Arlés. Entre las evidencias que han hecho detectar su autenticidad se encuentran dos cartas de Van Gogh dirigidas a su hermano Theo fechadas en julio de 1888 en las que describe el cuadro realizado:
Ayer, al atardecer, yo estaba en un brezal pedregoso donde crecen muy pequeños y retorcidos robles, en el fondo de una ruina en la colina, y campos de trigo en el valle. Era romántico, no podía ser más a la Monticelli, el sol se derramaba, sus rayos amarillos muy por encima de los arbustos y el suelo, absolutamente una lluvia de oro.
Vincent van Gogh, Arlés 5 de julio de 1888 (Carta 636).
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Al principio de su estancia en Arlés se dedicó a la realización de retratos. Sin embargo, tenía dificultades para conseguir que alguien posase para él, sobre todo si eran mujeres; la primera que pudo retratar fue una mujer joven a finales del mes de julio, y le puso el nombre de La Mousmé, nombre japonés que le inspiró la lectura del libro, Madame Chisanthème, de Pierre Loti.
Tuvo una buena amistad con Joseph Roulin, un cartero casado con la señora Augustine Roulin, con la cual tenía tres hijos: Marcelle, Armand y Camille Roulin. Vincent hizo un gran número de pinturas de esta familia; el retrato conocido como "La Berceuse" muestra a la señora de Joseph Roulin; también están el Retrato de Armand Roulin y el Retrato de Camille Roulin. Al cartero le pintó en seis ocasiones.
El Retrato de Eugène Boch fue realizado con ocasión de una visita que le hizo este poeta belga en el mes de julio, según explicó a su hermano. En este retrato quería captar las ideas románticas del personaje:
He exagerado el rubio del cabello, he utilizado también tonos naranjas y amarillo pálido. Detrás de la cabeza, en lugar de pintar la pared ordinaria de la habitación, he pintado el infinito, un fondo plano del azul más rico e intenso que he podido conseguir y con esta sencilla combinación de la cabeza brillante sobre el fondo intensamente azul he conseguido un efecto misterioso, como si fuera una estrella en la profundidad de un cielo azul.
Vincent van Gogh, julio de 1888
Estancia en Arlés
Van Gogh pasó todo el verano pintando paisajes al aire libre. Para realizar la composición colocaba en el fondo del cuadro toda la parte arquitectónica, con torres de iglesia, chimeneas, casas, pueblos, en una fina franja a la altura del horizonte, mientras que el primer plano lo reservaba para los campos y la vegetación. Esto lo hizo con el cuadro Vista de Arlés con lirios en primer plano, Los segadores con Arlés al fondo, La cosecha, Campos labrados, La viña verde y una de sus obras paisajistas más conocidas, El sembrador, realizada en el mes de junio, cuando la cosecha estaba casi a punto, como se puede apreciar en el campo de trigo maduro que hay detrás del sembrador. Con los colores azul y púrpura y los amarillos relucientes del sol y el cielo consiguió su contraste cromático específico.
Van Gogh tenía la intención de crear un taller de artistas, y para esto alquiló en mayo la «casa amarilla», llamada así por tener las paredes exteriores pintadas de ese color, en Place Lamartine, situada al norte de la ciudad de Arlés. Theo le envió trescientos francos para poder acondicionar y amueblar modestamente la casa. El único que atendió a su petición del taller fue Paul Gauguin, con el que mantuvo diversas cartas sobre el tema del Atelier du Midi que juntos habrían de fundar y para el que pedirían la participación de Seurat, Signac y Bernard.
Theo también insistió a Gauguin para que hiciera el viaje a Arlés. Gauguin vivía en aquel tiempo en Pont-Aven, en Bretaña. Estaba lleno de deudas, se sentía incomprendido y soñaba con la fundación de un círculo de pintores, pero seguramente no había pensado en Van Gogh como componente del mismo. Su meta era viajar a Martinica, pero la cuestión económica era un impedimento. Theo van Gogh era el galerista y el marchante de Gauguin y este pensaba que detrás del carácter extraño de Vincent y las intenciones de Theo se ocultaba alguna estratagema comercial, por lo que no se decidía a viajar hacia Arlés. Así se lo hizo saber en una carta dirigida a Émile Bernard, en octubre de 1888:
“Por más que me aprecie, no creo que Theo se preste a mantenerme en el Midi solamente por mi cara bonita. Con su carácter frío holandés ha estudiado el terreno y proyecta alguna cosa...”
Retrasó el viaje, disculpándose por carta, hasta que Theo acabó pagando todas las deudas que tenía Gauguin. Entonces, este viajó a Arlés el 23 de octubre. Mientras, Vincent había realizado diversas series de pinturas para decorar la casa, especialmente la habitación destinada a Gauguin.
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La ideología del Simbolismo surgió a finales del siglo XIX. Según escribió en el año 1886 Edouard Dujardin, uno de los grandes teóricos de esta técnica: El objetivo de la pintura y la literatura es reproducir el sentimiento provocado por las cosas con los medios propios de las citadas artes. Lo que se debe expresar no es la imagen sino su carácter.
En la obra, Jarro con doce girasoles, pintado en agosto de 1888, Van Gogh buscaba el espíritu del simbolismo. La meticulosidad de las flores contrasta con la caótica situación de las hojas así como la pastosa aplicación del color que, delante del fondo azul claro, consigue que el cuadro tenga un significado que va más allá que la simple reproducción de las flores.
Expone la imaginación del artista y su gran fuerza expresiva, la cual exigía un gran delirio de sentimientos.
Durante ese mes de agosto realizó cuatro pinturas de girasoles: primero con tres flores, después con cinco, y finalmente, con doce girasoles sobre un fondo azul, y otro con quince sobre fondo amarillo.
Antes de la llegada a Arlés de Gauguin, le envió un autorretrato, con el título de Autorretrato como un bonzo, cuadro en el que es evidente su identificación con el japonismo, ya que se retrató con la cabeza rapada al estilo bonzo.
Gauguin fue el que impulsó a Van Gogh para que pintase lugares históricos de Arlés y así trabajaron juntos y pintaron la serie de vistas de Alyscamps. Escogieron diferentes motivos, Gauguin pintó un paisaje con un encanto pintoresco y más bien refinado, mientras que Van Gogh escogió un paseo enmarcado por altos álamos que tenían un color amarillo puro que contrastaba con el verde-azul del cielo. En cambio el color empleado por Gauguin era mucho más tímido. Se pintaron mutuamente, Gauguin pintó de perfil a Van Gogh y este pintó a Gauguin de espaldas.
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LA OREJA
Con el paso de las semanas, la convivencia de los dos artistas fue empeorando, debido a sus diferencias personales, acentuadas por el carácter muy temperamental de ambos. Pasados menos de dos meses, en la tarde del 23 de diciembre de 1888, Van Gogh y Gauguin tuvieron un altercado que dio origen a una de las explicaciones que se han dado acerca de la pérdida de la oreja izquierda del primero.
Gauguin en sus memorias, dice que Van Gogh le amenazó y persiguió con una navaja barbera y que por la noche el neerlandés se automutiló. A continuación, Van Gogh habría envuelto la oreja en un paño y se habría dirigido a un burdel de Arlés que frecuentaba con Gauguin, donde presentó este “regalo” a una prostituta llamada Rachel. Posteriormente regresó a la “casa amarilla”.
A la mañana siguiente la policía lo encontró inconsciente, y fue trasladado al hospital Hôtel-Dieu de Arlés. Se avisó a Theo, y Vincent, que no recordaba el suceso, quedó ingresado durante catorce días. Gauguin dejó Arlés con rumbo a París y no volvió a tener contacto con Vincent, exceptuando algunas cartas.
Gauguin declaró a la policía que la pérdida del apéndice auditivo se habría debido a una autolesión. Se ha expuesto la teoría de que el corte en la oreja fue una automutilación del artista como resultado del disgusto que le provocó la noticia de que su hermano Theo se iba a casar.
Nunca hubo unanimidad entre los estudiosos de los hechos, debido a las pocas fuentes existentes y a que la versión generalmente admitida se basa en las memorias de Gauguin, publicadas en 1903. En 2009 Hans Kaufmann y Rita Wildegans, en su ensayo Van Goghs Ohr, Paul Gauguin und der Pakt des Schweigens -La oreja de Van Gogh, Paul Gauguin y el pacto del silencio-, revisaron el incidente estudiando el informe policial, las noticias publicadas en los periódicos de la época, la correspondencia de los dos pintores y los pocos testimonios existentes, muy posteriores a los hechos. Llegaron a la conclusión de que fue Gauguin quien hirió a Van Gogh con su sable en la disputa (era maestro de esgrima), y que una vez solo Van Gogh habría terminado de recortar la oreja. No se encontraron ninguna de las armas. Van Gogh no habría dicho nada para proteger a su amigo, y Gauguin habría regresado precipitadamente a París debido a su mala conciencia. Leo Jansen, conservador del Museo van Gogh de Ámsterdam, rechaza tal conclusión, afirmando que la evidencia presentada ha sido en su mayor parte sacada de contexto.
Durante mucho tiempo se creyó que el artista se había cortado solo parte del lóbulo de la oreja, no el apéndice completo. Sin embargo, un estudio de 2016 presentó, entre otras cosas, una carta a Theo van Gogh del doctor Félix Rey, que le atendió durante el incidente, donde describe la lesión y acompaña un dibujo que demuestra que se cortó la oreja casi por completo, conservando tan solo un trocito inferior del lóbulo.
Al volver a su casa Van Gogh pintó el Autorretrato con oreja vendada, del que existen dos versiones. Ambos cuadros muestran un vendaje en la parte derecha de la cabeza, y debieron ser pintados delante de un espejo, ya que la oreja seccionada fue la izquierda.64 En uno Van Gogh se representa fumando en pipa para transmitir una sensación de sosiego, en una composición en la que predomina tanto el equilibrio cromático como el equilibrio de los elementos iconográficos. Pasadas cuatro semanas volvió a ser ingresado en el hospital ya que presentaba síntomas de manía persecutoria y se imaginaba que le querían envenenar. Durante unos diez días estuvo bajo tratamiento del doctor Félix Rey.
En marzo, atendiendo una petición de los vecinos de Arlés que avisaron a la policía, fue ingresado una vez más, permaneciendo seis semanas en el Hospital Hôtel-Dieu de Arlés.
El 17 de abril, Theo contrajo matrimonio con Johanna Bonger en Ámsterdam. Poco después, Vincent decidió internarse voluntariamente en el hospital mental de Saint-Paul-de-Mausole, un exmonasterio en Saint-Rémy-de-Provence, a unos treinta y dos kilómetros de Arlés.
Sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence
Los últimos años de Van Gogh estuvieron marcados por sus permanentes problemas psiquiátricos, que lo llevaron a ser recluido en sanatorios mentales de forma voluntaria, entre los que se encontraba el manicomio de Saint Paul-de-Mausole en Saint-Rémy-de-Provence, donde ingresó el 8 de mayo de 1889.
En el sanatorio tenía dos habitaciones disponibles, una de ellas habilitada para servirle de taller. Cuando no quería pasear, por temor a sufrir una crisis, pintaba cuadros de interior, como Jarrón con lirios. Uno de sus primeros cuadros allí fue Iris, donde muestra una gran vitalidad rítmica y una gran conjunción de colores.
En esta época su pintura se caracteriza por la presencia de remolinos, como se puede observar en una de sus pinturas más conocidas, La noche estrellada.
Cuando empezó a salir a dar paseos por los alrededores de la clínica, creó obras con pinos, cipreses y olivos. Fue durante el mes de junio cuando desarrolló los efectos pictóricos ondulantes en los árboles. De los olivos con sus troncos sinuosos, hizo varios cuadros: Alpilles con olivos en primer plano,
Los pinos los tenía como modelos en el mismo jardín del hospital. Uno de los primeros cuadros fue Maleza, donde solo se aprecian en la parte inferior de los troncos con tonos constituidos por azules fríos. Más tarde pintó los pinos que se aprecian en los cuadros:
y Pinos en el cielo de la tarde. Pero fueron los cipreses, con su forma triangular, los que le sirvieron para crear una magnífica serie de paisajes. Incorporaba la mancha oscura del ciprés en muchas de sus grandes composiciones, como La noche estrellada y, entre otras, en Campo de trigo con ciprés; Cipreses con dos mujeres y Ciprés en el cielo estelar.
En Saint-Rémy, volvió a tener la necesidad de copiar a pintores que admiraba, por lo que pidió a su hermano Theo que le enviase láminas de reproducciones, a partir de las que él interpretaba el color a su manera. De esta forma exploró temas religiosos como La Piedad (Delacroix), donde pintó a Cristo con el cabello y la barba de color rojo y La resurrección de Lázaro (por Rembrandt).
También volvió a copiar algunas de sus pinturas favoritas, las de Millet: la Campesina batiendo el lino y La Noche, a partir de La Veillée de Millet.
Todas estas pbras se conservan en el Museo Van Gogh de Ámsterdam.
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Exposiciones en vida
La primera exposición de la obra de Van Gogh fue en París en 1889, en el Salón de los Independientes, organizada más tarde (entre mayo y octubre) que en otros años, para que pudiera coincidir con la Exposición Universal de aquel mismo año. La elección de obras la hacían los mismos artistas, pero los nuevos socios solo podían presentar dos, y Van Gogh indicó a su hermano las dos pinturas que quería enviar: La noche estrellada (1888) e Iris (1889).
En enero de 1890 recibió la invitación para participar en una exposición en Bruselas con el grupo Les XX, a la que envió seis obras: dos de la serie de Los girasoles y cuatro sobre paisajes. Dos de las que había pintado en Arlés, La viña roja y Vista de Arlés, y dos más en Saint-Rémy. Durante la inauguración, Henri de Groux criticó los cuadros de Van Gogh, pero salieron en su defensa Toulouse-Lautrec y Paul Signac. En esta misma exposición vendió la obra El viñedo rojo, adquirida por la pintora perteneciente al grupo Los XX Anna Boch, hermana de su amigo Eugène Boch.
Finalmente fue en el Salón de los Independientes de París, en febrero de 1890, donde expuso la cuota completa de diez pinturas.
Volvió a tener nuevos colapsos, que le duraban más que las veces anteriores; padecía angustia, terror y alucinaciones con accesos de ira muy intensos. Cuando volvió a escribir a Theo, le explicó que había decidido abandonar la clínica y después de una breve estancia en París con su hermano, decidió establecerse en Auvers-sur-Oise.
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Ya en Auvers-sur-Oise, localidad cercana a París, se instaló en una habitación de la posada Ravoux. Allí conoció a un amigo de Theo, el Dr. Paul Gachet, pintor aficionado, que se ofreció a cuidarle y visitarle. Bajo la atención del Dr. Gachet la actividad artística de Van Gogh fue intensa: en dos meses pintó más de setenta cuadros. Frecuentaba la casa del doctor, y pintó el jardín, a su hija Margarita rodeada de flores y en el piano, y al mismo doctor. Van Gogh volvió a refugiarse en la pintura con gran entusiasmo, le gustaban los paisajes de Auvers, como antes habían maravillado a tantos otros pintores como Corot, Pissarro, Armand Guillaumin y Cézanne.
Escribió a su madr:
Estoy plenamente absorbido por estas llanuras inmensas de campos de trigo sobre un fondo de colinas, vastos como el mar, de un amarillo muy tierno, un verde muy pálido, de un malva muy dulce, con una parte de tierra labrada, todo junto con plantaciones de patatas en flor; todo bajo un cielo azul con tonos blancos, rosas y violetas. Me siento muy tranquilo, casi demasiado calmado, me siento capaz de pintar todo esto.
En esta población es donde empezó a utilizar el formato horizontal alargado de doble cuadrado, que precisamente en el valle de Oise había sido utilizado por el pintor Charles-François Daubigny de la escuela de Barbizon. Van Gogh pintó algunas veces el jardín de la casa de Daubigny.
Su cuadro sobre La iglesia de Auvers-sur-Oise está construido sobre líneas fuertes y definidas, que producen el efecto de una escultura recortada sobre el azul intenso del cielo, lo que da una sensación de oscuridad. La profundidad la consigue con los dos caminos en forma de /v/ en un primer plano; estos caminos aparecen colocados de manera similar en su obra posterior, Campo de trigo con cuervos. Van Gogh señala en sus cartas la soledad y la melancolía que tienen estos últimos paisajes de trigales bajo cielos tempestuosos y amenazantes.
Se ha dicho que los símbolos de los cuervos planeando sobre el trigo sugieren la premonición de la muerte. Las dos bandas de color, con el contraste del azul y el amarillo, anulan el espacio de la perspectiva, cuya composición, en campo abierto tiene un sentido inverso; saliendo del horizonte hacia la parte delantera. El azul del cielo está en un solo plano y consigue crear una unidad, mientras que el amarillo del trigo está dividido en dos planos, el rojo de los caminos en tres y el verde complementario de las franjas del camino en cinco. Este cuadro es considerado como una de las mejores obras del artista
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Antonin Artaud, con un extenso poema en prosa, da la noción de la calidad de Van Gogh; basta leer algunos fragmentos de tal poema "Van Gogh, el suicidado por la sociedad":
(...) Vuelvo al cuadro de los cuervos; ¿quién ha visto cómo, en ese cuadro, equivale la tierra al mar? (...) el mar es azul, pero no de un azul de agua, sino de pintura líquida (...) Van Gogh ha retornado los colores a la Naturaleza, pero, a él, ¿quién se los devolverá? (...) aquel que supo pintar tantos soles embriagados sobre tantas parvas sublevadas, el Café de Arlés, la recolección de las olivas, los Alyscamps; (...) 'El puente', sobre un agua en donde se tiene el irrefrenable deseo de hundir el dedo en un movimiento de regresión violenta a la infancia (...).
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