sábado, 11 de enero de 2014

Doménikos Theotokópoulos – Δομήνικος Θεοτοκόπουλος. Candía.


Candía, 1541–Toledo, 1614

Este fragmento de óleo, no bien identificado ni definitivamente atribuido, es muy probable que sea de El Greco, dada la cifra millonaria que alcanzó su compra, anónima, en Bonhams –Londres– a finales de 2012.

Debido a las dificultades notorias en la distinción entre aquellos trabajos auténticos que pueden ser verificados absolutamente como obras de El Greco y las variantes de taller, decidimos atribuir la pintura al artista en nuestra descripción de catálogo de una forma cautelosa. Sin embargo, el entusiasmo que recibimos tanto antes como durante la subasta es un dato importante para verificar esta atribución y estamos encantados por el resultado. –Andrew McKenzie, director de pintura antigua de Bonhams–.

Se apuntó la posibilidad de que se tratara de un San Pedro, en vista de su parecido con otra imagen, supuestamente del apóstol, que aparece en el Expolio –Catedral de Toledo, Sacristía–, que copio aquí:


He cambiado la posición del cuadro para mejor captar su similitud –en el original, el personaje en cuestión, está mirando al otro lado-. El parecido es innegable, pero es evidente que si las dos imágenes correspondan al mismo modelo, no son del mismo período y, creo que este es el único dato que se hizo público, y que se empleó como término comparativo. Nuestro protagonista habría perdido mucho cabello entre una pintura y otra, además del fuerte rizo, y sus cejas también han blanqueado. Así, pues, los retratos podrían ser del mismo modelo, pero no de la misma época.


Una posición equidistante sería esta imagen de la Adoración de los pastores del Museo del Prado. Concebida la obra de la que forma parte, para presidir el enterramiento del pintor en Santo Domingo el Antiguo, de Toledo, esta cabeza, en opinión de algunos críticos, sería un autorretrato.

Mi percepción, personalísima en este caso, tiene más que ver con aspectos emotivos, que con el arte, aunque en tantas ocasiones se imponga lo contrario. Cuando vi la imagen de Bonham por primera vez, mi reacción fue: ¡Es el Greco! y no puedo aportar ninguna razón convincente al respecto, ni mucho menos, explicar en qué pudo basarse aquella impresión tan inmediata y contundente. Sólo diré que quizás se deba al hecho de que empecé a conocer al pintor desde la infancia, contemplando obras originales y sintiéndome feliz y como abducida, cuando iba a visitar La Casa del Greco en Toledo, creyendo verdaderamente, que se trataba de su casa.


Por otra parte, si giramos también este gran retrato ¿no aparece la sensación de que el personaje podría estar pintando? Porque en esta forma, lo haría con la mano derecha, que en la imagen que supongo original, se limita a servir de apoyo a una cabeza cansada y acaso, triste, en tanto que ahora, parece, más bien, concentrado.

En definitiva, si solo conocemos la medida del lienzo -68 x 56 cm.- pero no tenemos fecha, ni resultados de los estudios que se hayan podido llevar a cabo sobre la obra, podemos servirnos de la intuición, con la seguridad de que se trata de un Greco; primero, porque lo parece y, segundo, porque el anónimo comprador, ha estimado, sin duda, que lo es, y como no hay retratos del Greco que estén fuera de duda, he optado por empezar con este, que en cualquier caso, es una pintura realmente extraordinaria.
***


El Greco nació y vivió en Creta -Κρήτη, antes, Χάνδακα, –literalmente, Jándaka–; allí vivió hasta los 26 años y aprendió el arte de pintar iconos. 

El Dux veneciano Enrico Dandolo, ante la imposibilidad de cobrar los 85.000 marcos de oro que reclamaba por el transporte de los ejércitos de la IV Cruzada, les propuso desviarse de su objetivo, la recuperación de los Santos Lugares, y atacar Constantinopla, que en aquel momento era considerada enemiga por haber anulado el monopolio comercial de Venecia.  Los Cruzados, comandados por Balduino IX y Bonifacio de Montferrato aceptaron la propuesta de Dandolo y en 1204 permitieron el ataque, saqueo y casi definitiva destrucción de Constantinopla, que era cristiana. 

A pesar de que el Pontífice, Inocencio III condenó el hecho y excomulgó a los venecianos, en el reparto del botín, Montferrato recibió la propiedad de Creta, que después revendió a Venecia, quien mantuvo el dominio sobre la isla hasta que fue invadida por las tropas otomanas de Yusuf Pachá. Heraklion, la capital, muy bien fortificada, sufrió un larguísimo asedio, siendo defendida por el general veneciano Morosini, hasta su inevitable capitulación, en 1669.


Aspectos de la fortaleza veneciana Rocca al Mare –Το φρούριο Κούλες–Kules, protegía el acceso al puerto de Heraklion.


El Greco, pues, vivió aquellos 26 años inmerso en la cultura veneciana, pero sin abandonar nunca sus raíces cretenses; siguió empleando la lengua griega siempre que pudo y la leía, a juzgar por los libros de su biblioteca, además, como se sabe, firmaba sus obras con caracteres griegos, añadiendo, a veces, la palabra  κρης -de la tierra de Creta, lo que indicaría que a pesar del dominio veneciano, asistió a la escuela griega. 

La investigación ha hallado documentos en los que se registra un apellido similar al del pintor en Fodele; podría ser que su familia procediera de allí, pero lo único seguro es que eran de Creta, porque él mismo lo declaró así en Toledo ante la Inquisición; por la inclusión de la palabra "Cres" en su firma y porque así debió decírselo con frecuencia a sus amigos, ya en España, dando lugar, por ejemplo, al bello soneto que le dedicó Fray Hortensio de Paravicino:

Creta le dio la vida y los pinceles…

En el mismo sentido se interpreta la carta que aparece, muy destacada, en la mano del Apóstol San Pablo, del Museo del Greco, en Toledo–, dirigida a Tito, que fue el primer Obispo de Creta, siendo asimismo San Pablo tradicionalmente considerado como el evangelizador de Grecia.

«A Tito, consagrado por imposición de manos, primer obispo de la iglesia de los cretenses»

Aparte del hecho de que Theotokópoulos aprendió a pintar iconos posbizantinos, llegando a ser Maestro en este arte –documentado en 1563-, no sabemos mucho más de su vida en Creta, aunque sí de su familia, cuyo nombre, sin embargo, no aparece en los padrones venecianos, en los que se registraron los bautizados católicos durante su dominio, y que llevaron consigo a la metrópolis cuando tuvieron que abandonar Creta. 

Se cree que uno de sus maestros pudo ser G. Gripioti, en una época en que la pintura bizantina empezaba a reflejar la influencia de Occidente. Su objeto eran fundamentalmente los iconos, sobre todo, portátiles, cuyos creadores, organizados en gremios al modo italiano, llegaron a conformar la conocida Escuela de Creta, compuesta por unos 200 artistas.

El padre de Doménikos se llamaba Γεώργιος –Giorgos Θεοτοκόπουλος; recaudador de impuestos y comerciante y tenía otro hijo llamado Μανούσο –Manusso; 1531-1604, que continuó la profesión paterna, hasta que acompañó al pintor a Toledo.

Un documento datado en 1566, contiene un permiso otorgado al Greco, para vender participaciones de un sorteo, cuyo premio era una pintura suya, valorada en 70 Ducados, una cifra considerada muy notable, tratándose de un artista nobel.

La Dormición/Asunción de Nuestra Señora de Psarianón, alrededor de 1567, temple sobre madera, 61,4 x45 cm. Ermoúpoli, Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora.

Esta obra presenta la pervivencia del estilo bizantino: fondos dorados, rostros tópicos, falta de perspectiva, muy restringida gama de colores, etc. pero el Greco aporta en ella algunas novedades muy notables, como el grupo celestial, el Espíritu Santo en forma de Paloma o Cristo inclinado sobre María, en el momento en que fallece y su alma asciende a los cielos, donde vuelve a ser visible. Aparece ya, pues, esta conjunción de planos cielo/tierra dentro de la misma pintura, que casi se convertirá en una costumbre para el artista.

La firma del Greco, en la base del candelabro, en el centro de la imagen, fue descubierta en 1983 por Mastorópoulos; sirvió para identificar la obra y supuso un gran avance en la investigación en torno al pintor.

San Lucas pintando a la Virgen. 1565–67. Temple sobre madera, 42x33 cm. 
Museo Benaki, Atenas.

De acuerdo con la tradición, San Lucas sería quien realizó el primer icono o retrato de María. Dicha escena, mostraba tan marcada impronta bizantina, que hizo creer que no podía ser del Greco, pero una vez que se descubrió la firma de la Dormición, sucesivas investigaciones de carácter comparativo, llevaron a la crítica a reconocer su autoría, también en este caso. Existe un documento en que se afirma que el autor pintó un icono dorato, que podría ser este, a pesar de la superficie desaparecida del mismo. El brillo de la túnica de San Lucas, parece mostrar ya una clara influencia veneciana, que el Greco perfeccionaría de forma magistral a lo largo de su vida. Destaca asimismo, una incipiente perspectiva, en el caballete, la banqueta y la caja de colores sobre la misma.
***

Entre 1540 y 1550, el viajero francés Pierre Belon du Mans, realizó un largo viaje por el Mediterráneo y Oriente, deteniéndose especialmente en Creta, justo cuando el Greco vivía allí, inmerso en un mundo más helénico que veneciano, del que Belon aporta interesantes curiosidades. Tal vez sea esta la única vía de aproximación a la desconocida infancia del genial artista.

Pierre Belon –Petrou Beloníou (1517-64) retratado en su libro: 
Observaciones de Varias Singularidades y Cosas Memorables encontradas en Grecia… etc.
Edición de las Observaciones, aparecida en París, 1554

Los autores de todas las buenas ciencias y disciplinas que veremos hoy, han salido en su mayor parte de Grecia, la cual (como la fortuna permite que las cosas se cambien repentinamente) de rica y opulenta que era antiguamente, y bien dotada de gentes letradas en todas las disciplinas, y que dominaba por su virtud una gran parte del mundo, está ahora reducida a tal estado, que no queda un solo pie de tierra que no se haya vuelto tributario bajo el yugo de los turcos, o bajo la servidumbre de los venecianos. Los griegos que están bajo los venecianos, tienen alguna mejor parte en lo que mira a la religión, que no la tienen los que son tributarios del turco. 

Todos los griegos, tanto de una parte como de la otra, están el día de hoy en tan maravilloso reino de la ignorancia, que no hay una ciudad en todo su país donde haya universidad y tampoco les alegra hacer aprender las letras y las ciencias a sus hijos. 

Todos indiferentemente hablan una lengua corrupción de la antigua, aunque unos son más elegantes que otros: no obstante, sus palabras se aproximan más al buen Griego, que las palabras de los italianos se aproximan al Latín. Los de las ciudades que están bajo los venecianos, hablan tan bien italiano como griego, pero los de los pueblos solo hablan puro griego. Así también, entre los griegos de las zonas que domina el turco, los de las grandes ciudades hablan turco y griego, pero los de los pueblos solo hablan griego.

Lo mismo pasa con la forma de vestir, pero la gente sencilla de una parte como de la otra, ya sean de las islas o de tierra firme, retienen algo de su antigüedad, pues llevan ordinariamente los cabellos largos, cortados en la parte de delante y debajo de la frente y usan gruesos bonetes dobles. 

Y he encontrado a habitantes de las islas que viven en su religión casi de una misma manera, incluso los de Chipre, Rodas, Lemnos, Chios, Imbros, Tassos, Patmos, Co, Metelin, Corfú, Zante, Naxia, Creta y otros insulanos que permanecen en la fe cristiana, aunque estén bajo los turcos. 

En general no tienen apenas útiles de menaje, ni tampoco los turcos y no se acuestan en lechos de plumas. Cierto es que tienen colchones llamados estramatis, hechos de lana.

Todos estiman cosa odiosa poner agua en el vino; beben tanto una cosa como la otra, principalmente, los de Creta. Beben a menudo y pequeños sorbos de fuerte malvasía. Así, ahora dicen Grecari para entender Inebriari. Pero para beber a la greca hay ceremonias y me parece bien contarlas. 

Hay que entender que las mesas griegas son a menudo muy bajas y tienen por costumbre beber por rango, sin perder nunca el orden, y si alguno pidiera vino fuera de su rango, sería reputado incivil. Y el que está mejor dispuesto para dar de beber, tiene la jarra de vino sirviendo a toda la trouppe. La costumbre es beber con un pequeño vaso sin pie y beber todo lo que se ha vertido dentro, no dejando ni una gota de vino. Se invitan varias veces a beber como los alemanes y después se abrazan, se tocan las manos el uno al otro y luego se las aplican a la frente y a partir de ahí se entrebesan en la cara, tanto la derecha como la izquierda y después ya no guardan los rangos para beber. Y porque beben el fuerte vino a pequeños sorbos y esto los altera, tienen agua cerca y beben grandes tragos para desalterarse. 

Las mujeres no asisten a los banquetes y no están presentes cuando beben y comen en compañía. Esto se ha usado siempre.

La antigua manera de los étnicos de llorar por los muertos sigue siendo igual en Grecia…igual que los albaneses, búlgaros, croatas, sercassos, servios, valacos, sclavones y dálmatas, y otros que tienen parte de griegos. Pero es la cosa más fantástica que es posible pensar: pues cuando alguno ha traspasado, las mujeres se reúnen en un cierto lugar asignado y desde antes del amanecer, empiezan a gritar golpeándose el pecho, se arañan la cara y se tiran del pelo, de modo que es gran piedad verlas y, a fin de hacer mejor tal misterio, pagan a una mujer que tenga buena voz y que cante más alto que las demás, para que marque las pausas y acentos y así lloran, empezando con las alabanzas del fallecido desde que nació y siguen narrando hasta su muerte. Ocurre con mucha frecuencia en estos duelos que las mujeres se golpean en exceso y a veces, las muchachas jóvenes también se arañan toda la cara. 

En cuanto a los señores de Venecia que dominan en algunas islas en las que los habitantes tienen esta costumbre de llorar a los muertos, como en Corfú, Chipre y Creta, algunas veces han prohibido que se les llore a la griega, aunque los habitantes no han dejado por eso de seguir haciéndolo, porque los hombres se interesan en ello. 

La costumbre es que las mujeres de los griegos no se muestren en público; sin embargo, si hay una joven bella en la ciudad en la que se llora al difunto, se sentirá muy feliz de tener ocasión de mostrar su belleza acompañando a las demás por la ciudad, habida cuenta que van en grupo, con el pelo suelto y con el pecho descubierto mostrando sus bellas carnes. En estos casos los hombres también encuentran al menos el placer de ver a las mujeres y a las hijas de sus vecinos cómodamente, pues verlas en otra ocasión, el espectáculo es de opinión diversa; unos sienten celos y otros amor.
Mapa de la Creta de la época veneciana

El Monte Ida es ahora Ψηλωρείτης -Psiloriti, [que no tiene árboles]-, desde su cima, yo he visto fácilmente el mar a los dos lados de la Isla. Es tan alto que la nieve lo cubre todo el invierno. 

[El Psiloritis tiene  2.456 metros de altitud y está situado casi en el centro de la Isla entre Heraklion y Rézymno. En su ladera Norte nació Zeus.]

¡Cuántos cipreses crecen aquí y allá entre las rocas de los valles!. Esta isla tiene 15.200 millas de circuito [millas geográficas cuadradas; casi exacta la medida actual = 8.336 km2], y porque hay tantas montañas, apenas hay llanura, y esta es la razón por la que  hay una parte del país en que la tierra no da ganancias a sus dueños como la tierra fértil, ya que los animales tienen allí buenos pastos que alimentan a grandes rebaños de corderos y cabras, que les proporcionan muchas ganancias, como los quesos y las lanas. 

No fue por nada por lo que los cretenses antiguamente fueron dedicados a Diana, porque todavía hoy, siguiendo esta antigua costumbre, desde la infancia, por instinto natural tiran con el arco escita, e incluso un niño de cuna que llora, se tranquiliza si le muestran un arco o le ponen una flecha en la mano y saben servirse mejor de ellos que los mismos turcos. 

Ahora mismo no hay en toda la isla de Creta sino tres ciudades de renombre; la principal es Candía, que antiguamente se llamaba Matium y de la que toda la isla ha tomado su nombre moderno. La segunda en grandeza es la Janiá, y, la tercera es Rézimno, algo más incómoda para navíos y galeras, pues allí no pueden entrar sino pequeñas barcas, pero Janiá y Candía tienen muy buenos puertos para toda clase de bajeles y están muy bien cerrados y defendidos a todos los vientos. 

Imagen de Google Earth


Puerto veneciano de Xaniá.


Rézymno

A pesar de la decadencia intelectual que lamenta el viajero Belon, con el tiempo y, huyendo del avance otomano, muchos artistas bizantinos se instalaron en Creta. La cultura mejoró progresiva y notablemente,  en la última etapa veneciana. Empleando tanto el alfabeto latino como el griego, se creó y recuperó una brillante cultura literaria. De la generación del Greco y, también cretense, sigue vigente un gran poeta: Βιτσέντζος Κορνάρος -Vincenzo Kornaro (1553-1614), autor de Ερωτόκριτος -Erotókritos.

Erotócrito, enamorado de Aretusa -Virtuosa, debe superar interminables pruebas para alcanzar su amor.

Ερωτόκριτος (Ο τροχός της μοίρας) –Erotócritos (La rueda del destino).

Kαι τ' όνομά τση το γλυκύ το λέγαν Aρετούσα,
Y con el dulce nombre de Aretusa la llamaban
sus bellezas eran muchas, era rica en hermosura
dotada por la naturaleza de gracia femenina
y no había otra igual en Oriente y Occidente.

Kαι τ' όνομά του νιούτσικου Pωτόκριτο το λέγαν,
Y el nombre del muchacho, Rotócrito le llaman
era fuente de virtud y manantial de nobleza
y todas las gracias que el cielo y las estrellas producían
todas le fueron destinadas, todas le adornaron.

Kι όντεν η νύκτα η δροσερή κάθ' άνθρωπο αναπεύγει, 
Y cuando en la fresca noche la gente duerme
y cada animal busca un lugar a donde volver,
él tomaba su laúd y caminaba silencioso
y lo tañía muy dulcemente frente al palacio.

Uno de los más bellos aspectos de la escarpada tierra cretense, es el esplendor de sus flores.

“En todas partes crecen flores, pero las más hermosas crecen en Creta”. (Tradicional).

El Príncipe Minoico que paseaba por un campo de Lirios. 
Del Palacio Real de Knossos. –Museo Arqueológico– Heraklion, Creta

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