Para finalizar este tema, algunos datos a tener en cuenta:
En el Mundo, la OMS calcula (según informe de Nov. 2016) que en 2015, el 68% de la población mundial tenía acceso a instalaciones de saneamiento mejoradas, incluyendo inodoros y letrinas cubiertas, en comparación con el 54% de 1990.
Casi un tercio de la población mundial actual ha obtenido acceso a una instalación de saneamiento mejorada desde 1990, un total de 2,1 millones de personas.
2.400 millones de personas aún no disponen de instalaciones sanitarias básicas, como baños o letrinas.
De éstos, 946 millones todavía defecan al aire libre, por ejemplo en canales de la calle, detrás de arbustos o en cuerpos de agua abiertos.
La proporción de personas que practican la defecación abierta a nivel mundial ha caído casi a la mitad, de 24% a 13%.
Se piensa que al menos el 10% de la población mundial consume alimentos regados por aguas residuales.
El saneamiento deficiente está relacionado con la transmisión de enfermedades como el cólera, la diarrea, la disentería, la hepatitis A, la fiebre tifoidea y la poliomielitis.
Se estima que el saneamiento inadecuado causa 280 000 muertes diarreicas anualmente y es un factor importante en varias enfermedades tropicales desatendidas, incluyendo gusanos intestinales como en el caso de la parasitaria esquistosomiasis; o el tracoma, enfermedad en la vista causada por la bacteria clamidia tracomatis, presente hoy, por desgracia en 42 países y responsable de la ceguera de 1.9 millones de personas en el mundo. El saneamiento deficiente también contribuye a la desnutrición.
La OMS publicó en 2006, 4 volúmenes en los que da una guía para el correcto tratamiento de aguas residuales y deshechos aplicados al uso de la agricultura:
Volume 1: Policy and regulatory aspects
Volume 3: Wastewater and excreta use in aquaculture
Volume 2: Wastewater use in
agriculture
(Me los voy a leer por las noches y después, si puedo, les cuento)
Como corolario, en 2013 el Vice-Secretario Gral de la ONU planteó como objetivo terminar con la defecación al aire libre para 2025. Además, la WHO está trabajando conjuntamente con UNICEF para erradicar para 2025 muertes de niños por pneumonía y diarrea; también para lograr un acceso total a agua potable, saneamiento e higiene en Hospitales y casas particulares para 2030; pienso estar viva y quiero verlo.
Y ya que me han seguido fielmente en esta serie, cuyo tema es harto desagradable -lo lamento, pero más lamento que sea de mucha actualidad- les cuento una anécdota mía: En el año 2004
cuando recién hacía dos años que vivía en Israel, llegada de la gran
metrópoli de Buenos Aires, Argentina, fui invitada una tarde de
primavera a la celebración de un matrimonio en un bellísimo campo de olivos. "¡Qué romántico!" pensé, pero siempre previsora, pregunté: "¿Hay servicios?" Se me dijo: "Por supuesto, todo está arreglado para la comodidad de los invitados, no te preocupes", y con tamañas palabras aseguradoras, me quedé tranquila. Elegí para la ocasión un precioso vestido turco
de color bordeau con babuchas y un largo cinto que daba dos vueltas a
la cintura y cerraba con un gran moño que sostenía todo el atuendo, el mismo que ven en esta foto de aquí arriba (sí, soy yo).
Ni les cuento lo difícil que era
concurrir a los baños químicos para ambos sexos que colocaron en fila sobre el terreno
desparejo, por lo que había que subir como un escalón para entrar,
eran pequeñisimos y yo -claustrofóbica regenerada y acostumbrada al comfort
de la gran Ciudad en la que mi vestido no me había causado problema
alguno jamás- tenía que desarmar el moño, recoger en mi brazo todo el
cinto para que no cayera en el váter, bajar el vestido sin que se me cayera al piso ni tocara la taza, utilizar el
inodoro previamente forrado en papel, secarme, volverme a vestir, lo que
implicaba levantar el vestido, dar dos vueltas al cinto, atar bien el moño, tapar el váter para no salpicarme y apretar el botón del ¡flux!,
y por fin salir soportando los golpes en la puerta y quejas de los
que, considerando que yo me estaba divirtiendo ahí adentro,
despotricaban mientras hacían eses con las piernas para aguantar con sus vejigas a punto de explotar. Dejé de beber en lo que
restó de la noche, por lo que en seco, tampoco pude comer con lo delicioso que estaba todo... ¡fue uno de esos días en que lo hubiera dado todo por
ser hombre!.
¡Feliz día del Trabajo a todos los amigos!