Escribir
sobre las Novelas Ejemplares de Cervantes, con los
ríos de tinta que se han escrito sobre ellas, no deja de ser un desafío y hasta
una temeridad, pero como prometí contribuir al Club de Lectura virtual de La
Acequia que iniciamos en el 2008 con la Primera Lectura Virtual del
Quijote para la web 2.0 heme aquí ante esta mesa de
trucos, en la que Cervantes juega con el lector; que no tartamudea si
dice verdades, pero nada es lo que parece, mientras busca entretener sin
hacer mal a nadie y de paso, que el lector saque provecho de lo leído,
que a buen entendedor pocas palabras bastan o... como él dice en el prólogo a sus
Novelas: (...) será forzoso valerme por mi pico, que, aunque tartamudo, no
lo será para decir verdades, que, dichas por señas, suelen ser
entendidas. Y
por sino nos quedó claro, remata con este final: Sólo
esto quiero que consideres: que, pues yo he tenido osadía de dirigir estas
novelas al gran Conde de Lemos, algún misterio tienen escondido que las
levanta.
En la
española Inglesa estamos frente a una novela -dicen los expertos- del
tipo fantástico, una novela del género bizantino que
narra sucesos "de lo más inverosímil que imaginarse pueda"
(Sg. Schevill y Bonilla, en introducción mi libro JM SA ed. Madrid, Esp.
2000). Pero develemos los misterios
escondidos -verdades (además de la obvia pericia técnica)- según y
como yo lo veo.
La
propia historia de la bella e inteligente niña española
Isabela (estrella, rayo de sol, cometa, luna; de tan buen natural, honrada, que con facilidad aprendía....) -raptada por los ingleses ( en la novela) en el saqueo a
Cádiz en 1596 (real) y sus amores con Ricaredo, el gallardo e
intrépido joven inglés estilo-dios-Marte de ensortijados cabellos dorados, armadura brillante y 1,80, con el que se
crió en casa de sus raptores siendo ella
despojo-prisionera-esclava-sir vienta-hija- es como un manto que cubre otra
y otra (dependiendo de cuantas lecturas se hagan) hasta llegar al núcleo. En esta novela, triunfa el amor
espiritual sobre el físico (Ricaredo desposa a Isabela aún cuando
estaba fea, producto del envenenamiento) y defiende,
acorde con los tiempos, el Patriarcado (por cuanto defiende el valor
del matrimonio sobre el de la soltería en un convento o en otra parte).
En la
época histórica en la que Cervantes sitúa el relato, las relaciones entre
España e Inglaterra eran conflictivas, no hacía
mucho que la Armada invencible de
Felipe II había atacado a Inglaterra y un año antes,
el corsario inglés Francis Drake había atacado Cadiz. La paz entre
ambos imperios de firmó recién en 1604, para
ese entonces, ni la reina Isabel I de Inglaterra, ni el rey Felipe II de España
estaban vivos. Y ya que hablamos de fechas, sabemos que Cervantes vivió en
Andalucía entre 1587 y 1603... y mi abuelo materno nació en 1890
:-) Hay quienes (p ej Amenzúa, Lapesa) datan la escritura de esta novela entre 1604 y 1606, o un poco más tarde
hacia 1611 (Pellicer), a mi me gustaría situarla lo más tarde posible
porque:
Llama
la atención, como Cervantes muestra en su relato balance entre los caracteres
de los españoles e ingleses, por ejemplo, la voluntad y sabiduría del Conde de
Leste que se negó a que su capitán Clotaldo raptara a la niña (aunque igual lo
desobedeciera). O el cariño y esmerada educación que la niña Isabela recibe
a pesar de su cautiverio en casa de Clotaldo y Catalina (ingleses, en secreto
católicos). O la forma humana y positiva en que Cervantes retrata
a la reina Isabel etc. (aunque no falten los personajes perversos e
envidiosos como la Camarera real y su hijo el conde Arnesto), si bien es cierto y oportuno recordar
que la Reina Isabel (histórica) implementó una política de tolerancia religiosa
siempre que sus súbditos se mantuvieran leales a la Corona y explotó los
ideales de "su virginal pureza" para permanecer sola en el trono de
Inglaterra, sin ningún marido que coartara su poder, algo que nada tiene que
ver conque rechazara o no la sexualidad.
.
.
Si
consideramos que esta novela fue escrita posteriormente a la firma del Tratado
de Paz y sabedores de la ascensión a trono de Inglaterra de Jacobo I,
católico, podría ser acertado inferir que Cervantes modulara su anterior
animosidad (ver poemas y canciones) para decantarse por una visión de mayor
apertura hacia el entendimiento de ambos pueblos incluso con la esperanza, quizás, de que
Inglaterra volviera al catolicismo.
Ricaredo,
inglés católico tapado, se muestra magnánimo con los españoles apresados a los hora
de abordar los bajeles turcos, cuyo botín lleva a la reina
Isabel. Es así que libera a los padres de Isabela apresados por los turcos. Su
recompensa será al final de todas las peripecias, el matrimonio con su amada, la
que creyéndolo muerto estaba a un pie de entrar en el Convento. El
matrimonio vendría a significar, entonces, la tan merecida recompensa a ambos por el
largo camino de esfuerzo, perseverancia y amor, porque Amor, muy señores míos, omnia vincit.
No
sólo el dialogo intercultural es fluido a lo largo de la novela, es notorio
para mi la oposición entre la nobleza hereditaria (saqueadora,
envidiosa, decadente) con la floreciente sociedad mercantil a la que Ricaredo pertenece (que
crea riqueza en virtud del comercio, del trabajo y que realiza a tales efectos, transferencias
de dinero internacionales). Estas florecientes relaciones
comerciales además de generar diálogo intercultural generan riqueza, o quizás
sea a la inversa; porque generan diálogo intercultural, generan riqueza y
bienestar. Quizás sea esta la lección/verdad escondida que "el manco de Lepanto"
y ex-cautivo de Argel, nos legara en este escrito:
En el
diálogo intercultural se gana más que en la guerra.