Ed Alianza, Madrid, 2012
Los personajes que aparecen en la Obra:
Comenzamos por el autor: Alejo Carpentier (1904-1980) nació en Suiza, se crió en La Habana, Cuba, hijo de padre francés y madre rusa. Vivió de niño en Cuba, luego en Francia, también en México, Haití y Venezuela. Acuñó la expresión "lo real maravilloso americano" que influyó en los autores del boom latinoamericano. Polifascético, cultivó la poesía, el periodismo cultural, la crítica literaria. También la música, en diversas formas: como investigador, productor radial y de discos, promotor de conciertos, libretista y compositor de obras líricas. De joven perteneció a "Minorista" un grupo ecléctico de artistas, músicos e intelectuales que protestaba contra la dictadura del Gral Gerardo Machado y promovía el resurgimiento nacional. Fue encarcelado por ello en 1933, luego salió del país al que volvió en 1939. De niño tuvo formación musical (teoría, armonía, orquestación) y ejecutaba el piano y hasta incluso, compuso obras para este instrumento, pero no le parecieron buenas y allí, en cambio descubrió su vocación literaria.
Antonio Vivaldi (1678-1741) Nació en Venecia, hijo de Giovanni Battista Vivaldi y Camilla Calicchio. Su padre que era peluquero-barbero antes de convertirse en violinista profesional, le enseñó a Antonio a tocar el violín y luego realizó una gira por Venecia tocando el violín con su hijo. Antonio tenía 8 hermanos. Apodado Il preto rosso, porque además de cura era pelirrojo era también un gran compositor y un excelente violinista. En septiembre de 1703, Vivaldi se convirtió en maestro di violino (maestro de violín) en un orfanato llamado Pio Ospedale della Pietà. Vivaldi tenía solo 25 años cuando comenzó a trabajar en el orfanato. Durante los siguientes treinta años, compuso la mayoría de sus obras principales mientras trabajaba allí.
Como compositor, fue muy prolifero. Según un informe previo a 1980 (1), Vivaldi escribió 409 Conciertos, 136 piezas para música de cámara, 54 obras sacras y 46 óperas. Conciertos, como este, si pulsas este enlace, por ejemplo.
Georg Friederich Händel (1685-1759), anglisó su nombre a George Frederik Handel (G.F.H.). Nació en Halle, ducado de Magdeburgo, entonces parte de Braderburgo-Prusia, hijo de un eminente barbero-cirujano de la corte que no deseaba que su hijo fuera músico. G.F. H. se nacionalizó inglés y vivió en GB casi 50 años. Adoraba la ópera italiana pero fue exitoso con sus oratorios, en especial El Mesías, que lo sacó de las deudas y lo dejó bien pertrecho, volcándose en consecuencia, a este género musical.
Domenico Scarlatti (1687-1757): Nació en el reino de Nápoles en ese momento perteneciente a la Corona Española, y fue el sexto de diez hijos y hermano menor de Pietro Filippo Scarlatti, también músico. Comenzó estudiando con su padre, el compositor y profesor Alessandro Scarlatti. Luego se afincó en España.
Louis Armstrong (1901-1971) nació en Nueva Orleans, EEUU en un barrio muy pobre. hijo de Mary Albert y William Armstrong. La madre lo dio a luz en su casa a los dieciséis años. oWilliam Armstrong -el padre- abandonó a la familia poco después. Louis Armstrong fue criado por su abuela hasta la edad de cinco años cuando fue devuelto a su madre. Pasó su juventud en la pobreza en un barrio peligroso. A los seis años asistió a la Fisk School for Boys, una escuela que aceptaba niños negros en el sistema racialmente segregado de Nueva Orleans. Hizo trabajos ocasionales para los Karnoffskys, una familia de judíos lituanos. Los Karnoffskys lo recibieron y trataron como a uno más de la familia. Sabiendo que vivía sin un padre, lo alimentaron y cuidaron. Con ellos aprendió a hablar en idish. Por ellos, llevó un colgante con la Estrella de David durante el resto de su vida. Escribió sobre lo que aprendió de ellos en cuanto a resilencia y perseverancia en su autobiografía. Se inició en a música tocando en las bandas de los desfiles del pueblo.
Hasta aquí, los personajes reales, representados de una forma muy gráfica, Vivaldi con su naríz puntiaguda y peluca lavada; Handel con su cara rozagante y redonda y humor sajón, por ejemplo, o el napolitano Scarlatti que por influencia del negro Filomeno, temía terminar tocando música para caníbales (P55) en Concierto Barroco de Alejo Carpentier. A continuación los ficticios:
Hasta aquí, los personajes reales, representados de una forma muy gráfica, Vivaldi con su naríz puntiaguda y peluca lavada; Handel con su cara rozagante y redonda y humor sajón, por ejemplo, o el napolitano Scarlatti que por influencia del negro Filomeno, temía terminar tocando música para caníbales (P55) en Concierto Barroco de Alejo Carpentier. A continuación los ficticios:
El rico mexicano platero, "el amo/el indiano": S/nombre, nieto de españoles. De Méjico regresa al viejo Continente; pasando por Cuba, llega a España, a Madrid, en donde se aburre y continúa rumbo a Venecia, en donde llega durante el Carnaval. Este individuo, en Venecia, durante el Carnaval, se pone una máscara de Montezuma (P15) encarnando así la figura de este Rey azteca. Acto seguido, al encontrarse en el Bottheghe di Caffé con los tres músicos barrocos (Vivaldi, Handel y Scarlatti) le relata al personaje Vivaldi la extraña historia del cacique, algo que lo entusiasma para escribir una opera. El indiano esperaba en Venecia jugar al "Juego de astrolabios" para observar "a las guapas hembras", porque este personaje usaba a las mujeres, putas, para aliviarse con ellas, por no hallar señora de su condición que le abriese las cortinas de su alcoba (P35).
Francisquillo: Sirviente del amo, valga la redundancia, que "estiró la pata" en Cuba víctima de las fiebres malignas que flotaban por ahí.
El negro Filomeno: un negro libre, hábil en las artes de almohaza y atusado (...) (P24), que en los descansos rasguea una guitarra de mala pinta (...) Biznieto del negro Salvador, protagonista de una hazaña un siglo atrás por la que logra la libertad. Filomeno es un negro muy vital y alegre, toca música, canta, baila, se deja embrujar por mujeres suculentas. Incluso reza por una buena travesía en el barco. Gracioso, con humor "ni con los polvos de carey disueltos en aguardiente" (P 80), y suprememente irreverente "no hablen más mierdas" (P81). Que desea quedarse en París, al final, porque ahí lo llamarian Monsieur Filomene.
Una hojeada a Las mujeres que aparecen en la obra de A.C.: la Rosalba pittora (Rosalba Carriera) artista veneciana muy famosa, que había pintado "las tres bellas venecianas" (P14) quienes no le resultarían al amo tan distantes porque "muy pronto conocería a las cortesanas -plata, para ello, no le faltaba-". Además de "la visitante nocturna" (P15) ("buscadora de regalos de adioses") (P16) con la que contaba para refocilarse a gusto en su casa. Los retozos de la Filis y la Lucinada madrilleñas embrujaron a Filomeno (P36) que según el amo, eran "hembras de desecho y miseria al lado de cuanto encontraría en el ámbito de la Ciudad Pontificia". Tal como se expresa el personaje del Indiano, este ve a las mujeres como putas con las que "aliviarse" "por no hallar señora de condición que le abriese las cortinas de su alcoba ". (P35).
También aparecen las cantantes huérfanas o becadas del Ospedale, mecionadas en bulto, de a setenta , y alguna por su nombre como "Cattarina del Cometo" que flechó al negro Filomeno.
También aparecen las cantantes huérfanas o becadas del Ospedale, mecionadas en bulto, de a setenta , y alguna por su nombre como "Cattarina del Cometo" que flechó al negro Filomeno.
Motezuma (Montezuma, Moctezuma) el cacique: personaje real, pero cuyo trágico final todos conocemos pero que se cambia en la ópera Motezuma, de Vivaldi, respondiendo así al gusto barroco de lieto fine e tutti felici.
La india mujer de Montezumala Malinche, traidora, que no gusta a los barrocos (P80) y es directamente eliminada de la ópera de Vivaldi.
"Concierto Barroco": La novelita de Alejo Carpentier (A.C.) fue publicada en 1974. Tiene 8 Capítulos y en la Ed. que manejo (ver foto de cabecera) tiene 95 páginas, más un anexo con el indice de la Opera de Vivaldi y una nota del autor.
Esta novela, es a mi juicio, es un tributo a Vivaldi principalmente, pero también a Handel, a Scarlatti y a Armstrong. Y es un indiscutible tributo a la música como expresión del espíritu humano que busca lo armónico y sublime, pero sin llegar a ser la silenciosa música de las esferas (P93). Y no menos, un tributo al genio de Cervantes, que aparece en varios guiños a lo largo de la Obra, como cuando Carpentier menciona el básamo de Fierabrás en la P19, o Como cuando Filomeno afirma en la P37 "que tales molinos no son gigantes" o la mención en el párrafo siguiente a Guanajuato, que sabemos que es la Patria de Cervantes en Méjico o Cervantes su patrono :-) e incluso cuando el personaje Vivaldi dirige "el más tremendo Concerto Grosso que pudieron haber escuchado los siglos".
La Música -que trasciende tiempo y espacio- es el elemento aglutinante de la obra, no sólo une el nuevo y el viejo continente, también lo hace de forma tríptica incluyendo el elemento fertilizador del negro, de manera tal que tenemos reunido lo americano, lo negro y lo europeo, unidos en una creación, esta obra de A.C. Y ese negro que comienza con el fabuloso personaje Filomeno nos lleva a otro no menos extraordinario, al fenomenal Louis Armstrong. Vamos desde el Siglo XVI de Montezuma y la Conquista, al Siglo XX, Siglo en que vivió y murió el escritor, pasando por el Carnaval de Venecia, y Vivaldi, Handel y Scarlatti en el Barroco del Siglo XVII. Esto sucede porque:
Este ritmo circular que se da en la prosa de Carpentier por una sintaxis acumulativa, adjetivos, palabras eufónicas, acentos situados en una clave determinada, por una repetición de estructuras, vuelve una y otra vez como un Leitmotif musical que otorga al conjunto este, la entrada a ese espacio mítico en el que todo es posible, en el que todo se da; razón por la cual, repito, los personajes del pasado reales pueden reunirse con personajes ficticios presentes en este no-tiempo, también mítico (es decir, en el que el tiempo deja de ser lineal con un pasado, presente y futuro, representado en la Torre del Orologio) .
El humor tiene presencia destacada en esta obra de Alejo Carpentier e innumerables son los ejemplos que podría dar, como cuando: el amo orina "magistralmente, con chorro certero, abundoso y percutiente, en una bacinilla de plata (...) (P. 12); Un Montezuma entre romano y azteca y algo de Cesar tocado con plumas de quetzal, (P13); "Eso no lo carga ni un estibador egipcio. de esos que, por forzudos, alababa Aristófanes. (P19); o como cuando el amo y su visitante nocturna iban a "la habitación de los santos marcos de plata para oficiar los júbilos de la despedida (...) (P20); o la alusión que hace el negro Filomeno al Rey Fernando y la Reina Isabel, los Reyes Católicos, de que nadie sabe quien monta a quien porque tanto monta uno como el otro (P26). O en la pica entre Handel y Vivaldi (P58 y 59) en la que Vivaldi trata "de no acostarse con Almiras ni Agripinas como hacen otros"
Dos escenas representativas del humor carpenteriano:
1- Encuentro del indiano seguido del negro con el fraile pelirrojo, el sajón y el joven napolitano: en la Betteghe di Caffé de Victoria Arduino (P42 y 43), en Venecia ¿Para qué iba a traer careta el negro si su cara entre tanto blanco con medio rostro de estatua ya lo parecía? Y el fraile pelirrojo con su larga nariz corva entre los rizos de una peinado natural que tenía, sin embargo, como un aire a peluca llovida palpando los abalorios del emperador azteca, en el que se había convertido el mejicano. Luego se suma el sajón amigo del fraile con sus ropas de siempre, de pésimo humor, seguido del napolitano Scarlatti, de semblante astuto y fino, pero sudado por la máscara, quien se alegraba en risas cuando contemplaba la cara oscura de Filomeno. Una escena digna de una película de Federico Fellini. Alli justamente es cuando el Mejicano cuenta la historia de Montezuma por primera vez -a su manera- y el personaje Vivaldi piensa que podría ser buen material para una ópera.. Además de burlarse de los daneses, siguen hablando de divagaciones hueras y una mujer insulta a Filomeno.
2- El Concierto Barroco en L´Ospedale (P47 y ss). ¡Oh! ¡Divina sorpresa, maestro!, exclama la monja al ver entrar a Vivaldi con sus 4 acompañantes, ¡divina sorpresa! repetía la monja prendiendo las luces del salón a oscuras. Y después de que el Maestro (Vivaldi) subió al podium, agarró un violín, alzó el arco y con gestos energéticos, desencadenó el más tremendo concerto grosso que pudieron haber escuchado los siglos, con 70 mujeres de coro; Scarlatti en el clavicémbalo y Handel le daba el bajo continuo al órgano con infinitas variaciones, jodiéndolos a todos: "El sajón nos está jodiendo a todos" gritó Antonio, exasperando el fortísismo pero hete aquí que Filomeno aparece con una batería de calderos de cobre, cucharas y espumaderas traídas de la cocina a las que hace sonar en una fabulosa improvisación en solo por 32 compases. Y en ese frenesí enrte ¡magnífico! y ¡magnífico! el ¡Ahora ! ahullando del maestro, el Da capo y el acorde final.
Antonio soltó el arco.
Doménico tiró la tapa del teclado.
El sajón se secó el sudor de la manos.
Las pupilas del Ospedale prorrumpieron en une enorme carcajada.
y Filomeno, reparando en un cuadro, piensa en Eva
y comienza a cantar:Este ritmo circular que se da en la prosa de Carpentier por una sintaxis acumulativa, adjetivos, palabras eufónicas, acentos situados en una clave determinada, por una repetición de estructuras, vuelve una y otra vez como un Leitmotif musical que otorga al conjunto este, la entrada a ese espacio mítico en el que todo es posible, en el que todo se da; razón por la cual, repito, los personajes del pasado reales pueden reunirse con personajes ficticios presentes en este no-tiempo, también mítico (es decir, en el que el tiempo deja de ser lineal con un pasado, presente y futuro, representado en la Torre del Orologio) .
El humor tiene presencia destacada en esta obra de Alejo Carpentier e innumerables son los ejemplos que podría dar, como cuando: el amo orina "magistralmente, con chorro certero, abundoso y percutiente, en una bacinilla de plata (...) (P. 12); Un Montezuma entre romano y azteca y algo de Cesar tocado con plumas de quetzal, (P13); "Eso no lo carga ni un estibador egipcio. de esos que, por forzudos, alababa Aristófanes. (P19); o como cuando el amo y su visitante nocturna iban a "la habitación de los santos marcos de plata para oficiar los júbilos de la despedida (...) (P20); o la alusión que hace el negro Filomeno al Rey Fernando y la Reina Isabel, los Reyes Católicos, de que nadie sabe quien monta a quien porque tanto monta uno como el otro (P26). O en la pica entre Handel y Vivaldi (P58 y 59) en la que Vivaldi trata "de no acostarse con Almiras ni Agripinas como hacen otros"
Dos escenas representativas del humor carpenteriano:
1- Encuentro del indiano seguido del negro con el fraile pelirrojo, el sajón y el joven napolitano: en la Betteghe di Caffé de Victoria Arduino (P42 y 43), en Venecia ¿Para qué iba a traer careta el negro si su cara entre tanto blanco con medio rostro de estatua ya lo parecía? Y el fraile pelirrojo con su larga nariz corva entre los rizos de una peinado natural que tenía, sin embargo, como un aire a peluca llovida palpando los abalorios del emperador azteca, en el que se había convertido el mejicano. Luego se suma el sajón amigo del fraile con sus ropas de siempre, de pésimo humor, seguido del napolitano Scarlatti, de semblante astuto y fino, pero sudado por la máscara, quien se alegraba en risas cuando contemplaba la cara oscura de Filomeno. Una escena digna de una película de Federico Fellini. Alli justamente es cuando el Mejicano cuenta la historia de Montezuma por primera vez -a su manera- y el personaje Vivaldi piensa que podría ser buen material para una ópera.. Además de burlarse de los daneses, siguen hablando de divagaciones hueras y una mujer insulta a Filomeno.
2- El Concierto Barroco en L´Ospedale (P47 y ss). ¡Oh! ¡Divina sorpresa, maestro!, exclama la monja al ver entrar a Vivaldi con sus 4 acompañantes, ¡divina sorpresa! repetía la monja prendiendo las luces del salón a oscuras. Y después de que el Maestro (Vivaldi) subió al podium, agarró un violín, alzó el arco y con gestos energéticos, desencadenó el más tremendo concerto grosso que pudieron haber escuchado los siglos, con 70 mujeres de coro; Scarlatti en el clavicémbalo y Handel le daba el bajo continuo al órgano con infinitas variaciones, jodiéndolos a todos: "El sajón nos está jodiendo a todos" gritó Antonio, exasperando el fortísismo pero hete aquí que Filomeno aparece con una batería de calderos de cobre, cucharas y espumaderas traídas de la cocina a las que hace sonar en una fabulosa improvisación en solo por 32 compases. Y en ese frenesí enrte ¡magnífico! y ¡magnífico! el ¡Ahora ! ahullando del maestro, el Da capo y el acorde final.
Antonio soltó el arco.
Doménico tiró la tapa del teclado.
El sajón se secó el sudor de la manos.
Las pupilas del Ospedale prorrumpieron en une enorme carcajada.
y Filomeno, reparando en un cuadro, piensa en Eva
(...)
La culebra se murió
Ca la ba són
son son
(...)
Kábala sum sum coreó Antonio Vivaldi, dando al estribillo , por hábito eclesiástico, una esperada inflexión de latín salmodiado. (P53)
Kábala sum sum, Coreó Doménico Scarlatti.
Kábala sum sum sum, coreó Jorge Federico Handel.
Kábala sum sum sum, repetían las 70 voces femeninas del Ospedale.
Con el negro golpeando una bandeja, formaron una fila, agarrados por la cintura, moviendo las caderas y guiados por Montezuma. Así, en fila danzante y culebreante, uno detrás de otro, dieron varias vueltas al deambulatorio.
¿Y los personajes? reales o ficticios, entre ritmo y humor, en tránsito, siempre en tránsito tal como señalo en estas pinceladas biográficas sobre cada uno. En tránsito, como tú, como yo.
Y Kábala sum, sum, termino aquí, antes de transitar a mejor vida (O que a algún agobiado lector se le ocurra transitarme :-)) Aquí los dejo, empero, con Ella Fitzgerald y Louis Armstrong: Summer time, 1954 y un poco más.
Notas:
(1) Informe mencionado en Musikens Världen, A/S Musikkens Verden Forlag, Oslo, Sverre Hagerup Bull, Oslo, 1979
En rojo: citas textuales del libro "Concierto barroco" de Alejo Carpentier, Ed Alianza, Madrid, 2012
El manuscrito de la ópera MOTEZUMA de Vivaldi: recorrido, pérdida y recuperación:
Fue descubierto por casualidad en el año 2002 por el musicólogo alemán Steffen Voss cuando
investigaba otros temas en los archivos de Kiev, en Ucrania. El
manuscrito regresó a Berlín meses más tarde ese mismo año. Pero esta ópera en tres actos, que Vivaldi estrenó en 1733 en Venecia,
no está completa, faltan partes del Primer Acto y del Tercero. El
texto, poco tiene que ver con la Historia, que se la salta, llevándonos a
un final feliz, al mejor gusto Barroco (El Hermano de Fernando
(Cortes) Ramiro se casa enamoradísimo con la azteca Teutile y "todos
felices comen perdices", incluido el pobre Montezuma que de verdad, en
la Historia, sufrió una muerte violenta en mano de los conquistadores
españoles. Alessandro Ciccolini y Alan Curtis, especialistas en Barroco
y particularmente en Vivaldi, partiendo de lo hallado como base,
reconstruyeron lo que faltaba, tomando de las obras del compositor, que
es sabido que solía reciclar sus propias composiciones.
En 1943, debido al severo bombardeo aliado, Joseph Goebbels, el ministro de propaganda alemán en su posición de "Gauleiter"
de Berlín, ordenó que se llevaran a seguridad más de 560 colecciones de
arte en su mayoría privadas. Fueron retirados de la ciudad para su
custodia y alojados en lugares adecuados, lejos de la agitación de la
guerra, en una variedad de minas, túneles, claustros y castillos. Parece
que el archivo de música de la Sing-Akademie de Berlín se empaquetó y se incluyó en esta evacuación. El Tercer Reich
normalmente habría mantenido registros meticulosos de tales tesoros,
sin embargo, en este caso solo se anotó un registro básico. Esto
indicaba que una colección de catorce cajas con más de cinco mil
composiciones, en manuscritos antiguos y grabados del archivo de la
Sing-Akademie de Berlín, se transportaría a Schloss Ullersdorf, en
Silesia. Esta fue la última señal de vida para el archivo en Occidente
durante los próximos 56 años. Fuente aquí
.,.
.,.
Es muy probable que en algún momento el Ejército Rojo de ocupación ordenó el archivo de la Sing-Akademie de Silesia, que fue trasladado a la URSS al Conservatorio de Kiev (ahora
Ucrania). Aparentemente, en 1973, todo el archivo se trasladó al nuevo
Archivo Central del Estado y Museo de Literatura y Arte de Ucrania, en
Kiev. En 1999, las investigaciones de la investigadora Dra. Patricia
Kennedy Grimsted descubrieron el paradero del archivo secreto, que a su
vez alertó al descubrimiento de Christoph Wolff, profesor de música de
la Universidad de Harvard. Fuente aquí
Contribución a la lectura colectiva
virtual que hacemos bajo la conducción de Pedro Ojeda desde su
blog: La Acequia © Myriam
Goldenberg