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Monday, September 11, 2023

María Ignacia, " la Güera Rodríguez" (Mx, 1778- 1850) Una mujer con mucha pimienta, adelantada a su época.

 

                                                  María Ignacia Rodríguez de Velasco Osorio Barba y Bello Pereyra

 

 María Ignacia Rodríguez de Velasco de Osorio Barba y Bello Pereyra, más conocida como María Ignacia Rodríguez de Velasco o simplemente como la Güera Rodríguez (20 de noviembre de 1778, Ciudad de México, Nueva España - 1 de noviembre de 1850, Ciudad de México, México) hija de criollos, quien figuró en la sociedad colonial mexicana por brindar su apoyo a la Independencia de México , fue una mujer popular de la época por su inteligencia, carácter fuerte y belleza, se convirtió en una mujer notable y destacada en la aristocracia novohispana, además de haber sido una de las heroínas nacionales menos conocidas. Muy probablemente porque rompía con los estereotipos de la mujer novohispana. Lamentablemente, algunos escritores como Artemio de Valle Arizpe y Romeo Hernández Mendoza, entre otros, hacen énfasis en sus biografías a sus amoríos y amistad con personajes muy conocidos en la historia. Al poseer una belleza incomparable, se piensa que el famoso artista Manuel Tolsá esculpió la Virgen de La Profesa, inspirándose en ella, siendo la única pintura realizada de su rostro.

Debido a su cercanía con el mundo de los hombres, la Güera Rodríguez terminó por ser estigmatizada como una mujer frívola que sedujo a insurgentes, virreyes y otros personajes históricos. Ejemplo de ello, es que fue considerada como un personaje emblemático de la Independencia, por mantener una relación amorosa con Agustín de Iturbide futuro emperador de México e impulsarlo a que llevara a cabo, y completara, la «libertad mexicana». Así mismo, mantuvo una relación con el libertador Simón Bolívar y con el explorador y naturalista alemán Alexander Von Humboldt.

Se conocen pocos aspectos sobre su vida y su papel en los hechos históricos de México. Sin embargo, el escritor Guillermo Barba, que busca reivindicar la imagen de la que puede ser considerada la primera feminista en México, comenta:

“La Güera fue libre de cuerpo, pero también de mente. Tuvo dos estigmas: el primero, conseguir su propia libertad como mujer, y el segundo, la libertad de su patria. Ambas las consiguió a pesar de que tenía familia y de haber puesto en riesgo su riqueza. Desde 1808 hasta la consumación de la Independencia en 1821 se mantuvo viuda, fue madre de cinco hijos, arriesgó su vida, se enfrentó a la Inquisición y conspiró para alcanzar el sueño libertario.”

 

 Más sobre ella, aquí 

 




























Friday, June 26, 2020

La producción cerámica como expresión de una Cultura (6): La Cultura Chupícuaro, México, (500 aEC-300 EC)

En esta serie en la que voy recorriendo distintas culturas del planeta hablé anteriormente de las Culturas Precolombinas  Mochica en esta entrada Tiahuanaco en esta entrada   y Olmeca en esta entrada. 

Ahora hablaré de la Cultura Chupícuaro, Estado  de Guanajuato, México (500 aEC -300 de la Era Común)   

 
                                                En el Museo del Louvre


Esta zona arqueológica se encuentra en México, a 7 km de   Acámbaro  en el Estado  de Guanajuato, en las lomas cerca del rio Lerma. Su nombre "Chupicu" quiere decir, Lugar azul, en honor a la planta Chipicua del género Ipomea que se usa para teñir de azul.


Figuras femeninas de la cultura Chupícuaro, 
pertenecientes al Periodo Formativo Tardío (500-0 a.EC.).
 Snite Museum of Art.


Aunque no presentó escultura ni arquitectura monumental, es famoso y ampliamente conocido como un gran centro alfarero, que produjo gran cantidad de vasijas y figurillas, que por su variedad de formas, fino acabado y decoración, se han colocado entre las mejores de Mesoamérica, motivo por el cual ha atraído la atención y admiración de los estudiosos de esa cultura, así como la del público en general. En este sentido abundaron las vasijas y las figurillas, producto del talento y las manos prodigiosas de sus pobladores. Las vasijas con múltiples formas se trabajaron en un color (monocroma) y en tres colores (policroma), que fueron los colores rojos, crema o bayo y negro, algunas con dibujos geométricos destacando la forma piramidal o de zig-zag. Fuente aquí

 En las figurillas de arcilla destacan las técnicas de pastillaje y las bellas figuras huecas, finamente pulidas y decoradas. También se utilizó la la concha, el hueso y la piedra. El fino acabado y el brillo de la cerámica le dio una notable belleza estética. Los motivos fueron las deidades, la maternidad, la lactancia, las personas y sus adornos, los animales y los vegetales. Gracias al estudio de las figurillas podemos inferir que usaban alguna forma de vestimenta, que se pintaban la cara y el cuerpo, usaban sandalias, bragueros, collares, orejeras, ajorcas y aretes. Y las mujeres usaban elaborados peinados.  Fuente aquí












  en el Museo nacional de Antropología de México DF


Los habitantes de Chupícuaro practicaron un culto a los muertos caracterizado por sepulcros donde se colocaron cráneos trofeo, puntas de obsidiana, metates y manos de metate, figurillas, orejeras, ornamentos de concha, collares y cuentas, herramientas de hueso e instrumentos musicales, los cuales fueron localizados durante las excavaciones alrededor de 1950. 

Los numerosos entierros y sus ofrendas permiten conocer el modo de vida de los antiguos habitantes de Chupícuaro, así se puede inferir… ”que fueron agricultores que vivían en jacales de materiales perecederos, a lo largo del río, formando una aldea rural bien extendida, llegaron a construir bajas plataformas revestidas de piedra y con pisos de lodo, a veces agrupadas entre sí, sobre las cuales se levantaban las chozas. Cultivaban el maíz, el fríjol y la calabaza, aprovechando las márgenes del río Lerma y sus afluentes, lo mismo que las colinas cercanas, y la presencia de metates y algunos molcajetes de piedra, nos indican que molían el maíz, y que pudieron contar con chile y tomates silvestres, a la vez practicaron la caza, la pesca y la recolección de productos silvestres” (Piña Chán, 1967:263). 







Friday, June 19, 2020

La producción cerámica como expresión de una Cultura (5): La Cultura Olmeca, México (1500-100 aEC)

Cabeza Olmeca, Coloso 1,  en La venta 


Tres Zapotes fue un importante sitio durante el apogeo de la cultura olmeca, contemporáneo a La Venta, El centro ceremonial de Tres Zapotes fue el último en desarrollarse. Es el más conocido porque fue el que sobrevivió hasta una época más cercana, pero la civilización olmeca que se desarrolló aquí fue una cultura ya en decadencia, no el esplendor que vivió en los centros ceremoniales anteriores. 

Estos centros ceremoniales tenían función de ciudades, y en ellos se construyeron edificaciones de tierra y adobe, por lo cual han perdurado pocos restos. Se construyeron montículos con templos en la parte superior, lo que se podía considerar como un precursor de las pirámides mesoamericanas. También construyeron edificaciones en torno a patios centrales, característicos de las civilizaciones posteriores en la zona. Desde el 900 a. C. existen pruebas de bruscos cambios políticos; como muestra, el intento de destrucción de algunas de las cabezas olmecas.





Comercio:

La red de intercambios comerciales entre distintas zonas de Mesoamérica contribuyó a la difusión de muchos elementos culturales que son identificados con la cultura olmeca, incluidos el culto a las montañas y a las cuevas; el culto a la Serpiente Emplumada, como deidad asociada a la agricultura, el simbolismo religioso del jade e, incluso, el propio estilo artístico, que fue re-elaborado intensamente en los siglos posteriores a la declinación de los principales centros de esta sociedad.


La amplia difusión de artefactos olmecas y la iconografía "olmecoide" en gran parte de Mesoamérica indica la existencia de extensas redes comerciales de larga distancia. Los materiales exóticos, prestigiosos y de alto valor como la piedra verde y la concha marina se movieron en grandes cantidades a través de grandes distancias. Algunas de las razones para el comercio giran en torno a la falta de obsidiana en el corazón. Los olmecas usaban obsidiana en muchas herramientas porque los bordes trabajados eran muy afilados y duraderos. La mayor parte de la obsidiana encontrada se remonta a Guateala mostrando el extenso comercio. [Si bien los olmecas no fueron los primeros en Mesoamérica en organizar intercambios de bienes a larga distancia, el período olmeca experimentó una expansión significativa en las rutas comerciales interregionales, una mayor variedad en el intercambio de bienes materiales y una mayor diversidad en las fuentes de donde se obtuvieron los materiales básicos. 



Mapa del área nuclear olmeca. 
Los puntos amarillos representan los sitios de poblamiento, 
mientras que los puntos rojos representan los artefactos encontrados aislados no 
asociados con ninguna antigua ciudad o pueblo.


Vida y dieta del pueblo:

A pesar de su tamaño y diseño urbano deliberado, que fue copiado por otros centros,  San Lorenzo y La Venta eran en gran parte centros ceremoniales, y la mayoría de los olmecas vivían en aldeas similares a las aldeas y aldeas actuales en Tabasco y Veracruz.

Estas aldeas estaban ubicadas en terrenos más altos y consistían en varias casas dispersas. Un templo modesto puede haber sido asociado con las aldeas más grandes. Las viviendas individuales consistirían en una casa, un cobertizo asociado y uno o más pozos de almacenamiento (similar en función a un sótano). Un jardín cercano se usaba para hierbas medicinales y de cocina y para cultivos más pequeños, como el girasol domesticado. Los árboles frutales, como el aguacate o el cacao, probablemente estaban disponibles cerca.

Aunque las riberas de los ríos se usaban para plantar cultivos entre períodos de inundación, los olmecas probablemente también practicaban la agricultura de barrido (o tala y quema) para limpiar los bosques y arbustos, y para proporcionar nuevos campos una vez que los viejos campos se agotaron. Los campos estaban ubicados fuera de la aldea y se usaban para maíz, frijoles, calabaza, mandioca y camote. Basado en estudios arqueológicos de dos aldeas en las montañas de Tuxtlas, se sabe que el cultivo de maíz se hizo cada vez más importante para los olmecas con el tiempo, aunque la dieta siguió siendo bastante diversa.

Las frutas y verduras se complementaron con peces, tortugas, serpientes y moluscos de los ríos cercanos, y cangrejos y mariscos en las zonas costeras. Las aves estaban disponibles como fuentes de alimento, al igual que los juegos que incluían pecarí, zarigüeya, mapache, conejo y, en particular, ciervos. [96] A pesar de la amplia gama de caza y pesca disponible, las encuestas de basureros en San Lorenzo han encontrado que el perro domesticado era la fuente más abundante de proteína animal.







 El arte olmeca se refiere a las manifestaciones artísticas que se conservan de la cultura olmeca que se desarrolló durante el Preclásico Medio de Mesoamérica (floreció entre 1200 aec y 500 ec.) y es considerada la primera de las grandes civilizaciones de esa región.​ Aunque los olmecas ocuparon en especial la zona norte del istmo de Tehuantepec —los principales sitios arqueológicos están en San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes, así como en Villahermosa y Tabasco— su influencia se extendió a muchas regiones mesoamericanas y muchos aspectos culturales comunes de esas culturas se iniciaron con ellos, como el culto a las montañas y a los lugares elevados (como la pirámide cónica de La Venta), el culto a la Serpiente Emplumada y al dios jaguar, el juego de pelota o el simbolismo religioso del jade



Máscara en jade. Museo nacional de Antropología México DF

La cultura olmeca, que inventó la escritura —usando pictogramas e ideogramas—, y el calendario, fue identificada en un principio como un estilo artístico y ese sigue siendo su sello distintivo. ​ Fue una referencia y un legado para todas las culturas posteriores de América Central —toltecas, zapotecas y hasta los aztecas— siendo ejemplo la escritura maya, que tiene sus raíces en el primer sistema glífico desarrollado por los olmecas. Su arte se manifiesta a través de un gran dominio técnico de la escultura y de la talla, para muchos no superado por ninguna otra civilización precolombina


 Cabeza de Serpiente- Museo nacional de Antropología México DF



 Más sobre arte olmeca aquí 



Thursday, February 22, 2018

Los fantasmas en Pedro Páramo de Juan Rulfo y la muerte como continuidad de la vida, con Doña Catrina, la calavera que ríe

Por Francisco Javier López Huecas (esta vieja está sentada
sobre su ataúd, mirando las cartas que le dicen su futuro
 que a juzgar por su cara no es muy halagüeño).

Eudviges: _ (.....)  Solo yo sé como acortar veredas. Todo consiste en morir, Dios mediante cuando uno quiera y no cuando él lo disponga. O si tú quieres, forzarlo a disponer antes del tiempo (.....)

Juan Preciado: _ Yo creía que aquella mujer estaba loca. Luego ya no creí nada. Me sentí en un mundo lejano y me dejé arrastrar. Mi cuerpo que parecía aflojarse, se doblaba ante todo,  había soltado sus amarras y cualquiera podía jugar con él como si fuera de trapo. (...)
(Y  observa a la mujer que tenía frente a sí, "sin dejar de oírla", dando una magnífica descripción cadavérica: Su cara se transparentaba como si no tuviera sangre y sus manos estaban marchitas; marchitas y apretadas de arrugas. No se le veían los ojos. Llevaba un vestido  blanco muy antiguo (....) le colgaba una María Santísima del Refugio con un letrero que decía "Refugio de los pecadores")  Reconozcamos que la medalla le venía de perlas ;-)

Eudvigdes Dyada es un personaje interesante, una "pecadora-prostituta" que  al suicidarse se ahogó,  retorciéndose en su propia sangre,  y  por la que su hermana  María rogó del Padre Rentería -quien en su infinita soberbia se arrogaba el poder de juzgar a vivos y muertos- la salvación de su hermana y este se la negara, por falta de medios, evidenciando su corrupción: -digo  tal vez, si acaso, con las misas gregorianas; pero para eso necesitamos pedir ayuda, mandar traer sacerdotes. Y eso cuesta dinero (como lo hizo  con Dorotea la Cuarraca, compañera de tumba de Juan Preciado y tantos otros-  a la que me referiré más adelante) -no tengo dinero. Eso Ud. lo sabe, padre- respondió María.

Eudvigdes se presenta a Juan Preciado como la gran amiga de su madre y  se lamenta al saber por Juan Preciado que Dolores murió hace siete días: -Pobre de ella. Se ha de haber sentido abandonada. Nos hicimos la promesa de morir juntas (....).  Sin embargo, después de muerta, Dolores le  avisa  a Eudvigdes que "justamente hoy"  vendría su hijo a visitarla. Ella, Eudvigdes, le asegura a Juan Preciado: -Lo único que quiero decirte ahora es que alcanzaré a tu madre en alguno de los caminos de la eternidad. Desde luego,   esta ánima no se siente para nada condenada. Aunque Damiana Cisneros,  la misma que cuidara a Juan Preciado al nacer,    le  dice a él: "este pueblo está lleno de ecos, yo ya no me espanto de nada" y  se lamenta por Eudvigdes "-Pobre Eudvigdes. Debe estar penado todavía" y comenta a Juan Preciado, a quien ha invitado a dormir en su casa,  que su hrna  Sixtina, aunque muerta  debe estar "todavía vagando por este mundo".  Damiana, un ánima que habla como si aún estuviera viva, sin tener conciencia de su muerte y que se espanta de sus colegas espectros.   Al igual que   los hermanos incestuosos Dorotea y Donis;   éste  le dice a Juan Preciado: -Dígame si Filomeno no vive, si Dorotea, si Melquiades (......),  si Soséstenes y todos esos  no viven. De  día no se que harán pero las noches se las pasan en su encierro. Aquí estas horas están llenas de espantos. Si ud. viera el gentío de ánimas que andan sueltas por la calle,  en cuanto oscurece comienzan a salir.   Dorotea agrega "(....). Ninguno de los que todavía  vivimos está en gracias de Dios".  Y le explica a Juan Preciado  que el Obispo no les dio la absolución y  se fue del pueblo  sin volver nunca jamás y sin mirar atrás "como si hubiera dejado aquí la imagen de la perdición", razón por la cual el pueblo está lleno  de ánimas en pena:  "un puro  vagabundear de gente que murió sin perdón". 

 Claro que ha esta altura ya Juan Preciado empieza a sospechar que están  todos muertos:
a Damiana  le pregunta desesperado: -¿Está Ud. Viva? ¡Dígame Damina!,  y a otros, poco más adelante tal como el personaje lo relata:  

- ¿No están uds, muertos?  Y la mujer sonrió. El hombre me miró seriamente.
- Está borracho- dijo el hombre
- Solamente está asustado- dijo la mujer

Y del susto, mejor dicho sustón,  Juan Preciado, faltándole el aire y sorbiendo el propio que le salía de la boca, estiró la pata y pasó a mejor vida, entre espumas y nublazones.

Muertos que se creen  vivos y que hablan de otros muertos que vagabundean en pena, entraña  mucha ironía, producto del sincretismo religioso Una ironía fina que  se burla de la muerte, que se ríe de ella, que reniega de la condena eterna impuesta por la iglesia Católica desde la época de la Colonia en su proceso de evangelización de las sociedades pre-colombinas de América, cosmológicas per se,  que veían la muerte como un proceso continuador natural  de la vida,   a la que había  que contentar para preservar  la Creación.  Es decir, que la  comunidad jugaba  un papel decisivo en la preservación del orden  cosmológico y esto  era asegurado por medio de muy elaborados  ritos de sacrificio.   Entre los mayas la sangre era el elemento de sacrificio más preciado.  Los vivos se infringían heridas con objetos punzantes para extraerse sangre que ofrendaban a los dioses.  Y a los muertos se les arrancaba el corazón para ofrendarlo a los dioses. La sangre vertida en el sacrificio  servía, tanto entre los mayas como entre los aztecas por ejemplo,  para mantener el Orden del mundo, para aplacar la ira de los dioses, para restablecer la salud cósmica; nada tenía que ver con una salvación individual ultra-terrena o  con que el destino estuviera determinado por el comportamiento durante la vida y la condena de pecados después de la muerte o la salvación del alma por medio del arrepentimiento,  temas recurrentes en el ideario católico.  Temas que Juan Rulfo hace cuestionar a sus ánimas parlantes.

Las culturas pre-colombinas creían en la inmortalidad del alma  que se desprendía del cuerpo. La muerte no era percibida como el fin de  la existencia sino como un cambio de estado.  Para los aztecas el ser humano estaba constituido por 1- Teyolía: alma inmortal que volaba al Sol.
2- Tonalli: los huesos el esqueleto que al morir, la familia incineraba y a la que rendía culto (el culto a los muertos)
3- Ihiyotl: el hígado, lugar en que se alojaban las pasiones y que al morir, volvía como fantasmas  o espectros para asustar a los vivos.

Según las creencias los mexicas, los que morían podían ir a tres lugares según el tipo de muerte que había sufrido: - si por enfermedad: a un lugar sin luz y sin ventanas.
- si  ahogados:   iban al paraíso terrenal donde había mucha comida y diversiones
-si morían en batalla (los varones)  o en  trabajo de parto ( las mujeres):  Iban al Cielo, morada del Sol. (nótese aquí la igualdad implícita entre hombres y mujeres)

 Entre los mayas,  Kimil Yimil, el dios de la muerte representado con forma humana- esqueleto.

Una de las cosas que sorprenden  a quien visita al  México  actual es  la cantidad de
esqueletos y calaveras  expuestas por doquier. 


Estas  a continuación son  20 fotografías  que tomé en México  durante todo el mes de Mayo de 2014:





















Es innegable que el humor funciona como vía de escape aligerando  la seriedad de la vida y la angustia existencial.  El humor exorciza los miedos, es terapeútico, es sano.  Juan Rulfo lo utiliza en  "Pedro Páramo" y Juan Rulfo, el hombre sufriente, de paso  se salva a sí mismo, además  de objetivizar a la locura  y depositarla  en su personaje Juan Preciado.

El mexicano que vive en una sociedad por demás violenta, lo primero que te dice a la hora de un:

como el que vivimos ese mes de mayo en que yo estuve ahí: 
 "aquí no pasa nada"
Y te lo puede acompañar de un tequila, unas risas y unas rancheras
"Híjole, la muerte es una chingada, pero es inevitable". 
(y no es necesario que nos agarre confesados, diría Susana San Juan)

Esqueletos y calaveras encontramos  en el ideario mexicano desde mucho antes:


Antonio Vanegas (1850-1917)   fue un célebre impresor y editor mexicano. Fue el editor más popular de gacetas callejeras, corridos, historietas, adivinanzas y publicaciones varias de su momento.
 

Con él  trabajaron Manuel Manilla:
 


y José Guadalupe Posada, creador de la Célebre Catrina llamada primero Calavera garbancera, nombre que le cambió Diego Rivera por el de Catrina.

 La calavera Oaxaqueña. Impresa en las imprentas Arroyo. 1903.

La Catrina

Estas  Catrinas con sombreros muy elegantes y esqueletos famélicos, además de reírse de la muerte, se burlaban de los políticos y funcionaban  en contextos de sátiras sociales en la que son también burlados los mestizos que reniegan de sus raíces indígenas imitando a los europeos aunque se mueran de hambre.

Y ya que la parca tiene que venir, mejor hacerse amigo de ella, para que al menos, te lleve luego de morir por un buen camino,  como ese que anhela  Eudvigdes  para reencontrase con su amiga Doloritas, madre de  Juan Preciado, nuestro héroe trágico muerto de susto por pura fidelidad a su madre, rasgo de carácter consustancial con el ethos del mexicano, según el gran psicólogo social Rogelio Díaz Guerrero (1918-2004)  que afirma: "a los padres se los respeta más de lo que se los ama" y Juan Preciado debe cumplir la promesa hecha a su madre en el lecho  de muerte, aunque le cueste la vida.


 1913



Contribución a la lectura colectiva virtual que hacemos bajo la conducción de Pedro Ojeda desde su blog: La Acequia   © Myriam Goldenberg

 "Pedro Páramo" de Juan Rulfo, Ed. Eterna Cadencia, Argentina, 2016.

Conferencia del Prof.  Miguel Angel Flores,  Pedro Páramo: en conversación con los difuntos, 2004, Univ. de Beijing , China


 Fotos: de la red (gracias) y  20 mías tomadas en México, año 2014


Wednesday, January 31, 2018

La recontrucción de la historia personal (entre mito, literatura y sublimación) en Pedro Páramo de Juan Rulfo



Lo intangible puede no ser menos cierto, digo yo, como los fantasmas a los que  el mexicano Juan Rulfo  (1917-1986)  da vida -símil de los que él mismo lleva adentro-,   que relata cumpliendo una promesa hecha en el lecho de muerte de su madre  Juan Preciado,  hijo  de Dolores Preciado,  una de las mujeres de Pedro Páramo con quien se había  casado por dinero y que   ésta luego abandona con su hijo a cuestas. También hay otras voces que cuentan desde su punto de vista la vida de  las gentes  en la aldea Comala y en la estancia Media Luna,  propiedad del cacique Pedro Páramo, padre de Juan -y de muchos otros hijos- en el estado  de Colima en el occidente mexicano, colindante con el  de Jalisco en dónde nació nuestro autor.  "Un lugar con  mucho magnetismo", según me relata mi hermana  residente  en el país y  que ha visitado Comala. "Comala te va a encantar", afirma.   (Desde entonces, sólo veo fantasmas en mis sueños ;-)).

Antes  de seguir adelante,  quiero decir lo mucho que me gustó esta lectura que tenía pendiente desde hacia tiempo y a la que me adentré completamente virgen,  siguiéndola hasta el final de un tirón, dejándome llevar por la mano de Juan Rulfo a ese lugar mágico en el que pasado y presente se mezclan con vivos y muertos, más muertos que vivos, porque al final,  resulta que todos están muertos pero no por eso, callados.  Ecos del ayer cobran vida  entre las polvorientas calles del pueblo y ataúdes enterrados. Almas en pena que no han gozado de la salvación que otorga la iglesia católica; almas  irredentas y atrapadas en lo que ahora es un pueblo yermo, como yerma lo es también la tierra que ha dejado de cultivarse.



 
 "Nadie entra en su propia tragedia y sale indemne", dice Pedro, nuestro profesor.  Juan Preciado, el personaje central de esta novela y primer relator,  llega a Comala, como he dicho, cumpliendo el mandato de su madre, mandato  que expresado en lecho de muerte tiene una carga tremenda para  el receptor y además, como si eso fuera poco, la madre le pide que vengue lo que su padre  les hizo a ambos.   El mismo  Juan Nepomuceno Perez Rulfo Vizcaino -al que le pusieron los nombres como si de "un racimo" familiar se tratara, según sus propias palabras, Juan Rulfo  para  los amigos y la posteridad-  cuando tenía 10-11  años, en 1928, vio como habían colgado de los pies a su   abuelo asesinado,  a su padre acribillado  y a sus tíos también asesinados,  con sus cadáveres colgando   de los postes del Telégrafo. Juan Rulfo ha crecido rodeado de fantasmas, producto por la Guerra Cristera (1926-29) provocada por  una Iglesia Católica Apostólica y Romana que se negaba a perder sus privilegios, los cuales    habían sido aparcados o disminuídos por el Gobierno Civil de aquella época.  Una guerra, después de otra (la de la revolución mexicana de  1910-1917)  que provocó, según  las cifras que se han estimado,  alrededor de los 250.000 muertos.  Una guerra que es mencionada en  Pedro Páramo. El autor ha dicho en contadas ocasiones que no hay nada autobiográfico en este escrito suyo ni en ningún otro, pero mi hipótesis  es que sí,  aunque de forma inconsciente si se quiere. Sus personajes están todos muertos como lo están  sus familiares y él mismo, ha crecido entre fantasmas (y obsesiones), como he dicho antes.


Para mi la propia tragedia del autor, trasunta literaturizada en esta obra en la que destacan el tiempo circular del mito  y las oposiciones entre silencios y murmullos, como los expertos han tan acertadamente señalado.  En la  búsqueda  por la reconstrucción de la historia personal del personaje Juan Preciado, está inmersa la del propio autor que   busca encontrar -es de suponer- algún sentido a tanta violencia desatada en la que sus propios valores religiosos se tensan, cuestionan y revientan en la hipocresía del cura, el Padre Rentería, que no obtiene la absolución de sus propios colegas por haberse  vendido al Poder. El personaje  Juan Preciado sucumbe a su propia tragedia en esa búsqueda y por lo tanto es un héroe trágico. Ni después de muerto obtiene todas las respuestas para armar su propio  puzle personal.  Y no las obtiene porque no puede haberlas. No hay ni explicación ni justificación alguna para tanto dolor y tantas muertes, para tanta esterilidad, venganza y tierra yerma; para tanto odio, tanta maldad.  Todos llevan su dolor a cuestas", tal como han dicho otros que han escrito sobre esta obra.  Y  yo afirmo, también lo hace el propio autor, también él lo lleva y escribir, para él, ha sido una necesidad..

 Juan Rulfo   desparrama su propio dolor entre sus personajes fantasmales, almas en pena,  parlanchinas a quien más, pero que al final, no podrán narrar  lo inenarrable. La producción literaria innovadora  de Juan Rulfo se  concentra en tres títulos:  "El llano en Llamas", "Pedro Páramo"  y "EL gallo de oro".  No puede haber más porque  eso sería por un lado, revivir el trauma insuperado, -aliviado, sí, pero no superado o  trascendido- escarbar en la herida abierta -incluso, llegar a  regodearse morbosamente en el dolor- y  por otro,  Juan Rulfo no es amigo ni de las redundancias ni de las repeticiones;  su lenguaje es poético, local y conciso.    Ha depurado el texto   al máximo, a lo puramente esencial y eso da mucha más fuerza a su vibrante prosa. Esta novela en la edición  no comentada que manejo tiene sólo 115 páginas.


"Allá me oirás mejor  (....)"

"Allá hallarás mi querencia -le dice Dolores Preciado a su hijo- El lugar que yo quise. Donde los sueños se enflaquecieron. Mi pueblo, levantado sobre la llanura. Lleno de árboles y de hojas, como una alcancía donde hemos guardado nuestros recuerdos. sentirás que allí uno quisiera vivir para la eternidad. El amanecer; la mañana;  el mediodía y la noche, siempre los mismos; pero con la diferencia del aire. Allí, dónde el aire cambia el color de las cosas; donde se ventila la vida como si fuera un murmullo; como si fuera un puro murmullo de la vida".



El recuerdo idealizado de la madre,  esa visión edénica,  va a colisionar y  desintegrarse en la realidad vivida por  su hijo, Juan Preciado,   quien sin  poder retornar al paraíso prometido por la madre, tampoco es  capaz de  respirar;   le faltó el aire: "tuve que sorber el propio aire que salía de mi boca (...)";  a quien los  murmullos de Comala terminaron matando,  tal  como  dice  el ánima de Juan   a Dorotea  en el sepulcro: "Me mataron los murmullos. Aunque ya tenía retrasado el miedo. Se me había venido juntando, hasta que ya no pude soportarlo. Y cuando me encontré con los murmullos se me reventaron las cuerdas".

Quizás la gran  diferencia entre  Juan Rulfo y su personaje Juan Preciado sea esta:  que el autor siguiera  en el mundo de los vivos, redimido -aunque lo fuera parcialmente-  por el poder de ejercer  la literatura como vía de sublimación que frena o  impide  la autodestrucción y la locura. En cambio, Juan Preciado sucumbió al drama de su vida  convirtiéndose  indiscutiblemente en un héroe trágico.


Contribución a la lectura colectiva virtual que hacemos bajo la conducción de Pedro Ojeda desde su blog: La Acequia   © Myriam Goldenberg


Fotografías: por Juan Rulfo, tomadas de la red

"Pedro Páramo" de Juan Rulfo, Ed. Eterna Cadencia, Argentina, 2016.
  
Bibliografía especializada consultada, aquí (además de la enlazada en el texto)


Saturday, January 27, 2018

Gilberto Bosques Saldívar, Diplomático, político, periodista mexicano y por sobre todo, salvador (1892-1995)



Gilberto Bosques Saldívar (Chiautla de Tapia, Puebla, 20 de julio de 1892 - 4 de julio de 1995) fue un diplomático de carrera mexicano y antes,  un combatiente en la Revolución Mexicana y un legislador de izquierda. Habiendo sido asignado a Francia como cónsul de México, al momento de la toma de París por los Nazis, se trasladó -al igual que otras delegaciones extranjeras-  a Marsella,  bajo el Gobierno colaboracionista de Vichy del Mariscal Petain. Bosques tomó la iniciativa de rescatar a decenas de miles de judíos y exiliados republicanos españoles de ser deportados a la Alemania nazi o a la España franquista, pero su heroísmo permaneció desconocido para el mundo en general durante unos sesenta años, hasta varios años después de su muerte a la edad de 103.  

Bajo sus auspicios, se emitieron visas a aproximadamente 40.000 personas, en su mayoría judíos y españoles. Los españoles rescatados eran refugiados del régimen de Francisco Franco después de la conclusión de la Guerra Civil Española en abril de 1939. Bosques alquiló un castillo y un campamento de vacaciones de verano en Marsella para albergar refugiados bajo la protección de lo que mantuvo como territorio mexicano bajo Derecho Internacional. En 1943, Bosques, su familia (esposa y tres hijos) y 40 funcionarios consulares fueron detenidos por la Gestapo y detenidos en Alemania durante un año. Fue liberado bajo un acuerdo entre los gobiernos de Alemania y México después de Manuel Ávila Camacho (entonces Presidente de México de 1940 a 1946), encarcelara  a ciudadanos alemanes en prisiones mexicanas e hiciera un intercambio de prisioneros


Durante dos décadas después de la Segunda Guerra Mundial, Bosques sirvió como embajador de México en varios países. Desde 2003,   ha venido ganando reconocimiento internacional. En 1944, describió así sus esfuerzos: "Seguí la política de mi país, de apoyo material y moral a los heroicos defensores de la República española, los paladines de la lucha contra Hitler, Mussolini, Franco, Petain y Laval. "

http://www.imdb.com/title/tt1633281/

 "Visa al Paraíso", México, 2010, una película documental 
sobre él fue producida en México,  guión y dirección  por Lillian Lieberman
(No la he visto, por lo tanto no puedo recomendarla, pero
me gustaría mucho hacerlo).



Hoy se cumplen 73 años del Campo de exterminio de Auschwitz  (por tropas soviéticas) símbolo de todos los campos de exterminio y de concentración nazis; 
Día internacional del Holocausto.


Bendita sea la memoria de todas las víctimas de la atrocidad nazi y bendita sea la memoria de todos aquellos héroes reconocidos o anónimos que, a riesgo de su propia vida, se movieron por la compasión y la solidaridad  hacia los perseguidos. Como saben mis lectores de tanto en tanto traigo algunos nombres de esos héroes a este blog, personas sencillas que han hecho cosas extraordinarias; personas que hacen el bien en silencio; personas que nos recuerdan que aún la humanidad puede salvarse


Zijronám le berajá.



Aquí  en Bolivia,  el caso del  empresario minero Moritz Hochschild que salvó a miles de judíos según los archivos encontrados y analizados. Una faceta desconocida  durante su vida, bien se dice que la Historia pone a cada quien en su lugar y justa dimensión.