El hecho de cuidarnos podemos interpretarlo de más de una forma.
Desde mi visión os comparto.
Cuidarse es respetar y saber hacerlo, nuestro cuerpo, mente, espíritu.
Alimentándonos bien, priorizando o qué no falte en el día a día sobre todo productos naturales- frutas, verduras crudas o cocidas, agua, aceite de oliva ecológico crudo-una cucharada sopera, omegas-pescado entre ellos el salmón, la sardina, con preferencia en las mujeres-soja, cereales integrales, semillas germinadas, pollo-pavo-huevos...
Vitamina C. D. A. E.Y las del grupo B. Magnesio, cinc...
Personas con tendencia a tener la tensión alta, magnesio-potasio-cúrcuma-jengibre, infusiones suaves entre ellas la de romero, te, hinojo, entre otros.
Ni qué decir tiene qué la persona qué tiene esta circunstancia, ha de tener una dieta baja en sal o nula, cuidar está evitando las grasas saturadas y alimentos salados, practicar deporte, caminatas de una hora al menos al día, puede ser repartidas, tomar un café cómo mucho, controlar situaciones qué puedan dar angustia, estrés, ansiedad, tensión nerviosa, tristeza, ser conscientes de lo qué las genera y solucionarlo, evitándolas, o uno mismo aprender a disiparlas, con ejercicio y respiración adecuada, meditación, yoga, taichí.
Tiene mucho qué ver con la inactividad del cuerpo y de la mente, por falta de movilidad. Además del estado emocional, psicológico de la persona.
Todo lo anterior sirve para todos.
Aprender a amarnos, sintiendo desde adentro qué es lo qué nos afecta y corregirlo, solucionarlo o evitarlo sino hay solución.
Conectar con nuestro interior, nuestro Yo personal, sintiendo, suavizando toda emoción desestabilizante, reconociéndola, liberándola, admitiendo y dejando ir.
Aprender a sentirte con bondad y al resto qué nos rodea.
Ser capaces de parar la tensión, el estrés qué a veces nos acapara inconscientemente, ver, y relajar desde dentro.
Muchas veces la incapacidad de poder con todo, qué la vida a veces ejerce sobre nosotros la llevamos dentro en continuidad creando rigidez inconsciente a través del tiempo y por ello malestares qué no se diagnostican desde ahí. Aprendiendo a aflojar, soltar y relajar, podemos ver una mejora importante con sólo esto. Además de la actitud, de priorizar lo qué urge, reconocer qué se puede con todo pero gestionándolo así, repartir sí se puede funciones aligerándonos de carga qué en muchas ocasiones no nos corresponde o no son totalmente necesarias. Ver la vida desde el amor y rodearnos de personas afines y qué no desestabilicen por no estar en la misma sintonía o vibración, forma de vida o sentir. Todos somos muy diferentes y hay qué entenderlo, no todos hacen lo qué nosotros hacemos, ni nosotros lo qué ellos hacen y eso marca mucho en todos los sentidos, empezando por la forma de sentir. Qué sentimiento llevamos dentro? Qué sentimientos dejamos qué surjan?. ¿Cuáles no somos capaces de disipar o transmutar permitiendo qué se focalicen en nuestro interior creando alteraciones físicas y emocionales constantes?
Estamos en una etapa qué todos estamos conociendo y sobre todo sintiendo, ejerciendo en nosotros cambios ha realizar pero sólo sí vemos la necesidad de hacerlo. Observándonos y observando.
Aunque parezca una tontería para muchos, eso mismo, ese sentir, ese accionar, ese ser, esa necesidad de cambios internos, por sobre todo, nos llevara, a una misma escala vibratoria esencial. Nadie está exento de ir a una o a otra, sólo se necesita querer, y ser consciente, realizando cambios.
La sutileza de la Existencia de la Vida con mayúsculas nos va dejando ver, se va integrando, otra cosa es sí somos capaces de hacerlo nosotros por iniciativa propia sin forzar integrándonos a ella de igual forma.
Poco a poco. No obliga.
Por Montse Cobas.
Muy buenos días desde el amor interno más profundo.
Existe!
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