Suna era una mujer de mediana edad, que vivía apartada de la ciudad en una casa en medio de las montañas de Perú. Para realizar sus compras tenía que desplazarse a pie durante casi una hora hasta llegar a la primera tienda de comestibles. Este recorrido lo hacia una vez al mes, pues ella cultivaba sus tierras de las cuales se alimentaban y de las que obtenían algún ingreso con la venta de lo que recolectaba, a la vez, del pequeño ganado que mantenía. Sus tres hijos le ayudaban a ello cuando llegaban de la escuela situado en una aldea cercana, la cual estaba a 15m de su casa. Suna había enviudado hacia dos años, añoraba a su esposo, pues habían tenido una relación muy estrecha, armoniosa, y de mucho amor. Todavía por las noches, cuando se acostada sumamente cansada, lloraba su ausencia, recordándolo en sus mejores momentos. Los niños de corta edad, todavía no lograban entender la ausencia de su padre, deseosos de volverlo a ver, situacion que todavía más apenaba a su madre. Ella se pasa...
Entra en un mundo real. La otra realidad.