En momentos en los que llorar no sirve de nada, sólo de desahogo y desconsuelo. En momentos, en que vas observando, no en la totalidad, la totalidad siempre es extrema, y es imposible observarla toda. Momentos, en los que visualizas la verdad, una parte. Del final. Para seguir, siempre un nuevo comienzo, o seguir abarcando, formando con lo existente, son momentos, puntuales, porque; luego todo sigue, sigue en la realidad, remota, la que vamos formando, cada uno de nosotros, solos o acompañados, solos, en una parte, ya que nunca lo estamos. Formándonos en la realidad. Ya, sin esperas atormentadas, eso, ya pasó, y ahora es ecuánime. Nada más. Sin mirar ni para alante, ni para atrás, solo un punto exacto. Dos, y a partir de ahí se verá, decisiones, decisión ecuánime. Es lo que es, y no se puede hacer más. Siempre lo es. Es así. Montserrat Cobas. Miras introvertidas. Finales... Siempre h...
Entra en un mundo real. La otra realidad.