En momentos de nuestra vida traumaticos o malos, podemos perder la fe en Dios, en personas que queremos o amistades por situaciones generadas o decepciones ante los resultados de estas, perdiendo por momentos incluso las ganas de vivir, debiendo ser eso, instantes, segundos por los cuales nos puedan rondar ideas por la cabeza, no beneficiosas para nuestra persona. Cuando estas surgen, debemos pensar en algo o alguien, que queremos mucho, y las repercusiones que puede tener el hecho de nuestro deterioro o daño, haciendo desvanecer espontáneamente tales ideas. Buscando formas que nos gratifiquen la vida e incluso si vemos que no somos capaces de superar por si solos, que la mayoría de las veces es lo que ocurre debemos buscar ayuda profesional. Las ganas de recuperarnos, de superar, de querer vivir y disfrutar de lo que nos puede ofrecer la vida, más la ayuda médica, es indispensable para el cambio positivo en nuestra persona y de nuestra vida. Todos o casi todos tenemos épocas...