Vamos por la urbe. Echando una mirada al exterior. Unos caminan tranquilamente. Otros van angustiados, dejándose llevar por los pensamientos del hacer. Unos con la sonrisa en la boca. Otros que aunque caminen por la acera. Están en otro sitio. Sin observar lo que tienen al lado. Otros malhumorados, por los pensamientos del momento. Tal vez un problema o hastío. ¡Quien sabe lo ocurrido! Cada uno sabe lo suyo. Y no lo de los demás. ¡Aunque muchos pretendan saberlo! Pero no es así el concepto. Sino la disposición para entenderlo. Mirada al exterior, sabiendo lo ideales que somos. Seres potentes en sabiduría. Solo hace falta formarla y dejar que fluya. Formarla con nuestros buenos pensamientos. A la vez que claridad en ellos. Vivencias sentidas y bien aprendidas. Dejando que salga la enseñanza. Mirada al exterior en mi caminar. Haciéndolo siempre acompañada. En todos los instantes de mi vida. Lo mismo que tu lo estas. No soy yo sola la que divago. La que va insegura. La que sufre. Lo hacem...
Entra en un mundo real. La otra realidad.