Vete ya. Esta
vez, cabal.
Lo que queda tuyo
en mí
es lo que
inventé de ti
para creer…
que mi vida
valías.
Pero claro: tiempo,
calma,
que poca cosa
no es
para haberme
ensanchado así
las noches, las
madrugadas,
la mudez, las
estrofas,
la fe y la esperanza.
No, no
presumas por ahí
que bien sé que
es falacia.
Otro intento
¡más nada!
Un imaginado infinito
alzado en el espacio
vacío
de otro vuelo
sin estrellas.
Lo difícil, lo
triste, lo lento,
es que el
amor que siento
por ese que
no eres tú
¡no es un invento!
Ese, que vagando
anónimo,
llega, cuando
digo tu nombre.
Ese, que no
existiendo,
en mi piel y
alma mora.
Aquel, sí,
ese nadie,
que no teniendo
anatomía,
tiene todo tu
sabor y aroma.
Ese espectro que
cuando decido ignorarlo
con su mirada
clavada en la mía
grita que también
me ama.
Ese… que
nunca fue
que jamás
será
pero es…
.
.
.
P-Car
Paty Carvajal-Chile
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Imagen: Pier Toffoletti