Sácame
de ti.
Dame
una esperanza.
Me atas
con el recuerdo,
con
el pensamiento,
con
la emoción,
con
tu cuerpo
con
el amor.
En
un sinsentido interminable
me
retienes en el erial de la imposibilidad.
Lo
siento tan temible y maravillosamente intenso
como
cada ocaso el mar siente el fuego del sol
y cada
noche la luna,
el
frío del silencio.
Permite
que el viento
me desnude
de viejos sueños.
Deja
que me haga un traje blanco,
del
color de la fe.
Dame
la libertad
de
olvidarte y querer otra vez.
Déjame
libre, sí, libre…
Deja
de recordarme…
Deja
de pensarme…
Deja
de sentirme…
Deja
de amarme.
P-Car