Ya tan solo te
amo
al final de cada
tarde.
Todas las comulgadas
tardes
que mi alma
atardece de nostalgia
con todas las
melancolías que penan
en todas las
tardes desoladas de la tierra.
En el flemático sol
que se esfuma
con el viento
que vuela pesado y lejos
sobre las hojas
secas que yacen apiladas
y junto a todo
lo que pareciera partir
antes de la luna
y las estrellas
yo te amo y desvanezco.
Muero por tu
amor
desciendo por lo
ido
y desaparezco repetido
por mi vida ensombrecer
una y otra… y
otra vez.
Entonces sueño
me abrazan
los amplios brazos
de tu espíritu
alas del místico
sol moribundo
dibujadas en el
horizonte inaccesible
bajo la alquimia
de tus ojos
que asentados y extraños
nunca dejan de
mirarme
como queriendo explicar
algo…
así yo deba continuar
mi sentir
tan solo en la
hora y en el verso
que enceguece el
cielo completo
en el crepúsculo
de mi tiempo.
Perdóname
querido
ya no puedo
amarte más
se me desmorona
el temple
más nunca te dejaré
totalmente
¡moriría integral
e infinita!
si así fuese…
como hoy muere
el oro en el azul
como lagrimean tus
luceros volátiles
como se acaban las
lomas en los caminos
de la tarde que en
mi cuerpo se ha dormido…
recitando agónico,
desconocer sus deseos
pero que al filo
del preludio nocturno
más velado que
la viuda tristeza
fiel, se eclipsará
a tu olvido.
P-Car
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