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sábado, 12 de diciembre de 2015

AMADOU LAMINE SALL [17.748] Poeta de Senegal


Amadou Lamine Sall

Nació en 1951 en Kaolack, Senegal. 

La suerte del negro surafricano le ha preocupado también a Amadou Lamine Sall, quien puso la fuerza de su pluma y los destellos de su inspiración al servicio de una causa que movilizó las energías y esperanzas de los hijos del 
continente y de otros Sltlo . En su poema titulado "Contra el Apartheid", A.L.Sall no vacila en declarar que la liberación del baluarte de la segregación merece todos los sacrificios:


No bajemos ni el brazo
ni el sueño ni la pluma
y si el frío nos encogiera el corazón
negociaríamos con ellos el precio
de nuestros despojos


A. L. Sall no ignora que poetas y martirios ofrendaron la vida para defender causas justas. Rinde homenaje en Kamandalu al poeta surafricano Benjamín Moloisé, a Pablo Neruda y al cura Jerzy Popieluzko, el capellán de Soldarnosk. A. L. Sall tiene conciencia de que el sufrimiento no es privativo de ningún continente. Ello le induce a escoger el título siguiente para uno de sus poemas: "A los oprimidos dondequiera se encuentren en la tierra"). Büsqueda y nostalgia de justicia obsesionan a A. L. Sall:


Los poetas mueren siempre por nosotros
... Yo estoy buscando un país donde vivía
¿pero cómo se llamaba aquel país donde nací?


El amor tiránico a la libertad le quema por dentro a un A.L. Sall que no quiere renunciar. Un soplo de libertad y amor dionisíaco recorre la geografía de sus poemas, torrentes generalmente impetuosos y amplios como deltas. Uno de los componentes de la arquitectura poética ideada por Sall es el amor. Sall no quiere que la mujer, ese ser tan enigmático y atrayente, le escape, en Comme un iceberg en flammes (4) Creer en el amor porque sólo él va a vencer el metal de los corazones.
Sall no intenta domar ni dominar a la mujer, sino amarla simplemente, es decir, fundirse en ella. La mujer ansiada se llama CRISTAL en Mante des Aurores (Manto de las Auroras) (5). Del cristal tendrá la fragilidad y el brillo:


Se llama CRISTAL
La que me confió en los palcos de un día
Cierta noche milagrosa de enero
que las estrellas no cantan únicamente en el cielo


Cristal se metamorfosea en Manrhie en la misma colección de poemas. Amor por la mujer, amor por el continente se hacen presentes, gracias a afinidades morfológicas y sonoras y una recia lluvia de imágenes sorprendentes. Un encabalgamiento visualiza el impulso del poeta hacia el ideal que anhela:


Si llevara en ti la más caudalosa de las estaciones de lluvia
Parirías la PAZ en todo el planeta tierra
Manthie que la felicidad empolve la tierra

...y juro resucitar para siempre los frescores de la aurora
En los soplos cálidos de los cénits
y se embalsaman en una paz sin par
Todos los cielos del mundo


Alegría de vivir, abrazos amorosos, unión de cuerpos complementarios en un baile de amor infinito rellenan las páginas de Comme un iceberg en flammes y Kamandalu. Sall consigue en un poema lo que Rimbaud había deseado: que el "yo" se haga "otro". Y entonces, el amor, en el sentido más noble, carnal y espiritual se cumple ante los ojos del lector de modo casi
tipográfico:


yo te celo y te escondo por todos sitios en mí
sin embargo algún día nacerá el niño
hecho de tu carne y mi recuerdo
si quieres lo llamaremos TU - YO


La tradición oral es uno de los senos nutricios de la poesía de A. L. Sall. Repeticiones, paralelismos, escanciones le permiten a Sall escribir poemas con ritmo, poemas cantados, bailados o bailables quizá. Sobre este punto, el poeta entronca con una de las características de la poesía de rodas los países y todas las épocas. Un poema se puede declamar, salmodiar, cantar. En África, poesía,
canto, juego y ritmo no se suelen separar. El idioma galo tiene pues que cobijar injertos que no son congruentes tal vez con su genio:


 a ayo weliyo

.. . Tus manos de huerto oloroso y de amante loca
Ayo tu recuerdo de sementera y de espejo de estrellas ayo
Tu sonrisa de vértigo, de abundancia y de hierbabuena
Ayo tu risa de traición y de mordisco suave ayo


A. L. Sall puede mostrarse barroco, surrealista o acudir al tono guerrero de la epopeya o aparecer como sentimental cuando le roca hablar del amor, del África o del mundo. La impecable calidad de sus versos, verdaderos fragmentos de epopeya a veces, aunque el poeta intente cortar su soplo, pone de realce la originalidad de su voz que abarca y construye en una profusión deslumbrante versos, estrofas y metáforas. Respecto a Mamadou Traoré Diop y a Ibrahima Sall, que pisaron otros terrenos literarios, Amadou Lamine Sall goza de la ventaja de no haber dejado de caminar en el terreno poético. El espacio de sus poemas está ligado a la voluptuosidad, al baile de amor, a la sed de justicia y libertad. 





Juro por el alba de los fusilados
Por las puertas de mezquitas e iglesias
Juro delante de tus ojos que miran al suelo con los párpados cerrados
Que aprenderé a beber todas las lluvias
A mirar derecho el relámpago
Dejaré a cualquier otra mujer
Sin olvidar hasta sin olvidar qué importa
Tú sabes que me gusta recordar
Tu mano plural halagando espaldas y cadera
El helecho ruidoso en el concierto del prado
Donde duermen votos de Dulce violencia
Pero me enseñaste a ir más alto que
Todos los cielos
y sólo tengo oído para el evangelio de tu canto
Cuando el jarmata del deseo
Azota nuestros cuerpos

Extracto de Comme un iceberg en flammes,
Nouvelle Editions Africaines, Dakar, 1982 





Contigo Cristal
El horizonte encerrado de la pena de mis muertos
Ya no estará frente a mí
Porque me diste una cabeza bien redonda
y ya mi lengua es de ahí en adelante de miel rectilínea
y sé ser turbante del desierto
y buitre de camposanto
Pero esta noche mi voto no es odiar
y mi soledad no tiene el color de las navajas
Desde aqueL tiempo eL amor verdeció en mí
Y el odio insolente ha encontrado a la muchedumbre piadosa
entre los perfumes de Los éxtasis

Extracto de Mante des Aurores,
Les Nouvelles Editions Africaines, Dakar, 1984 





A Cristal

mi caza sagrada

Mi amor no se ha levantado todavía sobre una tierra nueva
no había siempre sino tú y el mar

Eres la cueva
yo soy el fuego
          eres la isla
          yo soy el árbol
          eres la tierra
          y soy la lluvia
          eres el surco
          y soy el grano
          nació la cosecha de nuestros cariños

Los frutos del deseo
sólo maduran en la embriaguez que sabe anidarlos



...



Me gusta libar a mi antojo en los labios de vainilla
tu lengua de sopa caliente bebida una noche de invierno
ves
tu sexo de té bajo la jaima
tiene la dulzura de las almohadas de una tarde de bochorno
y lejos de ti me acuesto mil veces contigo
al correr yo hacia ti arden mil fuegos en mis caderas
y cuando al fin llego y llegas
sólo nos queda el largo y salvaje ladrido
dormido
de nuestros cuerpos que vacilan en el eco ya lejano
de nuestros éxtasis devorados en el camino
y solas
nuestras cabezas y manos
emergen clavadas en la espuma del deseo



...



Sé mis campesinos empobrecidos
y vencidos mis campos
abandonados mis aperos de labranza
y cortada la risa de mi pueblo
quebrados sus bailes
sin embriaguez su corazón
y aquí estoy, lleno de embriagados
con la mirada arrogante
de los que sólo tienen su cólera como compañía
y su amargura como tumba
todo eso porque mis príncipes son hombres de paja
que saquean los silos más escudados de mi esperanza
      y ni tengo un abogado
      se soborna
      en cuanto al juez
      se vende
      en la m ejor prisión y a subasta
      pero me quedo yo con DIOS y la POESÍA


Extracto de Kamandalu, Les Nouvelles Editions Africaines du Sénégal, 1990 



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IBRAHIMA SALL [17.747] Poeta de Senegal


Ibrahima Sall

Nació en Louga, una pequeña ciudad situada en el noroeste de Senegal, en 1949. Se sabe relativamente poco acerca de su niñez, pero sí que fue uno de los protagonistas de las manifestaciones estudiantiles contra la reducción de fondos universitarios en la Universidad de Dakar en mayo de 1968. Su escritura temprana, de hecho, se ocupa a menudo de los problemas políticos surgidos durante la primera década de la república senegalesa, y muchos de sus poemas adoptan un tono crítico hacia figuras políticas, entre ellas el presidente y  poeta Léopold Sédar Senghor. En los años ochenta se comprometió con el movimiento sociopolítico «Set-Setal». Su foco literario incluye temas como la negritud, la crítica social y la libertad de expresión. Es considerado uno de los escritores senegaleses más importantes de la época moderna, tanto en poesía como en teatro y narrativa. 

Ibrahima Sall puede parecernos elegíaco cuando comprueba los daños causados en las mentes por el que él llama el "Desarraigo" (le Déracinement), uno de los títulos de sus poemas en su colección la génération spontanée (la generación  espontánea). Sall conoció e! mayo del 68 así como las arbitrariedades del partido único, sinónimo de poder represivo y tentacular. Ibrahima Sal! tuvo que aguantar las medidas y doctrinas extravagantes de los nuevos mandamases que sustituyeron a los antiguos colonizadores, así como sus hábitos seculares de desprecio y fuerza brutal. Joven e iconoclasta, ha prestado su voz a la polémica (ver su poema "Je conteste" (Protesto). Así vienen criticadas la falta de libertad y el ahogo de las libertades individuales y colectivas. Para un poeta, e! derecho a la palabra y a la expresión es sagrado. Para denunciar la violencia, e! poeta se hace violento y sus palabras se disparan como balas que dan en e! blanco de una hipocresía que el vate no puede aguantar:


Aborrezco su comprensión
aborrezco su política
odio su vieja piel arrugada de tolerancia
mataré la sonrisa que caracteriza sus labios
cuando ante ustedes la Juventud abre el pico


La conciencia lúcida y comprometida de Sall considera la protesta como un alimento poético fecundo. Asimismo las ideologías dominantes de los años 60 se ponen en tela de juicio y e! carácter jocoso, saltarín, del final de una estrofa desvela las gotas de ironía de! poeta. Se insinúa la irrisión en el poema cuando surgen neologismos burlescos acuñados para ridiculizar unos conceptos de alcance mermado por un uso que los ha vaciado de sentido:


Ustedes me dan la lata con marxismo-leninismo
Ustedes no me dejan reflexionar con sus doctrinas sacrosantas
capitalo-socio-económico-comunistas-burgueses
Estoy harto de su negritud
                                     blanquitud
                                     amarillitud
                                     rojitud 


No por estar apegados a la crítica que reivindican y embellecen dejan de ser los textos de Sall espejos de lecturas y herencias llegadas del pasado con la fuerza del aluvión. Cierta negritud aborrecida por Sall lleva el peso de las meditaciones del poeta si nos atenemos a la frecuencia con que aparece el adjetivo "negro" en la génération spontanée. No faltan referencias cromáticas en los títulos de los poemas ("Harlem, pueblo sin piel", "Canto para una Negra", "Negro por vocación") . La pasión por la belleza y la justicia reúne en un mismo arco de tensión y esplendor el recuerdo de los sufrimientos del ayer y el delirio sensual inspirado por las formas generosas de la muchacha negra:


Aida

Quiero esta noche que el taparrabo ponga de relieve 
las promesas de tus caderas
que tu vestido estrecho se ciña a tu busto como una caricia
que tus ojos anegados en lágrimas de incienso
lloren por el pasado glorioso de tu raza vejada 


Sin quererlo, a lo mejor, Ibrahima Sall sitúa sus fuentes y sus poemas en la historia -continua o/y discontinua- de la poesía. Le sorprende a uno ver en un verso cierras palabras que constituyen una herencia viva, asumida, interiorizada por el poeta. Este último acoge ciertas expresiones de sus mayores sin deformarlas ni burlarse de ellas. lbrahima Salle tendrá respeto o cariño a Cesaire ya que se adueña de uno de sus versos y nos recuerda que la poesía es también una carrera de relevos:


Sol negro
todo es negro delante y detrás
... sobre las cabezas y debajo de los pies
-¡Eia para los que nada inventaron!


Ya aludimos a la protesta. En tal orden de ideas ¿cómo no mencionar la dramática situación del negro surafricano? La suerte de su hermano de raza le arranca a Sall gritos de dolor. Cuando el odio racial, la explotación económica y la separación física y moral inferiorizan a hermanos del continente, la voz de Sall se deja oír y uno creería leer poemas de Césaire o de un Senghor en cierta época:


El Ser Superior me robó la sangre
a raíz de exacciones y risas despectivas
como el caballo voy con anteojeras
Objeto de irrisión sufo la cólera del Amo 


La actitud de rebeldía, unas metáforas incisivas, el sentido de la irrisión y el tono sincero de su voz le permitieron a lbrahima Sall aportar su piedra de frescor y calidad al edificio llamado poesía senegalesa. Su libro La génération spontanée es un huerto de bellos pensamientos y un ramillete de versos preciosos que uno recorre o huele con sumo placer. 


EXTRAÑOS HERMANOS

Adónde vais
extraños hermanos
cuyos ojos agudiza la noche
con nuestro equipaje en las caderas

Adónde vais
extraños hermanos
cuyo paso extiende la noche
entre las piernas las lenguas de nuestras independencias

Adónde vais
extraños hermanos
cuyo apetito acentúa la noche
con los tallos de nuestras cosechas entre los dientes

Pero a dónde vais pues,
extraños hermanos
extraños hermanos




AQUEL NEGRO EXTRAÑO DE SURÁFRICA

Mi vida es tan negra como mi piel
calvario y servidumbre son mi suerte
granjeo riquezas inagotables
para tiburones de apetitos insaciables

Indeseable soy esclavo en mi propia tierra
dura es mi foena y subalterno mi papel
corta mi alegría y decisivo mi tormento
El Terror Blanco es mi dueño y me vacía la sangre
El Ser Superior me vació la sangre
a raíz de exacciones y risas despectivas
como el caballo con anteojeras
objeto de irrisión sufro la cólera del amo

El civilizador juró domarme
borrar de mi máscara simiesca cualquier huella de orgullo
arrastrarme o morir
no sé arrastrarme pero aprendí a sufrir

Al hilo de los días del cielo imploro la clemencia
cada día de mis hermanos espero vana ayuda
¿quién puedo ser yo a quien el Apartheid atormenta
sino aquel negro eterno de Suráfrica?

Extractos de la génération spontanée,
Les Nouvell es Editions Africaines, Dakar-Abidjan, 1975 




NEGRO POR VOCACIÓN

Un
  almuecín
          que
             llama
                  a
                    la
                       oración
Cuánto desconcierto en un alma a caballo
entre el Bien y el Mal
Negro por vocación
naciste poeta
y nunca le pediste a Dios
sino una tierra de amor

Has leído a Lamartine
y tu corazón sollozó una noche entera
en los sitios lacustres de las posesiones efimeras
mecidas por el alma y pobladas por noches solitarias

Has leído a Baudelaire
y se estremeció tu corazón como una fibra simbólica
en el fango de los apetitos sensuales
de las verdades escamoteables y las mentiras circunstanciales
la dulce mentira acaricia tu razón
la verdad amarga te hace trizas ... 




SOL NEGRO

Sol negro
Taïba
el exilio en las olas de locura
y toda la secta arrancó
-Gracias, Bamba

Sol negro
en país blanco
Una cúpula milagrosa
la gloria de Sedar Senghor

Eclipse del sol negro
tempestad desencadenada de la fe magistral
Lumumba
el sol lleva luto por ti 

Sol negro
en país negro
rayos de sol negro
en una tierra negra
odio y segregación para negro
el virus apartheid

Sol negro
todo es negro delante y detrás
en las cabezas y bajo los pies
¡Eia para los que nada inventaron!

Sol negro
horizonte azul
arcoiris de paciencia
mañana Medina Do Doé 








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martes, 3 de noviembre de 2015

SADA WEÏNDÉ NDIAYE [17.352] Poeta de Senegal


SADA WEÏNDÉ NDIAYE

Senegal. 1939 - 2006
La novela "Un pont de lumière pour le fleuve" de Sada Ndiaye Weindé, publicada por Nouvelles Editions Africaines du Sénégal, ganó el Gran Premio del Jefe del Estado de Senegal en 1999.



Tiempo presente

A Amadou Mourtada Déme, hombre de amor y de paz

Debajo de un árbol un anciano
Exhala de su pipa bocanadas
De recuerdos.

Entre el follaje un ave
Clama por la presencia
De la estación sublime.

Con su hacha humeante un hombre
Recorre a grandes pasos los cielos
En busca
De grutas todavía sin desflorar.

Nadie sino tú
Niño
Tiene tiempo
Para el tiempo presente.
Por la calle cabalgas
Sobre tus quimeras
Ante los ojos extasiados de tu madre
De pie
En el brocal de un pozo
Profundo y sin agua.




Carta anónima

Mi corazón entretejiste
En los anillos de tu pelo
Mi cuerpo traspasaste
Con los dardos de tus trenzas.
Tus ojos son nenúfares en flor
En el lago apacible
Cuando retumba a medianoche el silencio
En el distante campanario de la luna.
¿Vendrás a la hora fría
En que sólo tú apareces?
Con fuerza morderemos
La baya ardiente de la noche
Endulzada con la eclosión de estrellas.

Dakar, 1999





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viernes, 17 de julio de 2015

FATOU NDIAYE SOW [16.579] Poeta de Senegal


Fatou Ndiaye Sow      

Poeta y escritora senegalesa. Nació en la aldea de Tivaouane, Senegal. Su padre, de origen Kaolack, era comerciante. Fue criada por sus abuelos. Inició sus estudios en la escuela coránica, después en la Escuela Elemental de Tivaouane hasta entrar el el Colegio Ameth Fall de Saint-Louis y en la Escuela Normal de Rufisque. Desde 1956, vivía en Dakar con su familia. Participo, en 1984, en el 7º Congreso de Poetas celebrado en Marrakech, en las Jornadas Poéticas de Struga en Yugoslavia en 1985, en el Festival de Poesía de Lovaina en Belgique en 1986, en el Symposium Literario contra el Apartheid de Brazzaville en 1987, en el 5º Congreso Mundial del PEN-International en Toronto en 1989, en el Salón de Poesía de Lyon en Francia en 1990, etc. Durante muchos años trabajó como maestra. En el 2000 se ocupaba de promover actividades entre los jóvenes y la infancia en el marco de FALIA Productions Enfance.

Obras publicadas :

Fleurs du Sahel. Dakar: Les Nouvelles Editions Africaines du Sénégal, 1990
Takam-Takam [Devine, mon enfant devine]. Dakar: Les Nouvelles Editions Africaines, 1981. Poèmes pour les enfants.
Takam-Tikou [J'ai deviné] Abidjan: Nouvelles Editions Ivoiriennes, 1997. Poèmes pour les enfants.
Le mouton d'Aminata Abidjan: Nouvelles Editions Ivoiriennes, 1996. Histoire pour les enfants.
Un code pour toi et moi - 2 tomes. Dakar: Edition Unicom II, 1997.
 (Fuente : arts UWA)  




Poema de Fatou Ndiaye Sow de Senegal. Se trata de un fenómeno que es nuevo para mí. Oí de ello por primera vez cuando visité Senegal en octubre de 2000. Cuando viajábamos alrededor de Dakar, Fatou me enseñó con preocupación grupos de muchachos merodeando los terrenos baldíos. Eran talibés, son identificados con la misma palabra que el Taliban en Afganistán. Son muchachos de familias pobres enviados a una edad muy temprana a escuelas coránicas. Estas escuelas en realidad no enseñan casi nada, ni siquiera enseñan buen árabe o buenos estudios coránicos. Producen nada más que una clase inferior, criminales y carne de cañón para las guerras de alguien. Aun más triste, mandan a los muchachos tan lejos de su hogar que nunca pueden regresar.
Este poema habla con la voz de una del grupo de gente más miserable y más privada de todo derecho humano del mundo: las madres de estos muchachos. No tienen nada que decir sobre lo que pasa a sus hijos. Simplemente pierden sus niños para siempre. Termino aquí con la lectura de este poema que he traducido del francés, sobre una mujer cuyo hijo, mandado para hacerse talibé, está a punto de irse. Se llama Lamento de una madre.
http://www.chicagonetworkjp.org/es/books/cuatro-selecciones-de-para-que-nos-escuchen-volumen-ii



Lamento de una madre

Un día
en el lejano Fouta
una mañana, una madre dijo:
– Hamady, mi pequeño, te confío a Dios,
que El sea para ti la muralla
que te proteja de las tormentas de la vida
cuando mezcles tu aliento
con el de los cuatro vientos,
que El haga de mis rezos
una corona para tu cabeza
una alfombra de luz extendida bajo tus pasos
Hamady, mi pequeño,
te confío a las cuatro estaciones:
la de las lluvias fuertes
que arrastran mis memorias
en las cenizas de la noche,
la del sol caliente
que hunde mis pies curtidos
en el océano de fuego,
la que deposita el rocío de la mañana
en las riberas del amanecer,
te confío, Hamady,
a la estación de las cosechas
para que el Maestro con sus manos de luz
coloque en tu cabeza una corona tejida de gloria.

Después de este rezo
los vientos fuertes soplaron
y el desierto entre ellos enterró la esperanza
y Hamady, en un pueblo desconocido,
Talibé solitario vestido en su miseria,
arde con el fuego del hambre
con el fuego de la fiebre.

Con el fuego del sol del mediodía
se acuerda de su madre
bella, negra, negra de ébano
en el lejano Fouta.

Pero el desierto entre ellos ha enterrado la esperanza
y la madre, desde su puerta, a la hora en que las sombras de la noche desaparecen,
echa agua fresca, murmurando
– Hamady, mi pequeño
Qué importa si saliste
Viviremos juntos en el futuro
Para esperarte, Hamady
Tendré la paciencia para contar todos los granos de arena
y en mis brazos cada noche
apagaré todas las mañanas
para vencer la esperanza de vivir fiel a lo cotidiano
y juntos tejeremos el júbilo del reencuentro
Hamady, mi pequeño, te confío a Dios.





Fatou Ndiaye Sow est née au Sénégal en 1937, ce qui fait d'elle la contemporaine d'Ousmane Sow, né lui aussi au Sénégal, en 1935. Enseignante à la retraite, elle a écrit pour la jeunesse et animé de nombreux ateliers d'écriture au Sénégal et en Europe.

Ousmane Sow, est sculpteur. Il a exposé ses statues de terre géantes, sur le Pont des Arts, à Paris, en 1999. Enfant, il sculptait avec ses copains des blocs de calcaire, ramassés au bord de l'eau. Arrivé à Paris, en 1957, suite au décès de son père, il passe un diplôme de kinésithérapeute, métier qui gravera en lui l'anatomie du corps humain. Retourné au pays, il ne se consacre que tard à l'art de la sculpture et sera le premier au Sénégal à faire de la sculpture monumentale.



Gorée

Je ne puis visiter tes cachots
Où se terre l'image
De la dégradation humaine
Ni voir tes chaînes
Qui vibrent encore du courage résigné
De ces guerriers
Aux mains calleuses
Qui ont pétri le roc de leur destin
Ni sentir l'odeur putride
De leur rancune accumulée sur tes murs
Ni mesurer le regret
Qui rongeait leur cœur
Tuméfié de projets avortés
Que n'aurais-je dû poursuivre
Les galères qui emportaient les esclaves
Amputés aux rêves brisés
Sur les galets ! À Gorée !

C'était un soir, il y a si longtemps
Un soir de lune
Brusquement Gorée s'éloignait
Je le sentais de la cale
Où nous étions entassés
Et j'ai vogué...
J'ai vogué vers des horizons
De ténèbre et de souffrance
J'ai mordu la poussière
De routes inconnues
Mon sang, sève d'innocence
S'est mêlé à l'eau boueuse des rizières
Ma sueur a humecté le sol

Et baigné la nuit
Et mon cœur calciné de résignation
A forcé mes yeux des siècles durant
À retenir au fond d'eux-mêmes
La pluie du désespoir
Et le chant éclata de ma poitrine.
J'ai chanté ma complainte de déraciné
Avec mes frères infortunés
Et l'avenir où des lambeaux de rêves
Voltigeaient aux vents de mes regrets
M'écrasait la nuque d'une fatalité absurde.

Mais j'ai relevé la tête
Pour crier ma vérité aux hommes
Aux hommes blancs
Aux hommes rouges
Aux hommes jaunes
N'y-a-t-il pas des hommes bleus ?
Bleu comme l'espoir
Bleu couleur de ciel
Des hommes de cœur et de justice
De la justice juste
Sans race et sans continent ?

Je suis en tous points
Semblable à mon frère
Le soleil de mon Dieu
Est un soleil pour tous
Les vertus de mon Dieu
Sont en toute créature
Pourquoi voulez-vous
M'enlever ma semence ?
Laissez-moi sortir de terre
Bourgeonner et fleurir
Que mes fruits éclatés
Nourrissent la faim du monde
Laisser-moi m'ouvrir
Au souffle des quatre vents
Car ma robe noire
Est une robe de fête.
(...)

Extraits de Fleurs du Sahel, in Poètes d'Afrique et des Antilles © éditions de La Table Ronde 2002, p.p.461/462/463




On the Threshold of Nothingness

In this vampire world,
Here I am filled with my exile.
Let me rediscover
The Original Baobab
Where the Ancestor sleeps
In the deep murmur
Of his original solitude.
Let my eyes gleam
With a myriad of suns,
Voyaging across time and space without shores
And dissolving into faith the cries of anguish
And fishing for glimmers of hope
In the purple horizon of dusk
To ennoble rapacious humanity
Executioner or victim
In search of a distant star
Distant
Hidden behind doors of silence
Inside the Universe of hope
Let me decipher
At the foot of the Original Baobab
The message of my cowrie shells
Where I read
That every epoch lives its drama
Every people their suffering
But that before the doors of Nothingness
Each one PAUSES and THINKS.





Au seuil du néant

Dans ce monde vampire,
Me voilà remplie de mon exil.
Laissez-moi redécouvrir
Le Baobab Originel
Où dort l’Aïeul
Dans la rumeur profonde
De sa solitude première.
Laissez mon oeil éclaté
De myriades de soleils,
Voyager dans l’espace-temps sans rivages
Et dissoudre dans la foi les râles de l’angoisse,
Et pêcher des éclats d’espoir
Dans l’horizon pourpre du couchant
Pour ennoblir le rapace humain
Bourreau ou victime
A la recherche d’une étoile lointaine
Lointaine
Cachée aux portes du silence.
Dans l’Univers de l’espérance
Laissez-moi déchiffrer
Au pied du Baobab Originel
Le message de mes cauris,
Où je lis
Que chaque époque vit son drame
Chaque peuple ses souffrances
Mais qu’aux portes du Néant
Chacun S’ARRÊTE et PENSE.