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domingo, 25 de junio de 2017

DANIELA GUERRERO [20.234]



Daniela Guerrero 

DANIELA VIVIANA GUERRERO GONZÁLEZ. (Lota, 1981) Nace en Lota, Chile en 1981. Poeta y Profesora. Actualmente becaria Conicyt, cursando Magister en Literatura hispanoamericana en la Universidad de Concepción. Formó parte del grupo literario “incinerarte” con quienes editó una pequeña revista literaria (2003). Integrante del colectivo de arte Caserío entre los años (2007-2012) donde trabajó en la producción y reflexión en torno al arte y al patrimonio. Algunas distinciones y/o Publicaciones (1999) Mención Honrosa en Concurso Regional Cuento Joven de la Corp. Balmaceda 1215 (2004). Primer lugar en Concurso Regional de Poesía Joven “Centenario De Neruda”, Balmaceda 1215 (2012). Seleccionada en el II Festival Internacional de poesía Grito de mujer.

Publicada en Antología histórica de Balmaceda Bío Bío. (2015) Antología: cuentos, leyendas, poesías y relatos de escritores Lotinos (2011). El libro de poesía “Aguas cercenadas”. Además de participar activamente en diversos encuentros, lecturas, producciones y reflexiones en torno al arte, la literatura y producción cultural. etc. Actualmente prepara la publicación de su segundo libro de poemas.



“Obsesa de reflejar el 16 de abril de 1997 no documentado”: Reconversión de Daniela Guerrero

Por Gloria Sepúlveda V.[*]

En este libro, Reconversión (Alto Horno, 2017), se aúna a la poesía, el férreo ímpetu de la autora por mantener  la memoria lotina, valiente enclave de nuestro territorio, en cuyo centro latieron tantos corazones de hombres, mujeres y niños que impulsaron el progreso de este país, Chile, entregando sus vidas sin participar jamás de los frutos de su arduo esfuerzo en las entrañas de la tierra, expuestos a inminentes peligros y malos tratos. Basta recordar los maravillosos y terribles relatos de Baldomero Lillo (Sub-Sole y Sub-Terra) o publicaciones recientes como la novela gráfica Lota, 1960 o los pasajes de la Balada del señor cuervo (2016) de Greta Montero referidos a Coronel y Lota. Expresiones que al igual que Reconversión tienen por objetivo supremo proteger una memoria que resiste, como tantas hoy, a la borradura histórica y social del pasado reciente de nuestro país. Así, la poeta cobija y resguarda, desde la casa del lenguaje, un episodio clave de su historia, atenta a todos los signos: “La ciudad como un marco ordena los trozos del pasado.Post – neo- cierre- ruina”./ De casa a la industria/me permito ser habitante del momento de la duda” (21).

Instalada en esa incertidumbre, la poeta observa críticamente el cierre de las minas y el declive que significó para miles de familias, no sólo padecer un arduo trabajo, sino quedar expuestos al abandono y el olvido por parte del Estado chileno: “Con el peso de una historia hecha panfleto comercial” (29). El libro entonces, registra, como un documento poético el cierre y fin de las minas, acompañado de la ilusión de una reconversión, que al igual que la alegría prometida, nunca llegó: “El origen fue la reconversión de una ruina anterior a ésta./ Louta, nadie te conoce sino de color negro” (48).

Sin embargo, la poeta hace posible la permanencia de un pueblo en el registro de su cotidianidad: “Resistencia no es sino esperanza. Por eso me quedo, por eso hablo, por eso habito” (52). Así, revela que el patrimonio no es sino la farsa política, el eufemismo de la borradura, la misma que anuló el salitre en el norte. La poeta, cobijando con su palabra –memoria, logra permanecer en la naturaleza, el mar, el carbón, las mujeres que ofrecen su pan, el hombre sábado que vende cachivaches, la feria, Chalo, el vendedor de helados y boxeador, el hombre que vende berlines, los evangélicos, los perros y los niños, configuran, en cierto modo, una resistencia a la borradura impuesta por el progreso. Hombres y mujeres que con su esfuerzo impulsan un territorio que no cede a la ruina. Reconversión es un libro que se escribe junto a la memoria de miles que se actualiza en la lectura y que hace justicia en cuanto devela la borradura que cubre a Lota, cuya reconversión será dada por la palabra y la historia convertida en poesía.



Reconversión de Daniela Guerrero. 
Editorial Alto Horno, Concepción, 2017.
102 pp.


[*] Gloria Sepúlveda V..  Concepción, 1985. Profesora de Español, Magíster en Literaturas Hispánicas y Doctor © en Literatura Latinoamericana por la Universidad de Concepción. Poeta e investigadora.







Desproceso – Desestructura
Daniela Viviana Guerrero González



“Cuando pienso cómo fui de estudiante, que relaciones establecí y que aspectos de mi vida son en el ámbito del arte los más rescatables, siempre llego a la misma conclusión, si no hubiese visto, oído, participado y conocido a quienes conocí, nada de lo que actualmente hago tendría sentido”

(Lota, martes 10 mayo 18,30 hrs.)


…Me y nos pienso –explayando sobre recuerdos –releídos –corregidos –meditados –intentando comprender –un mapa mental repleto de escalones –algo de memoria –algo de reflexión…
Algo de verso
Carrusel de acontecimientos del pasado que se concadenan entre lo público y lo privado…
Un entramado
Un suspiro personal, anécdota de un
Momento
Mujer de un tiempo, habitante de un espacio que se construye y destruye en etapas. Una comuna que vivió por años a la sombra de una empresa minera que cerraba sus puertas debía reconvertirse. ¿En qué? Nadie tenía muy claro el tema, la única certeza que se abraza entonces desde lo alto era que todo iba a cambiar.
Reconversión era la palabra.
Talleres artísticos, colectivos culturales, política que instrumentalizaba por medio del arte, arte espontaneo, arte político, arte académico, verso con o sin sentido, discurso profético u oportunista. Movimiento poético, circulación circense, popular y académica, para donde mirase existían vestigios de un movimiento que nos y me hacía pensar que el arte era una práctica cotidiana. Tuvimos al alcance de nuestra formación y crecimiento casas de la cultura con vida real en donde el artista docto conversaba sin dramas sobre teorías que el artesano no comprendía, pero venía ejecutando desde siempre. Talleres de pintura, xilografía, teatro en todas sus manifestaciones, fotografía, escultura y poesía.
TODO GRATIS, LLEGAR Y LLEVAR, LLEGAR Y APRENDER. LLEGAR Y LEER. LLEGAR Y SENTIR. LLEGAR Y VIVIR. LLEGAR Y CREAR.
LLEGAR Y ENCONTRAR–SE/ ENCONTRAR–NOS/ ENCONTRAR–ME
Radios comunitarias en las que se podía experimentar, agrupaciones de artesanos y artistas populares que daban y permitían la cabida de seres que anecdótica, casual, voluntaria u obligatoriamente habían volcado lo infernal de una adolescencia en la participación de actividades culturales. Grupos de universitarios generando por voluntad moral o por ideología social, preuniversitarios populares que funcionaban en espacios donde también habían poetas, músicos y pintores. Trabajos poblacionales en donde igualmente siempre se consideró al arte no como un tema accesorio sino como una posibilidad concreta de despertar y nivelar el capital cultural que se venía a pedazos.

(¿RECORVERSIÓN ALGUIEN SABE LO QUE ES RECONVERSIÓN?)

Acciones de arte y reflexión de cantores barbudos y de grave voz, pintores con acento español, ex mineros poetas.
Profesores–poetas. Profesores–dramaturgos. Profesores–pintores. Profesores–cantores.
Artesanos con rostro indígena, poetizas de rostros indígena, ex mineros que hablaban en una lengua inentendible, TODOS fluía como si fuera natural.
Al INICIO:
Un espacio
Un bar
Un teatro

AL RATO
Dos espacios
Dos bares

Y muchos lugares de los que te podías apropiar para generar por ocio, por vocación, por afición, por pasión, por desenfreno, porque sí y porque no; cultura y manifestaciones artísticas.
(La academia amateur llamada taller vino después, desde la institucionalidad que fuera. Todos en menos o mayor manera te permitían ser, desvariar e improvisar, codeándote con grandes como Andrés Pérez y Alejandro Goig, en teatro. Caamaño en Xilografía, y unos cuantos, no pocos en música y literatura. Todo un flujo al que nunca se le exigió aparente explicación)
Vino entonces el desafío de la creación.
Una ensalada SIN NOMBRE que no sabíamos de qué se trataba, pero funcionaba, la llamamos performance.
Una, dos, tres, cuatro obras, lecturas y montajes colectivos como si el azar fuese hilando los trazos para que todo funcionara a la perfección. Itinerando y leyendo por toda la región con un espectáculo que los artistas populares no entendían pero respetaban, sin drama ni escándalo. Bailando luego en la celebración valsecitos mineros y canciones kitsh que hacía de todo UNA VEZ MÁS

UN CARRUSEL VERTIGINOSO.

Proyectos concursables que nos obligaban a apropiarnos de festivales y administrar el aparataje burocrático del financiamiento del arte, festivales regionales, encuentros nacionales para reflexionar y actuar acerca de lo que es ser joven u artista mucho antes de que supiéramos lo que significaba todo esto.
Y la rueda giraba y se sumaba más y más gente Como si la cosa fuera contagiosa…

¡RECORVERSIÓN, ALGUIEN VIÓ LA RECOVERSIÓN!

En medio Artaud y el teatro de la crueldad confirmaba la importancia de asumir el espectáculo como una peste, DESDE LAS ENTRAÑAS, todo debía ser posible, todo tenía que ser posible, la razón sencilla e indivisible al quehacer cotidiano, era necesario.
DESPUÉS del juego, se presentó el oficio, aprender cual joyero a pulir la piedra bruta para que se MUTASE en algo que pudiera simular una piedra preciosa…
La lectura ya no era convulsiva sólo por necesidad
El placer de conocer
El cine no sólo para vibrar
Transmutarse en personaje
Igual que el Quijote una vida como imitación de una obra del arte.

Nace la pregunta del sentido, lo que sin academia no tenía otra consigna:
Necesidad de espacios para el arte… fuese este cual fuere…
Y la biblioteca pública se aborda
Y el bar del artista se aborda
Y el teatro ruinoso se aborda
Y la casa abandonada se aborda
Y el galpón abandonado se aborda
Y la ruina del muelle se aborda
Y la ruina minera se aborda
Y el parque se aborda
Y el sindicato de cesantes se aborda
Y la calle.

La cosa, esta cosa… se tornaba seria para muchos, época de opciones y con ello de paso a la hipótesis. La universidad aportó discurso, dio nombre a lo que se hacía desde mucho, complejizó la forma, separó las aguas en muchos casos entre lo popular y lo docto. Dividió y segmentó las manifestaciones artísticas entre aquello que entraba y aquello que no en el panfletito turístico de lo que era la ciudad. El trabajo en muchos mermó su oficio de artista, en otros consagró la apuesta.

RECORVERSIÓN, ¿DÓNDE QUEDÓ LA RECONVERSIÓN?

La Política le ganó la batalla a la rabia…
La rabia le ganó al esfuerzo y el esfuerzo sólo queda para algunos, algunos siguen pensando,
pensando mejor las cosas se pusieron difícil,
difícil fue para muchos seguir haciendo arte, arte ni parte ni espacio.

MUCHAS personas defienden, nada se consigue, nadie escucha, nadie entiende nada.
CUANTOS MUERTOS TENÍAMOS YA ENTRE NOSOTROS…
LOS LUGARES SE CAEN, LA CASA NO EXISTE, EL REFUGIO SE ARRUINA, EL MUNDO SE INVADE, PASAN LOS AÑOS
Y EL ÓXIDO
Y EL PERRO
Y EL PERO
Y ÉL
Y ELLA
Y LA
existencia que nos posibilitan vivir.
Expresión histórica de la que se vanagloria el imaginario colectivo, en su deambular que palpita y sangra en señal de vida.
¿Y la reconversión?

UNA EDAD, UNA EDAD QUE SE VUELVE se vuelve una problemática, en HIJOS DE UN intercambio cultural
UNA Crisis,
UN ANONIMATO EVIDENTE E IMPUESTO
Una identidad que se permea y nutre
UN escape que des-construye desde lo particular que es también colectivo.
UNA fisura teñida…
Nuevamente entonces LAS OBRAS Y EL ARTE que es mito, para buscar UNA respuesta parcial, siempre parcial.
Para vincular arte y memoria
Para rescatar poéticas
Para dar UN ABRAZO EN comunidad
Para logar resistencia a la muerte social

AVANCE, PROTESTA, POBREZA, UNIVERSIDAD, ONG, CONOCIMIENTO, POLÍTICA, PERVERSIÓN, AUTONOMÍA, FLUJO, RIZOMA, LENGUAJE.

Colectivizarse para pensar, unirse para crear, escapar… transmutar y heredar una reflexión y un vestigio de un algo perdido.
Nostalgia de todas las cosas. Querer y amar lo nuevo y viejo de la misma forma.
YO CREO –TU CREES –EL CREE
¿CREEMOS?
Producir, CREAR, SENTIR O SEGUIR MINTIENDO y sintiendo
Sobre
Una ciudad que desaparece… un devenir ruinoso hecho espuma… y que como pompa de jabón flota en el aire y huele.
RETOMAR una búsqueda
RESCATAR un sentido. REARMAR una conexión entre todas las cosas y entre todos nosotros, REPENSAR un deber ser personal y colectivo.
REVIVIR a la mujer bruja, porque no podía bajar a la mina
REITERAR el llamado a las muertes que son invisibilidades en arte.
REESCRIBIR cual es mi mirada desde la poesía…
RENOMBRAR lo tachado del habla oficial
RELUCIR la voz de mujeres y sus procesos
RESCATAR los otros vestigios de la historia…
RE–LEER un lugar que se DESDIBUJÓ… donde nadie asumió ni se reconvirtió de acuerdo a los principios éticos
Y actuales.
RECREAR un espacio de encuentro como abrazo, un lugar o un símbolo que distribuya y fluya arte.
Una noción de nosotros mismos, una función con otros que no somos ya nosotros
RECONSTRUIR materialidad dispersa en medio de la vida social NOSTÁLGICA POR Y CON SU GRITO.
UNA constelación de significados, QUE PERMITAN defenderse O preservarse.
















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martes, 9 de mayo de 2017

ABIGAIL DESAFI [20.132]


Abigail Desafi

Abigail Desafi nace en Chillán, Chile, en 1969.

Nieta de inmigrantes andaluces, hija única, crece en un medio estrecho cultural y socialmente, bajo un régimen religioso estricto y autoritario. Por esta razón, la búsqueda de la libertad y el protagonismo de la individualidad, se ha convertido en su principal propósito, digno del esmero de toda una vida.

Anarquista por naturaleza, su espíritu inquieto lo ha manifestado de formas creativas como artesana textil y autora de canciones. 

Ha escrito “La comarca del destierro”, “Cavilaciones de insomnio”, “Viajera Innominada” (poesía), “Cuentos de más”, “Narraciones transgénicas”, “Trilogía para un tablón” (dramaturgia), “El bichito” (novela)…

Ha obtenido diversos premios en festivales de música folclórica, y concursos de cuento y poesía.

Actualmente trabaja en una adaptación de la novela inglesa de Joselyn Brooke, “El chivo emisario”, y prepara un disco en el que incorpora la décima espinela al rock. Paralelamente, prepara el lanzamiento de “El culto de los Óspetas” (novela).





Cavilaciones de Insomnio
Abigail Desafi




Primeras palabras 

Mi canto no es un verso inventado, 
es un recuerdo que retorna arrepentido 
de su exilio entre sinapsis y otras muertes…

                               
                   
Monólogo de la máscara

A las 23:00 horas, cotidianamente 
ingresas a tu guarida.
Te intoxicas de sombras, 
depositas una mirada famélica 
en torno de la soledad que se aglutina 
en el techo color hollín.
Entonces decides despojarte del disfraz: 
cartera, zapatos, 
medias transpiradas en los extremos, 
húmeda también la entrepierna y me arrojas, 
displicente, 
al rincón más sacrílego de tu santuario.
Ahora prescindes de mi dureza protectora:
ahora puedes mirarte en el espejo con todas tus canas, 
tus abortos ¿espontáneos?, 
tus fracasos recurrentes... 
Mientras yo vanamente espero, 
como un montón de ruinas esperaría el milagro 
disfrazado de pájaro, 
oxidándome con los vapores de tu aliento 
o de tus lágrimas, no sé, 
distrayéndome hacia otras dimensiones 
el aleteo circular del insomnio: 
la sospecha de que los buitres 
ya pesquisaron la podredumbre en ciernes.




Ritual

Antes de ir a dormir 
revisar que las llaves no goteen, 
sacar los perros, 
asegurar puertas y ventanas, 
cepillarse los dientes, 
depositar un beso sobre el rostro más próximo…
¿Y quién revisa a los muertos sus atuendos, 
quién clausura sus terrores bajo llave 
antes de condenarlos a su lecho de tierra?



La obsesiva compulsiva

La obsesiva compulsiva 
visita por las mañanas el cielorraso con la escoba, 
aspira filamentos de sus rasguños, 
sacude el augurio del teléfono 
con su cabellera, 
estruja el trapo del desencanto 
como si fuera un trapo 
y no el delirio de sus propias venas.  
La obsesiva compulsiva 
barre las veredas de todo su barrio 
y engulle a tarascadas montañas de hojas amarillas. 
Desinfecta los lametones del gato 
de las manos de sus hijos, 
separa las ramas de los árboles cortados 
por especie, 
enumera los suicidios en la gaveta de su memoria, 
los archiva en documentos clasificados
y al final del día, 
cuando la urbe ronronea anestesiada, 
la obsesiva compulsiva decreta sus ardores 
por frecuencia, 
por gemidos, 
por espasmos… 
pero vuelve a levantarse en mitad de la noche 
a recoger del piso de la habitación de arriba 
una minúscula mota que ha quedado rezagada.  
Ella no descansa, 
aún después de muerta 
la obsesiva compulsiva ha reencarnado, 
solamente porque en su biografía 
había quedado un adjetivo sin definir… 
y de pasada sacude el polvo 
de la repisa, 
y de sus libros el rumor de bombardeo, 
la conjetura de un posible genocidio.




Desvelada

Te juro que no recuerdo si ayer comieron los gatos, 
si pagué la cuenta del agua, 
desde cuándo no riego las plantas…  
Voy como sonámbula por habitaciones polvorientas, 
y al baño le hace falta, urgente, 
un lavado con cloro… 
Hasta mis duendes reclaman 
que ya basta de flojera 
y yo sólo tengo la cabeza furiosa de palabras, 
palabras rudas, palabras luminosas, 
obsoletas, 
esquizofrénicas, 
me sugieren imágenes aterradoras, 
cuchillos y cópulas forzadas sobre una piedra de sacrificios, 
en medio de un bosque danzan mis palabras, 
en derredor de una pira  
se retuercen de ofuscación mis palabras… 
¿Será la luna la causante de esta anomalía…? 
¿Será la luna 
que acusa el genocidio de allá fuera, 
el rito pagano 
por donde se desangra la infancia?




Las mañanas no existen en este itinerario

Yacer como las bestias, 
comer mendrugos en un cuenco indígena
contrabandeado por huaqueros, 
escribir poemas de celulosa, cobrar el sueldo 
de los basurales, 
y el licor furioso 
manchándote las comisuras…
Rezar de rodillas al oficialismo
por un pasaporte al ámbito de la razón…
y el licor furioso 
manchándote las comisuras…
Qué más pedir para alguien que no se levanta, 
jamás, 
antes del mediodía.





Habitación

A esta habitación le hace falta un poco de aire, 
a esta habitación le hace falta 
una pasadita de plumero, 
a esta habitación le hace falta un habitante 
que no agarre pulmonía 
a la primera emboscada del invierno, 
ni se suicide 
al primer encontronazo con la vida.




Trashumancia

Cuando cierro los ojos 
me enfrento a un murallón de piedra:
entre rayados, sus oquedades, 
hendiduras dolorosas por donde corre una hormiga, 
va y viene cargando un fardo de culpas; 
en su agotamiento 
sueña con la trashumancia 
pero en otras latitudes, 
imagina la geografía de un pie desnudo, 
marcado sobre la arena, 
por ejemplo.




Paseo                                                                     
                                                        (a Chillán)


Después de un viaje demencial por regiones celestes, 
encarnizado, 
irreductible el paseo de los huérfanos, 
debíamos regresar a casa para reanudar el volteo de las hojas. 
En esta ciudad cuadriculada se escribe bien, 
quizá mejor que en ninguna otra, 
porque sólo aquí el sol se arrebuja bostezando 
en su camastro de huesos, 
sin dar explicación por la desidia, 
ni exigirla. 
Porque siempre se termina regresando a casa, 
a la cueva augural, al tálamo,
al huevo resquebrajado que la poesía incubara, 
impunemente, 
en su primer adulterio…




Ciudad

Se han construido muchos puentes
sobre el mismo río 
de aguas esquizoides, demasiado fierro 
y concreto para canalizar la carótida
de la periferia 
y evitar que se desbande 
hacia el ombligo de la razón.




Esta tarde ha llovido…

Esta tarde ha llovido sobre los techos de Chillán: 
polvo azufrado 
desencadenando sus partículas 
sobre los estupefactos de acá abajo, 
sellando los párpados 
y la boca 
con su ralladura de piedra. 
El Calbuco envió estafetas de su bramido, 
mientras la tierra se contorsionaba 
en un parto de fuego.
             
(Calbuco: volcán activo de Chile, ubicado aproximadamente a 680 kilómetros al sur de la ciudad de Chillán)



La cosecha

Y bien, aquí de nuevo, 
agarrando a graznidos a la vida, 
a guadañazos a la muerte, 
a dentelladas a cada hijo germinado 
de tanto riego a porfía, a contratiempo, 
y aquí de nuevo la burra al trigo, 
que de tan burra no entendió 
que la certificación se la adjudicaron las transnacionales, 
y dale con la testarudez 
de los tópicos escupidos a mansalva, 
como en otro tiempo…
Pero ya no somos los estupefactos que fuimos, 
ya vamos entrando a oler a gladiolo, 
aspirantes a reclutas 
con 40 moléculas de ira en la conciencia, 
a ver si vamos a correr tan rápido ahora, 
por encima de todos esos poetas de bruces 
como escombros de guerra, 
sobre el pavimento 
sembrado de miguelitos.




Facilismo literario

El error del existencialismo 
fue matar a Dios 
y solamente condenar al exilio a los Elohim 
que nos moldearon a su imagen y semejanza… 
El error del existencialismo 
fue matar a Dios 
y solamente condenar a prisión a los Elohim 
que nos moldearon a su imagen y semejanza… 
El error del existencialismo 
no fue precisamente asesinar a Dios, 
ni confundir su declaración en el juicio, 
sino dejar tantos cabos sueltos
armados y acorazados,
los mismos sicarios de siempre, 
los sicarios del vasallaje.




Epifanía

Que la pulsión creativa, 
que el panfleto, 
y el canasto con los huevos hueros. 
Que la cáscara huérfana, el desquicio, 
que mañana el estofado, 
que la siesta…
Demasiado tarde descubrí 
que yo era el centro de mi propia periferia, 
que siempre llevé conmigo 
una especie de mapa de pájaro en las córneas…  



Ardid

Buscando dar con el cabo de la madeja
me pinté la cara de payaso, 
me puse el traje sacerdotal de la musa, 
escancié el licor de la demencia 
hasta el último parlamento pautado. 
Me sumergí en la sabiduría textil de los ancestros
cotejando tablillas cuneiformes, 
sobre un entarimado de osamentas
para la mofa de los ángeles… 
Pero era más simple todavía que sentar a la belleza 
en las rodillas e injuriarla, 
bastaba recordar el espasmo, 
la secuencia vibratoria de la primera palabra 
en que estaba contenida la existencia… 
Por favor, no me culpen 
(perdón pido por la triste pantomima): 
no sabía que lo sabía todo…








Porcelana Quebrada 
Abigail Desafi



(Violeta recuerda a su amado arquetípico, Nigromante)   




Esto fue antes que lo viera      
devorando mis vestidos,         
dejándolos desteñidos                   
mi espíritu derritiera,             
o quizá me pareciera…              
Por factor inexcusable              
firmé un pacto irrevocable  
de canción recién parida,                                      
fugándome por la herida                                                      
de un “malditismo” innombrable.



De un “malditismo” innombrable 
heredé con la hinchazón 
la piedra del corazón 
y un color desagradable…
¡Y la mano como sable 
pergeñando mis pavuras!
Tragando las levaduras
del inmundo sedimento,
la tonada de cemento
se me adhirió a las costuras.



Se me adhirió a la costura como una mancha de vino,
sobre mi falda de lino
quedó babosa andadura
tatuada con la premura
de cuajados estertores…
Yo, que no soy de licores, 
caí como ebria en mi cama, 
fantaseando con la dama 
reina de los desertores…



Despeñarse de la altura 
era el sino de la manta 
que se deshila y decanta 
sobre esta cruel criatura… 
Piedra de mi sepultura 
era esa cama de lino, 
hermosa como el camino 
hacia su pecho vacante, 
donde un mío Nigromante
confabulaba el destino…       hasta aquí la canción




Encabalgaba el fornicio
con tan airosa mirada 
que su máscara embrujada
captaba todo mi auspicio. 
Vértigo del precipicio 
como vértigo de amor, 
de súbito y dulce ardor
que hasta la luna salvaje   
renunciaba a su embalaje   
por un trozo de candor.




La desvergüenza del mundo,
¡palideciendo a su vera 
el sol de la primavera!
Por otras llegaba inmundo
de un perfume vagabundo
que ajenos labios uncían, 
las flores palidecían  
en mi jardín adversario,
disfrazadas de sicario
en vano se retorcían…




Nigromante, negro y vil,
en fatigosa carrera  
del hedor a mi cartera,
a mis muslos, ¡negro y vil!
Aunque abyecto en la servil 
bocanada de un cigarro,
aúllame en el desgarro
desde un orgasmo que llora 
de noche en la impía hora,
sobre un tálamo de barro…




Mutilada en el sufragio, 
inquilina en las botellas
(inmoladas las estrellas)
me cobijo en el naufragio. 
Repartido en el sufragio
mi vientre ha echado cenizas,
amado, dame tus brisas,
sacude mi cabellera,
que de ella se desprendiera     
tu prole por las cornisas.




Tus hijos por las esquinas
como rudos batallones
de ojos fogosos carbones,
con brazos de jabalinas,                
trepando por las cantinas
como demonio en legión. 
Envíalos sin nación
matraqueando soledades,
estampando las ciudades
con la impronta de tu acción. 




Al anverso de mi aldaba  
la ciudad también rugía 
un simulacro de orgía
que escasamente importaba… 
Mi gruta yo gobernaba 
tras los oscuros pendones,   
vampíricas estaciones 
se sucedían eternas, 
rebanándome las piernas
nocturnas cavilaciones…




¡Cómo nos dolía el mundo
con porfía de grillete…!  
A la hora de las siete 
un espasmo nauseabundo 
sacudía tremebundo
el sostén de la balanza…  
Ya perdida la esperanza
la Señora y yo acordamos: 
con agujas, ya sin amos
concretamos una alianza.



Concretamos una alianza 
como dos mujeres de acre,  
el convenio era de lacre    
su estatuto la venganza:
disoluto de alabanza
Nigromante con su furia
quedó estampado de injuria,
desangrado en la memoria,
cercenado de la historia
en esta leyenda espuria.




Soy quien espía la hora 
en oscuros callejones. 
La casa de los ratones     
es mi cripta desde ahora… 
No respeto a la Señora 
que se bebió mi linaje; 
y para que no me ultraje 
la flaca con su guadaña
la asalto con mi espadaña,
nos fundimos en herraje…




Nos mezclamos en ensamble 
de “china” y de dama antigua, 
rara si se no averigua 
esa mixtura improbable.
Absurda mi irreparable 
gesta de siglo veintiuno, 
donde quizá more alguno 
con su atado de poemas, 
en la frente los emblemas 
de la corte del tribuno.




De blanco y negro figura   
después de tanto concierto, 
sólo queda el foso abierto
para una cruel obertura.
En pos de la partitura
mi fuga se desvanece,  
mi magia casi enmudece
ante oídos insensatos,
como romance de gatos
se encona, grita y perece…




En la órbita de Antares 
camino de vuelta a casa
la guitarra de coraza, 
marcada en números pares 
mi andanza por estos lares. 
También mi pobre grafía
pálida fotografía
quedó marcada en el viento…
Las trovas y mi lamento
ahogado en filosofía…




Ya no espero alba sedosa
y tampoco a Nigromante.
Si hasta la luna sangrante
(menstruando tan dolorosa)
se sumó a mi tenebrosa
reincidencia de estertores:
morfina por los dolores
que la flor de mi azucena
de su macho no se llena…
No redime sus errores.




No redime sus errores
como yo los míos no gasto.
Acumulo como trasto 
más bien, todos mis rubores, 
mis cuadernos, mis rencores, 
mis porcelanas quebradas, 
en añicos y afiladas
las venas hechas nuditos…
y en un cajón los trocitos
de mis pupilas violadas.



De porcelana quebrada
el espejo no se asombra:
me releva de su sombra,
intuye a mi nueva hada…                 
Alzo mi copa engarzada,                      
alzo una vela que alumbra
mi gesto que apesadumbra 
y brindo por mi rareza,   
por la muerte y su belleza, 
al albor de mi penumbra…









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