martes, 17 de agosto de 2010

CARLOS GERMÁN BELLI [506]


Carlos Germán Belli

Carlos Germán Belli de la Torre (Lima, Perú, 15 de septiembre de 1927) es un notable poeta, traductor y periodista peruano de la llamada generación literaria del 50, que ha obtenido importantes premios. Catedrático de la Universidad Mayor de San Marcos. Fue nominado al premio Nobel en el 2007. En el año 2016 fue galardonado con el Premio Nacional de Cultura del Perú.

Hijo de Rómulo Belli Richetti y Pilar de la Torre Cabrera. Nieto de Carlos Belli Core, italiano que arribó al Perú en 1878 y se consagró a la arqueología. Aprendió sus primeras letras en un jardín de la infancia en Ámsterdam, en donde su padre era cónsul, y de vuelta en el Perú, continuó y terminó sus estudios en el Colegio Italiano Antonio Raimondi de Lima (1935-1945). Vivía entonces en el barrio de Santa Beatriz, donde sus padres eran propietarios de una farmacia.

Ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1946; luego pasó a la Pontificia Universidad Católica del Perú (1947-1948), para volver a San Marcos años después (1957-1958). Se graduó de bachiller (1978) y de doctor en Literatura (1980), con su tesis sobre «La poesía de Oquendo de Amat».

Laboró durante muchos años transcribiendo documentos para el Senado Peruano (1946-1968), trabajo que obtuvo por mediación de dos poetas ya veteranos, que por entonces eran parlamentarios: José Gálvez Barrenechea y Alcides Spelucín.3 La primera etapa de su poesía (años 1950-1960) refleja esa experiencia oficinesca: cargada de sentimientos tanáticos, recoge más que nada la carencia, el fracaso y la desilusión. Cuando deja la labor burocrática en el parlamento, se abre hacia un horizonte más amplio y se afianza su fe religiosa, lo que se refleja en su trabajo creativo: comienza ser cada vez más afirmativo, asumiendo el amor y la esperanza.

En 1953 viajó a la ciudad de Mendoza, Argentina, donde participó en las Jornadas de Extensión Cultural. En 1954 viajó a España, para participar en las Jornadas de Literatura Española, realizadas en Santiago de Compostela y La Coruña. Dedicó un año entero en visitar otras ciudades españolas, para luego pasar a Roma, donde radicó durante dos meses. En 1957 viajó a los Estados Unidos, con la intención de trabajar en las Naciones Unidas, pero la noticia de la muerte de su madre lo obligó a volver al Perú, encargándose del cuidado de su hermano Alfonso, físicamente limitado.

En 1958 publicó su primer libro de poesía, titulado Poemas. En 1959 contrajo matrimonio con Carmela Benavente-Alcázar Suárez, unión de la que nacieron dos hijas: Pilar y Mariella. En 1962 fue laureado con el Premio Nacional de Poesía en mérito a su poemario ¡Oh hada cibernética!

En 1967 empezó su carrera docente, dictando cursillos de literatura contemporánea en su alma máter. En 1968 fue incorporado a la docencia sanmarquina en calidad de asistente. En 1969 obtuvo una beca de la Fundación Guggenheim y participó en el Programa Internacional de Escritores de la Universidad de Iowa. En 1970 regresó al Perú y se reincorporó a la docencia en San Marcos (1970-1971; 1944; y 1980-?).

Entre 1971 y 1978 trabajó en el Ministerio de Educación Pública, colaborando en el plan de la reforma educativa impulsado por el gobierno militar. En 1976 se incorporó a la redacción del diario El Comercio. En 1977 participó nuevamente como poeta visitante del Programa Internacional de Escritores de la Universidad de Iowa.

En 1980 fue incorporado a la Academia Peruana de la Lengua, ocasión en la que pronunció su discurso “Eguren, el recóndito”. En 1985 asistió al festival internacional de poesía Valmiki realizada en Nueva Delhi. En 1987 obtuvo una segunda beca de la Fundación Guggenheim.

En 1989 participó en la reunión “D’Annunzio y los poetas de hoy”, realizada en Pescara, Italia. En 1991 asistió al sexto encuentro de poetas del mundo latino realizado en la Ciudad de México y a las jornadas sobre las vanguardias tardías en la poesía hispanoamericana, llevada a cabo en Madrid.

En 2007 fue nominado para el Premio Nobel de la Literatura por la Academia Peruana de la Lengua y la Asociación Internacional de Peruanistas.

En 2011, con motivo de cumplirse los 50 años de la publicación de su libro ¡Oh Hada Cibernética!, la Casa de la Literatura Peruana organizó un Congreso Internacional en su honor titulado "La boda de la pluma y la letra. 50 años de "Oh Hada Cibernética". Homenaje a Carlos Germán Belli".

En los años 2013, 2014 y 2015 fue miembro del jurado del Premio Literario "Jorge Puccinelli", instituido por el Colegio Italiano Antonio Raimondi, en memoria de otro ilustre "raimondino", Jorge Puccinelli Converso.

Valoración

Carlos Belli es apreciado principalmente por su estilo único y casi preciso de expresar temas contemporáneos en términos de expresiones clásicas. Vargas Llosa ha dicho de él: «La poesía de Carlos Germán Belli es melodramática, de un narcisismo negro, impregnada de extraño humor, cáustica y cultísima. Está hecha de inconcebibles aleaciones: la métrica del Siglo de Oro y la jerga callejera de Lima, la sin razón y el lujo del surrealismo, y la sordidez de la vida de la clase media de una sociedad del tercer mundo».

Belli ha dicho que con su poesía en realidad no pretende "ex profeso nada". «No hay en mí un acto deliberado cuando descubro una veta, una zona, una línea a seguir. Más adelante, se me entroniza una especie de fijeza, y entre consciente e inconsciente voy desarrollando eso que se llama el poetizar. De resultas, hay algo que se cristaliza como denominador común, según creo y me duele decir, y es la expresión de mis más variadas angustias, acompañada de un particular deseo por detectar la realidad invisible».

Belli ha confesado su admiración por Rubén Darío y por Francesco Petrarca. De este último, ha manifestado que sus canciones le sirven de ayuda para escribir poemas nuevos de modo incesante.

Para Ricardo González Vigil, «Belli es el poeta peruano que ha logrado elaborar un canto al amor erótico, al amor sexual, sublimándolo, con un lenguaje más original; me parece que es el poeta peruano que lo ha conseguido mejor; así como César Vallejo puede ser el más grande poeta que canta el amor solidario, Belli es el más grande poeta peruano que canta el amor erótico.»9

Un ejemplo de su poesía

¡Oh Hada Cibernética!
Oh Hada Cibernética
Cuándo harás que los huesos de mis manos
se muevan alegremente
para escribir al fin lo que yo desee
a la hora que me venga en gana
y los encajes de mis órganos secretos
tengan facciones sosegadas
en las últimas horas del día
mientras la sangre circule como un bálsamo a lo largo de mi cuerpo.

De Dentro & fuera (1960)

Premios y distinciones

Premio Nacional de Poesía 1962.
Beca Guggenheim, 1969.
Beca Guggenheim, 1987.
Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2006.
Premio Casa de las Américas de Poesía José Lezama Lima 2009 por El alternado paso de los hados.
Distinción Casa de la Literatura Peruana (2011).
Medalla al Mérito Ciudadano de la Presidencia del Consejo de Ministros del Perú (2016).

Obras

Poemas (1958)
Dentro & fuera (1960)
¡Oh hada cibernética! (1961)
Por el monte abajo (1966)
El pie sobre el cuello. Obra reunida (1967)
Sextinas y otros poemas (1970)
En alabanza al bolo alimenticio (1979)
Canciones y otros poemas (1982)
Boda de pluma y letra (1985)
Más que señora humana (1986)
El buen mudar (1986)
En el restante tiempo terrenal (1988)
Antología personal (1988)
Los talleres del tiempo (1992)
¡Salve, Spes! (2000; col. Palimpsesto, con prólogo y epílogo de Óscar Hahn, Carmona-Sevilla, 2003)
En las hospitalarias estrofas (2001)
La miscelánea íntima (2003)
Sextinas villanela y baladas (2007)
Los versos juntos (1946-2008) 2008, poesía completa (prólogo de Mario Vargas Llosa, Biblioteca Sibila-Fundación BBVA, Sevilla).14
El alternado paso de los hados (2009)15
Los poemas elegidos (selección, prólogo y entrevista de Francisco José Cruz, ed. Pre-textos, Valencia, 2011)
Los dioses domésticos y otras páginas (Biblioteca Sibila-Fundación BBVA, Sevilla, 2012) antología poética.
Morar en la superficie (2015), selección de sus textos en prosa.
Entre cielo y suelo (Point de Lunettes, Sevilla, 2016).

Obra publicada en antologías

Traducciones de poesía norteamericana, francesa, italiana y brasileña en: Ricardo Silva Santisteban (antologador): Antología general de la traducción en el Perú, volumen VI. Lima, Universidad Ricardo Palma - Editorial Universitaria, 2016. ISBN 978-612-4234-62-0.





ACCIÓN DE GRACIAS

No, no sé bien si me veré en los altos
de una farmacia frente al Mar del Sur,
en una noche de Setiembre tibio;
en cambio amanecido a las orillas
de una laguna en medio del desierto,
exactamente nueve meses antes
(que Huacachina así se llama el punto);
no se cual sera la visión postrera,
pero si estoy seguro que me iré
dandote, madre mía, eternas gracias
por haberme alumbrado en este mundo,
que aunque no hubiera sido un ser humano,
Si no piedra, o pescado, o vegetal,
ser tu vástago me bastara a mí.




EL FIN ES GEMELO DEL COMIENZO

Hoy echado del mundo de improviso y otra vez
como ayer estimado de uno y otro elemento natural,
nada menos que casi en los finales cuando
según parece que de fijo el curso de la vida
es incambiable.
En verdad por su mente no pasó ni como conjetura
ayer ni hoy, que el remoto comienzo del vivir
y estas postrimerías palpitantes repartidos
hubieran sido aquí en porciones de penas por igual.
Irremediablemente arrinconado sin compañía alguna
deliciosa, y tal un hongo en tan desierta isla mañana,
tarde, noche fijamente, en donde todo el aire, fuego
y agua cómo le van volviendo las espaldas.




LAS COSAS DE LA CASA

He aquí la casa bien oculta
tras las nubes de la celeste bóveda,
preservándola de los fieros cacos
terrenales que alrededor acechan;
y así poder vivir metido en ella
en medio de una tibia paz siquiera,
aferrándose a las calladas cosas
que no dejan de estar a cada rato
acompañando como dulces seres;
porque al paso del día y de la noche
todo aquello que inerte y fiel yace
en las proximidades de uno siempre,
en el templado seno de la casa,
resulta parte de la invisible alma,
ya una sola naturaleza exacta.




EN ALABANZA DE LASTRA Y LIHN

Aquí la concisión de Pedro Lastra,
aquí de Enrique Lihn la gran facundia,
en uno y otro punto del espacio
de la página blanca ambos presentes
como señal de su naturaleza
tan distinta en el uso de la pluma,
aunque igual los dos van mostrando
todo lo mejor de sus respectivas almas,
en palabras sonoras castellanas
y a lo largo de nuestro siglo XX.
Porque ellos saben cómo al fin
vencer el olvido que por delante asedia:
que vuestra concisión, querido Pedro,
resulta cosa refinada y sabia,
en tanto que es el propio hervor
vital esa facundia vuestra, Enrique,
amigo recordado por siempre entre nosotros.
Y elocuente y lacónico uno y otro,
aquí en letras de molde quedarán
ambos grandes de acuerdo a su manera.




SI DE TANTOS...

Si de tantos yo sólo hubiera angustia,
yo sólo frente a casas clausuradas,
sufrir por todos, flébil en los campos,
a la zaga del río, entre los tuertos.
Si de mí sólo muerte se evadiera,
sólo yo me quedara insatisfecho,
en medio de los parques cabizbajos,
sólo yo, Adán postrero agonizando.

De Poemas (1958)




OH HADA CIBERNÉTICA

Oh Hada Cibernética
Cuándo harás que los huesos de mis manos
se muevan alegremente
para escribir al fin lo que yo desee
a la hora que me venga en gana
y los encajes de mis órganos secretos
tengan facciones sosegadas
en las últimas horas del día
mientras la sangre circule como un bálsamo a lo largo de mi cuerpo.

De Dentro & Fuera (1960)




LA TORTILLA

Si luego de tanto escoger un huevo,
y con él freír la rica tortilla
sazonada bien con sal y pimienta,
y del alma y cuerpo los profundos óleos,
para que por fin el garguero cruce
y sea ya el sumo bolo alimenticio
albergado nunca en humano vientre;
¡qué jeringa! si aquella tortilla
segundos no más de ser comida antes,
repentinamente una vuelta sufra
en la gran sartén del azar del día,
cual si un invisible tenedor filoso
le pinche y le coja su faz recién frita,
el envés poniendo así boca arriba,
no de blancas claras ni de yemas áureas,
mas un emplasto sí de mortal cicuta.

(De Por el monte abajo)




SEXTINA DE LOS DESIGUALES

Un asno soy ahora, y miro a yegua
bocado del caballo y no del asno,
y después rozo un pétalo de rosa,
con estas ramas cuando mudo en olmo,
en tanto que mi lumbre de gran día
el pubis ilumina de la noche.

Desde siempre amé a la secreta noche,
exactamente igual como a la yegua,
una esquiva por ser yo siempre día,
y la otra por mirarme no más asno,
que ni cuando me cambio en ufano olmo,
conquistar puedo a la exquisita rosa.

Cuánto he soñado por ceñir a rosa,
o adentrarme en el alma de la noche,
mas solitario como día u olmo
he quedado y aun ante rauda yegua,
inalcanzable en mis momentos de asno,
tan desvalido como el propio día.

Si noche huye mi ardiente luz de día,
y por pobre olmo olvídame la rosa,
¿cómo me las veré luciendo en asno?
Que sea como fuere, ajena noche,
no huyáis del día; ni del asno, ¡oh yegua!;
ni vos, flor, del eterno inmóvil olmo.

Mas sé bien que la rosa nunca a olmo
pertenecerá ni la noche al día,
ni un híbrido de mí querrá la yegua;
y sólo alcanzo espinas de la rosa,
en tanto que la impenetrable noche
me esquiva por ser día y olmo y asno.

Aunque mil atributos tengo de asno,
en mi destino pienso siendo olmo,
ante la orilla misma de la noche;
pues si fugaz mi paso cuando día,
o inmóvil punto al lado de la rosa,
que vivo y muero por la fina yegua.

¡Ay! ni olmo a la medida de la rosa,
y aun menos asno de la esquiva yegua,
mas yo día ando siempre tras la noche.

(De Sextinas y otros poemas) 




LA CARA DE MIS HIJAS

Este cielo del mundo siempre alto,
antes jamás mirado tan de cerca,
que de repente veo en el redor,
en una y otra de mis ambas hijas,
cuando perdidas ya las esperanzas
que alguna vez al fin brillara acá
una mínima luz del firmamento,
lo oscuro en mil centellas desatando;
que en cambio veo ahora por doquier,
a diario a tutiplén encegueciéndome
todo aquello que ajeno yo creía,
y en paz quedo conmigo y con el mundo
por mirar esa luz inalcanzable,
aunque sea en la cara de mis hijas.

(De En alabanza del bolo alimenticio)




VILLANELA

Llevarte quiero dentro de mi piel,
si bien en lontananza aún te acecho,
para rescatar la perdida miel.

Contemplándote como un perro fiel,
en el día te sigo trecho a trecho,
que haberte quiero dentro de mi piel.

No más el sabor de la cruda hiel,
y en paz quedar conmigo y ya rehecho,
rescatando así la perdida miel.

Ni viva aurora, ni oro, ni clavel,
y en cambio por primera vez el hecho
de llevarte yo dentro de mi piel.

Verte de lejos no es asunto cruel,
sino el raro camino que me he hecho,
para rescatar la perdida miel.

El ojo mío nunca te es infiel,
aun estando distante de tu pecho,
que haberte quiero dentro de mi piel,
y así rescatar la perdida miel.


(De Canciones y otros poemas)



Segregación No 1 

(a modo de un pintor primitivo culto)

Yo, mamá, mis dos hermanos
y muchos peruanitos
abrimos un hueco hondo, hondo,
donde nos guarecemos,
porque arriba todo tiene dueño,
todo está cerrado con llave,
sellado firmemente,
porque arriba todo tiene reserva:
la sombra del árbol, las flores,
los frutos, el techo, las ruedas,
el agua, los lápices,
y optamos por hundirnos
en el fondo de la tierra,
más abajo que nunca,
lejos, muy lejos de los dueños,
entre las patas de os animalitos,
porque arriba
hay algunos que manejan todo,
que escriben, que cantan, que bailan,
que hablan hermosamente
y nosotros rojos de vergüenza
tan sólo deseamos desaparecer
en pedacitos.




PAPÁ, MAMÁ,

Papá, mamá,
para que yo, Pocho y Mario
sigamos todo el tiempo en el linaje humano,
cuánto luchasteis vosotros
a pesar de los bajos salarios del Perú,
y tras de tanto tan sólo me digo:
«venid, muerte, para que yo abandone
este linaje humano,
y nunca vuelva a él,
y de entre otros linajes escoja al fin
una faz de risco,
una faz de olmo,
una faz de búho»



Variaciones Para Mi Hermano Alfonso (I) 

(casi soneto)

Para tu mudanza, ¿dónde habrá un suelo
de claro polvo y cálido recodo,
en que tus breves pies con tierno modo
equilibren la sangre de tu cuerpo?

O para tu vuelo, ¿cuándo habrá un viento
que llegue a tu costado como un soplo,
y te traslade de uno a otro polo,
pasando el edificio, el valle, el cielo?

Pues estás como dura ostra fijo,
sin que nadie te llame y te descorra
el plumaje de ave, hermano mío.

¿Por qué no llega la luz hasta el umbral
de tus huesos para que tus pies corran
por primera vez sobre el propio mar?

Variaciones para mi hermano Alfonso (II)
(vigilia)

Los caminos de los alrededores
no han tocado la punta de sus pies.

La amorosa pobladora de al lado
lo va dejando a la zaga del orbe.

Su cuerpo no conoce el espacio
porque nunca lo ha ayudado el viento.



Variaciones Para Mi Hermano Alfonso (II) 

(vigilia)

Los caminos de los alrededores
no han tocado la punta de sus pies.

La amorosa pobladora de al lado
lo va dejando a la zaga del orbe.

Su cuerpo no conoce el espacio
porque nunca lo ha ayudado el viento.





PLEXIGLÁS

Este cuero, estos huesos, esta carne,
días hay que no sufren por milagro
el tenedor, las hachas, el cuchillo,
que el gerifalte tal un matarife
limpia, agita y afila con primor,
para hincar luego y dividir en trozos
al más avasallado de la tierra;
pues veces hay que por ensalmo mil
el cuerpo que hipa pasto no es del filo,
sino de plexiglás cual res el alma
de la que cortan y pesan y ponen
en el seno de un turbio celofán
el alón de la mente y el filete
no de carne, no, pero sí de aire.




LOS BOFES

Estos que hoy bofes boto mal mi grado,
tamaños montes cuando me jubile,
como mil dejaré al fin (¡ja, ja, ja!
bofes, ¡ja, ja, ja! bofes nunca más);
y redimido así de bofes ya
hacia la huesa iré con talares alas,
antes que tornen mala vez de nuevo
amos viles a donde mí con priesa,
a llenarme el vacío cuerpo y liso,
para que luego luego, mal mi grado,
bote yo otras mil nuevas asaduras.




POEMA

Frunce el feto su frente
y sus cejas enarca cuando pasa
del luminoso vientre
al albergue terreno,
do se truecan sin tasa
la luz en niebla, la cisterna en cieno;
y abandonar le duele al fin el claustro,
en que no rugen ni cierzo ni austro,
y verse aun despeñado
desde el más alto risco,
cual un feto no amado,
por tartamudo o cojo o manco o bizco.




AMANUENSE

Ya descuajaringándome, ya hipando
hasta las cachas de cansado ya,
inmensos montes todo el día alzando
de acá para acullá de bofes voy,
fuera cien mil palmos con mi lengua,
cayéndome a pedazos tal mis padres,
aunque en verdad yo por mi seso raso,
y aun por lonjas y levas y mandones,
que a la zaga me van dejando estable,
ya a más hasta el gollete no poder,
al pie de mis hijuelas avergonzado,
cual un pobre amanuense del Perú.




POEMA

Nuestro amor no está en nuestros respectivos
y castos genitales, nuestro amor
tampoco en nuestra boca ni en las manos:
todo nuestro amor guárdase con pálpito
bajo la sangre pura de los ojos.
Mi amor, tu amor esperan que la muerte
se robe los huesos, el diente y la uña,
esperan que en el valle solamente
tus ojos y mis ojos queden juntos,
mirándose ya fuera de sus órbitas,
más bien como dos astros, como uno.




EL ATARANTADO

Atarantado, atortolado siempre,
en un tal tamañito apachurrado,
a ras de las alturas
yazgo de mi talón.

Me chupo, me atarugo mal mi grado,
y en vez de las luciérnagas cerúleas,
grillos vuelan, revuelan
en la olla de mi cráneo,

Mientras que a este umbroso paladar,
sin gota de saliva entrecogido,
lo azoran y lo riñen
las sosas y magnesias.

En tal manera me emborrico apriesa,
como cualquier acémila de carga,
            y grave es la ocasión
porque prole yo tengo.

Tarumba vuelto, en fin, y ya sin fuegos
por yerros de la cuna hasta la tumba,
y en tanto despabílome
no más con estos versos.  





SEXTINA DEL MEA CULPA

Perdón, papá, mamá, porque mi yerro
cual cuna fue de vuestro ajeno daño,
desde que por primera vez mi seso
entretejió la malla de los hechos,
con las torcidas sogas de los hechos,
donde cautivo yazgo hasta la muerte.
  
Como globo aerostático en la muerte,
henchida por la bilis de los yerros,
la conciencia saldrá desde la zaga,
y morir cuán cercado por los daños,
del orbe será el más lastimoso hecho,
que suerte no es del ilustrado seso.

Pues son cosas de un aturdido seso
no ser despabilado ni en la muerte,
y en verdad es un inaguantable hecho
que adherida prosiga el alma al yerro,
hasta cuando sumida en crudos daños
el cuerpo pase a polvo en plena zaga.

De los oficios y el amor en zaga,
por designio exclusivo de mi seso,
me dejan así los mortales daños,
aún en el umbral de la propia muerte,
que tal sucede por labrar con yerros
los espesos lingotes de los hechos.

Yo, papá, mamá, vuestros dulces hechos
cuánto agrié por yacer no más en zaga,
perdido en la floresta de los yerros,
y corridos os fuisteis por mi seso,
entre ascuas de rubores a la muerte,
bajo el largo diluvio de los daños.

Porque el error engrana con el daño,
al errar yo os dañe como feo hecho,
os lanzando cuán presto hacia la muerte,
en tanto inmóvil yazgo siempre en zaga,
al arbitrio del antro de mi seso,
donde nacen los más mortales yerros.

Si mi seso, papá, mamá, en la zaga,
que postrer hecho sea ante la muerte
pagar los daños y lavar los yerros.



-

No hay comentarios:

Publicar un comentario