lunes, 11 de julio de 2011

GREGORIO MORALES VILLENA [4.137]



GREGORIO MORALES VILLENA

Gregorio Morales Villena (Nació en Granada, 7 de julio de 1952- Murió en Granada, 22 de junio de 2015) fue un novelista y poeta español representante de la corriente denominada estética cuántica, que intenta enfocar la literatura desde la perspectiva de ciencias como la física de partículas, la astronomía o la psicología de Jung

Durante los años ochenta dirigió la Tertulia de Creadores en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, exponente de lo que entonces se dio en llamar "movida madrileña" o Postmodernidad. En el mismo tiempo, colaboró en las revistas La Luna de Madríd y en Ínsula". En 1994, cofundó y presidió el grupo Salón de Independientes, del que formaron parte sesenta escritores en reivindicación de la libertad del artista, tanto personal como estética, respecto de cualquier grupo político, económico o religioso.


Publicaciones

"Y Hesperia fue hecha". Narrativa. 1982.
"Puntos de vista". Narrativa. 1985.
"Erótica sagrada". Narrativa. 1989.
"La cuarta locura". Narrativa. 1989.
"El amor ausente". Narrativa. 1990.
"El pecado del adivino". Narrativa. 1992.
"El cadaver de Balzac : una visión cuántica de la literatura y el arte". Ensayo. 1998.
"Ella-él". Narrativa. 1999.
"El devorador de sombras : cuentos de suspense y terror". Narrativa. 2000.
"La individuación". Narrativa. 2002.
"Puerta del Sol". Narrativa. 2003.
"Principio de incertidumbre". Ensayo. 2003.
"Canto cuántico". Poesía. 2003.
"Nómadas del tiempo". Narrativa. 2005.
"La isla de loco". Ensayo. 2005.
"Quixote erótico : el erotismo en El Quijote". Ensayo. 2005.
"El gigante de cristal". Narrativa. 2005.
"Sagradas palabras obscenas". Poesía. 2009.



"CANTO CUÁNTICO"
(selección)

PODER DE LAS PARTÍCULAS

Aunque cuanto dejamos de hacer
prosigue en universos paralelos,
tenemos rotas las alas
para volar hacia ellos.
El inconsciente decide por dónde ir
porque de antemano sabe
cuál es el camino.
El inconsciente es nuestro guía.
El inconsciente es nuestra gravedad.
El inconsciente es nuestro dios.
Somos esclavos de lo ignoto,
de las sombras,
de las profundidades,
de lo infinitesimal.


DESTINO

Una gota de agua
es más poderosa que la tempestad.
Hay más materia
en las tinieblas que en la luz.
Las nubes van más lejos
que los ríos.
Lo sutil domina a lo pesado,
lo ínfimo a lo enorme,
lo humilde a lo poderoso.
En un punto
entre la materia y el espíritu,
yo fui hecho por mi pensamiento,
yo decidí inexorablemente
mi pasado, mi presente y mi futuro.


LUZ

Partículas,
sois los ocres y oros
de la tarde de otoño,
el límpido azul
de una mañana,
el mar tornasolado
de turquesas y violetas,
la coagulada sangre
del crepúsculo,
los ágatas y jades
del bosque,
el seno rosado
de la joven
y este rostro mío,
oscuro,
asombrado,
que os interroga en el espejo.


OLAS

La memoria va y viene
como olas
y me invade con retazos
de las edades y siglos
que he transitado,
cuando era polen sideral
a través del cosmos,
cuando era las tinieblas,
y el rayo que surca el universo,
cuando copiaba papiros
en la sesteante penumbra
de un templo egipcio,
cuando hervía en el magma
del volcán Cotopaxi,
cuando paseaba
por las verdes colinas de Roma,
cuando era perro, y grillo,
y águila,
cuando dichoso bullía
en el tragicómico Madrid
del Diecisiete,
cuando navegaba
por los escarpados cañones
de Nueva Inglaterra,
cuando era cuarzo, y hierro,
y oro, y plata,
cuando disparaba al horizonte
desde las trincheras pestilentes
de España.
He sido.
Soy.
Seré.

Gregorio Morales, Canto cuántico, Granada, Ediciones Dauro, 2003



La Alhambra de Granada a los poetas virtuales 
  
Alzaron mis muros sólo 
para que los poetas 
cantaran mi belleza. 

Mis paredes están construidas de poesía. 
Mis torres, mis adarves y mis fuentes 
están hechas de versos. 
Mis ladrillos son poemas sobre poemas. 

Soy una ciudad invisible,
cerrada para muchos y abierta para pocos.
Multitudes se estrellan en mis paredes.
Contados ven el espíritu tras mis adobes.

¡Gracias por venir, poetas virtuales!
Cada uno de vosotros es una torre.
Vuestros versos son una Alhambra paralela.

A mí vienen los poetas del cielo.
Los poetas de la tierra
acampan en las afueras.

Los poetas de la tierra son esclavos.
Tienen que franquear policías y fronteras
y nunca cantan cuando quieren.

Los poetas del cielo viven sin ataduras.
Cantan lo que aman
en el momento que aman.

Los poetas de la tierra, cuando quieren cantar,
van a un editor.
A los poetas del cielo les basta con hacer click.
Los poetas de la tierra,
cuando quieren ejercer de poetas,
se arrodillan ante un vate.
A los poetas del cielo les basta con entrar en la red.
Los poetas de la tierra se cierran en grupos
y se hieren en batallas.
Los poetas del cielo abominan de los ejércitos,
son solitarios, piensan, aman y duermen en paz.

Vosotros, poetas virtuales, poetas del cielo,
¡no emuléis a los poetas de la tierra!
Vosotros sois la Alhambra de la poesía.
La Alhambra no ama ser Nueva York.
Los poetas de la tierra van a Nueva York,
pero los poetas del cielo vienen a la Alhambra.

¿No veis que yo guardo celosamente mis secretos?
¿Qué soy áspera por fuera y sublime por dentro?
Los poetas de la tierra no se conocen a sí mismos.
Los poetas del cielo excavan para encontrarse.

Sólo se puede ser uno mismo
fuera del glamour y de la gloria.
¡Evitad los agujeros negros
y venid a mí!
En mis jardines aflora
la música secreta que os define.

¡Seguid como sois, poetas del cielo!
Lo tenéis todo.
Vuestros medios son invisibles
como el alma es invisible.

Los poetas de la tierra
se traicionan y se venden.
¿Cómo vais a traicionaros vosotros
si los milagros fluyen de vuestras manos?
¿Si estáis en todas las partes
y habéis vencido el tiempo?
A solas con vuestro ratón mágico
construís invisibles paredes,
con versos invisibles
que edifican torres invisibles
donde habita el duende.

No habéis venido a mí por casualidad.
Os pido que seáis
tan sólidos como mis cimientos;
tan inasequibles como mi historia;
tan fuertes como mis muros;
tan dulces como mis versos;
tan etéreos, tan misteriosos
como los príncipes que habitaron en mí.

Una multitud secreta vive en mis palacios.
Una multitud de almas
que se buscan, se aman y se abrazan
como vosotros en Internet.

¡Miraos al espejo, poetas virtuales!
Y me veréis a mí.
Y me veréis como soy.
Mi rostro es el vuestro.
¡Bienvenidos a mi reino!
¡Llevaos mi magia!
¡Dejadme la vuestra!

Gregorio Morales, Hotel Saray, Granada, 26 de marzo. 2011




"SAGRADAS PALABRAS OBSCENAS "


MARCIAL

Mira, poetilla mojigato,
no mido los versos porque no me sale de la polla,
y porque sólo guardo el ritmo
para cuando follo con mi amada.
Mi amada, que me monta como un corcel
y me hace ir al trote de tus pautados versos.

Mientras tú cuentas con los dedos,
como aplicado escolar,
yo tengo las manos en mi polla,
o follo en larga singladura,
y luego escribo como follo,
en largas tiradas de versos y culos,
porque no puede emplear el versículo
quien antes no haya besado
el terso, henchido, broncíneo culo de su amada.

Tú versificas, pero yo versiculo.
Y hundo la lengua entre los carnosos glúteos de mi amada,
y desciendo hacia su coño enmarañado de sedosos aceites,
y mientras tú recitas una sílaba tras otra,
yo recito también una sílaba tras otra,
salvo que las tuyas van al aire
y las mías van al coño de mi amada.

Y mientras tú eliges pulcramente tus palabras
y dices “talle”, yo digo “caderas”,
y donde tú dices “senos” yo digo “tetas”,
y donde tú dices “pubis” yo digo “coño”,
y donde tú dices “hacer el amor” yo digo “follar”.

¿Crees que lo tuyo es más bello que lo mío?
¿Que tu poesía es más poesía que la mía?
¿Que sólo a ti te pertenece la corona de laurel?

¡Oh poetilla!
Eres un funcionario del verso.
Déjame a mí la suciedad.
¿Verdad que todos los días cagas?
¿Te avergüenzas de ello?
¡Muéstrame uno sólo de tus poemas
donde haya una palabra obscena!
¿No lo tienes?
¿Cuál es entonces la belleza que cantas?

Escucha, poetilla:
yo tengo más alma que tú.
Yo busco lo sagrado mientras tú buscas lo decente.
Yo entro en lo divino mientras tú entras en lo burgués.
Yo quiero sangre y semen y lágrimas y mierda y orines
mientras tú quieres piel, amor, tristeza... y nada más.
Yo quiero follar y que me la mamen
y comerme el coño de mi amada
mientras tú quieres enamorarte y besar... y punto.

¡No me mires desaprobadoramente!
¿Soy Satanás por mostrar lo que tú ocultas?

Poetilla,
que sepas que sólo encuentra la belleza
quien se pierde en lo dionisiaco.
Apolo se alza desde las miserables miasmas.
Si no te has desecho... no puedes emerger.
¿Crees que tus poemas son bellos?
Eres como los escribas.
No tenían alma,
pero guardaban las normas.
¿Dónde está tu alma?
¡Y me acusas a mí de no tenerla!

Mira, poetilla,
deja de contar sílabas
y mételas en el coño de tu amada.
Y susúrrale al oído procelosas obscenidades:
“He bebido de otros coños,
pero en éste encuentro la mejor cosecha”.
Y verás, poetilla.
No contarás más la sílabas.
Porque habrás aprehendido el ritmo de la existencia.
¡Tiene que haber sangre en tus palabras
y entonces habrá música!
¡Que bulla la sangre, pues!
Folla.
¡Y luego escribe!




No hay comentarios:

Publicar un comentario