No deja de ser una enorme desgracia tener que compartir frontera con Marruecos. Aunque a estas alturas de la película, yo no se qué será peor, si llevar pacientemente la cruz de un Gobierno tan incompetente como el de José Luis Rodríguez Zapatero, o soportar impávidamente las tarascadas y las inconveniencias del impresentable Sultán de Marruecos. Es cierto que Mohamed VI y sus esbirros nos consideran infieles y un día nos chulean en Ceuta y Melilla y al siguiente inundan nuestras costas con pateras sobrecargadas de subsaharianos. Pero nuestro Gobierno, no se si por cobardía o porque debe algo inconfesable a Marruecos, guarda silencio, transige con todo y termina siendo cómplice de las continuas insolencias marroquíes.
A pesar de las continuas provocaciones de que somos objeto por parte de las autoridades de Marruecos, exigiéndonos lo inexigible, Zapatero no se da por enterado y termina siempre disculpando y hasta dando la razón a Rabat. Se preocupa exclusivamente por mantener, al coste que sea, una aparente buena relación de vecindad con nuestro vecino del sur. De ahí que convirtiera a Marruecos en uno de los países del mundo que más ayuda española recibe. El reino alauita ha recibido ya más de 500 millones de euros desde que los socialistas llegaron al poder. Entre 2004 y 2008, Marruecos recibió algo más de 200 millones de euros. Pero a partir de 2008 las ayudas se dispararon notablemente, de modo que, en esta segunda legislatura, la cantidad recibida supera ya con creces los 100 millones de euros de media anual.
Cualquier disculpa es buena para justificar una ayuda por muy estrambótica que sea. Desde que Trinidad Jiménez accedió al Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, nos encontramos con aportaciones sumamente generosas, destinadas a la reproducción y educación sexual, a planes culturales y, cómo no, a planes de igualdad para la mujer marroquí. A pesar de las tensiones generadas por los marroquíes, soportadas cotidianamente por los habitantes de las plazas españolas de Ceuta y de Melilla, la generosidad de Zapatero y de Trinidad Jiménez permanece intacta y subvencionan sin problemas todo tipo de infraestructuras, sin excluir las casas con placas solares que, de vez en cuando, construyen en el desierto.
Si tenemos en cuenta que en España hay 5 millones de parados, resulta tremendamente alarmante una información que nos llega del extranjero, según la cual, el Ejecutivo español habría llegado a un acuerdo con las autoridades marroquíes para indemnizar a los deudos lejanos de aquellos rifeños que, a las órdenes de Abdelkrim el Jattabi, masacraron al ejército español en las laderas de Annual hace ya 90 años. Según dicha información, Trinidad Jiménez aceptó sin más, ante el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Taieb Fassi-Fihri, que España, durante la llamada guerra del Rif entre los años 1921 a 1927, utilizó armas químicas prohibidas por el Tratado de Versalles. En consecuencia, además de indemnizar económicamente con 2.000 euros a cada uno de los descendientes de aquellos “supuestos” afectados por la guerra del Rif, pediremos perdón a Marruecos por aquellas acciones militares irregulares y dotaremos a los hospitales de Nador y de Alhucemas de unidades oncológicas de última generación.
La historia de aquel conflicto bélico es sobradamente conocida. Fue en 1912 cuando España estableció un Protectorado en el norte de Marruecos con capital en Tetuán. Esto fue posible, porque se llegó a un acuerdo con Francia que, de aquella, ostentaba la soberanía del país. Nunca estuvieron los rifeños conformes con la ocupación de su país y organizaban frecuentes escaramuzas contra los españoles, contra los franceses y hasta contra los propios sultanes de Marruecos. La revuelta independentista, encabezada por Abdelkrim el Jattabi, fue creciendo de año en año, sobre todo a partir de 1919, hasta desembocar en una guerra verdaderamente cruel en julio de 1921.
La guerra que siguió a la sublevación de las tribus rifeñas, asentadas en la zona más montañosa del norte de Marruecos, supuso un enorme desastre económico, político y militar para España. Nuestro ejército sufrió entonces, a manos de estas tribus rebeldes, una de sus mayores derrotas, que conocemos con el nombre de “desastre de Annual”. La derrota sufrida por nuestras tropas fue de tal calibre, que deja en muy mal lugar a sus mandos, ya que en una sola semana, los enfurecidos rifeños acabaron con la vida de más de 13.000 españoles. Y se necesitaron casi otros siete años de reñidos combates, con abundantes bajas entre nuestros soldados, para lograr, al fin, la pacificación de aquella región.
Y Trinidad Jiménez, que escucha a su homólogo marroquí, se compadece de aquellos rifeños y decide dar 2.000 euros a cada uno de sus bisnietos o tataranietos, olvidándose de los españoles que fueron salvajemente masacrados. Se olvida la ministra de Exteriores que aquellos rifeños rebeldes, cuando ya España había abandonado Marruecos, se levantaron en armas contra los franceses y contra el sultán de Marruecos de entonces, primero Mohamed V y después contra su heredero Hasan II, abuelo y padre respectivamente del actual Sultán Mohamed VI. Lo que indica que no eran unos marroquíes valientes que luchaban por la independencia de Marruecos como quieren hacernos ver ahora. Se trataba más bien de unos enemigos sumamente incómodos e irreductibles del Sultán, ya que a toda costa trataban de instaurar una república independiente en el norte de Marruecos. Para impedirlo, Mohamed V y Hasan II tuvieron que emplearse a fondo en una guerra sumamente cruel. Buena prueba de ello es que Hasan II borró del mapa varias ciudades rifeñas.
Han sido las propias autoridades de Marruecos las que nos indican que son más de 50.000 los familiares de aquellos “afectados” por los gases tóxicos lanzados por las tropas españolas sobre los poblados del Rif, y las que han fijado en 2.000 euros la prima de sufrimiento para cada uno de sus descendientes. Así que vamos a tener que soltar por las buenas algo más de 100 millones de euros. Y todo, porque se le ha ocurrido así a Mohamed VI, el intocable Comendador de los creyentes, que hay que resarcir económicamente, en la persona de sus descendientes, el sufrimiento de aquellos rifeños que fracasaron en su intento de ser independientes. Y es que el Gobierno de Marruecos sabe perfectamente que Zapatero y su gente ha hecho de España una enorme ONG extremadamente caritativa y, aprovechando que somos sus “primos” ricos del norte, nos piden esa aportación, a sabiendas de que pagaremos sin rechistar. No importa que tengamos más de 5 millones de parados. Marruecos es Marruecos y no se le puede contrariar.
Gijón, 15 de octubre de 2011
José Luis Valladares Fernández