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lunes, 16 de marzo de 2015

EL POPULISMO EN LA HISTORIA


La palabra populismo se ha utilizado siempre, por unos y por otros, para estigmatizar a los adversarios políticos. Se trata de una alocución usada habitualmente por socialistas y comunistas para denigrar e insultar a liberales y conservadores y a cualquier otra fuerza política que contemporice, de alguna manera, con el sistema capitalista. También han abusado de ella la derecha y el centro para denostar a los partidos de izquierda, que se empeñan en enfrentar a ricos y a pobres y por su oposición frontal a la actividad privada cuando se trata de cuestiones económicas.
Los primeros brotes de populismo aparecieron durante la última república romana, entre los ciudadanos adscritos a la factio popularium o partido de los del pueblo. Estos líderes populares acudían siempre a las asambleas del pueblo para sacar adelante sus propias  iniciativas y solucionar así los problemas que afectaban a la República. Y este sistema incomodaba gravemente a los miembros de la aristocracia tradicional, a los optimates, que se creían muy superiores a las gentes normales del pueblo.
Entre los líderes populares más importantes están los hermanos Sempronio Graco, Tiberio y Cayo, ambos tribunos de la plebe. También pertenecían  a la facción de los populares Publio Sulpicio Rufo, Lucio Sergio Catilina y hasta el mismo Julio Cesar. El propósito de este grupo de políticos era muy claro: comenzó a distribuir tierras a los plebeyos y a los soldados licenciados, concedió la ciudadanía romana a todos los aliados itálicos y alivió, de la mejor manera posible, las deudas de los más pobres. Y cuando se encontraban con una oposición frontal a sus proyectos, allanaban el camino buscando, cómo no, el apoyo militar.
El populismo vuelve a aparecer en Europa, a finales del siglo XVIII, de la mano de los nuevos nacionalismos. En Alemania,  Johann Gottfried von Herder pone en marcha el conocido pangermanismo de aquella época. Este filósofo y escritor germano elaboró una teoría, según la cual, el espíritu del pueblo se va formando poco a poco, principalmente, con la propia lengua del país y, en menor medida, con la poesía, la historia y hasta el derecho
Más tarde, ya en pleno siglo XIX, el Imperio Ruso imitó el proceso alemán y puso en marcha el llamado paneslavismo. En un principio, el cariz de este movimiento era eminentemente cultural, ya que se limitaba a estrechar lazos entre los distintos pueblos eslavos que compartían afinidades religiosas y culturales.  Pero Rusia no tardó demasiado tiempo en transformarlo en un proyecto expansionista, lo que molestó profundamente al Imperio Austrohúngaro.
La figura relevante de Simón Bolívar, predecesor del actual populismo,  ha dejado su impronta indeleble en los distintos países bolivarianos, especialmente en Bolivia, en Ecuador y, sobre todo, en Venezuela. No tenía formación militar alguna, es verdad, pero terminó siendo el gran caudillo en la guerra de liberación que libraron las colonias hispanoamericanas. Por su enorme arrojo y por su valor, recibió el título de Libertador.