domingo, 26 de enero de 2025

Limón, agua y amor.

 








Limón, agua y amor. Me vinieron estas palabras a la cabeza delante de "La máquina de trovar", un aparatejo que han instalado a la entrada de la exposición "Los Machado. Retrato de familia", inaugurada esta semana en Burgos.

 La pantalla del vídeo mostraba, en ese momento, "un huerto claro donde madura el limonero", el del famoso poema "Retrato" de Antonio Machado. 

La guía animaba a la gente a fabricar un poema en "la máquina de trovar", Inteligencia Artificial para entendernos. Dar a un botón, pronunciar tres palabras y, en menos de un minuto, sale impreso un soneto pseudomachadiano. Me niego a llamarlo machadiano. El papelito explicaba:

"Ochenta años antes de que conociéramos la Inteligencia Artificial, Antonio Machado se adelantó a su tiempo al concebir una máquina capaz de crear poemas".

Sí, lo podemos comprobar en el diálogo de Juan de Mairena con Jorge Meneses.

Veamos "mi soneto", qué más quisiera yo. Hasta los gatos quieren zapatos...

"En la fuente clara, el agua, brilla el limón con su dorado, bajo la sombra que la fragua de un día calmo ha dibujado.

Susurros de la tarde calma, sueños que el viento ha traído, sabores que el alma se embalsama, en el silencio, el ser sentido.

¡Oh, frescura que en boca danzal reflejos del oro y el cielo, bajo el laurel de la añoranza.

Brinda el niño su anhelo, con un sorbo, el alma avanza, y el amor renace en vuelo."

La máquina de trovar de Antonio Machado.

"Este soneto impreso se ha autogenerado por la IA, al estilo del poeta andaluz Antonio Machado, a partir de los parámetros que nos has proporcionado."

Como veis, se precisa una Inteligencia natural para   componer poemas que merezcan tal nombre. 

Aparte de este juguetito, la exposición merece la pena. No os la perdáis. 

"Limón, agua y amor"

María Ángeles Merino

https://issuu.com/museoreinasofia/docs/pedro-g-romero/s/16053116

miércoles, 22 de enero de 2025

Santa Teresa se confiesa

 











Esta tarde, hemos celebrado y disfrutado la cuarta  sesión, en formato presencial, del Club de lectura de La Acequia y Alumni UBU, dirigido por Pedro Ojeda Escudero. 

El comentario ha girado en torno a  un clásico: "Libro de la vida" de Santa Teresa de Jesús. Un libro escrito con el condicionante de ser un mandato del confesor, una "confesion" según el modelo de las "Confesiones" de San Agustín, no una autobiografía sino un relato de la vida espiritual, la vida interior.

 El título nos llevó a confusión, nos rechinaban las palabras de la santa, esperábamos una autobiografía al uso y la mayoría no hemos completado su lectura, necesitábamos las claves que Pedro Ojeda ahora nos ha proporcionado, las propias de una "confesión", algo que no estaba destinado en principio a la publicación. 

A partir de ahora podemos retomar la obra, le damos otra oportunidad. Y si queremos una autobiografía podemos leer "El libro de Las Fundaciones", de la misma autora. 

Una gran mujer y una gran intelectual, de origen judeoconverso, con el estigma y los problemas  que esto suponía, y ávida lectora desde la niñez, en una casa con libros, con padres lectores, algo poco habitual. 

 Leímos y comentamos el famoso texto de la "transverberación", el del ángel que le clava el dardo de fuego en el corazón, bellísimas palabras que nos recuerdan a experiencias placenteras más humanas. Y con la escultura de Bernini, cómo no.  

 Y celebramos muy dulcemente la vuelta de las vacaciones. 

He tomado notas y, como en ocasiones anteriores, tratare de reflejar, aquí el animado e interesante diálogo que mantuvimos  con Pedro Ojeda y los compañeros lectores.

María Ángeles Merino

lunes, 20 de enero de 2025

Junto a las piedras que conocieron a Teresa.

 






Último convento fundado por Santa Teresa

Que sí, Pedro Ojeda Escudero, que no podemos fallar a Santa Teresa, este martes, en el Club de lectura de La Acequia. 

Hubo un día en que quise llegar al último convento que fundó, el de Burgos en la Quinta, para leer junto a las piedras que la conocieron, ya muy malita y avejentada; pero la lluvia agitada con el viento no me permitió cruzar el puente Gasset y  me dedique a las digresiones: un colegio, un grafiti, un mercado y un perro perdiguero. ¡Cosas de jubilada!

Al día siguiente salió el sol y allá que fui, con el saco de "herejías" que me sugería la lectura de "El libro de la vida" de Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada, santa y doctora de la Iglesia. 

Y el caso es que Teresa siempre me cayó bien. En el colegio nos contaban lo de la niña Teresa con su hermano Rodrigo, que se escaparon de casa para ir a tierra de moros a morir por Cristo y, mira qué bien, derechitos al cielo, qué barato les parecía.

 Las enciclopedias escolares nos pintaban a una monja con ĺa aureola de santa, una pluma enorme de ave y un libro muy gordo. Y mi maestra que canturreaba, con voz de falsete y lágrimas en los ojos: "Véante mis ojos dulce Jesús bueno, véante mis ojos, muérame yo luego". ¡Qué prisa por morirse! 

 Luego, en el instituto, leíamos lo de "Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero porque no muero", paradoja, sí. Era casi la unica mujer escritora que trataban los manuales de literatura. 

Una señora que se hizo valer en un mundo de hombres, "no es mujer, es varón y de los muy barbados", eso no recuerdo quien lo dijo. Me caía bien. 

Cuando di clase a los chavales de EGB, el texto que casi siempre me ofrecía Lázaro Carreter , si no era el de la huida con su hermano era el de cuando, en una de sus fundaciones, ella y sus monjas tuvieron que ser albañilas y buscar tablones y clavos para improvisar un lugar donde adorar a "Su Majestad". Apañada y mística, que lo uno no quita lo otro. 

Y, a ver, María Ángeles, profesora de EGB, cómo explicas lo de la "unión mística" del alma con Dios. Don Lázaro nunca dio clases a treceañeros. Luego estaba San Juan de la Cruz que hablaba de la Amada y el Amado, bueno eso provoca alguna sonrisilla. Y Santa Teresa lo llamaba "medio fraile". 

A Juan sí lo leí de mayorcita, un gran poeta. La verdad es que con Santa Teresa no me había puesto en un libro enterito. Leí con agrado, eso sí, la doble biografía, literaria e histórica, que trazaron sobre Teresa, los muy grande Jimenez Lozano y Teófanes Egido. Fue cuando leímos "El mudejarillo" y la de Ávila, tratada con cariño por esos dos, me daba buenas vibraciones. 

Ahora estamos leyéndola en el Club de lectura de La Acequia  y el martes nos reunimos, a ver...

Con "El libro de la vida" de Santa Teresa, se me ocurrían "herejías", vamos a llamar así a mis salidas de tono, a mis ocurrencias. Junto a las viejas piedras, me puse a leer un texto al azar y...

María Ángeles Merino seguirá con Santa Teresa.

domingo, 19 de enero de 2025

Lecturas y una mas.







 



Todavía tengo lecturas pendientes, pero ayer me fui a la biblioteca de San Juan, que desde el año pasado no la pisaba, a echar un vistazo, antes del paseo. Para mis adentros la sigo llamando la Casa de la Cultura como cuando era estudiante y el edificio era otro , sí, la Biblioteca Pública del Estado.

Y salí con el libro propuesto para febrero en el Club de Lectura de la Acequia: "De bestias y aves" de Pilar Adón. 

Con el libro en el bolso, recorrí el camino de casi siempre, hasta el Paseo de la Isla, pasando por lo que yo llamo la "milla eclesiatica", la calle Martínez del Campo, donde siempre transitan curas y monjas. Y de ahí, detrás de las sacristanas de la Catedral, a donde casi siempre.

Abrí el libro, la portada es intrigante, con una muchacha ðe cara desagradable. no se si triste o asustada. Leí la primera frase: "En Betania no había teléfono".

Como no venía el autobús, leí un par de páginas, no sé si la protagonista que me hablaba vivía aislada en una secta, en un extraño sanatorio o era delirio de su cabeza. Avanzaba sendero abajo hacia un lago con ecos de Virginia Woolf o de Alfonsina. 

Un libro nada convencional y, para hacerlo aún más, una especie de pequeño arco iris daba sobre las páginas mientras leía.

¿De dónde? No sé, miro los árboles de enfrente, miro el techo de la garita y encima. Árboles, los bien conocidos de la Isla. Y la luz de una mañana fría y soleada. Viene el  autobús. Me olvido del pequeño arco iris.

Volvía atrapada en el ovillo de otra lectura. Una portada y dos páginas.

El martes, Teresa de Jesús, con "El libro de la vida", visitará el Club de Lectura de La Acequia. otro mundo. Los conventos de la Santa no se parecerían a esa Betania sin teléfono. ¿O sí? 

María Ángeles Merino

lunes, 6 de enero de 2025

Leemos y comentamos "Voces desde el fondo" de Mateo Martínez Martija

 


Crónica de la reunión del  17 de diciembre de 2024, del Club de Lectura de La Acequia y Alumni UBU, tercera de este curso, en su formato presencial, dirigida por el profesor Pedro Ojeda Escudero. El libro que comentamos fue Voces desde el fondo de Mateo Martínez Martija. 

La sesión comenzó a la hora habitual, las cuatro y media de la tarde, en la Facultad de Humanidades y Comunicación, en el edificio del antiguo Hospital Militar.

Pedro Ojeda (P.O.) nos recibe y saluda. Esperábamos la presencia del autor, pero no ha sido posible por sus obligaciones laborales, una inexcusable reunión de evaluación. Nos envía un vídeo con sus disculpas, lo sentimos y lo comprendemos, teníamos preguntas para él. El libro no nos ha dejado indiferentes. Otra vez será, seguro. En líneas generales:

Juan, un estudiante de Educación Social, con las mañanas ocupadas en un campamento de verano, acepta para las tardes una enigmática sustitución en un centro de atención a la dependencia. Una jornada extenuante por necesidades económicas.
Una reflexión sobre la precariedad laboral y la "discapacidad", que Juan y su pareja Sara concretarán en una compañía teatral formada por enfermos mentales.

Comienza el diálogo del profesor Pedro Ojeda (P.O.) con los lectores (L.):

-(P.O.) Voces desde el fondo de Mateo Martínez Martija. Burgalés del 93, fue alumno mío en el grado de Humanidades. Filólogo, trabaja como profesor de Secundaria en Salas de los Infantes, en expectativa de destino. Es su primera novela, anteriormente escribió Fragmentos de la feria, con el que ganó, en 2020, el XXXIX Premio José Hierro de relatos. Ganador del Certamen de Arte Joven en la Categoría de "Narrativa", prepara su segunda novela y tiene muy claro que quiere dedicarse a la literatura. 

Es una novela muy peculiar por muchas razones, por su estructura y su temática. Encaja en la literatura anglosajona, donde se  trabaja a partir de experiencias, sin mucho trabajo literario aparentemente. Tiene los defectos propios de las primeras novelas. Trabaja temáticas que no son frecuentes: la precariedad laboral, la enfermedad mental, las discapacidades. ¿Discapacidad de qué? Mejor hablar de capacidades diferentes. Venimos de un tiempo en que se hablaba de subnormales, anormales, locos, deficientes... No se les escolarizaba, eran gente marginada, encerrados en casa o en instituciones. Vamos a lo que hay ahora: evolución, integración; pero aún así no se ha tratado. La película "Campeones" puso el dedo en la llaga, con el tema visto desde abajo. 

Psiquiátrico de San Salvador de Oña. Puerta desaparecida no ha mucho. Foto cortesía de Yolanda Delgado. 

El libro se divide en dos partes, Juan y Sara son los protagonistas. En la primera parte, en el verano, el chico se va a vivir con lo que gane en dos lugares: un campamento de niños y un centro especial. Las jornadas son maratonianas y se siente el calor. La segunda parte es un proyecto: dar una ocupación a personas con discapacidad, trabajando en una obra de teatro. Juan y Sara pasan un bombardeo emocional. Las reacciones que provocan se proyectan en el medio familiar, no hagamos espóiler, palabra ahora aceptada, o destripamiento como siempre se ha dicho. 

La primera parte nos muestra la situación de un tipo de jóvenes en precariedad laboral. Juan es un personaje muy inestable, no sabe qué hacer con su vida. Sus jornadas son maratonianas para pagarse sus gastos, no sabemos qué pasa con la familia, solo dice que es hijo de un médico y una maestra.

El autor nos da el mayor número posible de casos, un muestrario de discapacidades. 

El lector pasa de una parte a otra, la primera más documentalista, la segunda más novelesca, más literaria. 

Le pregunté  cómo lo había construido, él no lo ha vivido, se lo ha contado un amigo, se sentó para hacerle un cuestionario. Es un acercamiento a la precariedad de los jóvenes. Y en esta sociedad líquida de ahora en que nada es para siempre, una mirada sobre los desfavorecidos.

Pedro Ojeda

-(L.) Me ha llegado la segunda parte con mucho interés, me han gustado las descripciones, el final me ha parecido muy actual, el padre del niño se mete a opinar y se puede cargar un proyecto, me parece muy actual. El final te deja un poso, no hay esperanza. No es posible nada, no hay solución, al final. 

-(L.) Es ambiguo.

-(L.) Me hubiera gustado preguntarle por el final sorprendente, el esquizofrénico le agrede y huye, los demás aplauden. Si se había planteado otros finales.

-(P.O) La IA genera cualquier cosa. El club de lectura tomando café con Trump. 

-(L.) ¡Cielos!

-(L.) No saben hacer manos.

-(P.O) No van a tardar, pronto van a hacer de todo.¿ Qué hacemos con los bulos? 

-(L.) Los poderes están muy temerosos de las opiniones no profesionales, se escucha más a esos que a los profesionales. Se da el pistoletazo de salida, se produce ruido. El profesional se queda sin voz.

-(P.O) Generan tanto ruido los "haters" que la gente ya no opina, sujetos expertos, no hay forma de opinar.

-(P.O) Lo que se escucha es la barra del bar. 

-(L.) A los expertos no se les escucha, se acortan las voces.

-(L.) De la novela esperaba un entendimiento de la persona, cómo sufría con esa precariedad. No está construido el personaje, me falta qué sentimiento tiene ante esa situación, sentimientos muy fuertes que nacen de un agotamiento físico y mental muy fuerte.

-(L.) La segunda parte es distinta.

-(P.O) Hasta la página 82 el mayor número de casos posibles. Lo que le ha interesado es sumergirnos en un mundo que existe y que ignoramos, un mundo de cuidar a unas personas de las que no tenemos ni idea, cuidado que asume gente sin formación ninguna. 

Pedro Ojeda

-(L.) Le doy mucho mérito al diálogo que mantiene con los chicos. El tema me ha sorprendido, tiene muy poca solución . Sara es más constante, él está a punto de tocar la toalla, Sara le insiste para que salga adelante. El final me ha sorprendido. 

-(L.) Me gustó mucho, con dos partes diferenciadas, la segunda parte más literaria. Los siete actores los describe muy bien, a las mujeres las describe muy bien, especialmente a las bulímicas, con bastante conocimiento, se ha documentado mucho, muy bien construidas. En cuanto al desenlace, había que dar una salida, de alguna forma se rebelan contra Juan pero quedan los demás y la gente aplaude. ¿Otros finales? Me hubiera gustado preguntar al autor sobre si se planteó otros finales, también en cómo se ha documentado tan bien en el tema psiquiátrico, con quién se ha documentado. 

-(P.O) Ambientado en Salamanca, pero lo de aquí no es Salamanca, es muy cerca. 

-(L.) La Parrala, los Parralillos por aquí cerca. Como si hubiera estado trabajando él. 

-(L.) He visto estas dos partes, también la primera me gustaba mucho, te deja a tomar una cerveza. 

-(L.) Una denuncia social pura y dura, una entrevista. Yo me he quedado en dos partes del libro, no he sabido hilarlas.

-(P.O) Te voy a bombardear y casi una solución en la segunda, una probabilidad, con la sociedad que nos puede bombardear el proyecto. Abruman los casos en la primera parte, agotado física y mentalmente no le apetece nada. Mundo precario.

La segunda parte es tener esa problemática, cómo podemos salir, es la reacción de Juan y Sara, qué podemos hacer, una obra de teatro que es idea de ella, es boicoteado, por prejuicios sociales. 

-(L.) Pensaba que él se dedicaba a la enseñanza, pero ahora lo veo más cerca, me parece muy valiente.

-(P.O) Está terminando una novela y lo vamos a tener aquí otra vez. Algo le llama la atención y se documenta.

-(L.)  La Parrala tal vez. Hacen teatro. 

-(L.) Agotado también, como su personaje.

-(L.) (María Ángeles) En un momento de mi vida profesional asomé un poco a ese mundo de los de "distinta capacidad". Era un antiguo patronato, en otra provincia, que atendía a los que no hacía mucho tiempo se llamaba "subnormales" . Había una incidencia mayor, decían que por la consanguinidad de algunas zonas rurales. Fue solo un curso, era un alto en el camino, aprendí mucho cuando pensé que no iba a aprender gran cosa.  

-(L.) Me he sentido muy implicada.

-(L.)  Reconozco que "Voces desde el fondo" me hizo sufrir.

-(L.) (María Ángeles) La primera parte es muy árida, fría, me falta literatura. No es que pensara encontrar algo como "La desheredada" de Galdós pero un poco sí. 

-(P.O) Es como un informe del protagonista, la recepción de un informe rutinario. No se impone al lector, eres tú el que tiene que tomar la decisión.

-(L.) Casos como el del niño que se come todo, la arena de las paredes, el mando a distancia también. 

-(L.) La bulimia con el destrozo a la persona y a la familia. 

-(L.) Dos casos bien distintos de bulimia. 

-(L.) Personas que no aceptan su cuerpo. 

-(P.O.) Vivimos en una sociedad muy dura. 

-(P.O) Las corrientes son dos: ¿Integrados o no integrados? Los niños "normales" no ven a ese tipo de niños.

-(L.) (María Ángekes) Hace ya muchos años que se tiende a la integración, en centros ordinarios, pero la verdadera integración es muy difícil. A veces, la labor del maestro es defenderlos de los niños "normales". O están en clase como un florero. 

-(P.O) Sara y Juan introducen escenas, técnica teatral, en su proyecto.

-(L.) Es un proyecto dificilísimo. Lo hacen con decisiones asamblearias.

-(L.) ¿El final?

-(L.) Como alguien ha dicho: había que dar una salida, se rebelan contra Juan pero quedan los demás y la gente aplaude.

-(P.O) Me interesa la construcción de una primera novela. 


La próxima lectura será El libro de la vida de Santa Teresa de Jesús. 

-(L.) También estaba "un poco para allá".

-(P.O) Está demostrado que era de familia judeoconversa. Sus fundaciones de conventos eran apoyadas por familias vinculadas a judeoconversos, para meter allí a sus mujeres. 

Como en ocasiones anteriores, he tratado de reflejar el animado e interesante diálogo que mantuvimos con el profesor Pedro Ojeda y los compañeros lectores.

Mi crónica está redactada, como otras veces, siguiendo mis rápidos apuntes tomados en la reunión, con la voluntad de acertar con su espíritu, ya que con la letra, toda la letra, es humanamente imposible

María Ángeles Merino