miércoles, 5 de marzo de 2025

El mirlo, el lilo y Soco.






Ayer me fui al parque del doctor Vara, con la misión de hacer una foto, para comparar con una antigua. No me parecía el mismo lugar, misión cumplida, paso la información a la persona interesada. Es un grupo de fotos antiguas.

Sin embargo, como es un edificio el del Centro de Educación de Adultos Victoriano Crémer que nunca miro indiferente, me fui a mis temas, que ya se sabe  a lo que va cada loco y la cabra a dónde tira. 

Oí cantar al mirlo y me acerqué a ver si este año el lilo que sobrevive allí, con tan poquita tierra, va a florecer.

 Un pequeño brote, veremos lilas más allá de abril. Y el saúco vecino dará de comer jugosas bayas  a los mirlos. El milagro de alguien que, no sé cuándo, cavó un poco o un mucho y echó tierra en el pequeño espacio que delimita por detrás el edificio, la parte fea en que nadie se fija, yo sí. 

Y el móvil, este aparatejo tan prosaico, me llevó a cuando, en 2010, junto a la fotocopiadora, la compañera Soco nos mandaba callar porque cantaba el mirlo.

 Y el lilo, Soco siempre atenta a su floración. Y a Juan Ramón Jiménez, que "el mirlo canta, huye por lo verde y nos hace la vida suficiente".

Al mirlo no lo vi, pero me acompañó en el paseo habitual al Parque de la Isla.

Ya ve, Sor Austringiliana, el mirlo y el lilo.

Y hoy es el cumpleaños de Soco. ¡Felicidades!

María Ángeles Merino

https://aranitacampena.blogspot.com/2010/03/y-el-mirlo-canta-huye-por-lo-verde.html

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lunes, 3 de marzo de 2025

Violetas tras la lluvia.

 



La Poesía es una mujer de pupilas violeta.

Las violetas. Esta mañana las descubrí, tras la lluvia. Ya es tiempo, donde otros años, de las violetas con su querencia. 

Me llevan a Gustavo Adolfo Bécquer que soñó una imposible pupila azul y unas lágrimas que se le figuraban "gotas de rocío sobre una violeta"; como otro poeta, inglés y lord para más señas, que le precedió con: "I saw thee weep".

 El sevillano, olvidadizo, tal vez se preguntaba dónde vio violetas goteando rocío, rebuscó en sus cajones, aquí está. Tituló: "Imitacion a Byron". Romántico pero honrado, aunque fuera difícil que las Rimas cruzaran el Canal de la Mancha. Al César lo que es del César y al lord lo que es del lord. 

 Y, tal vez, pensaba en una mujer o en muchas mujeres reales. No, sino en una idea de mujer, dicen. O en la Poesía, así con mayúscula. Cosas de romántico, tardío además. 

Leo junto a las violetas la Rima XIII: 

"Tu pupila es azul y, cuando ríes,

su claridad süave me recuerda

el trémulo fulgor de la mañana

que en el mar se refleja.

Tu pupila es azul y, cuando lloras,

las transparentes lágrimas en ella

se me figuran gotas de rocío

sobre una violeta.

Tu pupila es azul, y si en su fondo

como un punto de luz radia una idea,

me parece en el cielo de la tarde

una perdida estrella. "

Ya ve, Sor Austringiliana, violetas. Y pupilas azules. 

Sí, ya sé que todas las pupilas son negras, tan prosaicas ellas.

La Poesía es una mujer de pupilas violeta.

María Ángeles Merino Moya 

https://www.cervantesvirtual.com/portales/ver_la_poesia/709095_pupila_azul/

http://poemaseningles.blogspot.com/2007/02/lord-byron-i-saw-thee-weep.html

Versos en un ramo de flores, atado a una cañería.


 El último lugar donde esperamos encontrar unos versos es el envoltorio de un humilde ramo de flores, un poco ajadas, atado a una cañería.

 Conocimos a Adrián y su perra Luna, tantos años ahí, junto a una zapatería de la calle Santander, un mendigo que a todos caía bien. Murieron, fue un incendio en su precaria habitación, hace ya un año. 

Y leemos:

"Aunque nada pueda hacer

volver la hora del esplendor en la hierba,

de la gloria en las flores,

no debemos afligirnos,

porque la belleza subsiste siempre en el recuerdo."

Nos suena a la ya vieja película, "Esplendor en la hierba", con la desafortunada actriz que cayó de un esplendoroso y mortal yate. 

El autor del homenaje nos refresca la fuente: "Oda a la inmortalidad" de William Wordsworth. Un poeta romántico. A ver si lo he escrito bien, que en el momento en que veo uves dobles...

El esplendor se apaga. Ni siquiera el recuerdo es inmortal, pero las socorridas coplas de Jorge Manrique nos lo dejaron medievalmente claro:

"Aunque esta vida de honor tampoco no es eternal, ni verdadera, mas, con todo, es muy mejor que la vida terrenal, perecedera"

Algo es algo. En fin. Ya ve, Sor Austringiliana, en una cañería. 

María Ángeles Merino

https://www.zendalibros.com/oda-a-la-inmortalidad-de-william-wordsworth/


sábado, 1 de marzo de 2025

Paseo por la "Vega" de Campo Real

 





Mi buena amiga Raquel San José me envía la hermosura, desde la "Vega" de Campo Real, tan paseada y querida por mí, que fueron dieciséis años...

Ahora vuelvo junto a los almendros en flor y los olivos, con la vista en los cerros y el pensamiento en el recuerdo. Y los olores aquellos.Y las florecillas del borde del camino. 

Y unas mariposas blancas que un día me anunciaron que iba a dar la vuelta. Y la di. 

Gracias.

Ya ve, Sor Austringiliana, almendros de dieciséis febreros.

María Ángeles Merino

jueves, 27 de febrero de 2025

Es todo y nada a la vez. Amor.

 


"...pero el amor no tiene nombre, no lleva puesta figura de hombre ni de mujer, es todo y nada a la vez...".

Recuerdo a la cantautora burgalesa Myriam de Riu que, hace muy poco, se nos fue. 

Un día, ante el pequeño escenario de una "Casa de la Cultura", la de San Juan de antes, tal vez cansada de repasar las respuestas dadas a algún examen, una estudiante se sentó  a escucharla.

Se quedó con su definición del amor, la hizo suya. Iban acabando los setenta del veinte, iban acabando muchas cosas. 

¿Qué se hizo de aquellos cantautores de fin de los setenta? ¿Quién recuerda, ahira, a Myriam de Riu? 

Sí. Fue aquella que clamaba que "en medio de tantas tumbas se hunde mi Catedral", la hicieron caso, afortunadamente. En lo de los "pueblos del silencio", no parece haber remedio a la vista.

Gracias, Myriam de Riu.

Ya ve, Sor Austringiliana, cantautora en un tiempo de cambio. 

María Ángeles Merino

domingo, 23 de febrero de 2025

Manuscrito de Antonio Machado

 "Y cuando llegue el día del último viaje..."

Manuscrito expuesto en "Los Machado. Retrato de familia". Fondos Unicaja y Fundación Fernán González. 

Antonio Machado emprendió su último viaje en Colliure, un 22 de febrero de 1939. Vive en su poesía. Y leerla en manuscrito estremece.

 A mi lado, alguien comentaba lo bien que se escribía antes. Yo veía el viaje de la pluma al tintero y de ahí a la cuartilla, ahora amarillenta. 

Ya ve, Sor Austringiliana, las gotas de tinta podían chafar un impecable escrito. No sabemos si Antonio tuvo que desechar alguna cuartilla, o varias.

Los del bolígrafo no pensamos en la lucha con la tinta de los escritores de antaño. Galdós tuvo pluma estilográfica, qué maravilla, en sus últimos años, años veinte, y solía escribir a lápiz, más rapido y cómodo que la plumilla en el palillero y la tinta en el tintero. 

Vuelvo a Machado y a la cuartilla, entonces blanca. Perfecta. Estremece. 

María Ángeles Merino


Escuchamos: 



lunes, 17 de febrero de 2025

Ranúnculos.




Un brillo de flor recien estrenada. El sol de la mañana de febrero da sobre los ranúnculos, "son como margaritas todo amarillo" dice  una niña a mi lado.

 Mira, ranúnculos o ficarias, ahora todo lo resuelve el aparatejo que llevo en las manos. El "Lens" lo apunta, lo apunto yo, que no se me olvide, que se me olvidará. 

Unas flores que me sirven como "heraldo de primavera", a la mitad de febrero, "febrerillo loco que sacó a su padre al sol y luego lo apedreó".

Que no nos apedree, que de locos estamos sobrados, leo el periódico y el suplemento. 

Rosa Montero comienza su artículo: 

"A veces los pueblos eligen esa peculiar forma de suicidio que es la ignorancia".

Juan José Millás titula el suyo: "Dirigidos por un diablo". 

Y leo en la columna de Manuel Vicent: "Cuándo la raza humana desaparezca de la Tierra, se oirá por todo el mundo...a todos los animales del planeta gritando cada uno en su lengua: ¡albricias!"

Mejor, miramos las flores amarillas.¡Albricias! 

Ya ve, Sor Austringiliana, en el Paseo de la Isla. 16 de febrero. 

María Ángeles Merino