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martes, 31 de diciembre de 2019

Crónica de la primera reunión del curso 2019-2020 en el club de lectura de La Acequia y Alumni UBU. Sidi de A. Pérez Reverte.


Crónica de la primera reunión del curso 2019-2020, en el Club de Lectura de La Acequia y Alumni UBU, dirigido por el profesor Pedro Ojeda Escudero. Tuvo lugar el día 17 de Diciembre, de 16:30 a 18:00 horas en el seminario 1046 de la Facultad de Humanidades (primer pabellón a la izquierda del antiguo Hospital Militar). El libro comentado fue la novela Sidi. Un relato de frontera de Arturo Pérez Reverte. 


Después de dar la bienvenida a los "nuevos", Pedro Ojeda nos recuerda el funcionamiento del club de lectura y un poco de su historia. A continuación, comentamos Sidi , la novela que hemos leído este mes. 

-Pedro Ojeda: Comenzamos con una obra de éxito, un best seller. ¿Cuál es vuestra opinión?

-Me está encantando.

-Una novelita.

-Flojita.

-Yo soy muy de Pérez Reverte.

-Me ha gustado, me encanta Pérez Reverte.

-¿En dos tardes decías? Soy muy límite.

-Todavía no me ha enganchado.

-Como articulista me gusta, como novelista no he podido con sus novelas.

-Estoy muy guerrera, me gustaba la novela antes de verlo en el MEH y después también.

-Sidi contiene trazas de historia, de leyenda, de literatura, incluso de "western". Cada lector tiene su propio Cid y si no tiene ninguno, lo cual sería raro en Burgos, lo lee como simple novela de aventuras y tan contento. Lo tiene fácil: comienza como una película de indios, un jinete que otea el horizonte y una humareda a lo lejos, seguimos el rastro, los moros han atacado a unos colonos que se habían instalado peligrosamente en una tierrecita de la frontera...del Duero. 

-Estoy encantada de cogerlo, para leerlo.

-Muchas palabras para buscar en el diccionario.

-Me he divertido un montón con el héroe, he ido con ellos a la guerra.

-No entré en la estructura, como novela hay muchas cosas que decir.

-Entretenimiento.


Entretenida

-Sencilla, floja. Se anuncia como una novela de fronteras, con un personaje de fronteras, y yo esperaba algo nuevo. No veo una explicación de qué pasaba en las fronteras, no me queda clara la situación de los distintos reinos. Respecto a Cataluña, se ensaña un poco con el conde Berenguer. El Cid tenía que volver a Castilla donde quedaban su mujer y sus hijos, se veía obligado a rendir pleitesía a Alfonso VI, aunque se fuera con el moro. 



-Hace poco acompañé a unos alumnos de un instituto de Alicante a una excursión aquí y les pregunté qué sabían del Cid. Algunos contestaron que era un mercenario y se preguntaban qué hacía en la Catedral. Para estos chicos,  Sidi sería genial: se pega un paseíto suave por tres sitios y casi baja a Valencia.



-Un Cid mercenario y hombre de frontera no exitoso, no es un héroe.

-Se centra en los condados francos, huele a trilogía.

-Pedro Ojeda: Él no lo ha negado.

-No ahonda en la historia del Cid, no es su objetivo.

-Sin ser una novela histórica se aprenden cosas de historia. Soy quinto de Arturo Pérez Reverte, he aprendido mucho de él y de Santiago Posteguillo, aunque soy de ciencias.

-Me parece bien, es una novela y no se  plantea una biografía del Cid. Me gustan los caballos.

-Es un best seller con mucha publicidad y marketing.


Escaparate de la librería "Luz y Vida" de Burgos.

-Como guía de turismo, he podido comprobar que los extranjeros conocen al Cid, especialmente los franceses con Corneille, preguntan y buscan la tumba. Los alumnos españoles de fuera de Burgos ni idea. El marketing que ha tenido Sidi lo va a dar a conocer, incluso a esos profesores que decían que el Cid no había existido. Ha existido históricamente y la gente se va a acercar gracias a Sidi, didáctico y sencillo para gente que no sabe nada de él.




-Pero algunas palabras: cordobán, velmez, algara, ruana...

-Me encanta, me da igual si existió o no existió. No me planteo si es histórica, a mí qué me importa. Es una obra que me está gustando y me entretiene. Acababa de terminar una agradable novela de aventuras El diamante de Moonfleet, ahora otra, qué bien. 

-En resumen, hay que separar lo histórico de la novela.

- Pedro Ojeda: La jura de Santa Gadea no la ha quitado, si la quita la novela pierde enganche para vender.



-Me gusta buscar palabras, me obliga a perseguir su significado.

-La novela es novela, la historia es historia.

-Dijo que había escrito una novela.

- Pedro Ojeda: Paco Cuesta tiene un blog El Alfoz y os aconsejo que leáis sus dos últimas entradas. María Ángeles Merino también tiene un blog La arañita campeña.

-En él publicaré la crónica de esta reunión y también otra entrada que estoy preparando, basándome en lo que pude oír en la larga cola que esperaba escuchar a Pérez Reverte el día 2 de octubre en el MEH. Hay muchas lecturas de Sidi. Es una entrada un poco cotilla.

-Me he leído la de Corral, me estoy empapando de Cid y yo no soy de empapar.




-Están reinventando el mito del Cid.

-Una novela de entretenimiento con un Cid reconocible.

-Azorín escribió en su libro La cabeza de Castilla: "en el Cid la leyenda contrabalancea la Historia; al estar en Burgos, nos sentimos zarandeados entre lo ficticio y lo real, llevados y traídos de la leyenda a la Historia". Imposible escapar: yo tenía dos abuelas de muy distinta procedencia: para la de Córdoba el Cid no había existido, para la de Riocerezo era de la familia puesto que nos apellidamos Rodrigo. Aquí, el Cid es un vecino más que no solo está en las estatuas o en los cofrecitos que compran los turistas sino que acompaña al  burgalés en su vida cotidiana; así si se ve obligado a ganarse el pan fuera se siente "desterrado" o si no se lleva bien con su jefe dice "ser buen vasallo si hubiera buen señor". 


El Cid pasó por esta librería

-Pérez Reverte dice de su Cid "es tan real y tan falso como todos. Porque en el Cid hay un 25 por ciento de historia probada y el resto es leyenda, suposición, reconstrucción...".


-Van a rodar una serie sobre el Cid.

-Me estoy sintiendo inculta, el Cid me la trae al pairo.

-Pedro Ojeda: En enero, voy a hacer una ruta cidiana por la ciudad, con un grupo de estudiantes de la universidad de Michigan. Empezarán con la construcción del mito del Cid y pasaremos a la deconstrucción (jura de Santa Gadea, espada Tizona, etc). Podéis venir con nosotros.

-Fuera del mundo virtual, la primera vez que vi en persona a Pedro Ojeda fue precisamente con el Cid, creo que estaba "deconstruyendo" la jura de Santa Gadea delante de la iglesia de Santa Águeda, con un grupo de estudiantes jovencillos.


-Si queremos saber del Cid de Sidi podemos encontrarlo en el libro El Cid Campeador. Historia, leyenda y mito de Francisco Javier Peña. 



-Había que sacar a una mujer e inventa a la hermana del rey moro de Zaragoza, el Cid se resiste pero , al final, cae.

El Cid y doña Jimena en el óleo "Figuras de romance" de Marceliano Santamaría (Sala de Poridad, Arco de Santa María)

-Hay demasiadas referencias repetidas a los olores: cuero, sudor, hierro...

-En las descripciones también hay repeticiones.

-Los moros admiran al Cid y se muestran aduladores.

-Pedro Ojeda: La mayoría de los musulmanes eran de origen hispanorromano, del norte de África eran muy pocos y no hubo Reconquista. La realidad de la ocupación musulmana fue una guerra civil entre visigodos, los partidarios de Witiza que eran arrianos y los de Rodrigo que eran cristianos. Los arrianos negaban la condición de Dios a Cristo, a un paso del Islam. 

-Me llama la atención el recuerdo a los versos de Manuel Machado o la niña de Covarrubias.

-El final es de trilogía, parece decir "continuará".

-El final es bastante tonto, relacionado con la espada Tizona que el Cid real nunca tuvo.


Estatua del Cid en Burgos. La espada en alto.

-Pedro Ojeda: Relativo a la religión, depende de lo que te toque. Si tu reino era cristiano eras cristiano, si era musulmán eras musulmán. La entrada de árabes fue mínima, el componente mayoritario era hispanorromano, no hubo Reconquista.

 -Los de África eran los malos, los andalusíes eran los buenos y Ruy Díaz les perdona la vida.

-En la historia, todo puede ser verdad y no haber ocurrido. Como el rey Arturo en Inglaterra que posiblemente no existió.

-Pedro Ojeda: Hay una construcción de mitos pero los pueblos no construyen ni héroes ni mitos. Se construyen después, como a Suárez en la transición: se le ha mitificado pero la verdad es que a Suárez no lo veía nadie...¿Habéis visto la película El Cid con Charlon Heston y Sofía Loren


El Cid en la pantalla del televisor.


-¿El Cid tenía su "señor natural"?

-Pedro OjedaSegún las normas feudales, tiene "un señor natural". Era una especie de mafia, el que es más fuerte que tú.

-Lo deja bien claro, nunca irá contra el rey Alfonso, a pesar de todo. Es su "señor natural".



-(Pedro Ojeda) Hay gente que antes de leer la novela de Arturo Pérez Reverte sabe que le va a gustar o sabe que no le va a gustar. Sus artículos de prensa y el Twitter han construido un personaje. Cuando tuvo malas ventas, empezó a preocuparse, había bajado mucho el nivel, bajó mucho el nivel, su Trafalgar es infumable. Ahora me he reconciliado con la literatura de A.P.R. Ha recuperado su tono narrativo en las últimas novelas, ha encontrado el tono en la novela de entretenimiento, había perdido al público que busca entretenerse.

Se enfrenta con el Cid, después de escribir Una historia de España. Una de sus obsesiones es la construcción histórica de España, no la del franquismo. Piensa que  todos los gobernantes han sido una porquería y el proyecto de España se debe a los españoles. Es lógico que se encontrase con el Cid porque el Cid está en el inicio del concepto de España. Todo el Cantar de Mio Cid se justifica en los últimos versos:

"Veed qual ondra creçe  al que en buen ora naçió,
quando señoras son sues fijas  de Navarra e de Aragón.
Oy los reyes dEspaña  sos parientes son,
 a todos alcança ondra  por el que en buena naçió."



La honra de los reyes de España viene porque son descendientes de las hijas del Cid. Los reyes descienden del Cid, es un proyecto de unificación de España que ya existía a finales del XII cuando no había España. Fernando III el Santo aspira a ser elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y uno de los documentos que presenta es el Cantar de Mío Cid, alegando que somos descendientes de los godos, una mentira pero que está dentro de esa construcción. El Cantar es importantísimo como construcción legendaria de España: un manuscrito del XIV que copia un texto del XIII, existente en el XII y que será cuestionado en el XIX . Cataluña y el País Vasco  se sienten excluidos de ese proyecto y odian al Cid.


A Pérez Reverte le viene muy bien el Cid, un personaje muy novelesco, más que el de Corral, más fiel a la historia. No ha renunciado a la jura de Santa Gadea ni al engaño a los judíos. Parte de lo legendario: la idea del hombre duro, líder de su gente que duda y su gente le empuja. Al final esa promesa de que va a ir hacia Valencia y empieza a ser consciente de que es leyenda.

He disfrutado, es una novela de aventuras entretenida y muy eficaz, como las que leía a los dieciséis años. La idea del honor y del compañerismo. Compañerismo hasta en la traición, fidelidad a los suyos, a las grandes ideas, asesinos hijos de puta con principios, peligrosos los que no tienen principios...



-Hay mucho de su experiencia en la guerra de Bosnia. Este es un mundo en el que se mueve como pez en el agua.

-Pedro Ojeda: En cuanto a las palabras que os han sorprendido es típico de las novelas históricas de antes, utilizan palabras de la época que dan el tono.

-Al final, el Cid cae con la hermana del rey moro. En la leyenda no está pero le da ese toque humano.

-Un libro decisivo en su vida fue La leyenda del Cid de José  Zorrilla. Lo leyó cuando era niño, en la biblioteca de  su abuela. Es una visión romántica que fue el inicio de su aventura con el Cid. 

-¿De derechas o de izquierdas?

-Pedro Ojeda: Los medios de comunicación juegan a encasillar. Así, todos tenéis la idea de que Juan Manuel de Prada es muy de derechas y no es así. Umbral que era de izquierdas se fue a la buena sociedad de Madrid. A Pérez Reverte se le nota, se relame con lo de Cataluña.

En enero, leeremos La España invertebrada de José Ortega y Gasset. Un liberal conservador que realiza un análisis del problema de España. Frase por frase es lo que vivimos hoy.



Un abrazo para todos los que pasáis por aquí y feliz año 2020 os desea:

María Ángeles Merino

Mi crónica está redactada, como otras veces, siguiendo mis rápidos apuntes tomados en la reunión, con la voluntad de acertar con su espíritu, ya que con la letra, toda la letra, es humanamente imposible. 

lunes, 14 de agosto de 2017

"...en el Cid la leyenda contrabalancea la Historia; al estar en Burgos, nos sentimos zarandeados entre lo ficticio y lo real..."


Aquella tarde de junio me sorprendió la lluvia en la plaza de Santo Domingo y me refugié en la puerta de una de esas tiendas textiles grandonas que uniforman las ciudades: C&A, H&M, es igual. Mientras el agua asaeteaba las baldosas rojas, una niña pequeñita, a mi lado, señalaba divertida : mira, mamá, hace pompitas, el Cid se está duchando con jabón.

Sonreí ante la imaginación de la cría y abrí el libro viejillo que llevaba en el bolso: La cabeza de Castilla. 

Azorín escribía en 1948:

"Burgos erige una estatua al Cid; Burgos se dispone a festejar al Cid..."



Trasteando, en la Burgospedia, descubrí que Burgos se tomó su tiempo para festejarlo:

"Ya en el año 1904 se constituye una comisión al efecto para su realización. Alfonso XIII coloca la primera piedra el año 29 de Agosto de 1905 con motivo de su presencia en la ciudad para observar el eclipse solar. Pese a todo ello la obra se demora hasta el año 1947 en que se vuelve a crear otra nueva comisión para, con motivo del milenario de Castilla, levantar por fin la deseada figura en bronce...La obra fue inaugurada por...Franco, un 23 de Julio de 1955..."

En 1948, todavía no estaba levantada la estatua y Azorín aconsejaba unas lecturas básicas previas:

"Si quisiéramos esculpir al Cid, tendríamos que hacer varias cosas. Comenzaríamos por leer-volver a leer- La España del Cid de don Ramón Menéndez Pidal, ahora en su cuarta edición, corregida y aumentada. Volveríamos a leer el Poema; lo consideraríamos cosa fundamental. Daríamos un repaso ligero a los poetas franceses que han cantado al Cid...".



Comenzaríamos por entrar "pasito" en los sentimientos del héroe castellano:

"Gracias a don Ramón Menéndez Pidal podemos formar idea exacta del Poema del Cid. No deploremos la pérdida, en el único códice, de la primera hoja: entramos de este modo en la obra insólitamente. Sucede como sí, al penetrar pasito en una casa, escucháramos allá dentro llantos lastimeros. El Poema del Cid comienza con lloros; estos lloros son la equivalencia del monólogo de Rodrigo, monólogo hamletiano, en la otra de las dos grandes creaciones poéticas en que el Cid es protagonista: la tragedia de Pierre Corneille."

"Vemos ahora, al salir de Vivar, llorar al Cid, torna la cabeza de cuando en cuando, conforme se aleja, y contempla su casa desguarnecida."

Nos recibe el llanto y el dolor:

"De los sus ojos tan  fuertemente llorando" en el Poema del Cid. "Percé jusques au fond du cœur", "Herido hasta en el fondo del corazón" en Le Cid de Corneille. 



Primer folio del manuscrito del Cantar de mio Cid conservado en la Biblioteca Nacional de España.
https://es.wikipedia.org/wiki/Cantar_de_mio_Cid#/media/File:Cantar_de_mio_Cid_f._1r_(rep).jpg

No será esa actitud la de la estatua ecuestre de Juan Cristóbal González Quesada. Lo esculpirá sobre Babieca, con un ademán firme de partida hacia el destierro:"¡En marcha!". Hay mucho camino por delante, los ojos están secos, ya no se mira hacia atrás. 

A Azorín le gusta también el joven Rodrigo de Corneille, tanto que justifica su "infidencia a Burgos"trocar la "glera" junto al Arlanzón por el arenal de Sevilla:

"El Cid es Burgos: no podemos pensar en el Cid sin pensar en Burgos. No podemos desarraigar el Cid de Burgos...y, sin embargo, un poeta, no español, un gran poeta, lo ha desenraizado. El Cid no mora en Burgos sino en Sevilla...Los poetas crean: Corneille, en su Cid, ha creado..."


No sólo Corneille, también considera a otros poetas franceses que cantaron al Cid y crearon momentos cidianos:

"Nos descubrimos reverentes en la plaza, cuando el Cid ya está a caballo-como en el poema de Ducrocq- y el Cid levanta la mano y nos dice: "Cubríos amigos". Una poderosa energía, cual la del Cid, se desenvuelve con gestos extremosos, con placido continente."

Burgalés o no, todo el que sepa algo del Cid tiene sus imágenes favoritas. Tal vez la del desterrado a quien nadie osa abrir la puerta, salvo "la niña de nuef años"El Cid de la ternura y la compasión mutua, el que se despide de su mujer y sus hijas "commo la uña de la carne"; pero también el que engaña a Raquel y Vidas, prestamistas judíos, con dos cofres llenos de arena en vez de monedas. 


El Cid y doña Jimena en "Figuras de romance". Óleo de Marceliano Santa María. Medalla de honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes, 1934. (Sala de Poridad, Arco de Santa María)

Lo leía en la escuela y no me cuadraba tamaña trapacería; aunque, en la Catedral, se  mostrara, y se muestra, el "Cofre del Cid" , del cual tenían mucho éxito, entre los turistas, unas pequeñas reproducciones. ¡Incluso, en confiterías, con monedas de chocolate! ¡O piedras de río de caramelo! ¡Una travesura la del Rodrigo Díaz de Vivar ! Recuerdo que, en una ocasión, fui testigo de como la madera revelaba, en el interior, su origen :"Sardinas Albo". El artesano reciclaba bien, sin duda.


Cofre del Cid en miniatura, todavía a la venta en las tiendas de "souvenirs"(15 euros)

Ahora recuerdo que, ya en el instituto, me dolía el guerrero cruzado que arengaba a sus mesnadas con un "feridlos, caballeros, por amor del Criador". 


Oscurecía y el Campeador campeaba en la contigua plaza de Mio Cid, entre luces rojas, verdes y amarillas. Ahora, la pequeña preguntaba: ¿El Cid es de verdad? La madre contestaba que si historia, que si leyenda, que si las dos cosas. 

Los niños buscan respuestas contundentes y el gesto de extrañeza de la burgalesita me llevó a mis recuerdos infantiles. En mi colegio, el Cid era tan de verdad como el triángulo divino con el ojo en medio, el "Caudillo" o los Reyes Católicos; sin embargo, oía a mi abuela cordobesa manifestar sus dudas acerca de la existencia real del Cid. Muy por el contrario, mi abuela de Riocerezo, consideraba, no sé si en serio, la posibilidad que fuera nuestro antepasado, dado que Rodrigo era uno de sus apellidos. 



En la puerta del H y M , algunos refugiados del aguacero, optaron por resolver, cada uno a su manera, las dudas de la niña. ¿Quién no sabe del Cid en Burgos?

Uno que en  la Catedral están sus huesos y los de doña Jimena, bajo la hermosísima estrella del cimborrio, el mejor dosel. 


Desde la tumba del Cid

Otro que, a partir de 1808, tras el saqueo de los franceses, se dispersaron los restos por Francia, Alemania, República Checa, Polonia y hasta Rusia.

Sí, añadía otro, y en la Sala de Poridad del Arco de Santa María se muestra el hueso radio. 


Hueso radio del Cid (Arco de Santa María)

Muchos coincidían en  un escéptico "vete tú a saber".

Otro que dejémonos de huesos: es un personaje histórico pero no coincide con el Cid mítico y legendario, ni con el del Cantar de Mío Cid, el mayor de los cantares de gesta españoles. 

Alguien dio la noticia de que, en el llamado Solar del Cid, los arqueólogos han encontrado lo que podría ser su casa. ¿Cómo no va  a ser real? 


A la búsqueda de la casa del Cid

La niña se quedó hecha una lío. Menos mal que dejó de llover y su madre le prometió que, en casa, le explicaría despacio todo eso. 


Los refugiados de la lluvia se marcharon, algunos discutían acaloradamente entre sí. Me quedé sola, abrí La cabeza de Castilla por una página cualquiera y allí Azorín nos daba la clave: 

"El Cid da pábulo a la leyenda; en el Cid la leyenda contrabalancea la Historia; al estar en Burgos, nos sentimos zarandeados entre lo ficticio y lo real, llevados y traídos de la leyenda a la Historia."

Y de la historia a la leyenda. Azorín estaba releyendo "la admirable obra de don Ramón Menéndez Pidal La España del Cid" cuando surgieron en su espíritu , y de ahí viajaron a su pluma, dos leyendas cidianas antiguas y populares, relatos llenos de fantasía de "Dos viejecitos", mendigos de ropa negra y cara blanca: "de ébano y de márfil". La primera, la de la viejecita, se publicó en 1849: Recuerdos de un viaje por España. La segunda, la del viejecito, la contó Víctor Balaguer en su libro En Burgos, en 1895. 

"Una de estas viejecitas de ébano y marfil está a la puerta de Santa Gadea, o Águeda, en Burgos; todos los días se pone allí; no importuna a los fieles con gemidos ni ayes lastimeros; se contenta con mirarles de cierto modo; con mirarles de un modo humilde y cariñoso. Y si el visitante o fiel se muestran liberales, caritativos, la viejecita les cuenta un secreto que ella sabe. Secreto terrible, secreto que, si lo supiera un novelista, podría sacar de él mucho dinero, y no digamos nada de un dramaturgo, éstos sí que saben sacar dinero de todo."

Iglesia de Santa Águeda en Burgos

"¡Felices mortales! Pero sigamos con la viejecita de Burgos; os voy a revelar un secreto, y si podéis sacar de él unas pesetas, mejor que mejor. En Santa Gadea tomó juramento el Cid al rey don Alfonso VI; quiso el Cid que este rey jurara que no había intervenido en el asesinato de su hermano don Sancho. En los viejos romances se habla repetidamente del cerrojo de Santa Gadea; sobre este cerrojo tomó el Cid uno de los juramentos al monarca en entredicho."

Cerrojo actual de la iglesia de Santa Águeda en Burgos
...

"En esta hora plácida de la mañana, en el profundo silencio de la ciudad, la vieja castellana, tan limpia, cuenta al visitante de la iglesia la temerosa historia. Allí, en la misma puerta, está el famoso cerrojo; desde hace siglos, ese cerrojo abre y cierra la puerta. La viejecita baja la voz y echa una mirada alrededor; todas las noches, en la bóveda del templo, se escucha un ruido espantoso; parece como si arrastraran cadenas y si dieran voces coléricas. Se pueden oír esos ruidos extraños, terribles; pero mejor es estar lejos. Además, algunas veces, el propio Cid, el Cid y don Alonso, aparecen junto a la puerta. Sí, son ellos, no cabe dudarlo; son el Cid y Alonso VI, que repiten la escena de las formidables juras; el Cid hace que el rey ponga la mano sobre el cerrojo, y el monarca está tan enfurecido, que sus ojos parece que echan lumbre. Y la viejecita, revelado su secreto, calla y contempla la cara del visitante..."

De la iglesia de Santa Gadea que pudo conocer el Cid no queda nada. La que podéis visitar es del siglo XIV la parte más antigua y tampoco el cerrojo es el del tiempo del legendario juramento: "la antigua pieza se retiró en el año 1500 y, actualmente, recuerda la tradición otro cerrojo de reciente factura, realizado por Ángel Cuevas." Sin embargo, leemos en una una inscripción: "En esta iglesia de Santa Gadea prestó el rey Alfonso VI ante el Cid Campeador su famoso juramento" (Patronato Nacional del Turismo 1933). Estamos en Burgos, tal vez alguien ha oído, en Santa Águeda, espantosos ruidos de cadenas que se arrastran. Y, tal vez, "allá por donde estaba el convento de Fres de Val" , Rodrigo Díaz de Vivar campee la noche de Difuntos con su larga barba:

"Ahora vamos con otro viejecito. Éste, acabo de decirlo, es varón. Cerca de Burgos, allá por donde estaba el convento de Fres de Val, se levanta una colina, a la que se asciende por una suave cuesta. Se llama de los Grillos está subida. Arriba se extiende una meseta anchurosa; es como un paseo desde el cual se divisa un esplendido panorama. Por un lado, Burgos, la noble ciudad; la Cartuja con sus pináculos funerarios, a modo de blandones; las Huelgas entre la fronda del arbolado; por otra parte, los pueblos de Quintanilla, Vivar del Cid, Cercedilla, Villaverde. En la cuesta de los Grillos ocurre todos los años una cosa de maravilla y de espanto; no vayáis a verlo; os asustaríais; sentiríais el escalofrío de la muerte. Lo que pasa en esa cuesta es que la noche del día de Difuntos sube por el declive un caballero montado en su bridón. Lleva una larga barba y brilla a la luz de las estrellas su coraza. Cuando llega a lo alto se pasea por la ancha meseta y se detiene para contemplar la ciudad de Burgos; aunque es de noche, él atisba con claridad la ciudad lejana. Y mira también al pueblecito de Vivar. Allí en Vivar, es donde él ha visto la luz primera. Y ya con esto quedáis enterados de que el caballero es nada menos que Rodrigo Díaz de Vivar, casado con Jimena Gómez."


"
"Se va ensanchando Castilla", cuadro de Marceliano Santa María (Escalera del Ayuntamiento de Burgos)


Azorín confía en la pervivencia de las leyendas: "hoy, seguramente, a los dos viejos de antaño han sucedido otros: uno en la puerta de Santa Gadea y otro en la cuesta de los Grillos. Y en los dos se perpetúa la memoria santa y heroica del Cid. En los dos, que son representación del pueblo, se guarda la venerable memoria..."

¿Viven hoy en día las leyendas? ¿Hay quien las recoge? Creo que existen todavía pacientes recopiladores. Me parece que conozco a alguno...o alguna. Azorín diría que representan "la aristocracia del espíritu".

Zarandeada entre lo ficticio y lo real, la presente entrada me ha llevado más tiempo de lo acostumbrado. Con la ayuda de Azorín, he ido sacando vetas a la figura del Cid. 

Un abrazo de María Ángeles Merino

Textos en rojo tomados de: La cabeza de Castilla, Azorín, editorial Espasa Calpe, colección Austral, segunda edición, 1967.