Pedro Ojeda y una risueña lectora.
Pequeña crónica de nuestra reunión en torno a El doncel de Don Enrique el Doliente, de Mariano José de Larra. Para la lectura colectiva de La Acequia, dirigida por Pedro Ojeda.
Ayer, a las seis de la tarde, nos reunimos los lectores del Club de Lectura presencial, dirigido por Pedro Ojeda. En esta ocasión, lo hicimos al aire libre, en un lugar céntrico pero muy tranquilo: la terraza del Vara Café, junto al Parque del Doctor Vara. Entre tejos, acacias, castaños, chopos, perales silvestres… y mirlos que salen por lo verde y nos hacen la vida suficiente.
Ayer, a las seis de la tarde, nos reunimos los lectores del Club de Lectura presencial, dirigido por Pedro Ojeda. En esta ocasión, lo hicimos al aire libre, en un lugar céntrico pero muy tranquilo: la terraza del Vara Café, junto al Parque del Doctor Vara. Entre tejos, acacias, castaños, chopos, perales silvestres… y mirlos que salen por lo verde y nos hacen la vida suficiente.
Parque del Doctor Vara. Un pequeño jardín botánico.
La idea original era leer algún libro de trovadores y viajar
a la tierra trovadoresca por excelencia: Provenza, en el sur de Francia. No fue
posible dada la coincidencia de las fechas elegidas con el Tour de Francia y se
presentó, como modesta alternativa, ir
a Sigüenza y conocer a su famoso doncel.
No tuvo éxito la propuesta y aquí
estamos, frente a los jardines de la desaparecida Clínica Vara, un oasis en el casco histórico de Burgos. Nos disponemos a comentar la novela de Mariano José
de Larra: El doncel de Don Enrique el Doliente.
Recojo, en mi libro de notas, el diálogo entre los lectores y Pedro Ojeda. Fue más o menos así:
-Comencé a leer y no enlazaba. Llega un momento en que Larra
reconoce que es una escritura desordenada, que no lo tenía suficientemente
trabajado. Me animé, a partir de ahí.
María Ángeles toma notas. Foto cortesía de Carmen Ugarte.
Recojo, en mi libro de notas, el diálogo entre los lectores y Pedro Ojeda. Fue más o menos así:
-Ten en cuenta que lo escribió en dos meses. Me puse a leer el libro y no podía entender por qué me costaba tanto entrar en él. Menudo repaso a la Historia el del primer capítulo, seguido de un canto ecológico a las espesuras arbóreas del Madrid medieval, con osos entre los madroños, en contraste con el yermo espantoso que conocía en 1834. Asisto a una cacería y empiezo a conocer a unos personajes enmarañados como los bosques aquellos. Entre todos destaca Elvira, lectora y enamorada. El mundo de las mujeres me recuerda a los tebeos de hadas y princesas de mi niñez. Aparece el trovador y vamos sabiendo de qué va la historia. El ritmo es lento, todo está muy liado y llega a aburrirme. Es una Edad Media de cartón piedra, me parece el XIX más que el XV. Me gusta que haya guiños al Quijote en una página sí y en otra también. El rapto de doña María, la acusación de Elvira al malvado Villena, se va a celebrar un “juicio de Dios”...La historia va cogiendo ritmo, van a asaltar la fortaleza que tantos secretos esconde. Todo toma un aire de Capitán Trueno, haz que gane el bueno, con forzudo y perro incluido. Disfraces de fraile, qué tontos los malos, porrazos, espada va, espada viene, el ritmo se hace trepidante. Se lee mucho mejor la segunda mitad del libro. ¿Las historias románticas terminan bien o terminan mal?
-No me ha dado tiempo, pero me está encantando. Está escrito genial.
-Lo encontraba divertido, me ha gustado no me ha parecido del siglo XIX, me ha enganchado. Me ha parecido del XV.
-El problema de Larra es que, centrado en los artículos de costumbres, la dimensión de la novela le ha sobrepasado. Ha mezclado mucho de su biografía, Elvira es Dolores Armijo, la amante de Larra. Un batiburrillo. En los artículos de costumbres es brillantísimo, te lleva a una época difusa y confusa. El primer capítulo es algo que a muchos lectores les sobra. El libro está bien, pero resulta folletinesco, una faceta más de Larra.
-Un coñazo. El primer capítulo, el de Historia, el mejor. La historia no se tiene, el lenguaje es muy lento y los relatos largos.
-En los artículos costumbristas habla como un viejo y eso sorprende sabiendo que no llegó a cumplir los veintiocho años. ¿Por qué?
-Pedro responde: En los artículos costumbristas es así, habla con la voz de unos personajes que ha construido. Se esperaba la voz de la experiencia…
-Y, sin embargo, hay quien afirma que sobra el último capítulo. (G. Bellini)
-El libro no va sobre el doncel.
-Es muy posesivo, un romanticismo exaltado.
-Demasiado rosa, folletinesco.
-El amor que mata, es verdad en algunos casos. Lo sé porque lo he visto en una persona cercana. Si no mata, puede causar un grave deterioro físico.
-Novela que ha tenido mucho éxito. Fue el regalo de Letizia a Felipe.
-Larra lo escribe a los veinticuatro años, es un crío, lo escribe muy deprisa. El había escrito "Macías" que iba a ser el primer drama histórico estrenado en Madrid. Se lo censuraron por motivos políticos. Esperaba a que "palmara" Fernando VII. Martínez de la Rosa se le adelantó y consiguió estrenar el primer drama histórico. Era presidente del Gobierno...
-Todo eso ya está en Cervantes: la lectura abre horizontes. La novela, en frío, es un coñazo. Como lector me pregunto qué me ha dicho.
Larra usa recursos de la literatura popular que arrastra a un público determinado. El primer capítulo es una exigencia de la gente que le pide Historia.
Mujer romántica
-Todo eso ya está en Cervantes: la lectura abre horizontes. La novela, en frío, es un coñazo. Como lector me pregunto qué me ha dicho.
Larra usa recursos de la literatura popular que arrastra a un público determinado. El primer capítulo es una exigencia de la gente que le pide Historia.
-Con ayuda de una persona más documentada que yo, pillé la fuente que siguió Larra para hablarnos de los hechos del pasado: la Historia de España del Padre Mariana. ¡Que estaba escrita en el siglo XVII!
-¿Por qué íbamos a visitar Provenza? El Languedoc, era la única zona donde la mujer medieval pudo tener independencia como individuo. Los trovadores del norte de la Península Ibérica escribían al principio en provenzal, después lo hicieron en catalán y en gallego. Los poetas castellanos escribieron también en gallego, como Alfonso X el Sabio que utilizó el gallego como lengua poética.
Larra explica la situación del XIX, a través del XV. El pasado para el presente.
-Terminamos la lectura, hablando de futuras lecturas: Unamuno, Novelas Ejemplares, Cartas Marruecas de Cadalso, Lobato...Y algún viajecillo. Hace un poco de frío, nos despedimos deseándonos un buen verano.
Un abrazo de María Ángeles Merino
Larra explica la situación del XIX, a través del XV. El pasado para el presente.
-Terminamos la lectura, hablando de futuras lecturas: Unamuno, Novelas Ejemplares, Cartas Marruecas de Cadalso, Lobato...Y algún viajecillo. Hace un poco de frío, nos despedimos deseándonos un buen verano.
Un abrazo de María Ángeles Merino
¡Feliz verano!