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martes, 14 de marzo de 2017

Pequeña crónica de nuestra reunión en torno a Patria: una polifonía de voces.



Pequeña crónica de nuestra reunión en torno a la novela Patria de Fernando Aramburu. Para la lectura colectiva de La Acequia, dirigida por Pedro Ojeda.

El pasado viernes, 10 de marzo de 2017, a las cinco y media de la tarde, los del Club de Lectura presencial nos encontrábamos en la Sala de Reuniones 119 de la Facultad de Humanidades y Comunicación, de la Universidad de Burgos. Teníamos por delante el comentario de la novela Patria de Fernando Aramburu. Tras algunas novedades en relación con nuestras próximas lecturas, escuchamos a Pedro Ojeda y a los lectores:

Una lectora que no ha podido asistir ha dejado su opinión: esta novela es la que más le ha gustado.

-Empezamos:

Patria es la novela de mayor éxito en la literatura española. Es muy vendida.

-¿Por qué edición va?

-No os fieis de la edición. Tiene un éxito.



A ver opiniones. Os recuerdo que Aramburu está muy contento con nuestro Club de Lectura.

-Me identifico con la obra: es lo que viví, los lugares ficticios que me parece conocer, el ambiente de un pueblo guipuzcoano en los ochenta, las consignas en euskera en las paredes, el cuartel, el silencio, las palabras que no se pronuncian, de dónde eres, no eres de aquí, qué maravilla el euskera, joya lingüística, milagro de supervivencia, pero la madre que parió al euskera...tuve que irme, pensé que iba a acabar de maestra sustituta muda, a pesar de haber ganado la oposición. Me pregunto cómo ven Patria en Euskadi.

-Mal, lo ven muy mal.

-Es muy objetivo. Refleja muy bien lo que ha pasado. Sin embargo, no analiza el papel del PNV, no se ha querido implicar.

-El PNV no es un partido como los demás, es algo que acompaña desde el nacimiento a la muerte: bautizo en el batzoki y aurresku delante del ataúd.


Arzalluz durante un acto de EGI (organización juvenil del PNV).

-Está muy bien escrito.

-El resumen es que se puede escribir pero la sociedad vasca no cambia. El autor no nos tiene que convencer a nosotros, a los vascos sí.

-Todavía no se atreven a hablar. 

-Silencio. ¿Miedo?

-Nueve mil libros y no tiene solución.

-La política vasca ha tomado ahora otra postura más inteligente que la de los catalanes. Autodeterminación por otro camino.

-Fuimos a un funeral en San Sebastián, precioso, con Orfeón Donostiarra, pero no entendimos nada, todo en euskera.

-Después de leer el libro, yo destacaría "a los que el libro les ha entusiasmado y son capaces de decirlo".

-Gente que ha trabajado en el País Vasco, gente que no se ha callado en la vida.

-¿Qué pintas aquí?

-Ha habido gente con un par.

-Miedo.

-Destinada como funcionaria en la Policia de Bilbao, me dejaron de hablar unas primas que vivían allí.

-Bilbao, Vitoria, San Sebastián, son ciudades muy distintas. Lo han leído.

-Retrata el carácter y el problema del País Vasco.


Los libreros dejan también su comentario en Patria.

-Es durísimo, tristísimo. El chico en la cárcel, la muerte en atentado de un amigo...

-Sacralización del paisaje. El que desentona con el paisaje. El Txato es vasco, da trabajo, da dinero para las fiestas, cómo le van a matar a él.

-Los cerebros de ETA no son cualquiera, gente de ETA de corbata y maletín, apoyados por industriales con dinero.

-Los industriales apoyan porque tienen miedo. Prefirieron pagar. Recuerdo el secuestro del nieto de Patricio Echeverría, pagaron ciento cincuenta millones de pesetas y lo liberaron en una semana, el Gobierno no lo impidió.

-Nadie como ellos conoce el monte, era su escondite.

-El campo daba miedo. Yo no paseaba por el campo cuando viví allí, sólo llegaba hasta las huertas...como la de Joxian.

-En el 52 estuve en una casa cerca de Mondragón donde se alternaba euskera y castellano. Toda la familia se juntaba para oír la radio...¿La Pirenaica?

-¿El primer atentado? Creo que fue en el 67, Melitón Manzanas.







-Te nombraban el Juicio de Burgos como si tú tuvieras algo que ver por ser de Burgos.


-Contaba que la novela tiene un éxito porque toca cosas que todos hemos vivido y lo toca de una forma que no se había hecho hasta ahora. Dicen que le falta esto, le falta lo otro, Aramburu ha renunciado a la novela política, la que está por escribir. La visión del terrorista está ya contada, el nacionalismo retrató al gudari de una manera romántica.
Si recordamos los asesinatos, todos recordamos dónde estábamos cuando ocurrieron.

-Yoyes, Miguel Ángel Blanco...

-Para hacer reflexionar a la gente del País Vasco.


-El Estado no supo zanjar el problema.

-Patria busca un abrazo final, una especie de catarsis de emociones, de sentimientos. Sólo dos personajes son negativos: el cura y el de la herriko taberna. La madre dignifica a su hijo terrorista en un contexto en el que le dicen que es un héroe. 

-El papel de la mujer vasca, el matriarcado. En vez de Patria se podía llamar Matria.

-Patria no es objetiva, tiene una visión y un final en el que es posible la reconciliación, un abrazo de Vergara. 


-Ante una bandera española, por mínima que sea, te ponen a parir. El año pasado, en los toros, en Vitoria...

-¿Llevar en la mano el ABC? Es como llevar una bandera española.


-Lo mismo pasaba con El País. 


-No hay lucha armada, se han vendido muchos libros; pero el cáncer es muy fuerte, sigue habiendo silencio.


-La Iglesia ha pasado a otro plano, no tiene ese protagonismo. Los seminarios fueron caldo de cultivo. 


-Difícil de erradicar.


-Singularidad de la Iglesia Vasca. En Euzkadi los curas, en la guerra civil, estuvieron en el bando republicano.


-Según algunos historiadores, es la continuación de la guerra carlista.


-¿Hubiera existido el nacionalismo vasco sin Sabino Arana?


-Se atribuye el nacimiento del nacionalismo vasco a Arana; pero Arana no inventó nada sino que dio forma, un contexto ideológico, a lo que se estaba gestando. En  el siglo XIX, se construye también el nacionalismo español, había que fomentar que la gente se apuntara a una guerra. Dentro de un fenómeno global, se produce una mitificación: el euskera, la raza, un caldo de cultivo en el que se fomenta que tú eres diferente. El famoso RH negativo de los vascos: los niños se les morían cuando una vasca se casaba con uno de fuera, se pensaba en una maldición bíblica porque se desconocían los grupos sanguíneos.



La novela tiene un andamiaje que no es original. Lo especial es el ámbito íntimo: la familia que quiere ir a la reconciliación. Se construye desde la gente normal, tiene la inteligencia de abrir el panorama: problemas con los hijos, enfermedades, accidentes, divorcios, se inunda la huerta...Que no sea sólo el terrorismo. Relata el ambiente opresivo, acoso laboral y social que empuja en una sola dirección.

-¿Cómo está escrito este libro? Hay gente que le ha parecido muy flojo.

El andamiaje es el flash back, los recuerdos, algo que está hecho desde Cervantes. Recuerdos vistos desde el perspectivismo, desde un abanico de perspectivas para una reconciliación final. Los lectores nos sentimos más próximos a unos personajes que otros, pero si nos limitamos a una perspectiva no podemos llegar a esa reconciliación final, no podemos comprender lo que ha pasado. 

La sociedad sólo puede salir adelante si acepta esas polifonías de voces, no se puede construir la sociedad desde una sola perspectiva. Aramburu ha cogido una estructura de voces, incluida la más lejana a la nuestra. Es como se puede seguir adelante. El problema es el reduccionismo. Es una lección para España donde no aceptamos al otro, estamos todo el día encabronados. En Patria vemos evolucionar a los personajes y la evolución más marcada es la del etarra. 


-Y eso arrastra a todos.




-Aramburu estaría muy contento si nos aplicáramos en que la sociedad es una polifonía de voces. 


Aplíquémonos en que la sociedad es una polifonía de voces y pasemos a A sangre y fuego de Manuel Chaves Nogales, once relatos en torno a  la Guerra Civil, en una sociedad que no admitió la polifonía de voces y luchó a sangre y fuego porque sólo quedara una voz. Mi madre que vivió aquel tiempo ya dialogó un poco con ese autor.



Una vez acabada la reunión lectora, a las 19 horas, nos esperaba la proyección del ballet "El sombrero de tres picos", comentado por Pedro Ojeda y María López, profesora de Ballet Clásico del Conservatorio Superior de Danza "María Ávila". Prometo dedicarle una entrada en este blog, bien lo merece. Una tarde completa: Fernando Aramburu, Pedro Antonio de Alorcón, Manuel de Falla y hasta Picasso.

Un abrazo de María Ángeles Merino 



jueves, 2 de marzo de 2017

Patria: "Te estás equivocando y eso no me gusta"


Comentario en torno a la novela Patria, de Fernando Aramburu, para la lectura colectiva de La Acequia, dirigida por Pedro Ojeda.


Llueve y aquí estoy de nuevo con el libro de la lluvia en el cristal que desdibuja una silueta negra con paraguas rojo. Es martes de Carnaval, el de la ventana gotea también. Mejor quedarse en casa releyendo y comentando Patria, no mires más las ramas de los tilos que las tijeras municipales cortaron sin piedad. Llegará la primavera y arreglará el desaguisado. Mientras tanto, el geranio abre también su paraguas. 

-Y tú abre el libro por donde quieras. A la vista de las anteriores entradas, no te conformarás con releer y comentar un poco de la novela sino que añadirás algún recuerdo personal. 

-¡Austri! No sabía que estabas ahí. Sí, es el poder de Patria. ¿Me das alguna idea?

-¿Por qué no le escribes a Gorka? Sé que te gusta el personaje. 

-¡Buena idea! Pero nos turnamos y lo hacemos entre las dos. Yo empezaría:

Kaixo Gorka!

Te felicito por amar tu tierra y tu cultura, sin dejarte arrastrar. No lo tienes  fácil. 
Ganas un premio de poesía en euskera, convocado por la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa y ello, en lugar de acercarte a los tuyos, va a hacer más evidente tu alejamiento. Diez mil pesetas por tu poema "Mendiko ahotsa" y una entrevista con foto para "El Diario Vasco". Los demás periódicos dan también la noticia. Quién más se alegra de tu triunfo, modesto pero triunfo, fue Joxian, tu aita. Los amigos bromean, de como siendo tú un tarugo salga aquella eminencia de chaval. ¿Los genes? Serán los de tu mujer.¿De esa? ¡Bah! El porrón lo paga de su bolsillo. 


-Joxian vive la apoteosis cuando el patrón en persona le da la enhorabuena junto al mismo horno de fundición y él se ha de quitar el guante renegrido para estrechar aquella mano blanca y poderosa, con reloj de marca. 

-Tu ama, apenas deja entrever la satisfacción, inflada como una esponja llena de líquido. Llegas a casa y ella te transmite las enhorabuenas de tal y de cual. ¿Al escritor? Más bien al de las diez mil pesetas y la foto en el periódico. Miren siente en todo su cuerpo "una callada contracción de gusto", un placer que tiene no poco de resarcimiento. Piensa que ya es hora de que también os envidien. 

-Arantxa, tu hermana, te aconseja, por teléfono, que tengas cuidado. Por supuesto que se alegra, mucho, aúpa campeón, siempre ha creído en ti. Pero te dice que no te expongas demasiado, que lo mejor es que escribas tus cosas y no dejes que nadie se aproveche de tu talento. Te hace ver que nadie se ha interesado por el poema, que ninguno lo ha leído. A nadie le importa la voz de la montaña.

-Ahora comienzas a entender y recuerdas su advertencia mientras vas a la iglesia porque tu madre te dijo que don Serapio quería darte la enhorabuena. Vas encogido y tímido. Nunca antes habías estado a solas con el cura, te rascas la nariz para huir de su pestilente halitosis y escuchas su discurso sibilino, en euskera pulcro y añejo de seminario. 

-El pueblo vasco, aventurero, valiente y piadoso."Hemos" trabajado madera, piedra y hierro, "hemos" andado por todos los mares pero "hemos" prestado poca atención a las letras. ¡La voz del pueblo vasco es don Serapio! Dios te ha concedido talento y vocación y te pide, en su nombre, que "pongas tus capacidades al servicio de nuestro pueblo". Los jóvenes sois la salvaguardia de nuestra lengua y el euskera necesita apoyarse en una literatura propia, con grandes escritores que lleven el idioma a su máximo esplendor. Un Cervantes en euskera, eso sí sería maravilloso. Es una misión muy hermosa, una responsabilidad. 



-¿A dónde va  a parar el cura? ¿Misión sagrada? ¿Elegido? Te parece raro que no te haya preguntado por Joxe Mari, que no te reproche que vas poco a misa, que no haya mostrado interés por tu poema. Te acuerdas de lo que te dijo Arantxa por teléfono.

Días después, ya nadie te habla del premio ni tu madre te viene con la lista de felicitadores. Conque tranquilidad, o eso es lo que crees. Menos mal,  ya estás harto de enhorabuenas y bromas, palmadas sinceras o de pitorreo. Y, por encima de todo, estás harto de tu poema que, de pronto, en la soledad de tu cuarto, te parece flojo. 

-Ya no te molestan y entras un sábado por la tarde en la Arrano Taberna. Cada vez te desagrada más la foto de tu hermano gudari preso en carcel española y que te pregunten por él. Odias el humo, el ruido, el olor, los vasos mal lavados, a veces con restos de pintalabios. Pero los amigos arrastran y vas, que si no vas, se nota. Y si se nota, malo.


-Te toca ir a la barra a buscar los vasos para la cuadrilla, una nueva ronda de calimochos. Patxi, al otro lado, te clava una mirada dura, se inclina sobre ti y sentencia:

"Te estás equivocando y eso no me gusta"

Te quedas paralizado y te da miedo enfrentarte a los ojos del tabernero. Preguntas qué pasa, pues. La respuesta te deja helado:

"Que sea la última vez que hablas para un periódico fascista y que aceptas dinero de una entidad bancaria explotadora de los trabajadores. Lo primero ya no tiene solución. Espero que no se repita. Lo segundo se puede arreglar. ¿Sabes qué es esto?"


¡Y eso que no era El País! Delante de tu cara asustada te planta sobre la barra húmeda la hucha de los presos y te indica.

"Aquí caben exactamente diez mil pesetas."

-Estás sentenciado, Gorka. Como dices : "O me voy del pueblo o sigo los pasos de Joxe Mari". 

Pides a tu hermana alojamiento unos días en su casa de Rentería, con su marido Guillermo. Sólo tienen una cama, la suya, pero no te importa acostarte con una manta y una toalla. Arantxa te pregunta si vienes escapando de la policia. No. "¿La cuadrilla entonces? La cuadrilla y alguno más"

-No hay más alternativa, te presionan, les pareces blando, dicen que los libros te están comiendo el coco y se ríen de ti. Te llaman Kartujo y lo peor es que te obligan a hacer cosas con las que estás en desacuerdo. No tienes a ningún amigo con quien puedas sincerarte. "Y lo de anoche ha sido la gota que colma el vaso".

¡Lo de anoche! Cuentas que tu amigo Peio te susurró que guardaba cuatro cócteles molotov en un escondite. Guille te pregunta que quién es Peio. Contestas que uno de la cuadrilla que cada día es más radical. Arantxa agrega detalles, que su padre, ya muerto, era el borracho mayor del pueblo.

Por lo visto, Patxi había dejado a Peio llevarse unas botellas vacías. El chaval consiguió la gasolina, sacándola con una sonda de coches y camiones. Hizo los cócteles, es muy fácil, dices. Peio agregó aceite de motor para que el fuego fuera más pegajoso. Estuvo practicando a solas en la cantera. Dices que tiene mucha fascinación por las armas y la lucha, que acabará en ETA.

-Peio propone una "ekintza" para cuando oscurezca. No se le ocurre el objetivo y pregunta, a Juancar y a ti, quién tiene una idea. La Casa del Pueblo muestra las quemaduras de la última vez, el "batzoki" no, que es donde el padre de Juancar juega al mus. Callas, esto se está poniendo feo de verdad, ves a tus dos amigos con las pupilas brillantes del alcohol. A Peio le gustaría tener bronca con los cipayos y asar a dos o tres. Hablan de pegar fuego a algún enemigo de Euskal Herria. 

Cóctel molotov (Astekari digitala)

-De tanto hablar y gesticular toda la taberna está al corriente y Patxi os sugiere que os vayáis a dar un paseo, porque en la Arrano él no quiere problemas. ¡Qué hipócrita! En esto, como de pasada, os insinúa y os dice sin decir "por aquí hay uno que tiene camiones". 

Peio y Juancar enseguida saben que Patxi está señalando al Txato. Tú estás más pendiente de largarte que de otra cosa y tardas más. Arantxa explica a su marido quién es el Txato. Es el  de la empresa de transportes, uno que no se arruga ante las amenazas de ETA, no paga el impuesto revolucionario o no paga los suficiente, no sabe. Le han montado una campaña de acoso para aminarlo y tiene a toda la gente del pueblo en su contra. 

-Es un buen hombre. Como dice tu hermana, para tu padre es un hermano y para vosotros casi como un tío. Ahora no os habláis con él ni con su familia, aunque no os ha hecho nada. "Este es un país de locos". 

Te sientes acorralado por Juancar y Peio. Que no, que te tienes que ir, te insisten, como mucho es una hora. El plan es sencillo: "tirar los cuatro cócteles, vuelta al pueblo y tú a los putos libros". Patxi mete el cucharón, qué hostias pasa, Kartujo que no viene, es un rajado, parece mentira que sea hermano de Joxe Mari. 

-Patxi se vuelve hacia ti y : "Mira chaval, en un grupo, cuando uno conoce el plan de acción, sigue hasta el final y no traiciona". Te han relacionado con "traicionar" y de ahí a chivato hay muy poco. El sinvergüenza del tabernero os insta a que os vayáis a rematar la faena: "hospa de aquí los tres". Si os portáis bien, igual os perdona las consumiciones, el premio para unos aprendices de gudaris. 

Te sientes corroído de vergüenza, "como un muñeco despreciable" y te horroriza que noten tu tristeza. Te recriminan con el argumento de Patxi y tú: "bien, ya vale, vamos". Os vais a buscar las botellas incendiarias. Ellos achispados: "gora ETA, amnistia osoa y demás".

-Es hora oscura, pero todavía con una franja morada. Acordáis lanzar cada uno un cóctel, Peio dos. La verja está cerrada y es demasiado alta. Mala suerte sólo hay dos camiones, joder qué lejos, es imposible acertar desde fuera de la explanada y no veis por dónde vais. Peio, impaciente, lanza el primero muy alto, estalla en el asfalto, ahora el resplandor permite ver mejor el camión. Te dicen que te toca a ti, tienes claro que al camión no le das. ¡Si Peio también había fallado!

Y de repente, mientras encendéis el trapo, se oye una voz gritar: cabrooones, cabrooones. Un tiro, el Txato que se acerca corriendo, otro tiro, tiene una pistola. Echáis a correr, lleváis la cara al descubierto pero está muy oscuro. No os sigue, se queda a apagar el fuego. Para ti que si quiere os deja secos a los tres. No has podido dormir en toda la noche, llevas horas andando de un lado para otro y agradeces que Guillermo y Arantxa te dejen estar en su casa de Rentería unos días. Luego ya verás la manera de marcharte del pueblo. Como sigas allí, tienes claro que terminas como Joxe Mari. Llamas a casa y le cuentas a los aitás...no puedes contar lo de ayer, dices que te quieren pegar o algo así. 

-Encuentras refugio en la soledad, te distancias de los amigos, estudias, lees, escribes versos y relatos. Es tu "Movimiento de Liberación Personal". Veintiún años y aún en la casa familiar. Tu padre te cree raro y se apena. Asistes a presentaciones de libros, mesas redondas, te arrimas a otros escritores y conoces a unos cuantos. No vas a la biblioteca del pueblo, pasas las tardes en la Biblioteca Municipal de la Parte Vieja de San Sebastián. No te puedes desasir del pueblo mientras vivas con tus padres, te ejercitas en el escaqueo, en el disimulo. En las manifestaciones de asistencia inexcusable te colocas en lugares estratégicos para darte el piro en el momento oportuno.

A menudo te ausentas del pueblo y te instalas en el piso de Arantxa, para despegarte de la cuadrilla. Allí no estás de parásito, les echas una mano en lo que puedes. Limpias, pintas o intentas enseñarle euskera a tu cuñado, un negado, tarea imposible. 

-La suerte se tropieza contigo un día. Encuentras trabajo de dependiente en una librería de San Sebastián, no bien pagado, pero de tu gusto. Te permite perder de vista a diario el pueblo sin tener que dar explicaciones, todo el mundo sabe a dónde te diriges cada mañana al montar en el autobús. 

Por los tiempos en que eres librero, publicas reseñas de libros en euskera, alguna pieza literaria breve en revistas y, de forma esporádica, artículos de asunto cultural en el Egin. Publicar en el Egin te sirve de salvaconducto en el pueblo. 


-El euskera se convierte en tu principal fuente de ingresos, tienes para ir tirando. Haces de todo: folletos, pequeñas traducciones, incluso un librito para niños. El editor, a última hora, te lo cambió de título, te lo dejó en Piraten itsasontzi urdina. Te deja un sabor agrío aquella injerencia en tu obra. ¡Ya eres todo un escritor! 

Arantxa te anima a escribir para niños, así te dejarán tranquilo, ay de ti si te metes en "líos de la tierra". La buena suerte se encariña contigo y se cumple tu sueño de abandonar para siempre tu pueblo natal. Una tarde conoces a Ramuntxo que se queda anonadado de tu buen euskera. Congeniáis y dos meses más tarde te instalas con él en Bilbao. La idea inicial es que trabajes como secretario, también como redactor de textos radiofónicos. ¡Porque Ramuntxo trabaja en una emisora de radio! Te pone a vivir con él en su piso, te asigna un dormitorio y un despacho. Te paga bastante más que los de la librería y te prohibe escribir para Egin. 



-Compones textos tan hermosos, tan profundos y bien escritos que Ramuntxo te incorpora a la emisora...y a su vida. Lees de maravilla, te expresas con fluidez, tienes un dominio enorme del idioma y una buena voz. Pasas a hablar al micrófono, te gusta horrores el trabajo, sobre todo entrevistar a los buenos escritores. Tienes para ti solo un programa de media hora de literatura vasca, todos los días, salvo sábados y domingos. Eres feliz por fin. No te estás equivocando y me gusta. 

Nos despedimos del personaje Gorka y ahora, María Ángeles, cuenta tus recuerdos personales, esos que reviven al leer Patria. 

-Ahora me doy cuenta de que Gorka es un chico de la EGB, que pudo ser contemporáneo de mis niños de Legazpi. A través de las redes sociales he sabido de algunos de ellos. Estudiaron más que sus padres y los estudios medios y universitarios dejaron de ser algo "para ricos". Los hay de todos los oficios y profesiones, hay quien trabaja en la misma fábrica que el aita y la cocina es algo muy serio en aquellas tierras. Lo importante es que sean felices, como lo fueron en su niñez, así me lo parecía y así me lo expresó uno de ellos: "lo pasábamos muy bien jugando en la calle, en Urtaza, en Lau Bide". En su adolescencia, tal vez algunos fueran arrastrados por Patxi o Peio y participaran en la kale borroka. Si alguno acabó en ETA, no me consta. De Juana Chaos, natural de Legazpi, uno de los más sanguinarios, era de un tiempo anterior. Alguien me comentó que ya estaba algo zumbado aquel niño, hijo del médico que vivía junto al cuartel de la Guardia Civil. De niño jugaría con los hijos de los guardias, seguro. 


Muchos volvieron con sus padres a tierras burgalesas, navarras o extremeñas. En Legazpia el que no era de la zona de Villahoz era de Fustiñana o del Valle de la Serena. Me costaría creer que alguno de mis alumnos vascos vascos, los caseritos que venían en autobús desde Brínkola, hubieran dado en gente violenta. Eran unos niños encantadores y muy tranquilos, debía ser el efecto de vivir en el campo. 

Pasan los años y yo sigo en un colegio que ya no es el mismo. Muchos compañeros se han marchado fuera de Euskadi.  El euskera, joya lingüística, milagro de supervivencia, es usado para fines bastardos, uno de ellos el quítate tú que me pongo yo. Afortunadamente, hay muchos vascos reales, como el ficticio Gorka, que aman su pueblo y su cultura pero no la utilizan como bofetada política. Mas la mala suerte quiso que fueran los Peios y no los Gorkas... ¡Y aquello fue la guerra civil! 

Mis alumnos son ahora los mayores, los de los últimos cursos de EGB. Se considera  mejor para la euskaldunización de los pequeños que sus maestros sean todos euskaldunes, el euskera ya no es solo una asignatura. Del plan A pasaron al plan B y del B al D porque no hay C. Me adjudican buena parte de las clases de lengua española, han decidido que sea yo la que pelee con tildes, determinantes y escritos de importantes escritores. Una especialidad que voy adquiriendo con la práctica, haciendo de la necesidad virtud. 

Porque yo oposité por Ciencias Sociales en 1982 y tuve un momento tonto cura Serapio, ay, en mi exposición oral del tema "La expansión atlántica". Me explico. Yo hablaba de los viajes de Colón y demás, con su enfoque pedagógico. Me pareció necesario precisar, por si las moscas y el tribunal del PNV, que había que evitar los triunfalismos. Un poco más y digo "españolismos". ¡Ay María Ángeles, María Ángeles, que eso no lo dirías si te examinaras en Burgos! Por lo demás: "El nuestro ha sido un pueblo emprendedor y aventurero...hemos andado por todos los mares". 



Un gran pueblo que ha tenido mala suerte y al que yo deseo, de corazón, lo mejor. Me alegré mucho cuando empezaron a reírse de sí  mismos en programas como "Vaya semanita". Me pareció una buena señal. Más tarde fueron los "Siete apellidos vascos" y demás. 

Bueno, Austri, no hemos dicho quién mató al Txato. Lo dejamos para la reunión de la lectura presencial. Gracias a Fernando Aramburu por su mensaje, en Facebook:

"Muchas gracias, María Ángeles, por tu esfuerzo certero y hermoso. Un abrazo"

Un esfuerzo que mereció la pena si un buen escritor lo llama "certero y hermoso".
Un abrazo de María Ángeles Merino y de Austri.

jueves, 23 de febrero de 2017

Patria: "Si le hubiera cortado las alas"


Comentario en torno a la novela Patria, de Fernando Aramburu, para la lectura colectiva de La Acequia, dirigida por Pedro Ojeda.

La relectura de algunos capítulos de Patria me habían dejado nostálgica y no acertaba con la entrada. Busqué, en la estantería, un viejo libro sobre Legazpi, el pueblo guipuzcoano donde viví doce años . ¡Y mi amiga Austri, la compañera de lecturas, estaba allí! 

-¡Hola Austri! No te había visto entrar. ¿Quién te ha abierto la puerta?

-¡Hola María Ángeles! Ya sabes que donde puedas entrar tú, entro yo. Te he visto melancólica, sin saber qué escribir y aquí estoy para ayudarte. No hace falta que hables de lo que pasa en Patria. Háblame de recuerdos y encontrarás el camino, ya verás. Si te parece, escuchamos primero Txoria txori.  



La música ha atizado mi memoria. 

¿No habrás pedido plaza de maestra en el País Vasco? No, mamá, que va, qué va. ¿La carta? No la eché, a quién se le ocurre.

¿Que te vas a trabajar al País Vasco? Sí, es una sustitución por maternidad, en Villafranca de Ordizia. Firmé un contrato en la Delegación de Educación de la Plaza Lasala, en el corazón de la Parte Vieja, un lugar donde se respiraba "el conflicto". Me llevó mi padre y el hombre tuvo la ingenuidad de preguntar, en Ordizia, por la Carretera "Nacional". Terminamos en el puerto de Orduña, en Vizcaya, antes de encontrar el camino a Burgos. Visitamos las tres provincias, en una singular vuelta a Euskadi. El lunes comienzo.



¿No te da miedo? ¿No es en ese pueblo donde tienen la partida de nacimiento muchos etarras? Aquello es la guerra, no vayas. Yo que tú no aparecía por allí. ¡Era lo que te decían!

"...de esa guerra que sólo existe en sus cabezas" (Página 367)

Sólo era por un mes, fueron doce años. Nunca llegó a peligrar físicamente mi vida, el miedo era de otra clase.

En 1979, nada más llegar, supe qué cosa era una huelga general. ¿Cómo? ¿Que no abren nada? ¿Que no hay escuela? ¿Que no funcionan los transportes? ¿Que hay manifestaciones y pelotas de goma que no son de las de jugar? ¿Por qué? Porque una bala de la guardia civil mató a una pacífica y ecologista programadora informática llamada Gladys del Estal, en una manifestación antinuclear.

"Conque huelga general. Moderado seguimiento en las ciudades. En los pueblos no hay escapatoria. Parón completo (tiendas, bares, talleres) o atente a las consecuencias". (Página 214). 

En los años ochenta, viví algunas huelgas generales, en Legazpi. No había escapatoria. 

"Había sido asesinado en un hotel de Madrid, a la hora de la cena, el diputado electo de Herri Batasuna Iosu Muguruza, de treinta y un años." (Página 214).



En 1980, tuvieron lugar las primeras elecciones al Parlamento Vasco. Se anunció un mitin del PNV en Legazpia y allí estaba yo, con mis compañeras de piso, todas de Burgos, a ver qué era eso. ¡Curiosonas! Pensábamos sentarnos en la última fila pero, en cuanto nos vieron aparecer los que dirigían aquello, mira tú unas chiquitas jóvenes, nos condujeron a la primera línea de mitin. Tuvimos que aplaudir, o hacer como que aplaudíamos, a una señora muy trajeada que presumía de su abuela muerta a los noventa y tantos o cien años, sin saber una palabra de castellano. ¡Qué mérito el de la amona! Nos mirábamos con una sonrisilla y vuelta a la carga: el dinero de Euskadi que se lo quedaba Madrid, a los de Burgos que nos registren. Y, para terminar, la peneuvista dama dijo algo sensato: que deseaba una Euzkadi como Suecia y no como la Unión Soviética. ¡Quién no!

"Aquí aprende euskera todo Cristo y no hay más que hablar" (Página 172).



En 1981, viví un particular 23 F. Mientras Tejero entraba en las Cortes, yo asistía a una asamblea de maestros interinos en huelga, en Hernani. Alguien proclamó que si los maestros no hablábamos euskera sería el pueblo vasco el que nos echaría. En el camino de vuelta, con la boca amarga, mis tres compañeras y yo, merendamos un chocolate con noticia de golpe de estado, ya no importaba la estabilidad laboral. Todavía nos quedaba una reunión con los padres de los niños, que nos pusieron de vuelta y media por haber hecho huelga. ¡A quién se le ocurre! Terminé aquel día con muy mal cuerpo por la suma de lo de Hernani, lo de los padres y lo del golpe de estado. Al día siguiente, a la escuela, una compañera iba a clase con un televisor bajo el brazo.




Poco después, estuve enferma y mi madre me acompañó a Tolosa donde me hicieron un análisis de sangre. A la vuelta, en la estación, anunciaban que el tren estaba detenido "por amenaza de bomba". ¡Bomba! Mi madre estaba alarmadísima, ella que vivió la guerra civil, y yo, tan tranquila, no pasa nada, ocurre muchas veces. ¡Oye, que han dicho bomba!

En 1982, me examiné de oposiciones en un colegio del barrio de  Gross. Aprobé y siempre cuento que lo hice de cara al mar Cantábrico, una imagen bella, en realidad lo que tenía enfrente era un edificio militar con sus tanquetas. 

"Y además hay que echar a las fuerzas españolas de ocupación. No es tan fácil como dices.
Joxe Mari bebió un trago de calimocho y, mirando desafiante a cada uno de la cuadrilla, les dijo que: -Todo lo complicáis. A ver, si tenemos la independencia, lo demás ya lo arreglaremos entre nosotros. ¿Mejorar la vida de los trabajadores? Perfecto. Se mejora. ¿Quién lo va a impedir si nadie de fuera nos gobierna?" (Página 172).



Recuerdo especialmente la muerte de Enrique Casas en 1984 . También la de Santiago Brouard, en el mismo año. Y la de Yoyes, Dolores González Catarain, en 1986, acusada de traición, en presencia de su hijo de tres años.

"...Pakito, una ráfaga de frío...Joxe Mari tuvo la impresión de que el frío provenía de aquel hombre...O acaso no eran más que figuraciones suyas, suscitadas por la fascinación temerosa del novato ante el veterano de la lucha armada a quien se atribuía un historial tan tenebroso como sangriento. De él se decía que había matado a Moreno Bergareche, Pertur, y ordenado ejecutar a Yoyes, como él de Ordizia, y reventar la casa cuartel de Zaragoza con niños dentro." (Página 383)



En 1985, descubrí la otra cara de la moneda. Para entonces, vivíamos en el colegio un ambiente de enfrentamiento que se hacía cada vez más insoportable, los alumnos mayores se daban cuenta y...

Mikel Zabalza, un conductor de autobuses que no era de ETA, fue detenido por la Guardia Civil. Quince días después apareció muerto en el río Bidasoa. Varias investigaciones señalaban que había muerto en el cuartel de Intxaurrondo. 

"...agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil lo detuvieron en la madrugada del 26 de noviembre de 1985 en su casa del barrio donostiarra de Alza. Un día antes, ETA había cometido un atentado contra miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado, lo que desencadenó un amplio operativo antiterrorista. Mikel, un primo y su novia también fueron arrestados a lo largo de aquella noche. Los dos últimos fueron liberados sin cargos. Zabalza, por el contrario, no volvió a ser visto con vida."

El primo de Mikel Zabalza, Manolo Bizkai, trabajaba como maestro interino en Legazpi. Contó que escuchó los gritos de Mikel mientras era torturado. 




"Y empieza para Joxe Mari un círculo infernal que va del calabozo a la sala de interrogatorios, de aquí a la revisión del médico forense, de nuevo al calabozo y vuelta a empezar. Cuatro días incomunicado más el del cuartel de Intxaurrondo. Que colabore...le pusieron un antifaz. Luego un pasamontañas, enseguida otro, tres en total. Suda, tiembla. Estos también querían nombres...Le atribuyeron atentados. Negó y al punto lo golpearon varias veces en la cabeza con porras o con palos forrados...Más preguntas, más golpes...las manos a la espalda, lo obligaron a sostener una pistola y un cargador...que quedasen bien grabadas las huellas dactilares. Enhorabuena etarra, se acababa de convertir en el asesino de no sé quién...diez flexiones...preguntas sobre su vida privada...Más flexiones y el ascensor...levantarse...sentarse...

Le metieron la cabeza en una bolsa de plástico...falta de aire...angustia...le van a estallar los pulmones...le permiten una toma de aire...al borde de la asfixia...en ocho, nueve ocasiones...perdió el sentido.

Le contó al médico forense que lo habían torturado...él sólo podía consignar lesiones...de ninguna manera apreciaciones...

...lo sometieron a descargas eléctricas. Quieren saber cuándo ingresó en ETA...golpes y electrodos...forense...corros rojizos, pequeñas quemaduras...herida sangrante.
Arriba, suavidad, educación y la presencia de un abogado de oficio...Y firmó desdeñándose de mirar el impreso...un txakurra le habló de buenas. Si pensaba que a su edad merecía la pena haberse metido en ETA...tirar la juventud...

...lo  condujeron al despacho del juez de la Audiencia Nacional...una bola de odio dentro del pecho...Rechazó el abogado de oficio...Exigió uno de su onda ideológica...lo habían sometido a torturas...que presentase la denuncia...aquel no era el momento ni el lugar...la bola de odio no paraba de agrandársele...Negó las acusaciones...se prestaba a declarar...

Tras la declaración...a los calabozos...esperando el furgón...a la cárcel...en la pared...anagrama de ETA...Gora Euzkadi askatuta...euforia...empezó a cantar...Hegoak ebaki banizkio. "

"Si le hubiera cortado las alas". 

Aramburu no evita los detalles de la tortura. Es un capítulo muy duro.
-¿Ves como, al final, has podido escribir la entrada?

-Sí, pero he contado más de mi historia personal que de la de Patria.

-Pero ha sido Patria la que ha despertado tus recuerdos.

-Dedico esta entrada a mis compañeras Esther, Loli y Conchi. 

Un abrazo de María Ángeles Merino
Y de Austri


jueves, 16 de febrero de 2017

Patria: "Fulano hace un poco, Mengano hace otro poco, y cuando ocurre la desgracia que han provocado entre todos, ninguno se siente responsable."


Comentario en torno a la novela Patria, de Fernando Aramburu, para la lectura colectiva de La Acequia, dirigida por Pedro Ojeda.

Era lunes, 13 de febrero y después de las cosillas de casa, me fui de paseo y de recados, bajo la que se había anunciado como llovizna pero se mostró como señora lluvia. Iba pensando en la entrada del jueves, si pondría esto o lo otro, qué le parecería a Austri, mi compañera de lecturas. No contaba con ella, con la que estaba cayendo; pero mi pensamiento la convocó y  allí estaba, en la librería Luz y Vida, junto al expositor de Patria. Había entrado a comprar A sangre y fuego y Media vida, ya sabéis, las que leeremos los meses próximos. Aquí tenéis mi ensoñación:

-¡Hola María Ángeles!

¡Hola, Austri! No esperaba verte por aquí.

-Pues éste es el lugar más adecuado, éste y la Biblioteca Pública.

-Sí, desde luego. Pero vamos fuera y charlamos. Cuando nos cansemos de andar bajo la lluvia, entramos en una cafetería. La lluvia es casi un personaje de Patria.


-Al Txato lo matan bajo la lluvia. ¿Crees que la lluvia significa algo más que el fenómeno meteorológico?

-Podría ser, lluvia y País Vasco van de la mano. La que cayó durante cuarenta y tres años...De todas maneras, cómo le gustan los paraguas a Fernando Aramburu. Mira la portada de otro de sus libros, Años Lentos, novela protagonizada por una familia donostiarra más pobre que la de Patria y una ETA más incipiente, a finales de los sesenta.


-Como es una novela muy larga, vamos a comentar solo algunos pasajes. Déjame tu libro, a ver qué comentamos. Ya está, nos sirven de guía estos post it que guardas entre las páginas. 



-Son sólo referencias a  frases que me llamaron la atención, en algunos capítulos. Leo lo de las pintadas y el linchamiento moral que sufre el Txato. ¡Nadie hizo nada! 

"Habían aparecido pintadas en las paredes. Una de tantas : TXATO TXIBATO. Por la rima, supongo, pero el caso es difamar y meter miedo. Fulano hace un poco, Mengano hace otro poco, y cuando ocurre la desgracia que han provocado entre todos, ninguno se siente responsable porque total, yo sólo pinté, yo sólo revelé donde vivía, yo sólo le dije unas palabras que igual ofenden, pero, oye , son sólo palabras, ruidos momentáneos en el aire."

-Le negaron el saludo y la mirada. Los amigos, los vecinos y los inocentes niños que escuchaban conversaciones no inocentes de sus padres. "Una canallada", como le dijo Arantxa, sin beso, con una palmada, bien alto. Bittori no olvida, "antes muerta". El Txato tuvo que renunciar a la bici...

"Mataron al Txato, una tarde de lluvia, a pocos metros del portal de su casa."

-"Y el cura, menudo pájaro, le insistía a Bittori para que el funeral se celebrara en San Sebastián."



Es que allí irá más gente. Ni hablar, somos del pueblo. Don Serapio, "menudo pájaro", cedió y en la homilia ni una palabra sobre el atentado, "trágico suceso que a todos nos conmociona". Asistieron unos pocos vecinos, algunos políticos constitucionalistas, algunos parientes y ningún empleado.  Arantxa estuvo en los bancos del fondo, con su marido. "No se acercaron a dar el pésame, pero allí estaban, no como otros. Y eso Bittori tampoco lo olvida". 

-Era una Arantxa sana, antes del ictus, el que tuvo en Mallorca, de vacaciones con su hija Ainhoa. Aquello que la dejó totalmente paralizada, con el "síndrome de enclaustramiento". Enclaustrada...como su hermano Joxe Mari en la cárcel con una condena de ciento y pico años, como su querida Patria, enclaustrada por la ley del silencio impuesta por un nacionalismo criminal de cuatro líneas. Adivinamos que Arantxa será la que probará a tender un puente entre las dos familias, la hija de la amarga Miren, la "mujer de mármol". 


-Mujer de mármol con su nieta Ainhoa de quince años. Miren viajó a Mallorca cuando lo del ictus y tuvo que hacerse cargo, unos días de la niña.  Hubo en la isla una explosión delante del cuartel de la Guardia Civil. La adolescente razona: tan lejos de Euskal Herria, qué culpa tienen los de aquí de lo que pasa allá, la bomba me podía haber explotado a nosotros, no me gusta que maten, a mi aita tampoco le gusta.



La amona Miren suelta la sinrazón de su discurso aprendido: 

"Eso no pasa porque ellos miran bien cuando tiene que producirse una explosión...Las bombas son para defender los derechos de nuestro pueblo y se las ponen al enemigo. A los mismos que torturaron al osaba Joxe Mari y que todavía lo torturan en la cárcel. Si no entiendes esto, yo ya no sé qué puedes tú entender...¿Que sigan machacando al pueblo vasco por los siglos de los siglos? "

La gente buena no mata, eso te lo ha dicho Guillermo, tu aita, no, eso lo digo yo. 
Ainhoa no se terminó el bocadillo, Miren, "dura de gesto", tampoco.

-Volvemos a don Serapio, menudo pájaro. Bittori quería saber y no se conformaba con sus diálogos de Polloe. Decidió volver a la casa del pueblo, la que abandonó en una mudanza casi clandestina. Un día se presentó don Serapio, menudo pájaro, que le preguntó si hacía vida en la casa. El olor a alubias con morcilla no ofrecía dudas. Claro, era su casa. El cura, "rana verbal",  dando saltos para acá y para allá, inició una conversación de circunstancias llena de halagos y de blanda amabilidad, de un tema a un subtema, pasando por la meteorología. Bittori perdía la paciencia, tenía hambre y estaba deseando quitarse de en medio la incómoda visita. "Zanjó: ¿Por qué no hablas de lo que has venido a hablar?" 

"Sin poderlo evitar", dirigió una mirada a la foto enmarcada del Txato. Soltó lo que tenía que soltar. Que...causaba cierta inquietud...la gente veía que venía todos los días y sentía extrañeza y se hacía preguntas...otros vecinos tenían derecho a rehacer sus vidas...oportunidad a la paz. La lucha armada que había golpeado con dureza a  nuestro pueblo...las fuerzas de seguridad...hemos tenido muertos...aquí ha habido represión...inocentes...maltratado, torturado en los cuartelillos...nueve hijos de la villa...en la cárcel...no soy jurista...si merecen o no el castigo...simple sacerdote...contribuir a que la gente de su pueblo viva en paz.

Obispo Setienal que tuve el gusto de conocer en visita pastoral y en el tren. 

-Bittori se enfrentó al cura, le preguntó si acaso la paz estaba en peligro porque la viuda de un asesinado viniera a pasar unas horas en su casa. En absoluto, por Dios, en absoluto. Sólo había venido a pedir un favor en nombre de la gente del pueblo. Mira que la tenía bien presente en sus oraciones, a ella y a sus hijos. Y que si su marido no estaba ahora en la presencia del Señor no sería porque él no lo hubiera suplicado no sé cuantas miles de veces. ¡El Txato en el infierno o en el purgatorio ! ¿Por qué no lo echaba ya a escobazos? Bittori no perdió los nervios, lo cual tenía mérito. Le pidió que hablara claro, qué quería de ella:

"Que no vaya al pueblo para no entorpecer el proceso de paz...que ha llegado el momento de que nos perdonemos los unos a los otros"

-¿A quién tenía Bittori que perdonar? Respondió que a nadie pero que era "parte del conflicto" y tal vez la otra parte exigiera también perdón. ¡Inaudito! Ya no aguantaba más y tenía hambre. 

"Quien no me quiera ver en le pueblo, que me pegue cuatro tiros como al Txato, porque pienso seguir viniendo tantas veces como me dé la gana".

"Dile a la persona que te ha mandado visitarme que no pararé hasta conocer todos los detalles relativos al asesinato de mi marido".


-¿Hurgar en la herida? No, sino sacarle todo el pus para que pueda cerrarse. Se fue ofendido. Sentada sobre el plástico y la húmeda losa, le contaría al Txato toda la conversación con don Serapio. 

"¿Tú qué piensas Txato? ¿Hice bien?"

-¿Por qué lo mataron? Vamos a "Diálogo en la oscuridad".

Aquella noche, en que Bittori anunció "sapo en salsa" para cenar, el Txato estaba inquieto y no tenía hambre. Sentada en la cama, en la oscuridad, mosqueada porque Miren le había hablado de "las cartas", le espetó:

"¿A qué esperas para contármelo todo?"

-El Txato puso a Bittori al tanto del acoso a que lo estaban sometiendo, sin ocultar cifras ni su viaje a Francia. En cambió, no dijo una palabra sobre la mención a Nerea en la última carta amenazadora. ¿Qué pensaba hacer? Esperar.

"Por este año ya les he pagado y más no me van a sacar. Estos cabrones me piden una barbaridad, justo ahora que me he metido en créditos y compras, y que hay unos cuantos morosos que no me pagan...Quién sabe, igual ha habido una equivocación...¿Quién me dice a mí que el tipo al que entregué el sobre no se lo ha quedado para costear sus caprichos...de momento es mejor no hacer nada."

-El Txato confíaba en el pueblo. Lo conocían"soy de aquí, hablo euskera, no me meto en líos de política, doy trabajo...fiestas...equipo de fútbol, el Txato apoquina como el que más. Si alguien de fuera viene a hacerme daño, seguro que le echan el alto. Ojo, que ese es de los nuestros. Además, conmigo se puede hablar ¿eh?"

-No tan confiado, no se chupa el dedo. En la empresa, guardaba una pistola en el cajón. Si el asunto se complicara, se llevaría los camiones a la Rioja o por ahí.

Su mujer le dice que, aunque sea del pueblo, no le extrañaría que alguno de sus obreros le pasara a ETA datos suyos. Podría ser. Todos pagaban y se iban por las ramas si se les preguntaba. Y quería que Nerea estudiara fuera. El Txato, contra su costumbre, no roncó en toda la noche.

-Dejamos al Txato y a Bittori por hoy. Esto que hemos comentado ¿te trae a la memoria algún recuerdo de los años en que viviste en Euskadi?

-En los años ochenta, en Legazpi se hablaba, como en todo Euskadi, del "impuesto revolucionario", de las cartas de extorsión que los empresarios recibían y de que no todos eran muy ricos. En enero de 1983 hubo una noticia que cayó como una bomba en el pueblo. ETA había secuestrado a Miguel Ignacio Echeverría, nieto de Patricio Echeverría, el fundador de Aceros Bellota, la empresa donde trabajaba la mayor parte de los legazpiarras. Los niños de la escuela se hacían eco de la preocupación de sus padres: la fábrica se puede venir abajo, habrá despidos, nos tendremos que ir de la casa porque es de Patricio...O, en otra línea: a ese chaval nadie le ha visto tomar txikitos en los bares de la Kale Nagusia, pagarán, seguro que pagan, esos tienen mucho dinero...de nuestro sudor al pie del horno de fundición. El Ayuntamiento, en pleno, con su alcalde a la cabeza, también obrero de PESA, declaró a la prensa que estaban en un "impasse", no sé por qué no se me olvida la palabreja. Una semana después, el joven estudiante de ingeniería Miguel Ignacio Echeverria, fue liberado, tras el pago de los 160 millones de pesetas. 



De curas, monjas y frailes habría mucho que hablar. Algunos, en expresión popular, eran "más de eta que de la otra". ¡Y no conocí a don Serapio pero conocí al obispo Setién! Nos reunió a los maestros de Legazpi, qué religiosos y modositos, en su visita pastoral, en mi primer curso. Habló casi todo en euskera y nadie tradujo nada. Mis compañeras, las de Burgos,  me recuerdan que yo comenté, en aquella ocasión que San Pedro no entendería a  este obispo. Unos años más tarde, coincidí con él en el Talgo y, en una sacudida del vagón, estuve a punto de regarle con el contenido del bote de zumo que acababa de abrir, no lo hice a posta, monseñor. Era de melocotón, no de tomate, afortunadamente.

Bueno, Austri, ha dejado de llover. La semana que viene seguimos con Patria.

Un abrazo de María Ángeles Merino

y Austri.