Mostrando entradas con la etiqueta fotografías. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta fotografías. Mostrar todas las entradas

domingo, 29 de diciembre de 2019

Seis años

Servilleta, serie niños, tinta sobre papel.
Madrid 1980

Ha transcurrido un año más, y ya son seis, desde que inauguramos este blog en homenaje a la obra de Miguel Ángel Andés. En estos seis años hemos visto cómo su legado pasaba de ser uno más, olvidado en un cajón, a convertirse en el objeto principal de varias exposiciones. Además, su figura también ha estado y sigue estando presente en varias redes sociales. 

Este blog es la punta del iceberg de un proyecto más ambicioso, Amarneciendo, cuyo objetivo principal ha sido siempre dar a conocer al singular pintor y poeta que fue nuestro querido Miguel. Han sido seis años fructíferos en los que nos ha dado tiempo a hacer mucho, pero también nos ha faltado tiempo para llevar a cabo otras muchas tareas y proyectos. Podríamos decir que algunos han sido “fallidos” pero que también hay muchos otros por realizar.

Todos sabéis que los autores de este blog somos dos amigos que amamos el Arte y la Literatura; dos amigos un tanto especiales, pues nos separan más de 400 kilómetros de distancia. Vivimos en diferentes comunidades, Rita vive en Santander y yo resido en Madrid. Nos conocimos por Internet, lo cual no quita para que nos hayamos visto en muchas ocasiones aquí y allá.  Ambos tenemos nuestra propia vida personal, familiar y profesional, pero cierto es que con Miguel encontramos una maravillosa brújula que nos ha llevado a recuperar un proyecto abandonado, a conocer a muchísima gente relacionada con su vida y su obra, y, cómo no, a terminar siendo parte de otros proyectos maravillosos.

Queremos mencionar hoy aquí a Oceánida, una asociación  cultural que nació con el loable objetivo de rescatar pecios artísticos olvidados, como el de Miguel y como el de muchos otros artistas. La verdad es que Oceánida surgió de la necesidad urgente y puntual de salvar la obra de una gran artista, Esther Ortego, de la cual hemos hablado varias veces en este blog y descubierto que fue maestra de Miguel.

Confesamos que la causa, en parte, de la intermitencia en este blog y en nuestra labor con Amarneciendo ha sido el habernos concentrado más de la cuenta en Oceánida

Queremos volver a los orígenes y seguir destapando ese iceberg de tesoros que encierra la figura de Miguel Ángel Andés, y en la que, por supuesto, tenemos que incluir todos los descubrimientos y nuevos conocimientos y hallazgos de estos últimos años gracias a Oceánida. Hablamos, sobre todo, de gente maravillosa, de sus amigos y conocidos, con los cuales hemos alcanzado también muchos logros y que nos han aportado muchísima información sobre la figura y la época de Miguel. Hemos de nombrar a Guillermo, Cruz, María Jesús, Antonio ♰, Antonio, Xosé ♰(al que debemos un gran homenaje), Carmina, Tes, Ángel ♰, Caridad ♰, Octavio, Rafa, Pepe, Ricardo, Andrés, Esther ♰ (y Carmina♰), Pedro, Teresa ♰, Justo, Pepe♰, Víctor ♰ y muchos otros más.

Este periplo de Oceánida nos ha permitido contactar con otras muchas otras personas maravillosas y entrañables. Algunas no conocieron a Miguel, aunque por afinidad, amora por el arte y por amistades en común hemos más que empatizado. En este grupo, hay que destacar a mi tocaya de apellido, Carlota Cuesta, y a todo el resto de gente detrás de la Galería Ra del Rey, el Museo de Arte Contemporáneo de Costa da Morte y otros muchos proyectos en los que personas maravillosas y artistas tan potentes como Rafaela, Piso, Charo, Paz, Cristina, Lola, Jesusa, Ángel, Carmela, Anxeles y muchas más. Con ellas también hemos compartido y seguiremos compartiendo ratos inolvidables.


Servilletas expuestas en la Galería Ra del Rey de Madrid
20x20 Pinacoteca de bolsillo

No podemos concluir esta entrada de aniversario sin mencionar que nuestro Miguel lleva ya tres años participando en la exposición “20x20 Pinacoteca de Bolsillo” en la Galería Ra del Rey de Madrid. Para todos los que le admiramos es un honor verle junto a otros cien artistas contemporáneos compartiendo su arte. Este año hemos querido mostrar unas piezas inéditas y únicas dentro del conjunto de la obra de Miguel, sus servilletas. Vamos a imaginarnos a nuestro artista en una cafetería de Malasaña, en los años 80, o en los 90, dibujando una de sus cabezas de niños y niñas sobre este frágil material tan difícil de encontrar hoy en día en los bares.

Cartel de la Exposición 20x20 Pinacoteca de Bolsillo en Ra del Rey

Que este post sea el primero de una nueva etapa llena de hallazgos compartidos.

¡Feliz 2020!



Luis y Rita


Fotografías: Álbum personal de Miguel Ángel Andés y Ra del Rey.

Contacto: [email protected]

domingo, 8 de mayo de 2016

Miguel en Benidorm




Entre todos los documentos que conservamos de nuestra artista, la correspondencia no es el apartado más representativo, tan solo una pocas cartas y unas decenas de postales de amistades que le mandaban recuerdos desde distintos lugares de España, y del mundo, lugares donde parece que estaban pasando sus vacaciones y desde donde, en algún momento, se acordaban de su amigo Miguel Ángel Andés, pintor, poeta y bohemio, el cual se había quedado en Madrid. 



Al menos, así es como valoré todas esas postales que mi tío guardaba en una caja de metal y que luego mi abuela, la cual ya hemos contado que le sobrevivió, guardó a su vez en aquella librería añadiendo otros pequeños recuerdos, entre los que destaco, por poner dos ejemplos, la cartilla de escolaridad del colegio San Isidro de Miguel o su mismísimo documento de identidad.


El documento de hoy no pertenece a esa caja; sin embargo, está muy relacionado con ella. Hoy os traemos una carta de Miguel, perdón, no "de Miguel", no, sino una carta escrita por Miguel!!!  By Miguel!!! Y es que el trabajazo que están realizando nuestros amigos de la Asociación Oceánida (Cruz, María Jesús, Mercedes, Antonio y Guillermo) con todos los papeles encontrados en casa de las Ortego nos está regalando a todos preciosos descubrimientos. Y esta carta de Miguel a Esther y Carmina Ortego es uno de ellos.


La misiva en sí misma no es nada del otro mundo, acostumbrados como estamos ahora al intercambio constante de mensajes a través de las múltiples plataformas de Internet; pero a mí me ha encantado porque creo que su contenido refleja una visión de mi tío que me era insólita. Quiero decir que, al contrario de lo que he creído a veces, mi tío Miguel Ángel no estaba siempre dedicado a su arte y a sus paseos por Madrid, sino que también se iba de vacaciones; y no solo eso: esta carta creo que certifica algo que algunos no tenían del todo claro, esto es, que para Miguel Ángel Andés su dedicación al Arte fue su verdadero trabajo, del cual también era necesario hacer descansos. Al menos así quiero interpretar de esa frase del principio y esa otra de “Parece que los trabajos me van bien pero en detrimento del que me interesa: del que tú dispondrás tras la playa -- Pintar… pero también me viene bien esta pausa”. Hay que recordar que 1974 representa su época más prolífica, pictóricamente hablando. De la obra gráfica que conocemos de Andés, podemos afirmar que más de un veinte por ciento está firmada ese año… Y con todo, aquí le vemos de vuelta de pasar unos días en Moaña, lugar donde ya hemos constatado que fue invitado por las Ortego, y luego en Benidorm, emblemático destino vacacional durante décadas y en el que nuestro artista, como se puede también leer, tuvo tiempo para ir a ver exposiciones, ir al cine o incluso para jugar con un perro. 

Miguel con Carmina y Esther Ortego en Moaña (1974)

La carta, aunque corta, dice muchas más cosas y es evidente que Miguel escribe desde la confianza de una amistad ya entretejida. Hace gracia leerle comparar el clima y el paisaje de ambos parajes costeros. Es una carta entrañable que nos traslada a su época y que nos muestra otro lado humano de Miguel Ángel Andés, el cual muchos miembros de la familia desconocíamos.



Así pues, hoy no voy a enrollarme más en este post y prometo continuar en próximas entregas comentando algunas otras cuestiones a las que alude Miguel en esta misiva y que me han resultado la mar de interesantes.  

No se nos olvida dejaros la transcripción entera de la carta:

"Julio 74


Partí muy pronto después de vosotras. Por aquí trabajo y sólo hoy que me levanté muy temprano lo dedico a escribiroooos. esto no es tan tranquilo como aquello pero estos días algo con lluvia el mar tenía una (vista) muy briosa y de gris-azules que recordaba a Moaña. Por aquí exponía ese tal Cristo que no vi. Hacen exposiciones de muebles objetados: había un ojo de Man Ray. os enviaré momento. Yo me senté en el suelo con el cap tan preparado. Pues como en Madrid cuando las últimas (brasas). Parece que los trabajos me van bien pero en detrimento del que me interesa: del que tú dispondrás tras la playa -- Pintar… pero también me viene bien esta pausa. Os contaré que “Los” se resistía a salir de casa y se quejaba, pues, con el mismo carácter del adulto. Le dejaba en el suelo con la correa y buscaba los rincones con el miau-miau. Por fin se calmó porque Emma llevaba una cesta y allí se lo llevó a Torremolinos a golfear Sur-Este. El día 3 creo que por la pta. el Sol me pareció curioso que  (Julián Morros) me voceara para saludarme. Creo que con copichuela avec moi. bueno también yo, Carmina, os mando (cariños), playas, y sitios costeros que desconocía que son muy bonitos. Voy al cine también aunque la calidad no gobierna aquí: el otro día se les escapó una: “Un hombre de suerte” muy buena, de esas que sólo se ven en Europa. Un fuerte abrazo para cada una. Miki


Miguel Ángel Andés
Pasaje Santa Rita, 1 -41-B
Benidorm"



Fotografía de Moaña: Álbum personal  de Esther Ortego.
Fotografía de la caja: Álbum personal Amarneciendo.

Contacto: [email protected]

sábado, 6 de diciembre de 2014

Olandés (IX)


Guillermo para Amarneciendo

IX

viviría

abismaluz parado de tus besos
toda tu muerte una sonrisa
hasta aquel domingo de célula


Poesía: Miguel Ángel Andés, Olandés, 1976-77

Fotografía: Guillermo Álvarez para Amarneciendo



Contacto: [email protected]

sábado, 2 de agosto de 2014

Saturnina




Esta foto no pertenece al álbum de Miguel sino al de su hermana María Jesús,  mi madre. La verdad es que la familia conserva otras muchas fotos del artista, que he ido recolectando estos últimos meses y que tendré que ir poniendo en orden. Yo mismo conservo algunas fotos de celebraciones a las que Miguel asistía. Casi siempre llegaba tarde, pero he de decir que mi tío Miguel Ángel disfrutaba de aquellas fiestas. Recuerdo especialmente mi boda. Maite y yo, en esa época, éramos más de cantar que de bailar, y la fiesta posterior al convite fue una velada de guitarras de amigos y de canciones de aquel entoces. Miguel lo pasó  en grande aquel día y luego también pudimos disfrutar de su presencia en el bautizo de mi hijo, en los cumples de mis padres, en las fiestas navideñas... En verdad, era un ser familiar, le gustaban aquellas celebraciones, aunque muchas veces mi madre y mi abuela andaran más preocupadas por su apariencia que de otras cosas.

La persona de la foto es mi abuela Saturnina,  un personaje esencial en la vida de Miguel Ángel Andés, tanto en sus primeros años como en los últimos.  Esta foto me recuerda mucho los dibujos de muchachas de los cuadernos de Miguel. Claramente es una foto de una persona ya madura, mi madre dice que debía de rondar los cuarenta años y que, posiblemente, sus siete hijos ya habían nacido.  Podría contar muchas anécdotas y recuerdos de mi abuela relacionados con Miguel, pero hoy solo voy a relatar dos de ellos.

En nuestro primer reencuentro, Guillermo me contó que allá por principios de los setenta, un día Miguel fue detenido por la policía social de la época. Eran tiempos en los que solo algunos jóvenes se atrevían a transgredir algunas normas, no escritas, relativas a la vestimenta y el peinado. Aquellos hippies, que inundaban Europa, eran mal vistos en un país como el nuestro, donde las apariencias seguían estando por encima de la naturalidad.  El caso es que cualquier joven de pelo largo era sospechoso de cualquier cosa, y mi tío y sus amigos, adelantados de aquellas modas que venían de Londres y París, tuvieron más de un percance con la policía y con otros grupos de jóvenes adeptos al régimen. Mi abuela acudió a la sede de la Direccion General de Seguridad a defender a su hijo. No le hizo falta ningún abogado. Su único argumento, que fue el que consiguió la libertad de Miguel, fue: "Mi hijo es un artista, no ha hecho nada malo a nadie". Aquello bastó para que Miguel volviera a casa.

La segunda anécdota está grabada en mi propia memoria. Eran ya los años noventa, los últimos de Miguel. Siempre recordaré a mi abuela Saturnina como su protectora, su tabla de salvación,  como la madre que obligó al resto de sus hijos a firmar un documento por el cual, en caso de su fallecimiento, aquel piso familiar, aquel donde nacieron todos ellos, aquel donde Miguel vivió sus últimos catorce años de vida, aquel que él mismo llamó su estudio de Caravaca, seguiría siendo el hogar del artista hasta su muerte.

El destino quiso que, finalmente, fuera mi abuela la que le sobreviviera, y que años después de la muerte del artista, aquel piso fuera abandonado por ella misma. Mi abuela Saturnina terminó trasladándose a Valdepeñas y dejando todo el legado de Miguel bajo mi responsabilidad.  Aquellos días en los que estuve vaciando aquel piso de los cuadros, dibujos, libros y demás cosas de Miguel, me acordé mucho de aquellas palabras de mi abuela: "Luisito, tú, como el mayor de los nietos , tienes que hacerte cargo de todas las cosas de Miguel Ángel.  Lo que tu hagas estará bien". Y aquí estoy, veinticuatro años después,  escribiendo este post.


Contacto: [email protected]

domingo, 27 de julio de 2014

Esther y Miguel





Esther y Miguel


En esta foto, cedida por nuestro querido Guillermo, podemos ver a Miguel junto a Esther Ortego. Es una foto espectacular y muy parecida a otras cuantas que Miguel conservó en su álbum personal, posiblemente realizadas el mismo día que esta. En esta aparecen solo ellos dos, pero en esas otras también posan Carmina, la hermana de Esther, y otro personaje, del que ya hablaremos más adelante en este blog. Todas las fotos poseen ese ambiente de habitación oscura, donde el foco recae solo sobre los rostros. Parece como si estuvieran jugando con la cámara y la luz. Además, todas tienen un aire de foto "selfie", que ahora está tan de moda. Mostraremos la serie completa en un futuro post.

Debía de rondar el año 1973, y Esther Ortego ya era una artista reconocida. El principio de su carrera artística se remota al año 1959 y continuó durante muchos años después. Su obra ha sido expuesta en varios museos y galerías importantes de España y el extranjero. Tuve el placer de conocerla, pues también perteneció al Grupo Prado de Poesía y participó en aquellas reuniones, de las que ya he hablado, cuando estuvimos preparando la exposición-homenaje a Miguel del año 98. Esther, como la mayor parte del grupo, era de una generación anterior a la de nuestro artista. Estimo que tendría entre quince y veinte años más que él y, por lo que Guillermo nos ha contado, la influencia de Esther sobre la obra pictórica de mi tío debió de ser muy importante. He visto algunas imágenes de sus pinturas y grabados, y me atrevo a decir que hay un parecido considerable con algunos de los dibujos y cuadros de Miguel, en los colores, algunos temas y símbolos, pero, sobre todo, en la ternura que ambos estilos transmiten.

Sin embargo, lo que hoy quería contar en esta entrada tiene que ver con el pasado más reciente. Hace menos de dos años que murió Esther, y Guillermo se apenaba por no haberse enterado hasta hace muy poco. Nos transmitió la noticia,  así como sus sentimientos ante ella, en un email muy emotivo. Al leerlo me vino el mismo pensamiento que he tenido otras veces cuando contemplo los cuadros de mi tío: la muerte es igual para todo el mundo, pero la de los artistas tiene algo especial que la diferencia del resto. Con esta idea me estoy refiriendo al término "legado", algo que difiere de la simple herencia y que nada tiene que ver con la descendencia, algo que no todo el mundo deja cuando muere, algo que no todo el mundo entiende cuando un familiar o amigo muere, algo que a veces es muy difícil preservar, sobre todo si es un legado inmaterial. El legado de Miguel y de Esther está, fundamentalmente, en su maravillosa obra artística. Me produce escalofríos pensar a veces que, si yo no me hubiera preocupado, si Rita no hubiera aparecido, si no hubiera en el mundo gente como Guillermo, y otros muchos como nosotros, a los que nos conmueve el arte por el arte, la obra de Miguel,  de Esther, y de otros muchos, podría perderse (haberse perdido) para siempre.

¡Qué injusta es a veces la vida (y la muerte) con la genialidad!



Contacto: [email protected]

sábado, 28 de junio de 2014

Tras la ventana




Miguel Ángel para Amarneciendo


No tuve la suerte de conocer a Miguel en persona, pero sí de conocerlo a través de su legado y de personas que compartieron su vida con él.

Esta fotografía es de las primeras que Luis me enseñó de su álbum familiar. En ella aparece mirado a través de una ventana con la mirada perdida en el horizonte.

Me gusta mirar a través de esa ventana que es la obra de Miguel. En ella veo la vida casi con los mismos colores que Miguel Ángel pintó sus lienzos. Disfruto descubriendo cada cuaderno lleno de muchachas misteriosas, dibujos llenos de sentimientos en color, repletos de historias con miles de personajes que poco a poco vamos descubriendo y, como por arte de magia, se convierten en personas que fueron sus amigos y familiares. 
Me empapo de su poesía y a veces me lleno de melancolía, esa melancolía con la que escriben algunos poetas y se puede sentir en parte de su obra escrita.
Soy  afortunada de poder mirar por esa ventana cada día que publicamos un nuevo post y damos a conocer ese maravilloso artista que fue y es Miguel Ángel Andés



lunes, 24 de marzo de 2014

Paradero (III)



Miguel Ángel para Amarneciendo


III

1970 - por toda la eternidad
el imposible de imitarla
1974 - Vds. la vertical fingiendo


Poesía: Miguel Ángel Andés (Paradero 1974)
Fotografía : Álbum familiar 1972


Contacto: [email protected]

sábado, 8 de febrero de 2014

La sonrisa




Sonrisa Amarneciendo


El título de la entrada de hoy es evidente, no hay más que ver la enorme y preciosa sonrisa de Miguel ÁngelDe todas las fotografías que Luis me ha mostrado de su tío, esta es mi favorita, sin dudarlo ni un segundo. Luis tiene razón en que no es la más bonita, ni la más significativa, pero la paz y alegría que transmite esta foto no la he vuelto a encontrar en ninguna de las demás que he visto, donde casi siempre aparece serio.

No tuve la suerte de conocer a Miguel. Sé que su vida seguramente no fue fácil, o no fue como el hubiese querido; y por eso me gusta tanto su sonrisa, porque en la vida tiene que haber más sonrisas que lágrimas, y nada ni nadie nos tiene que robar la alegría.


Fotografía: Álbum personal
 


Contacto: [email protected]