Familia Gordillo Andés (1955) |
Semana tras semana vamos desgranando episodios y recuerdos de nuestro artista. Hay mucha gente que nos lee y nos dicen que les gustan estas historias. Quizás, este no sea un blog típico para la difusión del legado de un artista. Y es por esto que nos encantaría tener más interacción con nuestros lectores, que nos dijerais por dónde seguir; qué historia, de las comenzadas, queréis que continuemos; qué foto; qué entrada os ha gustado más y cuál menos. Hemos abierto muchos cauces de comunicación. Nuestro buzón de email de contacto sigue abierto, pero también podéis usar Facebook o el formulario que aparece en www.amarneciendo.es, una web que también va creciendo poco a poco.
La semana pasada terminé mi entrada compartiendo una foto de mi madre, una de las hermanas mayores de Miguel Ángel. Ya contamos hace tiempo que mi tío fue el quinto de siete hermanos, hijos de Juan y Saturnina, mis abuelos, los únicos abuelos que conocí, ya que por parte de mi padre no tuve la oportunidad. Pero esta es otra historia.
El caso es que la propuesta para hoy era "la infancia de Miguel", y la cosa pintaba complicada. Estaba claro que tenía que buscarme ayuda. Y quién mejor que mi madre, y hermana del artista. He de decir que mi madre siempre me ha apoyado en este proyecto. Está claro que investigar, hablar, escribir..., sobre un hermano muerto es a su vez remover historias de familia, las cuales a veces también tocan en lo profundo de las personas. Sin embargo, y pesar de todo, mi madre es una persona bastante abierta y tenaz para su edad. La gente se sorprende cuando la ven en Facebook o la leen por el Whatssap. Realmente, es de admirar su capacidad y su ingenio, aunque lo mejor de ella es su afán por aprender y, en mi opinión, lo más sorprendente de ella es su capacidad de sorprenderme, valga la redundancia.
La verdad es que tenemos mucho material que inventariar, catalogar, leer, fotografiar, grabar, relacionar... La tarea se nos presenta larga, pero ya hemos contado que no tenemos prisa y que será en la web (y posiblemente también en un libro) donde terminaremos publicando los frutos de nuestra investigación. Por otro lado, de nuevo avisamos el domingo pasado que tenemos prevista una próxima exposición, donde esperamos también compartir más historias inéditas.
La verdad es que tenemos mucho material que inventariar, catalogar, leer, fotografiar, grabar, relacionar... La tarea se nos presenta larga, pero ya hemos contado que no tenemos prisa y que será en la web (y posiblemente también en un libro) donde terminaremos publicando los frutos de nuestra investigación. Por otro lado, de nuevo avisamos el domingo pasado que tenemos prevista una próxima exposición, donde esperamos también compartir más historias inéditas.
A principios de semana, le pedí a mi madre que buscara alguna foto de Miguel en sus álbumes personales. A ella siempre le han gustado las fotos, pero solía decirme que no recordaba tener muchas imágenes de Miguel, algo que yo sabía, pues sus álbumes los conozco desde hace mucho ;-). Hoy me ha vuelto a sorprender con unas cuantas fotos y unos cuantos episodios de esos que nunca me había contado.
Resumiendo, porque esta historia da para largo, mi madre fue la que menos vivió en la casa familiar, puesto que se casó muy joven con mi padre, a los veintidós años. Por otro lado, ella era siete años mayor que Miguel Ángel y esto hizo que su relación con él no fuera tan intensa como la que tuvo con mis otros tíos, Fernando y Casildo, a los que sacaba menos años. Luego, vinieron dos niños más, Isabel y Carlos, y mi madre siempre cuenta que a ella y a su hermana mayor, mi tía Juanita, les tocó "cuidar" más de estos dos últimos que de los otros tres chicos más mayores. Me confiesa que sus recuerdos de Miguel de niño no son muchos, por todas estas circunstancias. A pesar de ello, recuerda que Miguel fue el más sensible de todos ellos, que sufrió de los ojos (esos ojos claros que, solo él, debió de heredar de alguna de mis bisabuelas); que Miguel era el que venía más asustado de aquel colegio de monjas de la calle Casino, al que parece ser fueron todos ellos; que desde pequeño fue el "más trasto" de todos los hermanos; y que, con todo, fue un niño como todos los niños de aquella época. En las fotos que me ha enseñado, se le ve con cinco, siete y nueve años, respectivamente. Yo no recordaba haberlas visto nunca, pero al contemplarle vestido de comunión me he acordado de aquella otra foto de soldado que ya hemos publicado en este blog. La foto que encabeza el post de hoy ni siquiera pertenece al álbum de mi madre, sino que es la foto del conocido en España como "Libro de familia", del cual solo conserva esta foto del año 55 y otra de 1951.
Como veis, hemos abierto otra senda donde indagar y seguir contando historias de nuestro artista. Todos sus hermanos viven. Con Carlos, el menor de todos, he mantenido el contacto y nos hemos juntado de vez en cuando, pero al resto de mis tíos (Juanita, Fernando, Casildo e Isabel) hace mucho tiempo que no les veo. Espero reunirme pronto con todos ellos con motivo de nuestra próxima exposición de la obra de Miguel Ángel Andés, y así poder seguir haciendo crecer su memoria.
Contacto: [email protected]